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México

Sobre la legalización de las drogas

Fuentes: Rebelión

En México el narcotráfico se ha vuelto un problema de seguridad nacional. Los narcotraficantes han corrompido las instituciones, influenciado los procesos electorales, y desafiado a la policía y a las fuerzas armadas. A pesar de los más de 100 mil millones de pesos que el gobierno mexicano gasta cada año en la guerra contra las […]

En México el narcotráfico se ha vuelto un problema de seguridad nacional. Los narcotraficantes han corrompido las instituciones, influenciado los procesos electorales, y desafiado a la policía y a las fuerzas armadas. A pesar de los más de 100 mil millones de pesos que el gobierno mexicano gasta cada año en la guerra contra las drogas, y a los más de 28 mil muertos, en lo que va del presente sexenio, el abasto de drogas en México y en los Estados Unidos, en vez de reducirse ha aumentado. El informe 2009 de la Junta Internacional de fiscalización de estupefacientes, de la Organización de las Naciones Unidas, señala que los cárteles mexicanos ya controlan el 90% de la distribución de cocaína en los Estados Unidos.

Considerando esto es razonable preguntarse si es posible erradicar o siquiera controlar, por la vía policial, un negocio con valor de miles de millones de dólares. Sí la erradicación es imposible y aspiramos tan sólo al control, ¿vale la pena perpetuar tal dispendio de recursos y vidas humanas? ¿No habrá otras opciones?

La propuesta de legalizar las drogas tiene la gran virtud de ir a la raíz del problema: acabar con las ganancias astronómicas de los narcotraficantes, que se verían obligados a pagar impuestos y competir entre sí en un mercado regulado.

Sí el gobierno, además de legalizar, asumiera la producción, distribución y venta de la droga, y la ofreciera a los consumidores al precio de producción, se acabaría en México cualquier margen de ganancia para los narcotraficantes. Es posible que aún usaran el país como vía para transportar la droga hacia otros países, pero ya no pelearían entre sí ni se enfrentarían al gobierno. La guerra se trasladaría hacia los países donde la droga aún estuviera prohibida, y los mexicanos podríamos desarrollarnos en paz.

¿Cuántas vidas se salvarían? A veces se nos olvida que la prohibición tiene el objetivo fundamental de protegernos contra un producto nocivo que atenta contra nuestras vidas. La gran paradoja del combate al narcotráfico es que ocasiona muchas más muertes de las que evita por sobredosis; y si se considera que la mayoría de los consumidores están en los Estados Unidos, entonces llegamos a la dolorosa conclusión de que estamos sacrificando mexicanos con tal de salvar estadounidenses…

La gran preocupación de los que se oponen a la legalización es que tal medida aumentaría el consumo en México. Al respecto quisiera argumentar lo siguiente:

1.- El problema urgente es el narcotráfico, no el consumo. Aunque se quintuplicara el consumo no tendríamos ni la mitad de los problemas que ahora enfrentamos.

2.- No es evidente que la legalización implique un aumento en el consumo. Sería más accesible, más segura, más barata, pero seguiría siendo nociva para la salud, y los que han decidido no consumir drogas no tendrían por qué cambiar de parecer. Como referentes históricos tenemos las legalizaciones del tabaco o del alcohol.

3.- Aunque hubiera aumento en el consumo, no habría tantas muertes por sobredosis, pues la droga tendría control de calidad y estaría administrada bajo supervisión médica. Además, se tendría información mucho más precisa sobre los adictos, y podríamos darles seguimiento y ofrecerles apoyo.

4.- El dinero que ahora se gasta en el combate al narcotráfico podría emplearse en campañas informativas que disuadieran el consumo; y en programas que mejoraran las condiciones de vida de la población.

Continuar con la guerra contra el narcotráfico es continuar con la violencia, la inseguridad, la corrupción, la desconfianza, el abuso de autoridad, el despilfarro de recursos y la pérdida de cohesión social.

Urge que el debate sobre las drogas se amplíe, y entre todos: diputados, partidos políticos, organizaciones sociales, investigadores, periodistas, padres de familia, maestros, amigos, encontremos las alternativas que el país requiere.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.