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A los 70 años del asesinato de León Trotsky

Su ejemplo de lucha sigue vivo

Fuentes: Rebelión

Con la presencia de varias decenas de personas tuvo lugar este sábado 21 de agosto en la Casa Museo León Trotsky de la Ciudad de México un pequeño y emotivo acto de recuerdo al gran revolucionario soviético Lev Davidovich Bronstein, alias Trostky. El evento ponía fin a varios días de homenaje que iniciaron el jueves […]

Con la presencia de varias decenas de personas tuvo lugar este sábado 21 de agosto en la Casa Museo León Trotsky de la Ciudad de México un pequeño y emotivo acto de recuerdo al gran revolucionario soviético Lev Davidovich Bronstein, alias Trostky. El evento ponía fin a varios días de homenaje que iniciaron el jueves 19 con motivo no sólo del 70 aniversario luctuoso de León Trotsky sino del 35 aniversario de la creación del Museo Trotsky y del 20 aniversario de la creación del Instituto del Derecho al Asilo, que tiene su sede en la misma Casa Museo.

La jornada inició con la proyección de algunas imágenes que conformarán el documental «Un planeta sin visa», trabajo que está llevando a cabo la directora Lindy Laub y que parte del ingente material cinematográfico dejado por el militante trotskista David Weiss. En 1972, Weiss inició decenas de entrevistas a personajes clave del entorno de León Trotsky, la mayoría de los cuales ya están muertos, por desgracia. Debido a la avanzada edad de Weiss y a la falta de recursos, éste no pudo completar su ambicioso proyecto. Sin embargo, Laub se encargó de rescatar el material y actualmente está llevando a cabo, junto a la profesora Suzi Weissman del Saint Mary’s College de California, la labor de identificación de los entrevistados, traducción de las entrevistas y edición de las más de treinta horas de grabación que le legó Weiss antes de fallecer en 2005. Que el documental pueda ver la luz pronto dependerá de la existencia de financiamiento para poder completarlo.

Tras un breve intercambio de impresiones entre los asistentes al acto, la directora, la profesora Weissman y la académica Olivia Gall, Directora de la Casa Museo León Trotsky; el público asistente, conformado por militantes y simpatizantes del trotskismo de diversa procedencia, se dirigió al jardín de la Casa Museo. Aquí, donde se encuentra la estela en la que reposan las cenizas del revolucionario soviético y de su segunda esposa, Natalia Sedova, bajo la permanente mirada de una bandera roja, se llevó a cabo la parte más emotiva del homenaje.

El hijo de la primogénita de Trotsky, Zinaida Lvovna Vólkova, Esteban Volkow, único superviviente de la campaña de exterminio que emprendió José Djougachvili, alias Stalin, contra la familia Trotsky, dirigió unas palabras ante las personas allí congregadas. Volkow realizó una apasionada defensa de su abuelo, un revolucionario hasta la médula y hasta el final, alguien cuya «…lucha quedará plasmada en la Historia universal como un capítulo imborrable de heroísmo y de total entrega a la lucha por un mundo mejor, sin explotación, opresión ni violencia, para implantar un genuino socialismo sobre la tierra».

El asesinato de Trotsky, perpetrado hace ya siete décadas por un catalán de nombre Ramón Mercader del Río, militante comunista y agente de la NKVD soviética, posterior KGB, (quien fue condecorado como héroe de la URSS, la máxima distinción de la Unión Soviética pero cuya auténtica identidad sólo vino a saberse décadas después), no logró su propósito: silenciar a uno de los pensadores más lúcidos que habían protagonizado la Revolución de Octubre, borrar su existencia y hurtar su ejemplo a las generaciones futuras. Pero, paradojas de la vida, a pesar de los denodados esfuerzos de la dirigencia estalinista por sacar su nombre de los libros de Historia o su imagen de las fotografías de la Revolución Bolchevique, el pensamiento de León Trotsky sigue siendo tan fuerte y estando tan vigente como el día de su muerte.

Hoy, 21 de agosto de 2010, setenta años después de su asesinato, la defensa a ultranza del socialismo auténticamente revolucionario que encarnó Lev Davidovich Bronstein continúa viva, aunque dispersa, en los numerosos grupos que reivindican ese inmenso legado de «arsenal ideológico» que, en palabras de Esteban Volkow, su abuelo dejó a las nuevas generaciones de revolucionarios. Esta «peligrosidad» de su pensamiento es la única que explica que desde sectores de la derecha o, incluso, de alguna izquierda algo perdida, se siga ninguneando, cuando no tergiversando, la figura del que fue uno de los más destacados políticos que pisó este planeta en el siglo XX.


Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.