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Supermercados del abuso

Fuentes: Punto Final

Unos cien mil trabajadores laboran en los supermercados, dice Giuliano Silva, dirigente de la Confederación Nacional Trabajadores del Comercio y Vestuario (Consfecove). Entre sus afiliados figuran sindicatos de D&S, Montserrat y Economax. La táctica de estas empresas es la subcontratación. «Hay una empresa madre que maneja múltiples razones sociales», dice Silva. El caso de D&S […]

Unos cien mil trabajadores laboran en los supermercados, dice Giuliano Silva, dirigente de la Confederación Nacional Trabajadores del Comercio y Vestuario (Consfecove). Entre sus afiliados figuran sindicatos de D&S, Montserrat y Economax. La táctica de estas empresas es la subcontratación. «Hay una empresa madre que maneja múltiples razones sociales», dice Silva. El caso de D&S es emblemático. El Servicio de Impuestos Internos le ha detectado 120 razones sociales: «Eso atomiza la organización sindical, que no tiene fuerza suficiente para hacer valer sus derechos. Las negociaciones colectivas son desastrosas. En los últimos años se han constituido varios sindicatos y unos quince han negociado, sin conseguir prácticamente nada porque son muy débiles», explica Silva.

El año pasado se produjo un amago de incendio en un supermercado de Cerro Navia. Gracias a un taxista que avisó a los bomberos, los trabajadores se salvaron: estaban encerrados con llave. Hay denuncias de amedrentamiento, despidos, descuentos injustificados, etc. Un caso reciente. A los empleados de un supermercado los obligaron a firmar una cláusula en que aceptaban trabajar más horas. «Se hicieron las denuncias y los amenazaron con despidos. Frente a holdings poderosos, ¿qué hacer?», dice Giuliano Silva.

Es frecuente la imposición de 30 ó 40 turnos distintos y la excepción es la jornada fija. Los trabajadores están a disposición de los empleadores. Prácticamente no descansan. Si trabajan hasta las 23 horas, al día siguiente deben presentarse a las 7 de la mañana. Los obligan a trabajar casi en forma continua.

Los sindicatos de supermercados han hecho ver a las autoridades los problemas que ocasiona la multiplicidad de razones sociales con que funcionan los holdings. «Si hay 120 razones sociales en una empresa, ¿tenemos que formar 120 sindicatos? Es una aberración. Le dijimos al ministro del Trabajo que se jugara por la ley de subcontratación, pero la normativa no recogió este problema. Ahora tenemos una ley mala que no representa a los trabajadores y, además, aportillada por la derecha en el Tribunal Constitucional», agrega Silva.

MALTRATOS EN MONTSERRAT

El Sindicato Nacional Interempresa de Supermercados D&S y Otros Asociados, junto a los diputados Marco Enríquez-Ominami y Tucapel Jiménez, denunciaron maltrato a trabajadores de Supermercados Montserrat, que tiene 24 locales en Santiago. Señalan que de no haber solución, recurrirán a la OIT en Ginebra. Montserrat viola las normas sobre horas extraordinarias, jornada de trabajo, organización sindical y negociación colectiva. El presidente del sindicato, Hernán Mejías, dice que Montserrat obliga a sus trabajadores a laborar horas extras. Las tarjetas de control las maneja la empresa, que no permite que los empleados marquen al término de su jornada ordinaria. «En la bodega central de Supermercados Montserrat los choferes no tienen jornadas definidas, laboran más de las diez horas permitidas por la ley. El tiempo extraordinario no es pagado». En Colina, en la central de Campo Lindo y Mon Pan, propiedad de Montserrat, los gerentes ofrecen aumentos de 20 mil pesos para quien renuncie al sindicato. «Son prácticas que persiguen evitar que los trabajadores se organicen y luchen por sus derechos», señala Mejías.

Es una historia repetida. Montserrat se niega a recibir a la directiva del sindicato y a negociar colectivamente. Favorece a una organización sindical por sobre otra. Ofrece dinero para que los dirigentes renuncien a sus cargos. Todo está en conocimiento de la Inspección del Trabajo, pero no hay solución.

Los trabajadores de Supermercados Montserrat están atemorizados, pues aseguran que serán despedidos si entregan testimonios. Concurrimos a cuatro locales. En todos, nos dijeron que no podían hablar porque eran vigilados por sus jefes. A pesar de ello, una cajera del local Montserrat de calle 21 de Mayo dijo: «Hay demasiada sobrecarga de trabajo. Cada vez hay menos cajas. Así evitan contratar personal. Todo se concentra en unas pocas trabajadoras. Si se cae el sistema computacional, no podemos recibir cheques y las filas de clientes crecen. Nos maltratan verbalmente y siempre está la amenaza de despido. Además, nos presionan para que no nos sindicalicemos».

Supermercados Montserrat, Transportes Santander, Mon Pan, Bodega Central, Campo Lindo, Forcer y Bebidas Montserrat Cola, son empresas de la familia Bada. José Araneda (28 años), dirigente del Sindicato Interempresa y delegado del local Nº 7, dice: «Hay muchas prácticas antisindicales en la Bodega Central. Han amenazado despedirme, pero nuestro sindicato ha logrado reincorporar alguna gente. Hay maltrato, nos insultan, no nos respetan. Nos rechazan peticiones, nos prohíben cambiar turnos, etc.», dice.

En Bodega Central y Mon Pan hacían trabajar horas extras sin pagar. «En Bodega Central -en Panamericana con Zapadores-, eso sigue sucediendo. Ahí trabajan unas sesenta personas. En Mon Pan los choferes entran a las 7 de la mañana y a las 12 de la noche todavía siguen manejando».

Según José Araneda en el local Nº 7 de Montserrat «los que más ganan reciben 172 mil pesos, con los descuentos queda 140 mil. Queremos un aumento de 30 por ciento. Deberíamos haberlo recibi- do hace dos años, pero el otro sindicato nos vendió». El Sindicato Interempresa agrupa más de 500 trabajadores de Montserrat, Mon Pan y Bodega Central. «Hay compañeros a quienes el sueldo no les alcanza para costear gastos de enfermedades o estudios. Muchas trabajadoras son madres solteras. Los sueldos son muy malos. En otros locales hay graves problemas por maltrato a las embarazadas. Se supone que tienen derecho a colación especial, pero la empresa no cumple. Los trabajadores part time ganan entre 60 y 80 mil pesos. Hacen lo mismo que los de planta, pero trabajan cinco horas diarias y el fin de semana diez horas; pertenecen a la empresa Forcer».

Hace poco Supermercados Montserrat fue multado por «publicidad engañosa» y la autoridad sanitaria clausuró un local. El local Nº 7 ha sido multado varias veces por deficiente infraestructura y baños en mal estado: «Son horribles, las duchas no funcionan, no tienen cortinas y ni siquiera una goma para no resbalar. Los urinarios están siempre sucios y en mal estado. Recién inauguraron un local en Puente Alto, tienen dinero, pero no para subir sueldos», dice Araneda.

ENCERRADOS DE NOCHE

En Líder -del empresario Nicolás Ibáñez Scott-, cada local funciona con una razón social diferente. Lo hacen para violar los derechos laborales. 950 trabajadores de los locales de Viña del Mar y 650 de El Belloto realizaron su primera movilización en enero pasado, que incluyó una huelga de hambre. Exigían mejor trato, bonos y reajuste de sueldos. El presidente del sindicato de El Bello-to, Cristián Uribe, dice: «Líder nos respondió que mantendría las condiciones por cuatro años, lo que significaba que no podríamos negociar. Por eso se decidió la huelga». Cuando iniciaron la movilización comenzaron los despidos y amedrentamientos. «Siempre alegan que no hay dinero y que si aceptan mejoras salariales se pone en riesgo la continuidad de la empresa», dice. En agosto hubo despidos masivos. La presidenta del Sindicato Nº 2 de Viña del Mar, Lorna Aste, añade: «Es una práctica antisindical. El 90 por ciento de los despedidos pertenecían al sindicato».

En agosto de 2005 trabajadores del Líder de Estoril denunciaron que eran encerrados de noche cuando hacían inventarios. La empresa fue multada con 180 UTM. Tres veces al mes se obligaba a los trabajadores a inventariar existencias hasta la 7 de la mañana.

En los Supermercados Jumbo, Santa Isabel y Montecarlo -de Cencosud, propiedad de Horst Paulmann-, sucede algo similar. En noviembre de 2005 unos 1.300 trabajadores iniciaron una huelga legal. Cencosud se las arregló para contratar rompehuelgas. Las fiscalizaciones de la Dirección del Trabajo fueron prácticamente nulas. Los sueldos promedio en Cencosud apenas llegan a 147 mil pesos mensuales. La falta de fiscalización ha sido denunciada por sindicatos y parlamentarios. El diputado Tucapel Jiménez responsabiliza a las autoridades. «Cencosud y Jumbo tienen un mejor trato con sus trabajadores. Les afectan menos denuncias que a D&S, Montserrat, Unimarc o Puerto Cristo», dice Giuliano Silva.
Supermercados Unimarc -del empresario Francisco Javier Errázuriz- también son permanentes infractores de la ley laboral. «Es una de las empresas del sector retail que lleva la delantera en infracciones», dice Patricia Silva, directora del Trabajo.

OBLIGADAS A TRABAJAR CON PAÑALES

La dirigenta sindical del supermercado Líder de La Reina, Pamela Muñoz, señala: «Hay trabajadores que ganan 90 mil pesos. Muchos que laboran jornada completa no superan los 127 mil. En muchos supermercados imponen contratos por horas».

Cajeras y reponedores del Líder en La Reina también denuncian prácticas antisindicales. Iniciaron una huelga el 11 de marzo: «No hubo disposición de la empresa a negociar. Además existió hostigamiento de Carabineros. Nadie fiscalizó el ingreso de rompehuelgas». Un mes antes, D&S despidió a más de 1.200 trabajadores para reducir costos. La Dirección del Trabajo ha recibido muchas denuncias desde que D&S inició el negocio. Después de ocho años un grupo de trabajadores de Líder formó un sindicato en septiembre de 2003, en La Serena. Sus dirigentes eran ocho mujeres embarazadas. El fuero maternal impedía que las despidieran. Ese mismo año, todos los panaderos de Líder que intentaron sindicalizarse fueron despedidos.

Cajeras de Líder-Macul evitan hablar de maltrato: «No podemos», dicen. Otros trabajadores temen ser vistos conversando con un periodista. «Acá nos vigilan día y noche. Esto parece más una cárcel que un supermercado. Nos registran cada vez que salimos del local. Pero nadie habla por temor a perder el trabajo».

La Federación Campesina Bernardo O’Higgins, de la VI Región, y la Organización de Consumidores y Usuarios (Odecu), afirman que muchas cajeras de supermercados son «obligadas a trabajar con pañales, para que no pierdan tiempo en ir al baño». Pero las afectadas no se atreven a entregar su testimonio, por miedo a perder el trabajo. Otro caso es el de quince cajeras contratadas por igual número de diferentes empresas, aunque todas laboraban en el mismo local. Así ninguna podía sindicalizarse. En el Líder de Macul el tema es tabú: «No sabemos nada», dicen. Otras agregan: «Creo que eso pasó en regiones, acá no. Pero no podemos hablar».

Un 67 por ciento de la fuerza laboral trabaja subcontratada. «Hay hasta 150 figuras jurídicas con las que se contrata al personal», dice el diputado Sergio Aguiló. «Esas irregularidades se producen principalmente en las grandes empresas. Por medio de la subcontratación masiva eluden la normativa del Código del Trabajo, incumplen con el salario mínimo, horario de trabajo, horas extraordinarias y pago de cotizaciones», agrega.

BARREN CON PROVEEDORES Y REPONEDORES

La Fiscalía Nacional Económica denunció al Tribunal de Defensa de la Libre Competencia que los supermercados D&S y Cencosud han afectado las normas de libre competencia. Incluso compran terrenos donde se podrían instalar, eliminando potenciales competidores.

A comienzos de agosto, D&S informó a sus proveedores que el servicio de reposición ya no dependería de ellos. D&S «compite» con productos propios. Se denunció que algunos reponedores no han podido ingresar a trabajar y a cambio les ofrecen abandonar sus marcas para ser enganchados por Líder. La «reposición eficiente» consiste en reemplazar al reponedor -contratado por el proveedor o agencia de outsourcing- por un empleado de Líder para abaratar costos. Según la Dirección del Trabajo, en los locales donde se implementó el sistema la venta de las marcas Líder aumentaron 35%.

Según el presidente del Sindicato de Reponedores de Promogestión, Cristián González, «en el Líder Gran Avenida han contratado reponedores utilizando el amedrentamiento». Un reponedor de Líder-Macul, señala: «Durante Fiestas Patrias nos obligaron a trabajar gratis. Entramos el 19 de septiembre en la tarde y salimos el 20 en la mañana. Los que se negaron, fueron despedidos».

En regiones, a los sindicalizados no los dejan entrar a los locales. Ganan unos 250 mil pesos y Líder los recontrata con el mínimo. D&S dice que recontratará a cuatro mil de los actuales seis mil reponedores. Aladino Mendoza, del Sindicato Empresa Marketing y Promociones, dice: «Comenzaron a contratar personas desvinculadas de las agencias de subcontratación, pero en condiciones inferiores. No es D&S quien contrata sino cada local con una razón social distinta».