Las personas conocemos el mundo y los objetos a través de categorías: cualidad (características diferenciadoras), cantidad (gradación de la cualidad), espacio (lugar), tiempo (sucesión), causalidad (causa) y ley (entidad portadora de verdad).
Estas líneas introductorias sirven para adentrarnos en algunos aspectos del pensamiento quechua/quichua a los que podemos acceder a través de la lengua viva o de la que se conserva en múltiples documentos.
Hablando de la categoría de cualidad (mayken kay) vemos que las cualidades elementales del frío, el calor, la repulsión y el agrado aparecen para explicar los efectos de fenómenos naturales. Describen las sensaciones con formas onomatopéyicas: achachay (frío), arraray (calor), atatay (asco), ananay (agrado). Estas voces han pasado al español y están incluidas en el Diccionario de la RAE.
A través del desarrollo del adjetivo se puede mostrar la evolución de la categoría de cualidad.
Todas las lenguas conservan numerosos vestigios de la no diferenciación original del sustantivo y el adjetivo. Tenemos ejemplos, en el español, en las palabras compuestas: casa cuna, astro rey, telaraña, hojalata, madreselva, etc. En el quechua la relación de dos nombres es muy frecuente, el uno hace las veces de atributo del otro: quellkay maka (hierro+olla), literalmente: olla de hierro; tunqui sonco (corazón+recelo): corazón receloso; inti huañuy, (sol+muerte): eclipse.
En el desarrollo del quechua, ocurre que se abstraen cualidades del objeto por el principio de analogía o comparación: se utiliza mucho la expresión karishina, “mujer no dedicada a las labores domésticas”. Con el pasar del tiempo aparece la diferenciación del nombre en sustantivo y adjetivo: cada uno adquiere específicos indicadores gramaticales: sumaj kausay “buen vivir”, el adjetivo añade el sufijo j y, a su vez, el sustantivo añade el fonema y, también como sufijo. Lo mismo sucede con kispij atipay (poder libre) literalmente “autonomía”.
La medida de la cualidad se expresa con la repetición. En varias lenguas es así, en español contemporáneo se dice “lejos, lejos”. En quechua también se repite el adjetivo para dar significado de muy lejos: karu karupimi, “en lo muy lejos”, chiri chirimi “mucho frío”. Pero en el desarrollo de la lengua surgen formas gramaticales para expresar la medida de la cualidad: en el quechua: muy y más: ancha suni kunka, “cuello muy largo”; ashuan paukar , “lo más colorido”.
En un grado superior del desarrollo del pensamiento la cualidad se transforma en sustantivo y representa un grado mayor de abstracción; en quechua hay muchos ejemplos: allikay, “la bondad”; yurakay, «la blancura”; llakikay,”la tristeza”. El proceso lingüístico aparentemente implica una regresión, pero en realidad representa un nuevo grado de abstracción.
Bibliografía
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Imagen de portada: Universidad de San Marcos.
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