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¿Seguridad?

Fuentes: Rebelión

Según fuentes bien informadas una filtración ha llegado desde los despachos de la prestigiosa Agencia de espionaje V.S.A. (la Voz de su Amo) dedicada a la investigación de todo lo investigable. Dichas fuentes nos dicen que hay más que fundadas sospechas del hallazgo de una terrible y novedosa arma que en «manos» de peligrosos terroristas […]

Según fuentes bien informadas una filtración ha llegado desde los despachos de la prestigiosa Agencia de espionaje V.S.A. (la Voz de su Amo) dedicada a la investigación de todo lo investigable. Dichas fuentes nos dicen que hay más que fundadas sospechas del hallazgo de una terrible y novedosa arma que en «manos» de peligrosos terroristas nos conduciría a una situación harto complicada.

Se trata ds los supositorios V-37 cuyo origen de fabricación todavía no se ha podido determinar pero ha sido comprobado su alto poder destructivo.

Es fácil imaginar de que sutil manera puede ser transportado al interior de nuestros «inseguros» aviones. Su detección no es posible por los actuales sistemas instalados en nuestros sofisticados aeropuertos. No habrá AIRBUS que se les resista. Sólo la inspección visual directa del espacio indicado para su colocación, sobra una mayor precisión al respecto, podría evitar nuevos atentados aéreos.

¿ Cómo transmitir seguridad a quienes se desplazan por este medio de transporte? ¿Habra que añadir el tacto rectal a la ya larga lista de medidas de seguridad? ¿Estaría dispuesta la ciudadanía a soportar largas colas y de esas maneras- con sus vergüenzas al aire?

Cuento esta escatológica ficción harto ya de la continua historia de la «seguridad» ante la amenaza de atentados terroristas en los aviones. ¿ Dónde termina la dignidad ciudadana? ¿Hasta dónde están dispuestos a colaborar en su sumisión a las exigencias de las autoridades encargadas de velar por dicha seguridad? Teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de la población del mundo mundial jamás utiliza, ni utilizará un avión, resulta algo más que sospechoso el despliegue militar y mediático con el que se rodea cualquier noticia sobre inseguridad en los aeropuertos, ¿Es imaginable despliegue similar en estaciones de trenes, autobuses, metros…? Se utiliza el caos… pero sin pasarse, el caos absoluto ya no sería rentable a sus intereses.

QUI PRODEST?

La protección REAL es absurda e imposible. Si se quisiera provocar auténtico terror en los desplazamientos no habría escape posible. Un avión volando es fácil presa de un misil más o menos casero, lanzado desde tierra, adquirido en el siempre sencillo mercado de armas… Si se quiere aterrorizar cualquier barco puede sufrir

el impacto de un torpedo, o torpedo humano como ya fueron utilizados en la Segunda Guerra Mundial. Un tren, un autobús, un metro, como ya ocurre en otros puntos de este hipócrita planeta, pueda ser objetivo y es totalmente imposible el prevenirlo. No se puede hacer en todas los medios de transporte y estaciones varias lo mismo que en un aeropuerto. Por lo visto hay viajeros de 1ª y de 2ª… También hay muertos de 1ª, de 2ª, de 3ª y sin número. No hace falta más que observar como se trata el tema por los medios de comunicación según la ubicación del atentado y el origen de las víctimas. Si un grupo terrorista quiere amenazar a políticos, de nada sirven escoltas, pues el objetivo directo puede que no sea el mismo político amenazado, pueden ser personas cercenas o queridas. No habría escoltas suficientes. ¿ Negocios de empresas de seguridad, escoltas, sistemas de vídeo-vigilancia? La imprevisibilidad de quien quiere cometer un atentado contra alguien hace realmente imposible la protección verdadera.

Todos coinciden, según mi opinión, en un mismo objetivo. Que todos las ciudadanos nos sintamos inermes, desprotegidos, que necesitemos ser protegidos, que seamos profundamente sumisos, bien a los líderes mundiales o del propio país, o a los manejadores de armas. En definitiva siempre obedientes, siempre necesitados de «OTROS». Nunca autónomos.

Cuando la verdadera inseguridad que se debe sentir es la de estar cargándose este planeta de una forma totalmente irresponsable por la incontrolada avaricia de los poderosos, que expolian todo lo expoliable. Mi riesgo no es que me roben el bolso de un tirón sino el continuo robo usurero que la banca realiza a diario, véanse las sangrantes hipotecas. Y esta economía depredadora que se encarga de vaciar los bolsillos de quienes menos tienen. El hambre no es una. inseguridad si no una certeza asesina para gran parte de la población mundial.

Qué mayor inseguridad que la existencia de los ejércitos. Un solo ejército de un solo país ha provocado más muertos que todos los grupos terroristas del mundo juntos. Qué decir de los fabricantes de armas: fabrican y venden-cuanto más mejor, y las armas sólo sirven para matar o para amedrentar al otro. Se critica al «traficante» cuando es el fabricante y el país que se enriquece de ello el delincuente que más víctimas provoca. Se tratat hipócritamente, de controlar a ciertos países en su fabricación de armas nucleares, cuando los únicos que las han utilizado asesinando se autoproclaman como controladores éticos. ¿Por qué no desaparecen todas? ¿Quién me protege de ellos?

Nos quieren sumisos y atemorizados, pero debemos tener claro porqué y para qué nos quieren así. Vendrán, unos y otros, de salvadores. Pediremos más policías y controles, terminarán buscando el v-37… pero ellos mismos nos impiden ver el camino verdadero para un mundo realmente más seguro para todos. Una última cosa importante y muy peligrosa. Están tratando de que, ya qué todos estamos terriblemente asustados, vivamos en continua vigilancia, que quien se cruza en mi camino pueda ser una persona peligrosa, un presunto enemigo. Debo observarlo detenidamente, analizar si sus características coinciden con el prototipo de enemigo que los medios de comunicación han difundido últimamente. Esto es muy grave, pues perdemos una de las características más intrínsecas del ser humano, el acercamiento amistoso, cordial y solidario con el otro.

No vayamos a terminar todos buscando V-37s en el culo de los demás.