Del 13 al 20 de octubre, las luces se apagarán en las salas de cine de Córdoba y sus pantallas proyectarán, por vez primera, una de las selecciones más ambiciosas a nivel internacional de la producción africana reciente y de sus clásicos. En su 9ª edición, el Festival de Cine Africano de Córdoba (FCAT) se […]
Del 13 al 20 de octubre, las luces se apagarán en las salas de cine de Córdoba y sus pantallas proyectarán, por vez primera, una de las selecciones más ambiciosas a nivel internacional de la producción africana reciente y de sus clásicos. En su 9ª edición, el Festival de Cine Africano de Córdoba (FCAT) se ha trasladado desde su sede originaria en Tarifa llevando consigo todo el andamiaje de talleres de música y danza, espacios profesionales, charlas con cineastas, cursos de cine africano y mucho, mucho cine africano de la mejor calidad. Con casi 100 películas divididas en secciones fuera y dentro de concurso, y mientras aguardamos el pistoletazo de salida de su fiesta inaugural, me queda todavía algo de tiempo para dialogar con algunos de sus protagonistas, empezando por la joven documentalista sevillana Estrella Sendra.
Su ópera prima Témoignages de l’autre côté [Testimonios del otro lado, 2011] ha sido una de las seleccionadas para formar parte de AfrosCope; sección no competitiva en la que, según los organizadores del FCAT, se quiere ofrecer «una selección panorámica de películas africanas o internacionales acerca de las realidades africanas contemporáneas». Objetivo amplio y de contornos difusos, razón por la que se ven reunidas producciones de la más variada temática y estilo, y con un interesante elenco donde predominan en esta ocasión los autores españoles. Entre otras, se podrán ver las películas documentales Dimanche à Brazzaville, del tándem Enric Bach-Adriá Monés, Otra noche en la tierra, de David Muñoz y Ensayo final para utopía de Andrés Duque, Los Pasos Dobles, del archipremiado Isaki Lacuesta, y el cortometraje Amanar Tamasheq de Lluis Escartín
Después de haber sido seleccionada para representar a España en el European Charlemagne Youth Prize y de proyectarse con éxito en diversos salas no comerciales y centros culturales como el Aula Cervantes de Dakar, Témoignages de l’autre côté llega a Córdoba para ofrecernos una visión disonante a la que muchos «a este lado» comparten sobre la realidad de un grupo de inmigrantes subsaharianos residentes en España. Estrella Sendra (Sevilla, 1987), licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo con un Máster por la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de Londres (SOAS), ciudad en la que reside en la actualidad, se puede enmarcar dentro de un grupo de profesionales que, formados en el campo del periodismo y el audiovisual, encuentran en el documental un medio privilegiado de expresión desde el que ofrecer un discurso alternativo al que domina los medios de comunicación generalistas. Es el caso de la camerunesa Osvalde Lewat o la senegalesa Katy Lena Ndiaye, quienes pasan del periodismo al documental a la búsqueda de un medio más adecuado para analizar con mayor complejidad y detalle temas sociopolíticos de su interés. En sus obras, observamos dos estrategias complementarias: llenar el vacío de la representación de esos «otros» silenciados por los media a través de imágenes e historias que, a su vez, sirven como contrapunto a discursos estereotipados y reduccionistas donde imperan la miseria, el drama humano o la estatización de lo exótico. El tratamiento forma fílmica y los intereses temáticos difieren, pero tanto Lewat como Ndiaye comparten el apoyarse en una fuerte investigación previa de temas, espacios y personas; el respeto a sus protagonistas en la fase del rodaje, manteniéndose a la escucha de la realidad y las personas que filman y, para rematar, el huir de discursos dogmáticos simplificadores en la mesa de montaje a través de la experimentación con la sintaxis del lenguaje cinematográfico. Al pasar largas temporadas con sus protagonistas, la libertad y la complicidad que las autoras tienen con aquellos son palpables en las obras terminadas. La labor que estas directoras realizan como orquestadoras de una realidad mucho más amplia y compleja que las que documentales observacionales más clásicos nos ofrecen, son el fruto de un trabajo dilatado en el tiempo, en el que se han de tomar constantemente decisiones sobre la distancia de la cámara o sobre adentrarse en un espacio íntimo… Estas decisiones de base ética tienen, como efecto, el producir momentos únicos de complicidad entre los filmados y las cineastas que crean como efecto espacios donde «irrumpe lo real» o, como dice Lewat: «hendiduras, fragilidades: todo lo que está más allá de lo evidente. Lo que me interesa en las películas que hago es la capacidad de la gente corriente de compartir lo extraordinario» (Bonetti, M. y M. Seag, Through African Eyes. Conversations with the Directors. Vol. 2. Nueva York, African Film Festival Inc.: 2010. P. 117).
El mediometraje de presentación de Estrella Sendra es de estructura mucho más sencilla que el de las películas de las autoras citadas, pero permite avistar un futuro prometedor para la realizadora por el tratamiento respetuoso de sus protagonistas y la cuidada preparación del tema. Organizado a través de entrevistas a una grupo reducido de inmigrantes, con Mariama Badji, Assane Diouf y Asanne Niang erigiéndose como centrales, la estrategia de la directora es la de dejarlos hablar, teniendo como resultado que, a lo largo del metraje, éstos se apropian del discurso componiendo (aparentemente sin mediación de nadie) esa caleidoscópica muestra de «testimonios desde -ese- otro lado» metafórico y real. A pesar de ser ésta una corriente bastante explotada en otros países europeos como Francia, Bélgica, Alemania o el Reino Unido, en España nadie hasta Estrella se había propuesto realizar un documental de estas características, en el que se diese la palabra a esas «otras voces» silenciadas de los inmigrantes que han venido llegando desde África a nuestro país en fechas recientes. La fuerza de las declaraciones y opiniones de Mariama Badji, son una buena manera de enfrentarse a esa cuenta pendiente que todos tenemos con estas mujeres y hombres llegados «del otro lado»…
Y en esta tarea de dar la voz al otro sin excesivas mediaciones, nada mejor que conocer las opiniones de su directora en una entrevista realiza recientemente.
Beatriz Leal Riesco: ¿Cuáles han sido las motivaciones que te han llevado a especializarte en asuntos africanos y en su cine?
Estrella Sendra: Desde que vine a Londres a hacer el máster en SOAS me han preguntado esto mucho. Como dije en una ocasión, con motivo de una de las proyecciones del documental en Sevilla, cada vez doy una respuesta distinta. Sin embargo, siempre que intento responder pienso en determinada gente que, sin darse cuenta, me fue conduciendo, entre las muchas que tiene el mundo del cine y la comunicación, en esta dirección. Para no extenderme mucho, diría que en principio me movió la frustración por el tipo de información de los medios convencionales, las representaciones culturales de la televisión y del cine. Compartí este sentimiento con el profesor Rafael González Galiana, quien me recomendó que si quería de verdad llevar a cabo una investigación fuerte, me debía centrar en África, ya que entonces recibía mucha menos atención que América Latina. Fue entonces que empecé a establecer contactos con periodistas de medios que se autodefinían como «alternativos» y, poco a poco y debido al gran número de senegaleses que hay en Sevilla, me fui acercando a Senegal. En cuanto al aspecto cinematográfico, es curioso. Cuando estudiaba Comunicación Audiovisual, me sentía más identificada con el periodismo, que también estudiaba. Sin embargo, cuando volví de Brighton para terminar la carrera de periodismo, el efecto fue un poco el contrario; necesitaba cine para el tipo de comunicación y de investigación sobre representaciones culturales que quería hacer. Así que tuve la suerte de encontrar un equipo estupendo para hacer un proyecto documental sobre inmigración senegalesa en España. Por supuesto, el tener la oportunidad de estudiar cine africano en SOAS con una profesora y directora de festival de cine africano como Lindiwe Dovey ha sido crucial. La pasión no ha hecho sino crecer, porque aún están por explorar tantos aspectos importantes… Ahora que me incorporo a este campo poco a poco, me alegra conocer la gran cantidad de profesionales que lo integran.
BL: ¿Me puedes contar cómo surgió el proyecto que posteriormente se convertitía en Témoginages?
ES: El proyecto siguió a varias investigaciones que llevé a cabo para la universidad de Sevilla y que luego presenté en un proyecto sobre la representación de África en los medios. Cuando los releo, y aunque muestran indicios de mis intereses en las investigaciones que hago actualmente, algunas observaciones y afirmaciones me resultan hoy muy problemáticas. El género documental me parcía el más idóneo para tratar de afrontar la inmigración desde otro punto de vista. Hace unos años estuve en un proyecto de periodismo social, en el que los propios senegaleses señalaron la falta de información que había sobre el tema. Así que busqué a buenos compañeros para empezar a producir el documental. Manuel Broullón, un intelectual con grandes capacidades técnicas, estéticas y de post-producción, que tan bien complementaban mi interés investigador por los contenidos, con una mirada respetuosa; Ida Krogh, una chica danesa que estudiaba en Sevilla un máster europeo de Derechos Humanos y Democratización, que ya había hecho un documental en Burkina Faso; Pablo Lara, un espíritu inquieto y un oído afinadísimo, perfecto para el sonido del documental; y gente como Rafael, Áurea, Mateo, Daniela… Sin ellos, no habría sido posible acercarnos así a la inmigración. Para mi lo más importante era darle el micro a los inmigrantes, y que por una vez, hicieran ellos el balance de la experiencia, y dejasen de ser números. Lo más complicado era no dramatizar, porque en principio, quería que hubiese mucho menos diálogo. Pero en seguida me di cuenta de que ellos se sentían más cómodos contando que mostrando y que, al fin y al cabo, contando, se mostraban más. Y eso era lo más importante. Si a eso se le llama, sacrificar el aspecto técnico por cuestiones éticas, pues, sin problema. Para mí se trataba más de una puerta. Es curiosísimo que el proyecto tuvo una acogida buenísima entre los inmigrantes, quienes entonces empezaron a contar y mostrar todavía más. De cada proyección que hemos hecho, lo más interesante, sin duda, ha sido el debate posterior, y la ‘interpelación’ a una segunda parte. Entonces nos dimos cuenta de que habíamos conseguido nuestro objetivo.
BL: ¿Fue sencillo entrar en contacto con los entrevistados?, ¿cuáles fueron las razones que te llevaron a elegir a los protagonistas?
ES: Entrar en contacto con los entrevistados no fue nada sencillo. Hablamos con distintas organizaciones de distinto tipos que trabajaban con senegaleses residentes en Sevilla, pero la mayoría se mostraban muy reacios. No diría que por antipatía, ni mucho menos; todos fueron amabilísimos con nosotros. No obstante, compartían experiencias previas no muy positivas en iniciativas parecidas en las que habían colaborado. Además, una grabación muy importante se cayó muy a última hora. Al final, los contactos que quisieron involucrarse, en su mayoría, tenían siempre una relación amistosa intermediadora. Por ejemplo, Mariama era compañera de la Complutense de una investigadora que conocí en un congreso de comunicación social en Tenerife. Assane Niang era un joven al que mi amiga Lidia había ayudado con el tema legal, y Assane Diouf era un contacto muy indirecto con un familiar de Áurea. Luego resultó que todos ellos se conocían entre sí. Fue una pena no poder grabar con Demba, a quien casi todos los senegaleses de Sevilla conocen y admiran; pero empezó a llover como nunca y las circunstancias fueron dando forma a este documental. Siempre me ha gustado decir que el documental también es sus silencios, lo que no ha salido, porque existen muchas razones que explican esos silencios, que no creo que sean carencias. Lo que puede mejorarse corresponde a otra dirección.
Me preguntas sobre la elección de los protagonistas… En cuanto a conocí a Mariama lo tuve clarísimo: ella tenía que ser la voz experta del documental. Muchos han destacado luego de manera positiva que sea una mujer la que lo protagonice, la que configure el hilo conductor. Pero, si te soy sincera, yo no pensé en ‘género’ cuando la conocí. Simplemente, ella era lo que daría fuerza al documental y originaría una polémica de una forma muy tolerante, muy humana, pero también con una clara exposición de ideas. Ahora de hecho, va a codirigir la segunda parte del documental conmigo, desde Senegal. Nuestra relación ha sido muy fuerte. Los Assanes, como yo los llamo, eran perfiles muy distintos a Mariama. Me interesaba dedicar una secuencia al trabajo de la Casa de Acogida, tan importante, pero también, introducir la opinión personal de Assane Diouf, no sólo como responsable de la Casa de Acogida, sino como senegalés con pasaporte español y muchos años de residencia en España. Assane Niang tuvo una frase que marcó mucho: ‘la gente no te mira como a una persona’. Sus testimonios eran tan sencillos que proporcionaban un contraste interesantísimo con las críticas audaces de Mariama. Ellos son el documental y, ahora, para mí, son mucho más que mis entrevistados y que nos une una relación muy estrecha.
BL: ¿cCuáles han sido los cauces que has seguido para obtener financiación? Sé que ya estás preparando la segunda parte: ¿en qué fase está tras tu viaje a Senegal este verano?
ES: En este primer proyecto no buscamos financiación, sino que reunimos nuestro equipo, lo completamos con el de la Facultad de Comunicación y decidimos montar un documental que nos ayudase a conseguir financiación para una segunda parte. Entonces no hubo ninguna subvención ni convocatoria para un proyecto así y no quisimos cambiar de idea por cuestiones económicas. El carecer de financiación externa tenía la ventaja de una completa independencia, pero también sus limitaciones. Fue una pena que a pesar de ganar el Premio Europeo Carlomagno de la Juventud a nivel nacional, no lo ganásemos a nivel europeo, porque habría sido una fuente perfecta para financiar la segunda parte. Aunque parece ser que la proyección en Senegal dejó huella y estamos moviendo redes interesantes para la segunda parte.
BL: Entonces: ¿tu viaje de este verano te ha servido para recabar información? ¿has empezado a filmar?
ES: Mi viaje a Senegal tenía varias excusas prácticas que servían como justificación para un viaje que me interesaba más hacer a nivel personal y por motivos académicos. No podía especializarme en un país que conocía sólo a través de sus libros, películas y senegaleses emigrados. Tenía que estar allí y ver qué tal me sentía. Y fue aún mejor de lo que jamás había imaginado. En primer lugar, iba a proyectar el documental, acordado con la Embajada española en Dakar, cuyo director Antonio Pérez Hernández es un auténtico profesional de una amabilidad inconmesurable, y con José Ignacio Sánchez de Villapadierna, director del Aula Cervantes. El espacio era precioso y la asistencia fue muy numerosa. En segundo lugar, iba por motivos de la tesina, a visitar a Louga, donde Ibrahima Ndoye y Babacar Sarr me recibieron también amabilísimamente para contarme todo sobre el Festival de Folklore y de Percusión de allí, en el que centraba mi análisis crítico sobre representaciones culturales en Senegal para mi tesina. Y en tercer lugar, para hacer unas prácticas en la sección cultural del periódico Le Soleil y ver cómo se trabajaba allí en representaciones culturales desde la prensa. Fue una experiencia muy enriquecedora que me puso en contacto con muchísima gente que inevitablemente me ha hecho recabar mucha información para el segundo documental. Hoy por ejemplo acabo de confirmar una participación de una artista plástica que conocí allí, Goundo Diop, para la segunda parte del documental. Sus pinturas hablan de fronteras, del otro lado, sobre la naturaleza… Hay muchísimo sobre inmigración ahora en Senegal. Me sorprendió mucho.
BL: ¿Nos puedes hablar de tus referentes cinematográficos? Por supuesto, no me estoy refiriendo exclusivamente a los africanos.
ES: Como referentes cinematográficos, Manuel Broullón es un gran amante de José Luis Guerín, del filósofo Bergson, y, como yo, de Medem, de Godard y la Nouvelle Vage. Más en esa dirección irá el segundo documental, sin llegar a ser un cine-ensayo. Pero me gustan mucho directores africanos como los senegaleses Moussa Sené Absa, cuya película documental más reciente (Yoole, 2010) está muy en la línea de este proyecto; Joseph Gaï Ramaka, con su peliculón Karmen Geï (2001) o el mismísimo Ousmane Sembène, que tanto reflexiona sobre el papel de la comunicación y la mujer al mando de todo… Ah, también me encantó la película Princesa de África (2009), de Juan Laguna.
BL: ¿En qué proyectos estás trabajando en la actualidad?
ES: En lo audiovisual, en principio, en esta segunda parte de Témoignages, que va a ir en torno al agua. Cuando estuve en Dakar, fue algo con lo que me encontré muchísimo. Todo era una isla con una presencia armónicamente contradictoria con el otro lado, los pescadores, las ‘pirogues’… ¡Y con Mariama tengo alguno académico más! Más adelante, me gustaría participar en otros documentales de temas más de allí, más locales; pero bueno, poco a poco…
BL: ¿Cómo ves la relación de Europa y España con África, leída con el filtro (o la luz) de la crisis actual? Sé que es un tema muy complejo, pero me gustaría saber brevemente tu opinión ya que has tenido que ocuparte del tema en tus investigaciones.
ES: En efecto, esta pregunta es muy complicada y muy extensa como para responderla de manera debida en una entrevista como ésta… Pero tengo la sensación de que como allí no hay petróleo, no parecen tener demasiado interés en establecer relaciones de las que a Europa le interesa (económicas) y creo que es un gran error. Muchas veces me preguntan que si yo me dedico a cooperación, o lo afirman, directamente, y no. Yo soy comunicóloga y me interesan los medios de comunicación críticos y los estudios culturales. En ningún momento pienso en una tarea caritativa o de ayuda. Claro que la implicación en los contenidos lleva muchas veces a ese terreno, pero de otro modo. Creo que si España (y Europa) sigue manteniendo esa imagen prepotente que a veces conlleva la cooperación, la situación no va a cambiar demasiado, porque existe una posición muy desiquilibrada entre un país y el otro. También creo que la estigmatización del África negra es mucho peor que la que existe con el África árabe y que, incluso, son conceptos desconocidos. No obstante, hay muchos estudios e investigaciones, como el GERM, del que Mariama forma parte, que están ya denunciando y desvelando las relaciones políticas, por ejemplo, entre España y Senegal y que dan lugar a situaciones inhumanas de emigración e inmigración en España. Y me consta que hay mucha voluntad de cambiar el tipo de relación con Senegal. El director del Parlamento Europeo en España, Ignacio Samper, me causó una impresión buenísima, cuando vino a apoyar la presentación del documental en Sevilla no sólo por el gesto en sí, sino por la idea de ‘cooperación’ que tenía con respecto al reto de Europa en sus relaciones con África. Igualmente, en Dakar, Cultura Dakar, dirigida por Antonio Pérez, lleva a cabo unos proyectos absolutamente integradores, que no impone modos europeos en la organización cultural de Senegal, sino que adopta los senegaleses para el modo de participar en esa cultura y así, enriquecer también con artistas españoles. Pero África es enorme…
Beatriz Leal: Regreso a la reflexión del inicio para concluir este artículo. Cuando empecé a preparar este diálogo entre Estrella, Mariama, Osvalde, Katy, «los Assane» y su público, me propuse, primero, no desvelar en exceso antes del estreno de la película y, en segundo lugar, abrir el apetito al espectador que pueda acercarse a Córdoba. No me cabe duda que las declaraciones de la autora han logrado ese efecto que yo buscaba, demostrando de nuevo cómo las voces de los protagonistas de cada historia tienen una bellísima proximidad de las que carecen las palabras mediadoras de la crítica…
Sin embargo, todavía quedaran aquellos escépticos que no se dejen embaucar por la melodía de las palabras, provengan ellas de donde provengan. Para ellos, las imágenes del trailer: http://vimeo.com/33978668
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.