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Temucuicui o cómo las políticas erradas desfavorecen a nuestro pueblo Mapuche

Fuentes: Rebelión

Los últimos sucesos que han tenido lugar en Temucuicui nos demuestran cómo las políticas erradas van provocando una escalada de conflictividad que sólo desfavorece a nuestro pueblo. La comunidad de Temucuicui ha sido víctima de una larga «historia de injusticias» (Ver: http://www.mapuexpress.net/?act=publications&id=29). Hasta hoy, tras 13 años de vigencia de la llamada «ley indígena», los […]

Los últimos sucesos que han tenido lugar en Temucuicui nos demuestran cómo las políticas erradas van provocando una escalada de conflictividad que sólo desfavorece a nuestro pueblo.

La comunidad de Temucuicui ha sido víctima de una larga «historia de injusticias» (Ver: http://www.mapuexpress.net/?act=publications&id=29). Hasta hoy, tras 13 años de vigencia de la llamada «ley indígena», los avances en favor de la recuperación de su espacio vital han sido mínimos, y la institucionalidad no ha sabido responder a las antiguas demandas de nuestros hermanos y hermanas.

La respuesta del gobierno ha sido criminalizar las demandas de nuestro pueblo y crear un clima de verdadera «guerra interior» para aplastar el reclamo de las comunidades. Esto y no otra cosa es lo que ha sucedido en Temucuicui.

Los medios de comunicación, al servicio de los usurpadores, especialmente de los del gran capital forestal, han manipulado las informaciones acerca de la situación que viven esta y todas las comunidades mapuche.

Hace pocos días, vimos con desagrado cómo se aplica justicia blanda a los criminales chilenos con poder (Spiniak y otros, ver: www.nodo50.org/azkintuwe/agos14_1.htmwww.mapuexpress.net/?act=news&id=1098&PHPSESSID=e16191e2f55ed4372ff65452e8198c3b), luego vimos cómo se condena a muerte y ejecuta en el acto al infractor cuando es mapuche (Ver: www.nodo50.org/azkintuwe/agos31_3.htm. La prensa, por su parte, crea un falso clima de violencia y delincuencia de parte de los mapuche, para impedir que tengan lugar las aspiraciones de las comunidades, como la adquisición de tierras.

En este marco, es destacable que la comunidad de Temucuicui, con su longko, hayan iniciado un acercamiento a la dirección de la Conadi, con el fin de que ésta intervenga para que el Gobierno y las fuerzas policiales suspendas las acciones de hostigamiento en contra de la comunidad. Era una buena señal, que el director de la Conadi se haya acercado a escucharlos y a buscar iniciativas favorables al entendimiento y solución de los problemas ancestrales.

Pero por el contrario, es lamentable que en este contexto, un sector de la comunidad haya agredido al director y personal de la Conadi, al final de una reunión en que todos participaron y como dueños de casa tuvieron la oportunidad de plantear todo lo necesario al director.

Cuando una minoría actúa contrariando los planes tácticos del longko, se está faltando al respeto que la comunidad debe a su autoridad tradicional. En este caso, se ha pasado a llevar a la dignidad de las autoridades.

Es doloroso que de esta forma, los mapuche estemos condenando y creyendo «hacer justicia» a otros, que también son mapuche. De esta forma nos rebajamos a cometer lo mismo de que acusamos al wingka. estamos cayendo en la trampa wingka, de usar un pensamiento contrario a nuestros principios ancestrales. Ha predominado el resentimiento y el deseo de venganza, aplicado esta vez no contra los que usurpan y amedrentan a nuestro pueblo, sino contra hermanos de nuestro propio pueblo.

Todos estamos conscientes que ha habido una mala gestión institucional en la Conadi, pero hay que delimitar las responsabilidades y los responsables y no actuar con una lógica wingka.

La comunidad de Temucuicui tiene la fuerza de la razón en sus demandas. No necesita de la agresión física para hacerse justicia.

Se hace necesario un llamado a la reflexión por parte de los jóvenes. La agresión del pasado martes 22, no ha favorecido las demandas de la comunidad y hemos quedado mal ante una opinión pública que se deja manipular por los medios de prensa wingka. Hemos alimentado el mito wingka que imagina a nuestro pueblo como violento y agresivo.

Cuando cambiemos nosotros, podremos ayudar a los demás a cambiar la manera de pensar. Hagamos conciencia de lo que significa ser mapuche, logremos que la comunidad esté mayoritariamente a favor de nuestras ideas. Si no, cualquier acción de una minoría será inútil y sólo contaminará el proceso de transformaciones en favor de la redignificación de nuestro pueblo, sólo hará retroceder en el camino hacia la autonomía.

Esperamos que prevalezca el rakiduam, el pensamiento mapuche cuerdo, que las autoridades mapuche refuerzen su conducción del proceso de recuperación, conforme a nuestros propios principios. Que las autoridades del estado chileno entiendan que no se puede seguir sosteniendo por la violencia policial y la manipulación institucional y comunicacional, una situación de injusticia que una y otra vez provocará crisis mientras no se resuelva con equidad en favor de las comunidades.

Los indígenas urbanos solidarizamos con nuestros hermanos mapuche en su proceso de recuperación territorial, pero también con nuestros hermanos agredidos sin necesidad.

 

 

 

 

Jose Llancapan Calfucura es consejero indigena urbano