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Terapias o torturas de conversión

Fuentes: Rebelión

Les llaman sutilmente “terapias de conversión”. Todavía está por verse las técnicas y “terapias” a utilizar por esta variante de torturadores.

Por lo general un oficio o profesión se desarrolla por necesidad social. Hay oficios más tolerables que otros. En el caso de los médicos,sacerdotes, abogados, ingenieros, contables, economistas, educadores, tenemos unos grupos sociales que por necesidad terrenal o espiritual desarrollan un monopolio del saber que les imparten poder particular, mayor a unos que a otros, en el enramado social.

Por variedad de factores, por determinadas experiencias históricas o sobre todo en esta era cibernética y de predominio del capital financiero, narcotráfico y especulación farmacéutica, algunos oficios han continuado mermando en la estima pública. Hay oficios que por necesidades son objeto de amplia demanda por la población. Algunos muy antiguos como artesanos, enfermeros, parteras, cocineros, instrumentistas, herreros y plomeros, otros más modernos como mecánicos, técnicos de aires, electro domésticos y cibernéticos. Hay oficios un poco misteriosos más relacionados con la muerte como los sepultureros, embalsamadores, arriesgados como los militares, otros muy tenebrosos como los verdugos, mercenarios, torturadores y gatilleros.

Las necesidades biológicas y la inclinación al vicio producen en el mercado ilegal, prostitutas, prostitutos, gigolos, proxenetas, adictos, capos, gatilleros. Las necesidades estéticas y de entretenimiento producen pintores, cantantes, músicos, escritores, libretistas,cineastas, actores, productores, promotores, agentes, entrenadores. De ciertos deportes aficionados surgen oficios remunerados de fuerza y energía propios de la vitalidad juvenil. Peloteros, baloncelistas, futbolistas, corredores y muchos otros. El boxeo y las artes marciales de defensa y ataque como el karate, judo, jujitsu, kempo, mou tai, lucha olímpica, nutren a los oficios milenarios de boxeadores y las nuevas modalidades de combates mixtos y también a puro nudillo (“bare nuckle”)

Entonces a algunos desquiciados se les ha ocurrido una nueva faena fantasiosa y vil, que no se funda en necesidades vitales, sino en odios y prejuicios, que requerirá unos oficios y personeros muy depravados que la instrumenten. Me refiero a las terapias de conversión y a los torcedores de carácter.

Según he podido recoger de aquí y allá hay sectores fundamentalistas que odian ciertas orientaciones sexuales. Y se han ingeniado forzar el cambio de orientación sexual a la comunidad discriminada LGBTQ. Políticos coloniales le han hecho coro.

Les llaman sutilmente “terapias de conversión”. Todavía está por verse las técnicas y “terapias” a utilizar por esta variante de torturadores.

Por supuesto que la silla eléctrica, el garrote vil, la horca, el gas letal, el paredón son muy drásticos, no se busca exterminar sino convertir a los pacientes, y estarán pensando cómo disminuir sus efectos. Así pues a la silla eléctrica se le reducirá el voltaje y en cómodas butacas propias para estas terapias se aplicarán cargas menores a los 220 o 110 kilowatts. La lengua se sostendrá sin tenazas.

Los lectores de la biblia recibirán tratamientos para callos en las cuerdas vocales de tanto hablar.

Queda por definir el currículo o educación continúa para preparar a los torcedores de carácter. Candidatos para estos oficios siempre surgirán. Los verdugos, maltratantes, torturadores y odiantes de toda clase estarán ávidos por ganarse unos pesitos.

Candidatos no faltarán. Bastará un anuncio de convocatoria de empleos para que a Puerto Rico viajen en hordas-motivadas por pasajes aéreos tan baratos- supremacistas, paramilitares, verdugos, kukluxclanes, nazi facistas, gatilleros, torturadores, mutiladores sexuales. Los turistas lúmpenes harán caravanas de celebración y bienvenida.

Tradición y referencias habrá de sobra. .

Se revivirán los recuerdos de la Santa Inquisición y los campos de concentración alemanes y de dictaduras. Personajes como Cornelius P. Rhodes- aquella bestia que Albizu Campos denunció su carta en la que admitía haber inoculado con cáncer a puertorriqueños , raza que afirmaba había que exterminar- servirán de inspiración. (1)Es más, Universidad o Instituto de Conversión Cornelius P. Rhodes será un buen imán para las matrículas. Es campo nuevo para técnicas y currículos.

Afortunadamente, y ya saliendo de la hipérbole satírica, se ha presentado un proyecto de ley número 184 del Senado por los legisladores contestatarios José Vargas Vidot (independiente), María de Lourdes Santiago (PIP) y Rafael Bernabe (MVC) para prohibir esas nefastas prácticas de presiones psicológicas que se venían implantando en iglesias y por profesionales de salud en niños y jóvenes y diversas personalidades como ex gobernadores y sectores de la sociedad civil y política han respaldado.(2)

* Abogado, profesor, escritor de múltiples ensayos, autor del libro La Deuda Odiosa y la descolonización de Puerto Rico (Publicaciones Libre Pensador, 2018), egresado de Harvard, Magna Cum Laude (1987).

Nota.

(1) Cornelius P. Rhodes, “licenciado en medicina por la Universidad de Harvard, donde también ejerció como profesor de Patología, en 1928 se unía al prestigioso Instituto Rockefeller de Investigación Médica. Tres años después aceptaba una invitación del hematólogo de Harvard William B. Castle, director de la Comisión de Anemia Rockefeller, para desplazarse al Hospital Presbiteriano de San Juan de Puerto Rico. El objetivo era investigar la anemia endémica en la isla, causada en algunos casos por el parásito anquilostoma, y en otros asociada a una dolencia de naturaleza (hoy aún) desconocida llamada esprue tropical.

“ Rhoads escribía una carta dirigida a su amigo y colega de Boston Fred Stewart, en la que daba un giro completo a su paradisíaca estampa inicial y se despachaba con la siguiente sarta de perlas: «Los puertorriqueños son sin duda la raza de hombres más sucia, perezosa, degenerada y ladrona que jamás ha habitado esta esfera. Te enferma habitar la misma isla que ellos. Son incluso más bajos que los italianos. Lo que la isla necesita no es trabajo de salud pública, sino una ola gigante o algo para exterminar por completo a la población. Entonces sería habitable. He hecho lo máximo que he podido para impulsar el esfuerzo de exterminio matando a ocho de ellos y trasplantando células cancerosas a varios más. Esto último hasta ahora no ha causado ninguna muerte… La materia de consideración hacia el bienestar de los pacientes no tiene cabida aquí. De hecho, todos los médicos disfrutan en el abuso y la tortura de los infortunados sujetos».

Javier Yánez. El oncólogo «exterminador» que se jactó de matar a los puertorriqueños que trató. El Español.

https://www.elespanol.com/ciencia/salud/20171207/267723865_0.html

(2) “Entre sus 12 y 16 años, una consejera, una trabajadora social y dos psicólogas trabajaron para suprimir la identidad de género y orientación sexual de Mila García mediante prácticas que la llevaron a una depresión severa hasta el punto de un intento de suicidio. Mila, armada de valor, contó hoy su historia”

David Cordero Mercado. Alzan su voz los sobrevivientes de las terapias de conversión. El Nuevo Día. 24 de marzo de 2021.https://www.elnuevodia.com/noticias/locales/notas/alzan-su-voz-los-sobrevivientes-de-las-terapias-de-conversion/