Querido y respetado Comandante Guevara: Hace dos años, en el 76 Aniversario de tu nacimiento, en esta misma ciudad de Rosario, nos reunimos argentinos y cubanos, e inspirados en los más profundos sentimientos humanos te escribimos la Segunda Carta Imaginaria, donde actualizábamos los principales acontecimientos sucedidos en el mundo, en el contexto de la gran […]
Querido y respetado Comandante Guevara:
Hace dos años, en el 76 Aniversario de tu nacimiento, en esta misma ciudad de Rosario, nos reunimos argentinos y cubanos, e inspirados en los más profundos sentimientos humanos te escribimos la Segunda Carta Imaginaria, donde actualizábamos los principales acontecimientos sucedidos en el mundo, en el contexto de la gran confrontación entre las fuerzas retrógradas impulsadas por los enemigos de la humanidad y la espiritualidad revolucionaria de los que luchamos por un mundo mejor, como tu soñaste y por el que ofrendaste tu vida generosa en Bolivia.
La fecha del 14 de junio siempre la celebramos con el mayor optimismo, conscientes de que tus ideas, no solo se han confirmado históricamente, después de tu desaparición física, sino que tu figura se agiganta ante los demás seres humanos y está presente en cada movimiento de lucha por la liberación definitiva de los pueblos explotados del mundo.
En nuestra carta anterior expresábamos con firmeza que los revolucionarios latinoamericanos estábamos pasando la etapa de los combates para entrar en una fase superior de lucha donde se darían batallas contra la explotación, la desigualad y la injusticia. Y eso sería posible en la medida en que se fortaleciera la unidad entre nuestros pueblos, y dentro de cada uno de ellos, identificando con más nitidez nuestros objetivos comunes.
¿Cuál es la situación del mundo en el momento en que celebramos el 14 de junio del 2006, y qué condiciones presenta América Latina en comparación con lo descrito en la carta leída en junio del año 2004?
A nivel global el primer fenómeno concreto que se ha agudizado y afecta directamente a nuestros pueblos, es la nefasta asociación estratégica entre la Unión Europea y los Estados Unidos, que como se conoce, es la potencia hegemónica y el gendarme del actual orden económico y político a nivel internacional. Ese orden impuesto es totalmente injusto y excluyente y sus únicos beneficiarios son esas dos grandes potencias en contra de todos los países de América Latina y el Caribe.
La deuda externa de nuestros países con la Unión Europea se ha pagado más de dos veces en las últimas décadas y aun seguimos pagándola. No hay que olvidar que los países latinoamericanos y del Caribe son exportadores de materias primas e importadores de productos de más alta tecnología. La Unión Europea y Estados Unidos se benefician de la emigración creciente de profesionales y técnicos formados con grandes esfuerzos y escasez de recursos en nuestros países.
Varios analistas han demostrado que esta polaridad entre Estados Unidos y la Unión Europa ha traído aparejadas las transferencias masivas de propiedades, riquezas naturales, ganancias y regalías de distinto tipo, desde América Latina y el Caribe hacia esas dos grandes potencias. Ese modelo mal llamado de democracia y libre mercado, ha tenido como antecedente más escandaloso el saqueo llevado a cabo por las empresas y los bancos transnacionales entre 1975 y el año 2000, que ascendió a más de 950 mil millones de dólares.
Ese saqueo sin desarrollo condujo a una crisis general que puso al borde del colapso varias economías latinoamericanas, como las de Argentina, Ecuador, Bolivia, Brasil y otros países. Los saqueos y las crisis llevaron a los alzamientos populares que condujeron al derrocamiento de 10 presidentes neoliberales, subordinados domesticadamente a Estados Unidos y la Unión Europea. (3 en Ecuador y Argentina, dos en Bolivia y uno en Venezuela y Brasil.
A partir de esos hechos, los movimientos populares se movieron de manera pendular entre posiciones progresistas, de centro izquierda o francamente hacia actitudes cautelosas, frente a las potencias hegemónicas. Muchos se replegaron a partir del año 2003, pero simultáneamente se fueron delimitando los campos abriéndose un nuevo escenario con la presencia en el terreno del juego, de la revolución bolivariana liderada por Hugo Chávez. Lo seguiría posteriormente el triunfo electoral de Evo Morales en Bolivia, que cambiaría la configuración de polaridad en nuestros países.
Otras fuerzas que han jugado un papel fundamental en América Latina en los últimos tiempos, han sido los movimientos indígenas, que dicho en plural por sus distintas características, se han hecho sentir con fuerza en países como: México, Bolivia, Ecuador y el pueblo mapuche en Chile. Aunque no con la misma caracterización, también ha dado una importante contribución el Movimiento de los sin Tierra (MST) de Brasil y otros movimientos populares de Argentina.
Hoy tenemos que reconocer, y decirlo con júbilo, que en América Latina se libra la batalla principal contra la globalización neoliberal. Con modestia pero con realismo, los cubanos podemos afirmar este 14 de junio, que nos sentimos profundamente satisfechos al comprobar que en el cambio de esa correlación de fuerzas en América Latina ha estado presente el pensamiento guevariano y el estímulo aportado por la revolución cubana, por su tenaz y prolongada rebeldía frente al imperialismo norteamericano, que ha tratado de sojuzgarla por medio de todo tipo de agresiones; militares, económicas, mediáticas y de aplicación del más vulgar de los terrorismos.
La reacción del gobierno de Estados Unidos frente a esta ola revolucionaria ha empezado por mostrar nuevamente la fuerza de su poder reaccionario y militarista, todo en función de proteger sus intereses en el continente y en los países del Caribe.
En la cercana Bolivia, los propagandistas de las grandes corporaciones transnacionales tratan de presentar al Presidente Evo Morales como un ciego seguidor de Hugo Chávez y Fidel Castro. No quieren reconocer, que años antes de la elección de Chávez ya se habían producido fuertes movilizaciones populares en Bolivia, que culminaron con el derrocamiento de más de un presidente. En verdad, Evo Morales lo que ha hecho es cumplir con el mandato de su pueblo, tratando de satisfacer sus ansias de libertad e independencia económica y política; y como ha declarado el mismo recientemente, siguiendo las ideas libertarias del Che Guevara.
Otro elemento interesante de la región, luego del embate popular contra el neoliberalismo y sus efectos, es la postura a que han sido llevados algunos sectores de la burguesía, que no han tenido otra alternativa que presionar a algunos gobiernos para que tomen una posición más independiente. Este es el caso de algunos países que hicieron fracasar el intento de Mister Danger W. Bush de imponer en la Cumbre de las Américas en Mar del Plata el calendario recolonizador del ALCA..
Debe estar claro, también, que para algunos de esos gobernantes lo que está planteado no es la voluntad de hacer una revolución profunda ni mucho menos. De lo que se trata es del rescate de su soberanía y sus recursos naturales para orientarlos a un desarrollo más racional dentro de una integración regional al margen de Estados Unidos.
Se esta produciendo un fuerte movimiento popular en muchos países para evitar que se perpetúen en los gobiernos fuerzas incondicionales a la política fascista de Mr. Danger. En ese contexto resulta importante el unir voluntades a fin de debilitar la dominación imperialista. La unidad de las fuerzas progresistas en ese empeño, combinada con tácticas flexibles, aunque sin concesiones de principios, parece no solo conveniente sino indispensable.
El esfuerzo de integración latinoamericana promovido por el Presidente Hugo Chávez con su Alternativa Bolivariana para las Américas, no solo implica el rescate de las nobles ideas del libertador Simón Bolívar sino que representa la única salida viable para los pueblos, hasta ahora sojuzgados por el imperialismo norteamericano.
Cualquier persona sensata es capaz de reconocer que, el llamado libre comercio y el movimiento de capitales promovido por el ALCA, solo traería mayor miseria, dependencia y explotación para nuestros pueblos. Ya esto está más que demostrado en el caso de países como México, que fue el primero en plegarse a los designios de Washington con la firma del TLC. Para nadie es un secreto que Vicente Fox se identificó en Mar del Plata como el más fiel cancerbero de Bush.
Todo esto no quiere decir que el ALBA sea la gran panacea a la hora de su implementación. No es lo mismo el grado de complementación existente entre Cuba, Venezuela y Bolivia, que el existente entre otros países de la región. Varios analistas coinciden en que los recursos de que dispone Venezuela hacen viable el proceso de integración con Bolivia en sectores claves de su economía.
En el caso de Cuba, aunque no cuenta con grandes recursos naturales, es incuestionable su avance en sectores fundamentales como la salud, la educación, la biotecnología, la informática y otros servicios fundamentales, los cuales son deficitarios en Venezuela, Bolivia y otros países latinoamericanos y del Caribe.
Tan viable es el proceso de integración entre Cuba y Venezuela, que apenas recién firmado los acuerdos del ALBA en la Habana, ya se están llevando a feliz ejecución varios proyectos importantes entre los dos países, en áreas como el sector marítimo, los ferrocarriles y otras.
Comandante Guevara, cuando el Presidente Kennedy lanzó en Punta del Este en 1962 su programa de la Alianza para el Progreso, tu pensamiento visionario permitió que expresaras las siguientes palabras:
«Esta Alianza para el Progreso es un intento de buscar solución dentro de los marcos del imperialismo económico. Nosotros consideramos que la Alianza para el Progreso, en estas condiciones será un fracaso. En primer lugar, sin que se considere de ninguna manera una ofensa, me permito dudar de que se pueda disponer de 20 mil millones de dólares en los próximos años. Las trabas administrativas del gran país del norte son de tales características, que a veces se amenaza -como creo que en el día de hoy – con regimentar créditos hasta de 5 millones de dólares para el exterior. Si hay tales amenazas para cantidades tan pequeñas, es de imaginarse las que habrá para cantidades tan grandes como la ya apuntada. Además se ha establecido explícitamente que esos préstamos irán fundamentalmente a fomentar la libre empresa. Y como no se ha condenado en ninguna forma a los monopolios imperialistas asentados en cada uno de los países de América, o en casi todos, es lógico suponer también que los créditos que se acuerden servirán para desarrollar los monopolios asentados en cada país. Esto provocará, indiscutiblemente, cierto auge industrial y de los negocios. Esto traería ganancias para las empresas. En el régimen de libre cambio en que casi todos los países de América viven, esto significaría mayor exportación de capitales hacia los Estados Unidos. De tal forma que la Alianza para el Progreso, en definitiva, se convertiría en el financiamiento por parte de los países latinoamericanos a las empresas monopolistas extranjeras.
Pero además, como en ninguna parte del documento ha habido una decisión expresa con respecto a puntos fundamentales, como son mantener los precios de las materias primas, como no hay una prohibición a la baja de esos precios, es muy presumible que en los años venideros siga la tendencia actual, y que las materias primas de América vayan bajando sus precios cada vez más.
En tal caso, es de presumir que habrá un deterioro cada vez mayor de la balanza de pagos de cada uno de los países de América, a lo cual se suma, además, la acción de los monopolios exportando capitales. Todo eso se traducirá en una falta de desarrollo, en todo lo contrario de lo que presupone la Alianza para el Progreso
Esta falta de desarrollo provocará más desempleo. El desempleo provocará más miseria. El desempleo significa una baja de los salarios; empieza un proceso inflacionario, que todos conocemos, para suplir los presupuestos estatales, que no se cumplen por falta de ingresos. Y, en tal punto entrará en casi todos los países de América a jugar un papel preponderante el Fondo Monetario Internacional.
Aquí es donde se producirá el verdadero planteo para los países de América. Hay dos caminos nada más: afrontar el descontento popular, con toda sus secuelas, o iniciar una liberación del comercio exterior, fundamental para nuestras economías; desarrollar una política independiente y estimular el desarrollo de todas las fuerzas internas del país. Y todo esto, naturalmente, en el marco de políticas exteriores independientes, que serán las que condicionen toda esta tarea de desarrollo del comercio con países de otras áreas del mundo.
Naturalmente que no todos los países pueden hacerlo, porque para ello se precisan condiciones especiales. En primer lugar, se necesita una gran valentía. Dentro del régimen en que se vive, los gobernantes tendrán que afrontar un viraje pronunciado en su política económica y en su política exterior, e inmediatamente entrar en conflicto con los monopolios extranjeros.
Las masas apoyarán a los gobiernos que entren en conflicto para defender el nivel de vida de sus ciudadanos; pero las masas, cuando defiendan una posición, también exigen. Y se producirá entonces, entre los gobiernos, una doble amenaza, que no siempre sabrán sortear: de un lado, la presión de los monopolios imperialistas, de otro lado, la presión de las masas que están exigiendo más. Para tomar de verdad un camino habría que romper todas las estructuras, volcarse del lado de las masas, e iniciar una revolución completa.
Todo lo señalado en aquella ocasión está aún vigente y con sorprendente precisión, y desde que fueron pronunciadas aquellas palabras hasta la fecha, la política de Estados Unidos y sus transnacionales no solo no ha cambiado, sino que su carácter depredador se ha incrementado. Estas empresas entran a nuestros países como verdaderos colonizadores; se niegan a pagar impuestos, violan las leyes protectoras del medio ambiente y hacen caso omiso de las leyes laborales.
Pero los pueblos han sabido aprender lecciones valiosas y ya se enfrentan sin miedo alguno a las políticas neoliberales y los intentos claramente intervensionistas del imperialismo norteamericano. Nunca han estado tan pésimas las relaciones entre Estados Unidos y América Latina.
A todo lo anterior hay que agregar el rechazo mundial a la criminal guerra de exterminio llevada a cabo por el gobierno de Bush en Irak. Las aterradoras escenas de terrorismo llevadas a cabo por las tropas norteamericanas y sus satélites en aquel país ofenden a la dignidad humana. La cortina mediática al servicio de Estados Unidos, no ha podido evitar que se conozcan los asesinatos de niños indefensos, mujeres embarazadas y ancianos desvalidos en Irak. Por otra parte el pueblo norteamericano ha conocido del regreso de más de 2500 soldados muertos y decenas de miles de heridos en esa guerra genocida.
La moral del imperio está más baja que nunca. Desesperado ante esa realidad Mr. Danger tira zarpazos a todos lados. Insulta y difama al Presidente Chávez, financia a través de sus distintas agencias la contrarrevolución interna en Venezuela y a los grupúsculos contrarrevolucionarios en Cuba.. El Presidente Evo Morales acaba de denunciar los intentos del gobierno de Estados Unidos de atentar contra su persona.
En el caso de Cuba ya no hallan qué inventar. Después de 47 años de bloqueo económico, ataques mercenarios directos como el de Playa Girón en 1961, amenazas de destrucción nuclear en 1962, miles de sabotajes, voladura de barcos y aviones, e intentos de atentados contra Fidel en más de 500 ocasiones, todo ha fracasado.
Recientemente, el último intento del terrorista presidente de Estados Unidos, junto a uno de sus más reconocidos secuaces, el director de la Revista Forbes -que entre otros títulos despreciables-, ostenta el de figurar como directivo de la Fundación Cubano Americana de la mafia de Miami, ha echado a rodar el burdo infúndio, de la gran fortuna de Fidel Castro, calculada según las mentes infames de estos bandidos en 900 millones de dólares.
La respuesta del líder de la revolución cubana fue tan rápida, oportuna y contundente, que nadie en Estados Unidos, ha dicho una palabra, se quedaron mudos. El Comandante Fidel Castro exigió que demostraran si en algún banco o institución financiera en el mundo se encontraba tan solo un dólar depositado a su nombre. La mentira se puso al descubierto y como un boomerang se ha revertido contra sus gansteriles promotores.
Fidel a cambio planteó que si le probaba la tenencia de tan solo un dólar, les respondería con su renuncia al cargo de Presidente del país. Este último desliz del Presidente Bush y su camarilla irresponsable ha debilitado aún más la ya muy debilitada moral del imperio y ha dado pie para que los defensores de la revolución cubana en el mundo, que cada día son más, hayan salido en defensa del líder cubano y de su acrisolada moral revolucionaria.
Todo a servido, además, para que el mundo conozca mejor la pureza de ideales y el ejemplo ético del líder de la revolución cubana, en contraposición a la pobreza moral de Steve Forbes, el dueño del libelo defensor del irresponsable y también inmoral Presidente de Estados Unidos de América.
Este 14 de junio podemos proclamar con la moral más alta que nunca, que mientras que las mentiras de Bush y de Forbes, junto a las de todas las fuerzas reaccionarias a nivel mundial, no encuentran un solo oído que les preste atención, las ideas del Che, de Fidel, de Chávez, de Evo Morales y de los miles de luchadores revolucionarios caídos o desaparecidos en la Argentina y en otros países de América Latina, son las que iluminan el camino hacia la liberación definitiva de los pueblos de América.
Mientras tanto celebramos el 78 aniversario del nacimiento del Che recordándole a nuestros enemigos, que el Guerrillero Heroico está hoy más vivo que nunca entre nosotros. Lo reconocemos hoy como en los versos de Dario.
Bravo soldado con su casco de oro
Lance el dardo que quema y que desgarra;
Que embista rudo como embiste el toro;
Que clave firme como el león, la garra.;
QUE VIVA LA REVOLUCIÓN LATINOAMERICANA..
Hasta la victoria siempre.