Casi nadie, por lo menos en occidente, puede evitar para estas fechas el tópico de hacer un balance del año que termina, cada quién en lo personal y en lo profesional, gira sobre su hombro y mira que le han dado y que le han quitado los últimos trecientos sesenta y cinco días vividos. Quizás […]
Casi nadie, por lo menos en occidente, puede evitar para estas fechas el tópico de hacer un balance del año que termina, cada quién en lo personal y en lo profesional, gira sobre su hombro y mira que le han dado y que le han quitado los últimos trecientos sesenta y cinco días vividos.
Quizás muchos cierren un gran año, quizás otros muchos prefieran olvidarlo y también un gran porcentaje de balanceadores lo termine en unas discretas tablas.
El mundo se inscribe en la gran lista de los perdedores del 2014, un año donde se consolidaron crisis económicas y conflictos armados. Un año que en realidad nada dejó de positivo y amenaza con continuarse mucho más allá de las campanadas del treinta y uno de diciembre.
Entre noviembre y diciembre del 2013 buscábamos en los mapas a Kiev, la capitán de Ucrania, donde algo un poco más allá de lo normal estaba sucediendo. En el Maidam, la plaza central de la ciudad, se comenzaban a agolpar miles de manifestantes que protestaban contra el gobierno del presidente Viktor Yanukovich, tachado de corrupto. A lo largo del año podrías ordenar la información sobre Ucrania, y sabríamos que si bien Yanukovich era corrupto, lo que vendría iba a ser mucho peor. Las manifestaciones que en realidad habían comenzado reclamando contra la decisión de Yanukovich de no firmar el acuerdo con la Unión Europea, al tiempo que relanzaba su relación con Rusia. En febrero tras la caída del gobierno Yanukovich y la instauración en el poder de un poder parlamentario, donde los grupos más violentos y ultraderechistas, como el Pravy Sektor y el movimiento Svoboda, entrenados en Polonia durante meses, ocuparon las carteras más importante. La instauración de un régimen neo nazi, fue tan evidente que hasta el gran Rabino de Kiev, llamó a los judíos ucranianos a estar atentos y preparados para abandonar el país. A pesar que el Mossad, junto a la CIA, participaron en el armado de las protestas, como otras embajadas occidentales. El triunfo en las elecciones de mayo del multimillonario Petró Poroshenko, no hizo más que blanquear el real entramado.
Poroshenko juntos a sus aliados occidentales fue el mayor sponsor local de los grupos neonazis que agitaron las manifestaciones desde noviembre.
Tras el auge nacional socialista en la nueva realidad política y social del país, los sectores ruso parlantes de las regiones del Este se vieron obligados a resistir a los embates de Kiev. Crimea, tras un referéndum, se incorporó a Rusia. Otras regiones como Donetsk y Lugansk, intentando mantener su identidad cultural, se declaran independientes en medio de la invasión del ejército ucraniano y grupos paramilitares compuesto por una fuerza multinacional de fascistas europeos. Hasta ahora la guerra ha dejado más de cinco mil muertos y más allá del intento de Moscú de resolver el conflicto, Kiev sigue apostando fuerte, se acaba de renunciar al grupo de los No Alineados, como pasó previo para incorporarse a la OTAN, acciones que daría lugar al Presidente ruso Vladimir Putin, para subir su apuesta militar en la frontera. Además Putin como ya lo ha anunciado, coloca a los Estados Unidos y a la OTAN, como las amenazas externas más graves de al Federación de Rusia..
El violento giró de Ucrania a la derecha del espectro político europeo, solo la puso en sintonía con otro muchos países europeos como Polonia, Alemania, Grecia, Francia, Inglaterra y otros donde los partidos más ultramontanos, han tenidos grandes avances en elecciones del 2014 al parlamento europeo.
La crisis ucraniana disparó una guerra de sanciones mutuas entre Rusia y Occidente, que con la ayuda de las petromonarquias del golfo, han conseguido poner por debajo lo los cincuenta dólares el barril, una jugarreta que no solo pone al borde del colapso a la economía rusa, sino también a otros dos grandes enemigos de los Estados Unidos, Venezuela e Irán. Aunque, como todo en la política exterior del pálido presidente norteamericano, el disparo parece habérsele salido por la culata. Según parece lo peor ha pasado para Rusia, Arabia Saudita en su presupuesto del 2015, ya ha cotizado el barril a ochenta dólares y Beijín, ha salido al rescate de Rusia, lo que acrecienta todavía más alianza entre estos dos gigantes, lo que no es una gran noticia para el Pentágono.
Con una guerra todavía larvada en la frontera Este de la Unión Europea, las sanciones económicas de Rusia a la Comunidad Europea, la crisis económica que asola al continente desde el 2009, en vez de ceder pareciera consolidarse más. La situación de los PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España) más Francia no revierte y sus pueblos están perdiendo la paciencia, lo que hace que ya haya muchos movimientos políticos en estos países que pretenden abandonar la zona Euro.
En Medio Oriente, si bien el centro de mayor conflicto siguió siendo, como desde el 2011, la Guerra en Siria, con un panorama más o menos claro, donde el gobierno y las fuerzas leales al presidente Bashar al-Assad, no solo resistían sin no que avanzaban contra un cumulo heterogéneo de bandas que van desde desertores del Ejercito Arabes Sirio, pasando por mercenarios al estilo Blackwater y grupos yihadistas como el Frente al-Nusra el al-Qaeda local.
En enero una decisión Aymán al-Zawahirí el líder de al-Qaeda Global, dispararía una crisis inesperada, al-Zawahirí ordena a el grupo Estado Islámico Para Irak y el Levante (EIIL) el al-Qaeda iraquí, que combatía en Siria, que retorne a la lucha en su país. La respuesta fue contundente por parte, del por entonces simple mortal, Abu Bakr al-Baghdadi, con sus hombres se posiciona en las ciudades iraquís de Faluya y Ramadi, donde resistirá el asedio del ejército iraquí durante seis meses, hasta que en junio en una operación descomunal, no solo rompen el sitio, sino que avanzan sobre el ejército iraquí, que tan pomposamente habían entrenados los norteamericanos, los iraquíes protagonizarían un vergonzoso u acordado acto de retirada y dejando en manos de los yihadistas ingentes cantidades de material bélico de última generación, incluso sofisticados helicópteros, que son enseguida puesto en servicio, este último hecho da sobradas muestras que los yihadistas estaban siendo acompañados por experimentados militares, se sospecha que muchos miembros de la Guardia Revolucionaria de Saddam Hussein, estaba ahora trabajando junto a los miembros del EIIL, desde entonces su avance ha sido incontenible y tras tomar vastas zonas del norte iraquí y ciudades claves como Mosul, donde capturaron casi quinientos millones de dólares en efectivo. Además Mosul tiene en sus cercanías grandes refinerías y campos petroleros, que de inmediato comenzaron a explotar con la convivencia de Arabia Saudita y empresas petroleras de Turquía e Israel, quienes la introducen en el mercado «legal».
Con semejante aliciente el EIIL, se extiende otra vez a Siria, abjura su lealtad a al-Qaeda y a al-Zawahirí, como líder. El entonces jefe del EIIL Abu Bakr al-Baghdadi, decreta la creación de Estado Islámico y se autoungirá como el Califa Ibrahim, saltado todas las normas previstas para estos casos, aunque con el aval del senador republicano John McCain, al parecer, hombre muy ducho en leyes coránicas.
Desde entonces el Estado Islámico se ha convertido en el gran monstruo de la prensa internacional, la que no se ha privado de mediatizar sus «hazañas» desde cada una de sus decapitaciones al sitio de la ciudad kurda de Kobane, en el norte de Siria.
Estados Unidos siempre tan practicó en armar cruzadas en post de la libertad de los pueblos, que destruye armó una nueva entente de casi cincuenta países que desde las alturas juegan a hacer blancos contra los califados del Ibrahim, sin mucho éxito.
Para un año cargado de violencia como este, obviamente no podía estar fuera Israel, que tras un nuevo atentado de falsa bandera, que se llevó la vida de tres estudiante de un centro talmúdico próximo a la ciudad de Hebrón, en Cisjordania, sirvió para iniciar una nueva etapa de en la solución final contra el pueblo Palestino. Esta vez se llamó «operación Borde Protector» por la que durante cincuenta días con sus noches Israel bombardeó la Franja de Gaza, uno de los lugares más densamente poblados del mundo, dejando un saldo aproximado de 2500 muertos entre ellos seiscientos niños, sumado los daños materiales que harán que la resurrección de Gaza se demoré varios años, si antes, como es lo más factible Israel vuelva a justificar con otra acción falsa, este genocidio en etapas contra el pueblo palestino.
Yemen, Afganistán y Pakistán, son otras tres naciones musulmanas, que mantienen estado de guerras larvadas que a lo largo del año han sumando centenares de muertos, como parte de esta guerra contra el terrorismo que en octubre del 2001 lanzara el entonces presidente norteamericano George W. Bush y por lo que se esta viendo ha sido uno de los más monumentales fracasos del Pentágono, las muertes, los focos de conflictos y los grupos terroristas se han multiplicados ya no solo en Medio Oriente, sino que empieza a ocupar importantes espacios en África.
Y si de África hablamos también hay mucho para recordar en este trágico 2014, si a alguien le cabía la duda acerca del destino de la Libia post Coronel Mohammed Gaddafi, este año todo ha sido develado. La otrora nación con más altos estándares de calidad de vida del continente, hoy corre en llamas a convertirse en un Estado Fallido en la que combaten diferentes facciones desde las bandas «moderadas» del ex general Jalifa Hafter, a grupos yihadistas perteneciente a al-Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI) además de una división del Estado Islámico que ha tomado la ciudad de Derna, una localidad de unos cien mil habitantes, muy próxima a la frontera con Egipto. A esta descomposición hay que sumarle la existencia de dos parlamento sin ningún tipo de poder, bandas de narcotraficantes, contrabandistas y traficantes de personas. Hoy en Libia cualquiera que tenga un arma se siente con derecho a reclamar su parte de poder.
En el África subsahariana claramente se han destacado dos países que a lo largo del año acapararon la atención mundial o por lo menos un poco de ella. En el caso de Nigeria las sangrientas actividades del grupo yihadistas Boko Haram, (En Hausa, una de las quinientas lenguas que se hablan en Nigeria: La Educación Occidental es pecado.) a los largo del año ha asesinado en distintos atentados una cifra aproximada a las tres mil quinientas almas, al tiempo que ha dado un golpe mediático en abril cuando en la ciudad de Chibok, en la provincia de Borno al noreste del país, secuestró unas doscientas estudiantes de las que nunca se supo más nada. La primera dama norteamericana Michelle Obama inició una campaña mediática que terminó solo en eso, mucha publicidad para ella ni una niña rescatada. Boko Haram a vuelto a dar un golpe exactamente igual a mediados de diciembre cuando en el pueblo de Gumsuri, también en Borno, secuestró otras ciento ochenta y cinco mujeres, por las que en la primera dama norteamericana, atareadísima con las compras navideñas, nada pudo hacer.
En Sudán del Sur en diciembre de 2013 se inició una guerra de características étnicas entre los Dinka y los Nuer, con un trasfondo político ya que el presidente Salva Kiir Mayardit que es Dinka combate a su ex vicepresidente Riek Machar Teny que pertenece a los Nuer, pero detrás de los enfrentamiento étnico y políticos emergen una guerra comercial entre petroleras accidentales que pretenden cortar los avances de la petrolera china CNPC.
La respuesta a todo esto han sido cerca de cincuenta mil muertos y casi dos millones de desplazados, sin miras a resolverse Sudán del Sur, podría volverse a partir en dos naciones durante el 2015.
En el norte de América el año tampoco cierra para grandes festejos mientras en Estados Unidos la policía parece haber abierto la temporada de caza de jóvenes negros, en México la corrupción política vinculada íntimamente con los cárteles del narcotráfico, han mostrado su peor cara con la desaparición y muerte de los cuarenta y tres estudiantes de Ayotzinapa.
El próximo seis de enero Barak Obama y Enrique Peña Nieto, se reunirán en Washington. De alguna manera con esa visita el presidente de México comenzará la operación «olvido» cuestión que sin duda Obama le envidiara porque nadie olvidara sus torpezas a lo largo de este 2014, que quizás alguna vez termine.
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