En el norte, guiado por le G-7, presentado como el occidente defensor de la filosofía, la política y los derechos, los titulares de todos los periódicos hablan de atentados, señalan hipótesis y concluyen en lo mismo: ¡terrorismo¡. Un estruendo, el brillo de un cuchillo o una ráfaga lo cambia todo. En los imaginarios da vuelta […]
En el norte, guiado por le G-7, presentado como el occidente defensor de la filosofía, la política y los derechos, los titulares de todos los periódicos hablan de atentados, señalan hipótesis y concluyen en lo mismo: ¡terrorismo¡. Un estruendo, el brillo de un cuchillo o una ráfaga lo cambia todo. En los imaginarios da vuelta la idea de hombres jóvenes con mochilas de explosivos que harán explotar en cualquier lugar y momento entre la multitud, en calles, plazas, metros, iglesias, estadios o parques. La imagen se completa con otros hombres jóvenes robustos acorazados con visores nocturnos, fusiles de asalto, capuchas y cascos, preparados para matar después que ocurran las explosiones.
Son las imágenes que reproducen el monopolio inexpugnable del homogéneo, ideologizado e interconectado sistema de manipulación mediática que controla la distribución del horror. Es la asimetría de la guerra guiada de un lado por financistas globales, que imponen el ejercicios del poder, desde adentro y afuera de las estructuras de cada estado y del otro por grupos clandestinos fragmentados en comandos individuales o pequeñas formaciones al acecho, de los que se sabe peco, y a los que después de la explosión se les construye una historia, un origen, un entorno, unas motivaciones. Los dos tienen en común la práctica de hechos terroristas. Los primeros motivados por la acumulación ilimitada de capital y el control político y los segundos en parte por lo mismo, pero además con justificación en la indolencia de los poderes que someten, excluyen, discriminan y aborrecen a otros o por odios e impotencias contra el colonialismo y el despojo de los humillados.
Los medios no explican la tragedia, tampoco informan, su papel es estrictamente formativo en otro tipo de conciencia, sin ética, sin responsabilidad por la verdad, su interés es vender una noticia, extender el espectáculo del morbo y conquistar mentes acríticas que consuman lo producido. Anuncian sin reparo que todo lo que produzca alguna zozobra es terrorismo, allí meten acciones de resistencia, sabotaje, protesta social, disturbios, reacciones cívicas, movimientos de liberación nacional o lucha contra el colonialismo, todos protegidas por los sistemas universal y regional de derechos humanos, pero también con garantías dentro del DIH. El terrorismo es la mejor excusa que los estados usan para hacer terrorismo y esconder la barbarie de sus máquinas de guerra.
Occidente enseña a partir del 9/11, que no hay derechos para los terroristas y que toda persona, estado o nación, que no acate las reglas del capital y del consenso del G-7 puede ser terrorista. Para mejorar la puesta en escena se creó el Índice de Amenaza Global (Intercenterdatabase) que caracteriza a 56 grupos terroristas. Por asociación simple se enseña a través de medios y gobernantes que todo lo que provoque desorden a su orden global del capital y del poder, va al mismo saco de la extensa, ilimitada y difusa categoría de terrorismo y con mas exactitud al islamismo o yihadismo. Al Qaeda, Al Shabaad, Talibán, Frente Nusra, Hezbola, SDF, Huthis, TTP, AQAP, Almoravides, Ansar Dime (defensores de la fe), Boko Haram, Frente de Liberacion Africana, Movimiento de Unicidad de África Occidental, Hamas, son puestos en similares condiciones y parentescos con el Estado Islámico definido como el mas peligroso y por silogismo presentados como la interpretación violenta del islam o la expresión del islam no modernizado. Es el posicionamiento de la tesis de que para occidente su enemigo es el oriente; para Estados Unidos el mundo latino, y para todo estado ilegitimo su pueblo.
A toda costa tratan de ser negadas las causas que pueden provocar hechos de terror, que son múltiples, por despojo, odio, impotencia, un plan expreso, inclusive por error. Ignorar, borrar, negar, que hay un antes y un después es el propósito y en eso los medios no dejan espacio para titubear, cierran el ciclo y enfocan sus lentes y sus lenguas solo en las consecuencias, se conduce a mirar lo ocurrido y hablar del después, sin historia, sin pasado, dejan claro que solo existe un después de los hechos y convocan con sevicia y por repetición a que cada quien (regla nazi) entre a hacer parte por cuenta propia del plan de persecución y exterminio de los responsables y el objetivo común se logra cuando cada uno en individual se sienta parte directa a la hora de aplicar una justicia inexistente.
Timboctu, una buena imagen del horror sin barreras
El film Timboctu de 2014, presenta un sencillo pero enriquecedor panorama de lo que ocurre política y humanamente en cualquier lugar, cuando de lo que se trata es de imponer la asimetría de guerra basada en hechos de terror. Timboctu puede ser cualquier lugar del planeta, seleccionado previamente por los planificadores del experimento brutal contra seres humanos reales, empobrecidos y humillados. Timboctu pone de manifiesto un alegato contra la arbitrariedad, los falseados tribunales de guerra que imputan, juzgan, condenan y castigan con penas de barbarie. La pequeña ciudad real, hecha de barro en el año 1100 y declarada patrimonio de la humanidad en 1986 por la Unesco, tiene la biblioteca de Andalussi que contiene mas de 300 manuscritos y documentos del islam y guarda la memoria de haber sido capital espiritual e intelectual, centro de propagación del islam y fundadora de la universidad de Sankore (data del año 1300 y fue reedificada en 1581) que tuvo mas de 25000 estudiantes en teología, ley islámica y literatura. La región cerca al rio Níger en Mali, quiere decir que es un lugar muy lejos, a la entrada del Sahara, a donde confluyen migrantes de África occidental, los nómades bereberes y los árabes del norte, que coincide en el proverbio de que el oro viene del sur, la sal del norte y el dinero del país del hombre blanco.
La narración estéticamente impecable, muestra como de repente se ven invadidos por soldados que se reclaman libertadores cuando en verdad son los guardianes del horror que practican en nombre de la justicia. Prohíben la risa, el baile, la música, fumar y el fútbol, aunque ellos fuman y hablan de fútbol y de Zidane, que une a unas victimas -reclutadas para ser ahora victimarias- a mercenarios y criminales de oficio adiestrados como perros de presa, sin conciencia, ni sentido de humanidad. En medio del horror resiste la dignidad y en especial son las mujeres las que cantan lo prohibido, se resisten a atender las desquiciadas órdenes de los armados que en su inseguridad no logran sostener siquiera la mirada y los jóvenes se ríen, cantan y desobedecen jugando al fútbol sin balón.
Nada justifica el terror de los terroristas, ni el horror que crece a diario con interminables filas de desterrados que huyen caminando a donde sea, o naufragan mar adentro, o saltan los muros de infamia, en busca de salvar sus vidas vaciadas de esperanzas. Los terroristas acosan por mandato de leyes genocidas y usan sus armas inteligentes y bombas de racimo que disparan desde aviones fantasma, infestan de drones asesinos y virus, que en tierra refuerzan los cada vez mas sofisticados fusiles ak-47, M-16, ametralladoras M240, PK, KBZ95, todo es puesto a prueba por encima de las leyes de la guerra y de la paz y trasmitido en directo. Los terroristas, de estado o de grupos, producen, venden y usan armas para sostener la vigencia del terrorismo porque el sistema necesita referentes universales y principios que justifiquen el horror. Los pobres entre tanto huyen de los lugares donde la riqueza abunda y es conquistada a base de terror. Son poblaciones, comunidades, grupos históricos sometidos y discriminados que para las débiles cortes de justicia son apenas montones de expedientes. El sistema de poder tiene tomados los conceptos, las practicas sociales y las comunicaciones y ha invertido su valor, son otra arma letal de la guerra asimétrica que promueven los despojadores. De ambos lados del terror la nueva dinámica augura mas terrorismo y sofisticado horror. En las causas habrá que buscar las respuestas y encontrar a los responsables de lo que ocurre.
P:D. I. El Expresidente Martinelli de Panamá, benefactor de parte de la delincuencia colombiana (directora del DAS, otros) corresponsable de similares delitos, fue puesto preso y encadenado presentado a juicio en Miami, por haber espiado a mas de 200 personas. Los espiados por el régimen Uribe, entre opositores, magistrados, periodistas, congresistas, superan esa cifra, pero además hubo asesinados sistemáticamente ¿Habrá replica de lo mismo para el régimen Uribe, cuando….? II. Las Farc hacían parte de la lista de 56 grupos terroristas, ya no estarán mas ahí, ahora su proyecto rebelde es desarmado y el estado queda sin excusa para mantener la maquina de guerra y los hechos de terror.
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