A Mirios Salazar, compañera que luchó por democracia, justicia y libertad. Nadie somos. Solos estamos y sólo con nuestra dignidad y con nuestra rabia. Rabia y dignidad son nuestros puentes, nuestros lenguajes. Escuchémonos pues, conozcámonos entonces. Que nuestro coraje crezca y esperanza se haga. Que la dignidad raíz sea de nuevo y otro mundo nazca. […]
Nadie somos.
Solos estamos y sólo con nuestra dignidad y con nuestra rabia.
Rabia y dignidad son nuestros puentes, nuestros lenguajes.
Escuchémonos pues, conozcámonos entonces.
Que nuestro coraje crezca y esperanza se haga.
Que la dignidad raíz sea de nuevo y otro mundo nazca.
Hemos visto y escuchado.
Pequeña es nuestra voz para eco ser de esa palabra, nuestra mirada pequeña para tanta y tan digna rabia.
Vernos, mirarnos, hablarnos, escucharnos hace falta.
Otros somos, otras, lo otro.
Si el mundo no tiene lugar para nosotr@s, entonces otro mundo hay que hacer.
Sin más herramienta que la rabia, sin más material que nuestra dignidad.
Falta más encontrarnos, conocernos falta.
Falta lo que falta…
(Subcomandante Insurgente Marcos, 15 de septiembre 2008)
Lo que se rehusaban a aceptar, hoy es moneda corriente. Lo que no querían reconocer, es comidilla de todas las grandes mesas. Todavía hace algunos meses, los jilguerillos de las empresas -que se dicen economistas- señalaban que no se trataba de una crisis, que se trataba únicamente de un problema de liquidez, que se resolvería utilizando los recursos que la teoría monetarista les otorga, a saber: rehabilitar el crédito.
Posteriormente, por fin aceptaron que se trataba de una crisis, pero querían ubicarla únicamente en el terreno de las finanzas. Según esta versión, un puñado de bancos de inversión y de hipotecas cometieron el error de hacer demasiados préstamos con riesgos inmensos. Como si esto no hubiera sido algo avalado e impulsado desde el poder del dinero. No se trató de que algunos bancos comerciales o de inversiones se volvieron locos y comenzaron a prestar sin ton ni son.
Ahora, se acepta que se está a punto de entrar a una recesión económica, pero se exorciza la palabra depresión. Los mismos que diseñaron la actual política económica son los que nos «tranquilizan», señalando que no existen las condiciones para una depresión.
Intermedio 1
Este tipo de argumentos nos recuerda a la explicación que da Marx, no Carlos sino Groucho, de la crisis de 1929. Veamos lo que dice:
Un día, con cierta timidez, hablé a mi agente acerca de este fenómeno especulativo.
-No sé gran cosa sobre Wall Street -empecé a decir en son de disculpa-, pero ¿qué es lo que hace que esas acciones sigan ascendiendo? ¿No debiera haber alguna relación entre las ganancias de una compañía, sus dividendos y el precio de venta de sus acciones?
Por encima de mi cabeza, miró a una nueva víctima que acababa de entrar en su despacho y dijo:
-Señor Marx, tiene mucho que aprender acerca del mercado de valores. Lo que usted no sabe respecto a las acciones serviría para llenar un libro.
-Oiga, buen hombre -repliqué-. He venido aquí en busca de consejo. Si no sabe usted hablar con cortesía, hay otros que tendrán mucho gusto en encargarse de mis asuntos. Y ahora ¿qué estaba usted diciendo?
Adecuadamente castigado y amansado, respondió:
-Señor Marx, tal vez no se dé cuenta, pero éste ha cesado de ser un mercado nacional. Ahora somos un mercado mundial…
Un día concreto, el mercado comenzó a vacilar… así como al principio del auge todo el mundo quería comprar, al empezar el pánico todo el mundo quiso vender. Al principio las ventas se hacían ordenadamente, pero pronto el pánico echó a un lado el buen juicio y todos empezaron a lanzar al ruedo sus valores que por entonces solo tenían el nombre de tales. Luego el pánico alcanzó a los agentes de Bolsa, quienes empezaron a chillar reclamando garantías adicionales. Esta era una broma pesada, porque la mayor parte de los accionistas se habían quedado sin dinero, y los agentes empezaron a vender acciones a cualquier precio. Yo fui uno de los afectados… Luego, un martes espectacular, Wall Street lanzó la toalla y sencillamente se derrumbó.
Eso de la toalla es una frase adecuada, porque por entonces todo el país estaba llorando. Algunos de mis conocidos perdieron millones. Yo tuve más suerte. Lo único que perdí fueron doscientos cuarenta mil dólares (o ciento veinte semanas de trabajo, a dos mil por semana). Hubiese perdido más pero era todo el dinero que tenía. El día del hundimiento final, mi amigo, antaño asesor financiero y astuto comerciante, Max Gordon, me telefoneó desde Nueva York. […] Todo lo que dijo fue: «¡la joda ha terminado!» Antes de que yo pudiese contestar el teléfono se había quedado mudo… se suicidó.
En toda la bazofia escrita por los analistas del mercado, me parece que nadie hizo un resumen de la situación de una manera tan sucinta como mi amigo el señor Gordon. En aquellas palabras lo dijo todo.
(Groucho Marx).
Si hoy hiciéramos una predicción, diríamos: todo se encamina hacia una depresión, es decir, hacia una crisis generalizada de las relaciones de producción capitalista. El problema, para ellos, es que su arrogancia y soberbia les impide ver la dimensión del problema.
Lo que hoy estamos viviendo es la conjunción de dos crisis, que en el fondo son una: se trata de una crisis financiera y una crisis clásica de sobreproducción de mercancías. Es decir, una crisis del sistema financiero internacional que se conjuga con una crisis de la tasa de acumulación.
Por todo un tiempo, la inflación del crédito ocultó una tendencia que se vive desde 1998: la caída en los niveles de acumulación. Lo cual ha provocado una distorsión, ya que, al mismo tiempo, las tasas de explotación y de ganancia crecieron de manera espectacular.
Esa ganancia se canalizó hacia el sector financiero, generándose una burbuja especulativa. Entonces, se desarrollaron una serie de pequeñas trampas económicas que eran presentadas como los grandes descubrimientos de la teoría económica. Tal ha sido el caso de «la teoría de los portafolios», de Markowitz, que tenía como «paradigma» científico: «nunca pongas todos tus huevos en una sola canasta».
Después de esta crisis, ¿no será indispensable revisar los planes y programas de estudio de las escuelas de economía? Éstas, empachadas con desarrollar modelos econométricos para, matemáticamente, «asegurar» actuaciones «científicas» que permitan garantizar las ganancias e incrementarlas, hoy son sólo materiales de humor involuntario.
Esta crisis ha evidenciado lo falso y perverso de todas esas corredurías financieras que calificaban los riesgos de inversión en cada país, y que nunca calcularon el propio y, de repente, se declararon en quiebra, como Morgan Stanley, Goldman Sachs, Merrill Lynch, Lehman Brothers y Bear Stearns.
Además, ha puesto a la luz pública la charlatanería de los que confunden economía con actuaría, sin comprender varias cosas «banales»:
a. El capitalismo es un sistema inestable basado en la ganancia, es decir, en la competencia.
b. La fuente de toda riqueza es la extracción de plusvalía, como producto de la explotación del trabajo.
c. La absorción del trabajo vivo adicional constituye el proceso de autovalorización del capital y su transformación real en capital: valor que se valoriza a sí mismo.
d. El despojo es el otro mecanismo permanente de acumulación.
e. Para que este proceso se consolide es indispensable eliminar a los competidores.
f. Las crisis del capitalismo son periódicas e inevitables.
g. El neoliberalismo, que no es otra cosa que el resultado de un proceso de reestructuración global del sistema capitalista, no tiene una autonomía con respecto al sistema como tal. Si se quiere jugar al tío Lolo, se puede querer ser antineoliberal pero no anticapitalista.
h. El capitalismo no se derrumba solo. Necesita un su enterrador.
i. El capitalismo en su fase actual significa una guerra contra los pueblos, los pobres, los trabajadores del campo y la ciudad, los jóvenes, etcétera.
Hoy, no sólo el capitalismo está en crisis, sino también todas esas «teorías» basura que tanto se enseñan en México y en el mundo.
La crisis reloaded
En las crisis se patentiza, cobrando proporciones violentas, la contradicción entre la producción social y la apropiación capitalista. La circulación de mercancías queda, por el momento, paralizada. El medio de circulación, el dinero, se convierte en un obstáculo para la circulación; todas las leyes de producción y circulación de mercancías se vuelven al revés. El conflicto económico alcanza su punto de apogeo: El régimen de producción se rebela contra el régimen de cambio, las fuerzas productivas se rebelan contra el régimen de producción con el que ya no puede avenirse.
(Federico Engels, Anti-Düring).
En el número de marzo del 2008, escribimos en nuestra revista:
Uno de los alardes ‘teóricos’ del neoliberalismo, en el terreno de la economía, ha sido vender la idea de que no sólo se podían prever las crisis económicas, sino hasta evitarlas. La idea de que el monetarismo, expresión concreta de ‘la mano invisible del mercado’, generaría las herramientas que permitieran la regulación de la economía, sin la intervención externa del Estado, conjuntamente con el surgimiento de una ‘nueva economía’ basada en la informática, se ha evidenciado completamente falsa.
La crisis inmobiliaria que se está desarrollando en los Estados Unidos es apenas la punta del iceberg de algo que se ubica en la base más profunda del sistema capitalista. Lo que estamos viviendo es la conjugación de una crisis producto de la especulación financiera, con el inicio de una típica crisis de sobre producción de mercancías.
Como siempre sucede, cada vez que la crisis se aproxima, el capital manda al diablo al monetarismo y busca refugio en el keynesianismo. Al final, el suelo es bastante parejo y ambas escuelas buscan la preservación de la relación capital-trabajo. Pero no deja de llamar la atención, lo falaz del argumento monetarista.
(«La crisis por todos tan temida». Rebeldía, marzo del 2008)
Veamos algunos elementos de la evolución que ha tenido la crisis en los últimos meses:
A las quiebras que habíamos narrado se han sumado nuevas que ubican la dimensión del problema. Por ejemplo:
a. American International Group (AIG). El AIG era un gigantesco conglomerado de seguros con presencia en 130 países y una historia que se remonta a 1919. Vendía seguros de renta anual a profesores de Virginia del Oeste, seguros de daños a terceros a las corporaciones más importantes de Estados Unidos, seguros para trabajadores en restaurantes y pólizas contra enfermedades de las que cubren a las vacas en Jhalawar, India. O sea era una empresa ficción. Los problemas con la crisis de las hipotecas forzaron al AIG a reportar pérdidas por 18 mil millones en trimestres recientes, y a comprometer muchos millones más como garantía en el mercado de derivados, con lo que sus recursos financieros fueron cayendo paulatinamente. Las degradaciones de sus créditos por parte de las agencias calificadoras (mismas que ya estaban en quiebra) y la terrible presión sobre sus acciones aceleró su declaración de insolvencia. El gobierno norteamericano le otorgó un préstamo puente por 85 mil millones de dólares. Tras el desplome del sector inmobiliario y la contracción del crédito, hoy se puede decir que de las 15 millones de hipotecas contratadas por los bancos de manera totalmente irregular, al final, 10 millones de ellas caerán en incumplimiento.
b. La rápida caída de Lehman Brothers Holdings, el banco de inversiones con 158 años de antigüedad, aunada a la venta del banco Merrill Lynch, con 94 años de antigüedad, más la transformación de Goldman Sachs y Morgan Stanley en bancos comerciales, representa la mayor reestructuración que haya sufrido el sector bancario desde la Gran Depresión. Su quiebra fue de tal dimensión que, el 31 de mayo de este año, Lehman dependía de préstamos de un día para obtener 188 mil millones de dólares.
c. Las instituciones financieras no sólo otorgaban préstamos, sino que se «cubrían pidiendo prestado». La deuda principal del sector financiero norteamericano llegó a 16 billones de dólares, contra los 10 billones del 2002. La deuda del gobierno norteamericano llegó a representar el 61 por ciento del PIB, en 2007. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, la deuda de Estados Unidos seguramente se acrecentará hasta llegar a cerca del 80 por ciento del PIB, debido a la situación actual. Los bancos centrales extranjeros reciclan gran parte de los dólares que obtienen de sus exportaciones, mediante la compra de bonos del Tesoro estadounidense y otros instrumentos de deuda. En 2007, los bancos de Japón, China, Europa, la India y los países árabes poseían cerca de 57 por ciento de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, todo un récord. Japón controla el 35 por ciento de los bonos del Tesoro que se encuentran en manos de extranjeros, la Unión Europea el 30, China el 25 y Hong Kong el 10 por ciento.
d. En lo que representa por mucho el mayor fracaso financiero en la historia de Estados Unidos, reguladores federales confiscaron el banco Washington Mutual (WaMu) y llegaron a un acuerdo para vender la mayoría de sus operaciones al banco JP Morgan Chase. WaMu era un banco de ahorros y préstamos, fundado en 1889, y se convirtió en un gigante nacional en materia de créditos para el consumo e hipotecas. El fracaso de WaMu ha sido el más importante desde el colapso, en 1984, de Continental Illinois, un banco que tenía 40 mil millones de dólares en activos. Desde el 15 de septiembre, día en que Lehman Brothers solicitó la protección de la Corte de bancarrotas, se dio un proceso que nos anuncia el futuro. Los clientes de WaMu empezaron a ir al banco a solicitar su dinero, el cual, desde luego, no existe. Ellos querían abandonar el banco. En los siguientes diez días, se retiraron un total de 16 mil 700 millones de dólares depositados, de acuerdo con la Oficina de Supervisión del Ahorro (OTS, por sus siglas en inglés). Después de entregar ese dinero, el banco ya no pudo más y se declaró en quiebra, quedando miles de ahorradores e inversionistas sin nada. Éstos habían seguido el «sabio» consejo de los corredores y de las calificadoras de que cuando la crisis estalla no hay que correr.
e. Esta primera fase de la crisis quiso ocultar la otra, más profunda y realmente explosiva: la crisis clásica de sobreproducción de mercancías. El vínculo entre la dificultad para mantener la tasa de acumulación y la dificultad para vender la masa de mercancías que inundan los mercados nacionales, cuando se vive un proceso mundial de caída del salario medio real y de los salarios indirectos.
f. Esto se refleja en la crisis de por lo menos tres sectores claves de la producción: el automotriz, el de la construcción y el metalúrgico. La caída de las ventas de General Motors (para saldar sus deudas mensuales de septiembre esta empresa requiere de 11 mil millones de dólares), Ford y Chrysler ha traído como consecuencia el anuncio de cierres técnicos y de decenas de miles de despidos. Igual se puede ver con la crisis de Cemex, la segunda empresa más poderosa del mundo en la producción de cemento, presidida por el mexicano Lorenzo Zambrano. No es una exageración decir que esa empresa está al borde de la bancarrota. La empresa mexicana incrementó sus adeudos en casi 14 mil 200 millones de dólares, de agosto a octubre.
g. Como en toda crisis, la dinámica de la misma tiende a incrementar el proceso de centralización y concentración de los capitales, y el incremento de la monopolización. Algunos ejemplos:
-Gas Natural de España ha conjuntado un paquete de financiamiento de 19 mil millones de euros (27 mil 800 millones de dólares) para la adquisición de 45 por ciento de Unión Fenosa, con valor de 35 mil millones de dólares.
-El fabricante de hule alemán Shaeffler está sindicando unos 16 mil millones de euros en deuda para la adquisición de Continental, la segunda llantera más grande de Europa, que tendrá un valor de 35 mil millones de dólares.
-Con 11 mil millones de libras esterlinas, Electricité de France (EdF) aseguró la adquisición de British Energy Group.
-Panasonic anuncia la compra de Sanyo en casi 9 mil millones de dólares.
En conclusión sobre este apartado: efectivamente, estamos viviendo el fin de la hegemonía americana en el terreno económico, en especial, el fin de la hegemonía del dólar. No se puede descartar que en los próximos meses, si no es que semanas, se busque lanzar una moneda única por lo menos en el terreno del intercambio comercial. Una moneda que sirva para el comercio mundial, para las transacciones financieras, etcétera. Pero, sea como sea, estamos viviendo el fin de la hegemonía del dólar, aunque momentáneamente se encuentre al alza con relación a las otras monedas. Esa alza no refleja la fuerza sino la debilidad, más si tomamos en consideración que Estados Unidos es un país con una balanza comercial de pagos y una cuenta corriente deficitarias. El alza del dólar ahonda esa terrible dinámica.
Las paradojas que esto revela son por lo menos complicadas, sino es que explosivas:
a. Es la primera vez en la historia que la potencia militar más grande, con mucho, no será la locomotora económica que jala todo el tren del capital.
b. El carácter parasitario de la burguesía estadounidense es cada vez más evidente.
c. Lo principal de la inversión de capital norteamericano se ubica afuera de sus fronteras nacionales y, en cambio, el sector industrial nacional está cada vez más en manos de burguesías de otros países. Esto es no sólo se vive una deslocalización externa sino también interna.
d. La crisis del neoliberalismo como modelo de organización (desorganización) de la vida se da sin que haya nada en el horizonte como herramienta de cambio desde arriba.
e. El fracaso en Irak y Afganistán evidencian la debilidad de un sistema que todos los días se mira satisfecho al espejo, a pesar de lo purulento de su rostro.
f. En pocos meses, vamos a ver cómo se les cae la cara de vergüenza a todos esos que apoyaron a Obama. Al fin que (probablemente piensen ellos) los pobladores de Afganistán están acostumbrados a vivir bajo ocupación. Una vez más la opción por el mal menor nos llevará a la famosa dialéctica del viejo poema, que dice: «nos preocupamos por el mal mayor sin darnos cuenta que el mal menor fue quien nos mató».
g. Estamos viviendo la primera crisis global en la época neoliberal. Crisis en medio de la cual se amasan fortunas nunca antes vistas.
h. Desde luego, como siempre, la forma en que se busca enfrentar la crisis es echándola sobre los hombros de los trabajadores del campo y la ciudad. La semana de 65 horas que se decidió en la Europa Unida refleja el cinismo de los de arriba. En última instancia, se cumple lo dicho por el Subcomandante Insurgente Marcos, cuando se burlaba de una modernidad que avanza hacia atrás: efectivamente, con las 65 horas estamos regresando al siglo XVIII.
México: del catarrito a la neumonía
Pasando a la picaresca nacional, no dejan de ser conmovedoras declaraciones como las de Felipe Calderón o su ministro de Hacienda sobre la capacidad de México para resistir la crisis de nuestro vecino del Norte, o sobre nuestra capacidad de que en lugar de tener pulmonía cuando Estados Unidos estornude, ahora solamente vamos a tener un leve catarro.
Se calcula que, en septiembre, la crisis estallará en toda su dimensión. Ya veremos entonces a estas dos botargas, representantes del Estado nacional, si mantienen su irresponsable sonrisa. De todas las economías, la mexicana será la más perjudicada por el grado de dependencia productiva y comercial que tiene con relación a la norteamericana». (Sergio Rodríguez Lascano, La crisis por todos tan temida», mayo del 2008)
Los excedentes petroleros (el barril llegó a estar por arriba de 100 dólares), las remesas, los dólares del narcotráfico, las ganancias de las 39 familias (en julio de este año representaban el 15 por ciento del Producto Interno Bruto), las ganancias de las cien trasnacionales (en el mismo mes llegaron a representar el 42 por ciento del PIB), es lo que les permitía su euforia.
Hoy todo está en crisis: la turbulencia financiera que, en todo el mundo, ha golpeado a las bolsas de valores en las últimas semanas dejó también sus secuelas en el empresario Carlos Slim, cuya fortuna cayó en cerca de 6 mil 800 millones de dólares en el periodo julio-septiembre. La caída de su riqueza se debió principalmente al descenso de 7.9 por ciento que registraron, en el tercer trimestre del año, las acciones de su empresa de telefonía celular América Móvil en el tercer trimestre, así como al descenso de 15.6 por ciento de su compañía de telefonía internacional Telmex Internacional, a la caída de 15 por ciento de su grupo industrial Grupo Carso, y al desplome de 31.2 por ciento de las acciones de su empresa administradora de proyectos de infraestructura Impulsora del Desarrollo y el Empleo en América Latina. En total, la riqueza de Slim bajó 10.5 por ciento en los últimos tres meses. Sin embargo, tuvo un desempeño superior al rendimiento del índice de la bolsa de valores mexicana, el cual bajó 15.3 por ciento en el tercer trimestre del año. Sin contar con lo que pasó en los primeros días de octubre. El caso de Vitro ha sido peor, éste ha tenido que reestructurar sus bonos por 700 millones de dólares, los cuales pagan una tasa de interés de 9.125 por ciento y vencen en 2017. Esto ha permitido que ahora estos bonos se estén cotizando a un precio de 0.295 dólares por cada dólar. Esto por el temor de que la compañía carezca de la liquidez necesaria para satisfacer «llamadas de margen» que podrían derivarse de su exposición a derivados, los cuales cotizaban a 0.803 centavos de dólar por cada dólar el 8 de septiembre.
Esto ha provocado que los analistas de riesgos señalen que, si no hay una intervención estatal, es muy probable que Vitro no pueda resistir la actual crisis. Standard & Poor’s señaló, el 14 de octubre, que posiblemente bajará la calificación «B» de Vitro, o el quinto nivel por debajo del grado de inversión. Las pérdidas de Vitro forman parte de un problema generalizado en América Latina, donde las compañías enfrentan el pago de miles de millones de dólares por sus posiciones en derivados, principalmente por la súbita e inesperada caída de las monedas en la región.
En agosto, las exportaciones registraron un menor dinamismo al crecer 5.6 por ciento, en comparación con el mismo mes del año anterior, luego que en julio habían avanzado un 22.3 por ciento y que en junio crecieron un 16 por ciento. El menor crecimiento de las exportaciones es un síntoma claro del impacto que podría estar ya teniendo la desaceleración de la economía estadounidense. Estados Unidos es el principal socio comercial de México, consume cerca de 79 por ciento del total de las exportaciones mexicanas. De hecho, las exportaciones no petroleras registraron una caída de 2.7 por ciento en agosto, en relación con el mismo periodo de 2007, el primer descenso en varios meses. Dentro de las exportaciones no petroleras, las exportaciones de manufacturas descendieron 3.8 por ciento. Mientras que las importaciones crecieron en un 10 por ciento. Pero lo que es más importante: las importaciones de bienes de consumo crecieron en un 19.8 por ciento.
Hacia una explicación
Todos los mecanismos que fueron creados para supuestamente evitar las crisis (mercado de divisas, mercado de capitales, mercados de derivados), hoy se vuelven contra sus creadores. Estos aprendices de brujos hoy ya no quieren queso, sino salir de la ratonera.
Pero todo esto no es sino el aspecto fenoménico de la economía real. Y aquí nos encontramos con la dificultad para poder realizar el análisis. La crisis que se está viviendo es la primera crisis global del mundo globalizado. Por lo tanto, se requiere ubicar los elementos fundamentales de la misma.
Immanuel Wallerstein ha publicado un artículo muy interesante en el que arriesga una interpretación que va más allá de los aspectos coyunturales de la crisis. Veamos cómo lo plantea:
La economía-mundo capitalista ha tenido, durante varios cientos de años, por lo menos, dos formas importantes de vaivenes cíclicos. Uno son los llamados ciclos de Kondratieff que históricamente tenían una duración de unos 50-60 años. Y otros son los ciclos hegemónicos que son mucho más largos…
Los ciclos de Kondratieff tienen una temporalidad diferente. El mundo salió de la última fase B del ciclo Kondratieff en 1945, y entonces vino el vuelco más fuerte hacia la fase A en la historia del sistemamundo moderno. Llegó a su clímax cerca de 1967-1973, y comenzó su descenso. Esta fase B ha sido mucho más larga que las fases B previas y seguimos en ella.
Las características de una fase B de Kondratieff son bien conocidas y coinciden con lo que la
economía-mundo ha experimentado desde los años 70. Las tasas de ganancia en las actividades
productivas bajan, especialmente en aquellos tipos de producción que han sido más rentables. En
consecuencia, los capitalistas que deseen niveles de ganancia realmente altos se inclinan hacia el ámbito financiero, y se involucran en lo que básicamente es especulación. Para que las actividades productivas no se vuelvan tan poco redituables, tienden a moverse de las zonas centrales a otras partes del sistemamundo, negociando costos menores de transacción por costos menores de personal. Es por eso que comienzan a desaparecer los empleos en Detroit, Essen y Nagoya, y que se expanden las fábricas en China, India y Brasil».
(Immanuel Wallerstein, «La depresión una visión a largo plazo»)
Desde luego, el punto de que esta fase B del ciclo largo Kondratieff1 ha durado más que las anteriores creo que está fuera de discusión (frente a los 26 años en promedio que había durado anteriormente, hoy, según algunos, lleva 35 años y, según otros, 40).
El problema se presenta al tratar de explicar los motivos. Wallerstein plantea una serie de características de lo que han sido tradicionalmente las expresiones económicas de esta fase, en especial la caída de la tasa de ganancia. El problema es que esto no ha sucedido en esta fase B de este ciclo.
En cambio, lo que hemos visto ha sido una caída de la acumulación de capital. Según Wallerstein, la baja en la tasa de ganancia lleva a los capitalistas a privilegiar la inversión en el sector financiero. Según nosotros el desnivel entre una alta tasa de ganancia y un bajo nivel de acumulación es lo que explica el traslado de la parte de la ganancia que no se reinvierte en un nuevo ciclo productivo hacia el sector financiero.
El problema es que a pesar de que en los últimos años se ha vivido un incremento de las tasas de explotación impresionante esto no ha permitido, como sería lógico, un incremento en la acumulación de capital. Expliquemos primero este impresionante aumento de la explotación:
a. Una caída en los costos de producción por medio de lo que se ha llamado deslocalización de la
inversión, lo que se ha logrado contratando mano de obra calificada, disciplinada y barata. Lo que ha encontrado en China, India, Rusia, la República Checa, Vietnam, etcétera.
b. La caída internacional de los salarios. La entrada masiva de millones de nuevos trabajadores a la producción capitalista y la conformación de un ejército de reserva, auténticamente mundial, ha presionado los salarios hacia abajo.
c. La caída del salario indirecto, en especial todas las prestaciones económicas complementarias al salario: pensiones, fondos de retiro…
d. La aniquilación de una serie de prestaciones laborales: tiempos de jubilación, permisos médicos, otorgamiento de vivienda…
e. Incremento de la productividad por medio de una combinación inédita entre aceleración de los procesos productivos, de las cadencias y ritmos del trabajo y un alargamiento de la jornada laboral. La aprobación en Europa de la jornada de 65 horas es la confesión descarada de lo anterior.
f. El renacimiento del trabajo esclavo en África, Asia, América Latina (en el norte de México hemos visto varios ejemplos).
g. La utilización de la subcontratación (outsourcing), también conocida con otro neologismo: tercerización, como el mecanismo ideal para debilitar a los sindicatos, incrementar la productividad, desvanecer la relación obrero-patronal, realizar el sueño burgués de un capital líquido que se escapa de las manos de los trabajadores, etcétera.
h. Todo esto ha concluido en algo espectacularmente contradictorio: no existe comparación entre el incremento de la productividad y el aletargamiento de la producción.
i. El impresionante regreso a la esfera del capitalismo de cerca de 2 mil millones de seres humanos, lo que permitió una reubicación espacial de la explotación y de la ganancia.
j. Por ultimo, pero no por eso menos importante, el traslado masivo de millones de seres humanos a las metrópolis capitalistas.
Todo esto ha implicado un incremento de las tasas de explotación, que es lo que nos permite hablar de un crecimiento de las tasas de ganancias.
Si esto es así, el problema sigue siendo explicar porqué, a pesar de esas tasas de explotación y esas tasas de ganancias, no se ha salido de la fase B del ciclo largo Kondratieff.
Desde mi punto de vista, el capital financiero (el dominante, entendido en su forma clásica de capital industrial más capital bancario) se orienta hacia donde las ganancias son más altas. Antes existía un Estado-nacional que intervenía en la economía para regular los flujos productivos y los flujos financieros, al mismo tiempo que tomaba en consideración la indispensable tranquilidad social. Pero, desde hace ya varios años, el Estado ha renunciado a esa vieja potestad. Ahora, el Estado simplemente crea las condiciones para el libre flujo de capitales sin ningún tipo de regulación, siempre bajo la idea de que sus dos funciones fundamentales son:
1. Garantizar la ausencia de medidas interventoras en el terreno de la producción, así como en el de la distribución.
2. Garantizar que la sobreexplotación de la mano de obra sea el único mecanismo de competencia.
La autonomía de los bancos centrales no es más que la expresión de la cesión de poder del Estado hacia el capital. No es sino la expresión del mutis del Estado frente a la economía. Esto ha permitido que la fórmula D-D’ sea más atractiva, veloz y sustanciosa que la vieja D-M-D’ (desglozada D»M (MP,FT) «(P) «M'»(R) «D’2).
Pero, a la larga, la fórmula D-D’ no permite el desarrollo de una nueva fase A del ciclo Kondratieff y sí, en cambio, implica una economía estancada en el terreno de la producción de mercancías.
La tierra prometida de la ganancia rápida y fácil (verdadero objetivo de una burguesía que hace mucho que ya no tiene nada de progresista) representa el infierno de la crisis cuando estalla la burbuja y deja ver la debilidad de una clase que, parafraseando a Nicolás Bujarin, lo único que sabe hacer es cortar cupones.
Esta burguesía, sin los límites y mecanismos de regulación que antes el Estado le imponía, se ha dejado llevar a la vorágine de la ganancia. Esta orgía -para todo aquel que lo quería ver- iba a terminar en crisis. Pero nada de esto importaba, la ganancia fácil e improductiva reinaba y gobernaba. A su lado, unos individuos que se dicen economistas recibían premios nóbeles, por su loable labor de desarrollar la miseria de la teoría, la miseria de la economía.
Entonces, esta contradicción entre el crecimiento de la explotación-ganancia y el bajo nivel de acumulación podría permitir entender la larga fase depresiva de la fase B del ciclo Kondratieff.
Intermedio 2
En la geografía del Poder, uno no nace en una parte del mundo, sino con posibilidades o no de dominar cualquier parte del planeta. Si antes el argumento de superioridad era la pertenencia a la raza, ahora es la geografía. Quienes habitan el Norte no lo hacen en el norte geográfico, sino en el Norte social, es decir, están arriba. Quienes viven en el Sur, están abajo. La geografía se ha simplificado: hay un arriba y un abajo. El lugar de arriba es angosto y caben unos cuantos. El de abajo es tan amplio que abarca cualquier lugar del planeta y tiene lugar para toda la humanidad.
En la moderna Torre de Babel una sociedad se dice superior si conquista a otras, no si tiene más adelantos científicos, culturales, artísticos, mejores condiciones de vida, mejor convivencia.
En la época moderna, el Poder lleva a cabo guerras múltiples de conquista. Y no me refiero a «múltiples» en el sentido de «muchas», sino en el sentido de «en muchas partes y de muchas formas». Así, las guerras mundiales hoy son más mundiales que nunca. Pues si el vencedor sigue siendo uno, los vencidos son muchos y en todas partes.
Con el argumento de las bombas se adjudican los espacios: quienes las arrojan están en el Norte, en el «arriba» de la Torre; quienes las reciben, están abajo, en el Sur.
Pero no son las bombas las que modifican la geografía. Las bombas cambian el reparto de la geografía, su dominio. Así, en ese espacio limitado por puntos y rayas, ahora domina uno, mañana domina otro. Es lo que se llama «geopolítica». En realidad los mapas geográficos no señalan riquezas naturales, personas, culturas, historias, sino quién o quiénes son los dueños de ellas.
(Subcomandante Insurgente Marcos, «La Otra Geografía», Revista Rebeldía Nº 5)
La geopolítica, coartada de los progresistas
Son lugares hoy sorprendentemente comunes (si podéis pagar el billete de admisión), y la codicia utópica -en la figura de Paris Hilton, Bernie Ebbers o Donald Trumpp- satura la cultura popular y los medios de comunicación electrónicos. Nadie se sorprende de leer que hay millonarios capaces de gastar 50 mil dólares para clonar a sus gatos domésticos, o un millonario dispuesto a pagar 20 millones de dólares por unas breves vacaciones en el espacio. Y si un peluquero londinense tiene clientes encantados de pagar mil 500 dólares por un corte de pelo, ¿por qué no debería venderse un lupanar en Hamptons por 90 millones de dólares o haber ganado Lawrence Ellison, ejecutivo de Oracle, 340 mil dólares por hora en 2001? Lo cierto es que hay tanta hipérbole en la cobertura mediática de los estilos de vida de millonarios y celebridades que apenas si queda capacidad para asombrarse ante estadísticas tanextraordinarias como la que acaba de informarnos que el uno por ciento de los norteamericanos más ricos gastan tanto como los 60 millones de norteamericanos más pobres; o que 22 millones de empleos fabriles han sido sacrificados al altar de la globalización, entre 1995 y 2002, en las 20 economías más grandes del planeta; o que los individuos ricos refugian actualmente la asombrosa cantidad de 11.5 billones de dólares (diez veces el PIB anual del Reino Unido) en paraísos fiscales». (Mike Davis)
Frente a la crisis del dólar y, sobre todo, frente a la crisis de la hegemonía norteamericana, comienzan a salir de sus catafalcos los viejos analistas de la época dorada del «socialismo real». Nada más que ahora ante la ausencia de la Unión Soviética o de la China de Mao, se refugian en el BRIC, bloque conformado por Brasil, Rusia, India y China, que comparten grandes extensiones de territorio, grandes masas de población, recursos naturales abundantes y ejércitos tan grandes o más que el de los Estados Unidos.
Jim O’Neill, economista de Goldman Sachs fue el padre de la criatura (lo cual ya nos debería llevar a tener cierta desconfianza después del papelazo de esa fraudulenta empresa) negocio).
Desde las páginas de La Jornada, varios editorialistas en su voluntad de atacar a Bush y a los Estados Unidos se refugian en la peregrina idea de que del BRIC saldrá la nueva hegemonía mundial.
Esto nos plantea a nosotros dos problemas: saber si esto es cierto y saber si eso es bueno para la humanidad, o para los pobres, o para los trabajadores del campo y la ciudad.
El problema que tiene esta visión es que es subsidiaria de la vieja teoría de la dependencia o del desarrollo. Nada más que ahora ante la ausencia del socialismo real lo que les queda es refugiarse en la ilusión del BRIC. Desde luego esto suponiendo que el famoso BRIC sea realmente un bloque homogéneo que disputa a los nortamericanos, europeos y japoneses la hegemonía mundial.
La realidad es que China, la India, Brasil y Rusia están totalmente interesados en que esta crisis no se alargue demasiado. Forman parte del sistema mundial capitalista y, desde luego, que juegan con las divisiones y las debilidades de los viejos imperios, pero lo último que les interesa es que se caigan esos mercados.
Más aún si entendemos cómo está realmente conformado el mundo en la actualidad. Ese Norte social y ese Sur social del que nos habla el Subcomandante, pensamos nosotros, es la única forma de entender esta reorganización espacial del mundo bajo la lógica del capital.
Las características de esa reorganización espacial serían las siguientes:
a. En los viejos países imperialistas existe una proporción nada despreciable de trabajadores, muchos de ellos migrantes, que forman parte del sur social.
b. En los países llamados subdesarrollados existen hombres y mujeres que forman parte de los más ricos del mundo, que no sólo tienen inversiones en sus países de origen sino en todo el mundo. Los Larry Rong Zhijan, de China, que ocupa el lugar 62 de la lista de Forbes, Huang Guanguy, que ocupa el 35, y Timothy Chen Tianqiao, el 31, todos ellos chinos. O Román Arkádievich Abramóvich, Mikhail Borisovich Khodorkovsky, dos mafiosos burgueses rusos, que han despojado al pueblo ruso de su petróleo y de sus siderúrgicas. Simplemente, para darnos una idea del tamaño del despojo que se ha vivido en Rusia, de los cien hombres más ricos del mundo, 19 son rusos. Diez son de la India y cinco los países árabes.
c. En esta crisis hemos visto una actuación dinámica de inversionistas chinos, árabes, de Singapur, de la India o de México, comprando acciones de bancos, industrias, periódicos de los países imperiales. El mayor banco suizo (ése que se hizo rico robándole a los judíos durante la Segunda Guerra Mundial) fue salvado de la quiebra por la inversión de 6 mil 600 millones de euros del Government of Singapore Investment, lo que representó el 9 por ciento de sus acciones y por mil 200 millones de euros de capital árabe. Los inversionistas chinos compraron el 10 por ciento de las acciones del Morgan Stanley, el segundo banco de inversiones de los estados Unidos, invirtiendo 3 mil 480 millones de euros. El mayor banco del mundo, Citygroup, tuvo que vender el 4.9 por ciento de su capital a la Autoridad de Inversiones de Abu Dabi (Emiratos Árabes) por 5 mil millones de dólares a través de bonos convertibles y a pagar un cupón fijo de 11 por ciento.
d. Al mismo tiempo, hemos visto un proceso mundial de caída de los salarios de los trabajadores, de disminución de sus conquistas laborales, de limitación de sus conquistas sociales, de una crisis de la vieja cultura laboral y una inoperancia de la nueva. Ambas caracterizadas por ser profundamente colaboracionistas. Pero esto sucede no solamente en los países atrasados económicamente, sino también en los llamados desarrollados.
e. Un desarrollo mundial del despojo como mecanismo de acumulación. Despojo que va desde una forma nueva y supuestamente definitiva de quitarle sus tierras a las comunidades originales, hasta la eliminación de los cultivos tradicionales para ser sustituidos por la agroenergía -lo que confirma algo que se sospechaba en el pasado, pero que ahora ya nadie duda: el habitante más importante de la tierra es el automóvil-, pasando por el despojo de las pensiones, del tiempo libre, de la cultura y la diversión.
f. Un incremento internacional de la represión: todos quieren vincular crimen organizado o terrorismo con movimientos sociales. Todos somos criminales según el capitalismo. El trístemente célebre Estado de Derecho es una coartada que se utiliza como espantajo para la represión.
g. El renacimiento del racismo y el desprecio en todo el mundo. La guerra contra El Otro está basada en una ideología que retoma ideas estúpidas de la Biblia, o del creacionismo, o de las condiciones climáticas como explicación para el desarrollo. Desde los medios masivos de comunicación se genera un cartabón de belleza, o por lo menos de aceptabilidad.
h. En esa reorganización espacial, las víctimas son los trabajadores del campo y la ciudad chinos, vietnamitas, hindúes, mexicanos, norteamericanos, franceses, italianos, etcétera. La lucha contra el capitalismo es global, más en esta época. No podemos cantar las glorias del nuevo capitalismo chino o de la India frente al viejo capitalismo norteamericano o inglés. Si se quiere acabar con esta pesadilla de este sistema de muerte, no se pueden atacar las políticas económicas norteamericanas y pasar por abajo del tapete lo que se hace en China o lo que el antiguo líder obrero Luis Inacio da Silva «Lula» hace en Brasil. La geopolítica no puede ser el pretexto para jugar a los sepulcros blanqueados.
Intermedio 3
El hombre más rico de la India (algunos dicen que es el hombre más rico del mundo), Mukesh
Ambani, planea construir un palacio en el corazón de Mumbai. Un helipuerto, gimnasio, jardinescolgantes y seis pisos de estacionamiento son algunas de sus características. La ‘casa’, diseñada por el estudio Perkins+Will, tendrá una altura de 173.12 metros, que equivalen a unos 60 pisos, pero en realidad el edificio, bautizado con el nombre Antilia, tendrá 27 plantas de una altura interiorconsiderablemente mayor a la habitual de 3 metros y su superficie será mayor a la del Palacio deVersalles.
Los seis primeros pisos estarán destinados exclusivamente para estacionamiento de los automóviles de la familia. En el séptimo piso funcionará el taller de mantenimiento para esos autos. En el octavo habráun ‘centro de entretenimiento’ que estará formado por un mini-teatro para 50 espectadores. En la azotea del mini-teatro habrá un espacio verde, luego siguen tres pisos más de jardines y terrazas. Mientras que en el piso nueve será el de las emergencias, dos más arriba serán destinados al ‘health club’ con piscina y gimnasio. Habrá dos apartamentos para huéspedes. Los cuatro últimos pisos será la residencia familiar… y todo esto remata en un helipuerto, todavía no aprobado por las autoridades municipales.
Sólo un último detalle, para tener una idea de la escala de esta «residencia»: 600 son las personas que trabajarán en forma permanente para su mantenimiento».
(Mumbai Mirror)
Lo interesante será saber cuántos guardias cuidarán la casa de ese pendejo, ubicada en Mumbai, rodeada de parias, los cuales, muy seguramente, todos los días al voltear y ver la torre de la ignominia, tendrán ya un objetivo en la vida: expropiarla. El problema ya no es, únicamente, tomar el palacio de gobierno sino todas las torres del dinero.
Abajo-abajo la Rabia
Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces,
que me muero de hambre en esta esquina,
que no sé de qué sirve haber nacido,
que me miro las manos rechazadas,
que no hay trabajo, no hay,
bájate un poco, contempla
esto que soy, este zapato roto,
esta angustia, este estómago vacío,
esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre
cavándome la carne,
este dormir así,
bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
tócame el alma, mírame
el corazón,
yo no robé, no asesiné, fui niño
y en cambio me golpean y golpean,
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
si estás, que busco
resignación en mí y no tengo y voy
a agarrarme la rabia y a afilarla
para pegar y voy
a gritar a sangre en cuello.
(Juan Gelman)
¿Cuáles son las bases materiales de esta rabia que hoy se agolpa en los pechos de una buena parte de la población?
a. La diferencia entre esta crisis y otras se ubica en la no salida intermedia, en tanto es una crisis en medio de una guerra, no se nos olvide. No hay mediación. Los que hablan del regreso del keynesianismo no saben lo que están diciendo. Sin saberlo se suman al coro del reaccionario New York Times que, al dar a conocer el crédito de los 700 mil millones de dólares que propuso Geroge Bush y que aprobó el Congreso norteamericano, encabezó su edición con la siguiente frase: «Esto es el inicio del socialismo del siglo XXI». Los congresistas, lacayos del capital, señalaron al otorgar los créditos que se podían adquirir acciones, pero que el gobierno no podía participar en los cuerpos directivos de las empresas y, más aún, que no tenía derecho de voto ni de veto en las asambleas de accionistas.
b. Una crisis en la que una buena parte de los dominados ya no esperan nada de arriba. Aunque algunos intelectuales no aprenden y ahora le dan su respaldo, sin ilusiones, a Obama, aceptando con una resignación cuasi cuáquera que no se puede hacer nada más, la realidad es que, a diferencia de los años 30, no se ve en el horizonte nadie que pueda ponerse a la cabeza del proyecto político que desafíe la forma de dominio actual. El mejor ejemplo han sido los gobiernos socialdemócratas, como el que hubo en Italia, que actuó en sometimiento total a los designios del gran capital, o peor, el modelo del New Labor en Inglaterra, para no hablar de ejemplos más cercanos colmo el de la señora Bachelet que, una vez más, ha demostrado que bajo un gobierno burgués es un sueño absurdo pensar que se puede gobernar con ojos de mujer.
c. Una crisis de dominio. Al hacerse más salvajes la explotación, el despojo, el desprecio y la represión se ha producido un cambio estructural en las relaciones de dominio. El dominio se vive, pero está ausente la aceptación que normalmente existe. La vieja relación de otorgamiento de la confianza para ser explotado o dominado, hoy no existe. Incluso en los procesos electorales, la gente se tapa la nariz antes de entrar a la casilla electoral. La ideología de la dominación ha sido desnudada de su oropel y ahora lo que se puede vislumbrar es al déspota en turno, llámese Calderón, Zarkosy, Zapatero, Obama, Hu Jintao, Pratibha Patil, Bachelet, etcétera.
d. Una crisis de todas las instituciones estatales (incluidas los sindicatos, las ONGs, las organizaciones campesinas). Más allá de su origen de lucha y combate, la mayor parte de las organizaciones sociales han pasado a ser instituciones estatales, algunas veces respondonas, pero que siempre están dispuestas a renegociar con el poder las condiciones de vida de sus agremiados. Estas instituciones fueron claves no tan sólo para generar grandes movilizaciones pero también para asegurar el control del Estado sobre la sociedad. En la práctica, estamos viviendo los últimos estertores de una forma de organización que fue producto de grandes luchas, que luego fue funcionalizada por el Estado y que ahora tiene ante sí una opción similar a la que enfrentó durante la revolución de 1910-1919: con los de más abajo o con el poder.
e. Una crisis epocal de cambio de dominación con cambio del dominado. Este cambio abre nuevos espacios para la lucha y para la organización, aunque momentáneamente estemos frente a la fase negativa, mórbida, de esta crisis. Los que sueñan con el regreso del viejo Estado Benefactor o con el regreso del keynesianismo o con un viejo nacionalismo están añorando algo que no regresará.
Parafraseando a López Velarde, diríamos que viven una «íntima nostalgia reaccionaria». El capitalismo cambió como producto de grandes derrotas de los de abajo. Esas derrotas ya pasaron y es profundamente absurdo levantar las mismas viejas estrategias que han fracasado. Sería mejor volver al viejo concepto de Carlos Marx, quien siempre recordaba que la poesía de las próximas revoluciones no puede ni debe ser buscada en la poesía de las viejas.
Si quisiéramos ubicar el tiempo que vivimos diríamos que estamos en medio de un tiempo de crisis, deun tiempo de rabia. Nuestra tarea no puede ser regocijarnos simplemente viendo los problemas de los de arriba (aunque realmente hay algo de gustoso cuando algún gran burgués se declara en quiebra).
Nuestra responsabilidad, nuestro trabajo, nuestro esfuerzo es ir al encuentro de todas las rabias: sabemos que la Rabia existe más allá de nuestra voluntad y de nuestros deseos. Su existencia está en función de las cuatro ruedas de la carreta capitalista. Es la respuesta frente a la explotación despiadada, la más fuerte de la historia de la humanidad; o frente al despojo, cuando quieren no sólo explotar la fuerza de trabajo o controlar los productos agrarios, sino declararse dueños del aire, el agua, las plantas, las… el genoma. O frente al desprecio que se extiende con leyes que permiten que el Estado de Excepción sea cada vez más la norma de funcionamiento del Estado. La democracia burguesa ha sido lanzada al basurero de la historia. Y la represión, que ha permitido que todo ser humano sea visto como un delincuente en potencia. Ya no se trata de reprimir a los militantes políticos, sino a cualquiera que no se ubique en los espacios del capital, a la gente que antes hacia de la calle, la esquina y el jardín sus centros de convivencia y que ahora viven encarcelados en sus casas, bajo la peor ideología reaccionaria, porque los toques de queda son cada vez más frecuentes.
La Rabia es, entonces, antes que nada, una realidad con la que hay que trabajar. Muy probablemente nos gustaría que lo que se expresara antes que nada fuera la razón, pero eso solamente existe en la teoría. La razón, en el mejor de los casos, corre atrás de la Rabia, persiguiéndola, asediándola, algunas veces para interpretarla, otras para tratar de domesticarla. Normalmente la teoría casi desfallece ya que a la mayoría de los «cerebrones» (como les dice el Comandante Tacho) les da güeva hacer ese trabajo y, entonces, prefieren hacer caso omiso de la Rabia. Voltean hacia otro lado, casi siempre hacia arriba y, de esa manera, no se ve el coraje. Prefieren pasar de lado.
Lo más que logran distinguir es lo que alguna vez fue una movilización y, ahora, es una grey que se disfraza de revolucionarias y revolucionarios para promover una forma de capitalismo un poquito más humana, con métodos excluyentes y burocráticos. Ese es su piso. Más abajo no hay nada.
El problema es que, como lo había anunciado el EZLN, cada vez más, la Rabia va a ser el contenido esencial de las luchas. Por eso, van a ser feas, mal vestidas, mal portadas y, algunas veces, romperán vidrios y, siempre, van a generar polarización. O con ellas o contra ellas. No va a haber punto intermedio.
Lejos quedará el 68, será un vago recuerdo de gente bien portada. Lo que sigue es la puesta en movimiento de los condenados de la tierra. De los que no tienen nada que perder más que sus cadenas (como que suena conocido).
Los que no soportan más.
Las que viven en la frontera de la vida, en el límite.
Los que quieren estar pero no siempre lo logran.
Las que quieren regresar pero no saben cómo.
Los que están aquí pero ya quieren llegar a allá.
Las que buscan encontrarse pero todavía no ubican su geografía.
Los que sienten en su corazón una acumulación de agravios.
Las que viven en silencio y nadie las escucha.
Los que saben que ese silencio es el preludio de su estallido.
Las que saben que la Rabia viene del silencio.
Silencio que viene de la acumulación de agravios.
Acumulación de agravios que son una agresión contra la vida como tal.
Los que no tienen nada que perder.
Las que están en todos lados.
Los que esperan ser mirados con respeto.
Las que necesitan que agudicemos los oídos y la visión.
Los que verbalizan la Rabia y nos enseñan en el camino.
Las que juntan la rabia con la dignidad.
Los que quieren luchar pero no soportan lo que hasta ahora se ha conocido como lucha.
Las que no quieren ser dirigidas por dioses, ni césares, ni jefes, ni patrones, ni rayitos de esperanza.
Los que ahora son solamente piezas de un rompecabezas.
Las que ya comienzan a ser un mosaico, una composición, un conjunto.
Los que diseñan ya una figura, muchas figuras, que están siempre en construcción.
Las que ya quieren cambiar la lógica de la sinrazón de la historia.
Las que se declaran ya listas para evitar la catástrofe ecológica que ya está entre nosotros.
Los que se dicen ya prestos para resistir a lo aparentemente irresistible.
Los Irreductibles. Las apasionadas. Las insumisas. Los cansados de esperar. Las pacientes impacientes.
La única respuesta viable a la fragmentación del mundo y de las relaciones humanas.
La Rabia, la eterna y nueva Rabia. La permanente Rabia. La intermitente Rabia.
La de los que no son, no existen, no tienen cara ni cuerpo. Los Nadie.
Es la hora de Nadie (Ninguem, Ne suno, Personn, Nobody. El inglés tiene la virtud de ser descarnado).
Nadie, donde habita la nueva clase obrera, esa que se parece enormemente a la que describieron Marx y Engels en el Manifiesto Comunista y en La Situación de la Clase Obrera en Inglaterra.
Similar a la que describió Zola en Germinal. A la que dibujó, descarnadamente, Dickens en Oliver Twist. La que fue hecha fresco por Gorky en La Madre y por Brecht en Madre Coraje.
La clase obrera que algunas veces no tiene sindicatos, ni fondo de retiro y, muchas veces, tampoco tiene país.
Nadie, donde habitan los jóvenes sin futuro, estudiantes, trabajadores, campesinos, desempleados. Los que sufren el desprecio como nadie. Los que ya no pueden reunirse después de la diez de la noche porque si no son delincuentes.
El Nadie de las mujeres permanentemente agredidas, incluso en nuestro propio campo. Las que no quieren ser las que están atrás de los «grandes hombres». Las que ya se cansaron de la teoría del empoderamiento de las instituciones ya que han visto que en lugar de que el poder adquiera una mirada femenina, la féminas se parecen en su forma de actuar y pensar a los machitos del poder. Porque el poder político y el dinero son las dos instituciones más patriarcales.
Y, desde luego, el Nadie de las comunidades indígenas, las que tampoco tienen fondo de ahorro, ni Infonavit (fondo para la vivienda), ni SAT (fondo de retiro), ni tarjetas de crédito, ni ISSSTE, ni IMSS (Seguridad social), ni jubilaciones. A las que tampoco les afecta mayormente la crisis porque siempre viven en ella. Los sostenedores del mundo. Los que se saben objetivo principal de la IV guerra mundial y han dicho basta.
Parece que de eso se trata el Primer Festival Mundial de la Digna Rabia al que está convocando el Ejército Zapatista de Liberación Nacional: de un puente que busca unir todas las Rabias entre sí, en el país y en el mundo.
Para hacer realidad lo de «¡Proletarios de todos los países, únanse!». Proletarios, los desposeídos, los que no tienen nada, los que son nada, los que son nadie, los que no son vistos, los no-body, los que no tienen cuerpo. Hoy podríamos decir: ¡rabiosos de todo el mundo, únanse! que no tienen nada que perder más que sus cadenas.
Estamos hablando del movimiento de los suburbios franceses, el de los «pingüinos» chilenos, el de las ocupaciones de tierra en Brasil. El movimiento contra la privatización del agua en Bolivia, el movimiento de los que gritaron ¡que se vayan todos! en Argentina. El movimiento de los que hicieron las huelgas salvajes en las minas de Rusia. El movimiento de los «forajidos».