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Mariátegui y el Che Guevara

Tres Coincidencias, Dos Paralelos y Una Concepción

Fuentes: Rebelión

José Carlos Mariátegui y el Che Guevara están unidos a saber por tres coincidencias fundamentales, confluyentes y al mismo tiempo casuales. Ambos revolucionarios significan para las nuevas generaciones latinoamericanas la guía de la transformación social y la personificación de la vida heroica y de la entrega por una causa justa. Tres Coincidencias. 1. José Carlos […]

José Carlos Mariátegui y el Che Guevara están unidos a saber por tres coincidencias fundamentales, confluyentes y al mismo tiempo casuales. Ambos revolucionarios significan para las nuevas generaciones latinoamericanas la guía de la transformación social y la personificación de la vida heroica y de la entrega por una causa justa.

Tres Coincidencias.

1. José Carlos Mariátegui nació un 14 de junio de 1894 y Ernesto Guevara probablemente un 12 de junio de 1928, pero fue inscrito en el registro civil el 14 de junio, fecha que se conmemora hasta la actualidad en todo el mundo.

2. El Amauta falleció poco antes de cumplir los 36 años y el Che a los 39 años. Ninguno llegó a los 40, pero su obra teórica y práctica constituye la principal herencia política del marxismo latinoamericano.

3. Están unidos también a través de la amistad que surgió entre el ese entonces Médico argentino Ernesto Guevara de la Serna y al Doctor Hugo Pesce en Andahuaylas. Ambos médicos estaban entregados a atender a los pacientes con lepra, enfermedad que cobraba muchas vidas en los andes peruanos. Hugo Pesce fue un cuadro político del comunismo peruano, captado y formado por Mariátegui, representó a este en la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana realizada en Buenos Aires en junio de 1929, en donde participó en el debate el texto «El Problema de las Razas en América Latina», escrito en conjunto por José Carlos Mariátegui y el doctor Hugo Pesce. Ernesto Che Guevara le dedicaría años más tarde, luego del triunfo de la Revolución Cubana, su libro «Guerra de Guerrillas» al doctor Hugo Pesce, señalando: «Al Dr. Hugo Pesce, que provocara, sin saberlo quizás, un gran cambio en mi actitud frente a la vida y la sociedad, con el entusiasmo aventurero de siempre pero encaminado a fines más armoniosos con las necesidades de América; fraternalmente, Che».

En un documental cubano, titulado: «CHE: Donde Jamás se lo Imaginan», dirigido por Manuel Pérez, se aprecia la fotografía de Pesce con Mariátegui y luego la entrevista a doña Zdenka de Pesce, esposa de Hugo Pesce, quien cuenta la amigable relación de ambos.

Pero, además de coincidir en la fecha de celebración de nacimiento, la juventud de su fallecimiento y la relación con el Doctor Hugo Pesce, tienen dos aspectos de su vida comunes: su conformación familiar y su salud, además de la construcción de una nueva concepción de heroísmo.

Dos Paralelos.

José Carlos Mariátegui vivió durante 1918 con doña Victoria Ferrer con quien tuvo a su primer descendiente, una hija, doña Gloria María Mariátegui Ferrer. Exiliado, al llegar a New York se entera del nacimiento de su hija. Ya en Italia se unirá a Anna Chiappe Giacomini en 1921, con quien tendrá cuatro hijos varones: Sandro, Sigfried, José Carlos y Javier Mariátegui Chiappe.

Ernesto Che Guevara se casó en México en 1955, con la peruana en el exilio Hilda Gadea, en 1956 nace su primera hija Hilda Beatriz.

En 1959 se casará por segunda vez, en esta ocasión con la cubana Aleida March, en Cuba en 1959, con quien tendrá a Aleida, Camilo, Celia y Ernesto Guevara March.

En 1964 de su relación con la cubana Lidia Rosa López nace su hijo Omar López que no llevará el apellido del padre. Ambos revolucionarios tuvieron una hija de su primer compromiso con una peruana. Esta es una razón más de unidad entre el Che y Mariátegui, entre el Che y los peruanos.

Sobre la salud de José Carlos Mariátegui, el Doctor Uriel García Cáceres dice: «(…) habría que pensar que la osteomielitis crónica, de la región de la rodilla izquierda, le había causado una diseminación por vía sanguínea en los tejidos de la pierna derecha con las consecuencias ya conocidas.» También señala que se podría considerar las siguientes posibilidades: «una endocarditis bacteriana que produjo una trombosis en una arteria importante de la pierna derecha», ya que «el foco de la osteomielitis, después de dos decenas de años tuvo que producir un grave daño en el sistema inmunológico del paciente», o una «amiloidosis, que consiste en la producción de sustancias extrañas o aberrantes por parte de las células encargadas de la elaboración de una proteína que envuelve y bloquea a las bacterias», o «una endocarditis bacteriana, otra vez, con su secuela de septicemia y con punto de partida en la malhadada lesión de la rodilla»o «un tumor maligno que se presentó en la pierna derecha, en 1924″ o por último, » Mariátegui pudo tener diabetes juvenil, con lo que se explicaría la tendencia de desarrollar infecciones, especialmente la osteomielitis». Como fuera, el Amauta sufría mucho desde que se accidentara a los ocho años, sin embargo supo reponerse y actuar incansablemente en pro de la construcción del mundo nuevo. Magda Portal quien fuera su amiga contó en la realización del Documental cubano – peruano sobre la vida del Amauta «La imagen de su Huella (1987)» que: «era sufrido, él tenía dolor, sufría y sabía que se moría, todo eso estaba dentro de él y lo sentíamos, sentíamos su vida que terminaba, con todo, no creíamos que se iba a morir tan pronto». Y añade: «siempre tenía su cara un poco triste, en el sentido de que se sentía pues que estaba tan grave, estuvo siempre grave».

Ernesto Che Guevara, presentó desde muy pequeño los malestares del asma y fue asmático toda su vida. Su padre, el Doctor Ernesto Guevara Lynch cuenta en el Documental cubano – argentino «Mi hijo el Che (1985)»: «Ernesto tuvo una pulmonía muy seria, que quizá este fuera el verdadero origen de su asma (…) yo estaba verdaderamente muy apenado y mi diagnóstico era malo, no comía, no tomaba leche, pero de pronto se prendió de la teta de la madre, hice un gesto de alegría y le dije: vieja – le dije a Celia -, el chico se salvó».

Ni la grave enfermedad de Mariátegui, desarrollada luego de un duro golpe en su pierna izquierda a los 8 años, ni el asma que sofocaba al Che desde muy pequeño, impidieron que estos dos hombres realizaran tareas titánicas, muy aparte de su labor teórica, la fundación del partido revolucionario, de la CGTP, de La Razón, Nuestra Época, Labor y Amauta para Mariátegui, y el triunfo de la Batalla de Santa Clara, que definió el triunfo militar de la Revolución Cubana, la fundación de Radio Rebelde, la campaña del Congo y la gesta de Bolivia, así como el trabajo voluntario para Guevara, demuestran que individuos con conciencia revolucionaria, con una férrea voluntad y sentido de entrega para su pueblo pueden superar cualquier dolencia por grave que sea.

Una Concepción.

La vida de ambos revolucionarios se inicia desde muy temprano venciendo a la adversidad para terminar en una entrega voluntaria por la transformación de su sociedad y por la construcción del socialismo, pero pasando antes por el disfrute de una vida normal y el desarrollo satisfactorio y pleno de todas sus facultades biológicas y sociales. La construcción del «hombre nuevo» del que tanto hablaba Guevara y la concepción de «que el hombre llega para partir de nuevo» de Mariátegui, no constituyen sino una sola esencia de pensamiento: la creencia en la voluntad del hombre para transformar su destino pero con la plena condición de que sólo podrá hacerlo con una nueva ética, la moral de trabajadores y con la convicción de que siempre se necesitará vencer nuevas dificultades y derribar nuevos muros. El Comandante Ernesto Che Guevara, en su obra de marzo de 1965, «El Socialismo y el Hombre en Cuba» dice: «Encontrar la fórmula para perpetuar en la vida cotidiana esa actitud heroica, es una de nuestras tareas fundamentales desde el punto de vista ideológico». El gran Amauta José Carlos Mariátegui en su carta a Samuel Glusberg de noviembre de 1928, señala: «Trabajo en otros dos libros; Ideología y política en el Perú… e Invitación a la vida heroica». En ambos textos observamos como la concepción del «hombre nuevo», es decir de aquel que «llega para partir de nuevo», del luchador dialéctico, del revolucionario, del constructor de mundos, del socialista, sólo puede sustentarse en la afirmación de una vida heroica. Vida heroica que se muestre en las cosas cotidianas, en la actitud hacia el trabajo, en la superación de las enfermedades, en la entrega por el pueblo, en el trabajo voluntario, en el desarrollo teórico, en la polémica revolucionaria, en la fundación del instrumento de la revolución, en la construcción de una actitud vivencial acorde con la voluntad transformadora del pueblo, que se nutre con la satisfacción de sus necesidades a través de sus luchas. Mariátegui y el Che son constructores de una ética nueva dentro del marxismo y de un aporte original y heroico para la revolución. Pero heroico no solamente en el sentido del viejo concepto, del personaje sobrehumano que todo lo puede o de aquel que representa la esencia de su cultura, sino en un sentido nuevo, aquel que señala lo heroico como superación de una serie de problemas para construir el mundo nuevo para el hombre nuevo. En este sentido radica la invitación a la vida heroica de Mariátegui y el Che.