Ataques contra la inmigración, xenofobia, machismo, elusión de impuestos, desprecio por los latinos, apuesta por levantar un muro en la frontera con México, negación del calentamiento global y priorizar el negocio por encima del cuidado al medio ambiente… Todo eso hacen de Donald Trump un tipo, no sólo despreciable, sino peligroso… pero, ¿saben qué? No […]
Ataques contra la inmigración, xenofobia, machismo, elusión de impuestos, desprecio por los latinos, apuesta por levantar un muro en la frontera con México, negación del calentamiento global y priorizar el negocio por encima del cuidado al medio ambiente… Todo eso hacen de Donald Trump un tipo, no sólo despreciable, sino peligroso… pero, ¿saben qué? No es nada que no dijera durante su campaña electoral y, a pesar de ello, ganó las elecciones.
Trump no ha engañado a nadie. Siempre se ha mostrado como el indeseable que es. Obama, aun admitiendo que es de lo mejor que ha pasado por la Casa Blanca en décadas, no jugó tan limpio. El presidente del ‘Yes we can’, después de haber hablado incluso en español, de haber prestado especial atención al voto latino, disparó el número de expulsiones de inmigrantes ilegales del país. Obama superó con creces el número de ‘muertes extrajudiciales’ como los llaman ellos, o asesinatos como son lo que son, con sus drones. Son sólo dos ejemplos (el medio ambiente, con el boom del fracking, también nos daría mucho juego).
Al otro lado del Charco, aquí en Europa, quienes se golpean el pecho presumiendo de demócratas se llevan las manos a la cabeza con Trump y temen un contagio. Ellos y ellas, que han consentido el levantamiento de muros para impedir que l@s refugiad@s que huyen del terror no busquen asilo, que toleran las devoluciones en caliente, que pagan a terceros para deshacerse de esos refugiados, que pagan bonos para poder contaminar más, que ponen impuestos al sol, que multan a indigentes por buscar comida en los contenedores, que priman los intereses de la banca aunque ello signifique dejar a familias en la calle…
Y no sólo se llevan las manos a la cabeza, sino que además tratan de ocultar y negar todo eso, corriendo cortinas de humo, utilizando eufemismos, haciendo legal lo ilegal… ¿Qué contagio temen? ¿Que la ciudadanía prefiera votar a un ser vil como Trump pero que precisamente se anuncia como tal? ¿O acaso sudan frío sólo de pensar que el pueblo ya no quiere votar a lobos con piel de cordero que terminan por ser tanto o más ruines que Trump?
No se dejen manipular. Trump es lo que es, pero no vayamos a pensar que en España, en Europa, tenemos a gobernantes con una hoja de servicio inmaculada. Son tantos y tantos los hechos deleznables que acumulan que, quizás, deberíamos dar un paso atrás y mirarlo con perspectiva. Para muestra, un botón: lean la exclusiva de hoy en Público sobre las cloacas del Estado. Ese es el fruto de una Transición que nos han vendido siempre como ejemplar quienes mejor parados salieron de ella.
Insisto: no se dejen manipular.
Fuente: http://blogs.publico.es/david-bollero/2017/01/26/trump-2/