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Mientras lectores de medio mundo dan su emocionado adiós al poeta, salen a la luz fragmentos del libro que estaba escribiendo

Últimos versos de Benedetti

Fuentes: La Vanguardia

El amor, la muerte, los libros… son algunos de los temas que han quedado, como un último mensaje, en los poemas que ha dejado Mario Benedetti antes de morirse (dos de los cuales se ofrecen en esta página). Como apunta su agente y amigo, Guillermo Schavelzon, «son parte de un libro nuevo que estaba en […]

El amor, la muerte, los libros… son algunos de los temas que han quedado, como un último mensaje, en los poemas que ha dejado Mario Benedetti antes de morirse (dos de los cuales se ofrecen en esta página). Como apunta su agente y amigo, Guillermo Schavelzon, «son parte de un libro nuevo que estaba en preparación y que no alcanzó a terminar. Habrá que esperar un tiempo para ver todo el material y qué se hace con él. En principio, no va a aparecer ninguna cómoda con nuevos textos inéditos, más allá de este libro. Lo sé porque él me iba enviando cada poema que terminaba, así, unoa uno, a medida que los escribía, quería saber enseguida la opinión de sus amigos».

La reacción de los lectores, ayer, en todos los países de habla hispana demostró que Benedetti era, sin duda, uno de los poetas más seguidos de la actualidad. Muchos de los que acudieron a darle su último adiós afirmaban que «murió de amor». Si, en cuerpo, falleció el domingo tras una larga y molesta enfermedad intestinal, lo cierto es que su alma empezó a declinar cuando su mujer, Luz, con quien compartió 60 años de matrimonio, empezó a perder la conciencia por el alzheimer para acabar falleciendo hace tres años. «Acontece la noche y estoy solo/ cargo conmigo mismo a duras penas/ al buen amor se lo llevó la muerte/ y no sé para quien seguir viviendo», escribió el poeta en ‘Testigo de uno mismo’ (Visor), la última de sus más de ochenta obras.

Integridad, compromiso, generosidad, humildad. Son palabras comunes en las muestras de dolor expresadas desde todos los ámbitos y países. Póstuma unanimidad de la que no todos los grandes literatos pueden presumir en el más allá. Por supuesto, como todos los escritores izquierdistas de su generación, sintió admiración por el líder cubano Fidel Castro y su revolución, que defendió sin tapujos hasta la muerte, a diferencia de tantos colegas que se distanciaron de la deriva autoritaria del régimen. Sin embargo, ello nunca le reportó las críticas que otros sí recibieron. La unanimidad en los elogios al poeta quizá respondan a su ejemplo de integridad. «Las causas en las que creo y que son derrotadas son las que me impulsan, porque gracias a que las defiendo puedo dormir tranquilo», dijo Benedetti.

El escritor uruguayo Eduardo Galeano acudió al domicilio montevideano de Benedetti nada más conocer su muerte, y con más silencios que palabras expresó poéticamente su pesar: «Benedetti en italiano significa benditos y lo único que puedo decir es eso, benditos, benditos sean las mujeres y los hombres honestos y generosos como él», dijo.

De esa generosidad fue testigo en el 2005 el entonces presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y el grupo de periodistas que lo acompañábamos en su visita a Uruguay. Maragall saludó a Benedetti a las puertas del geriátrico donde Luz vivía su alzheimer y donde su marido la visitaba cada día. El escritor, pese a su evidente tristeza, no tuvo reparos en fotografiarse y charlar unos minutos no sólo con el president sino también con los periodistas.

«Podemos estar contentos de que la obra de Benedetti llegó a su plenitud hace ya algún tiempo», dijo Hortensia Campanella, biógrafa de Benedetti.

El cantante Joan Manuel Serrat, que musicalizó al poeta en el disco El sur también existe,declaró sentir «pena por la muerte del amigo y la separación definitiva que esto significa, y liberación, porque en este caso la muerte se presenta como liberadora».

Y poético fue el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, uno de los primeros en visitar la capilla ardiente instalada en el Congreso. «Mario nunca muere, se siembra», dijo Vázquez.

LIBROS

Quiero quedarme en medio de los libros vibrar con Roque Dalton con Vallejo y Quiroga ser una de sus páginas la más inolvidable y desde allí juzgar al pobre mundo no pretendo que nadie me encuaderne quiero pensar en rústica con las pupilas verdes de la memoria franca en el breviario de la noche en vilo mi abecedario de los sentimientos sabe posarse en mis queridos nombres me siento cómodo entre tantas hojas con adverbios que son revelaciones sílabas que me piden un socorro adjetivos que parecen juguetes quiero quedarme en medio de los libros en ellos he aprendido a dar mis pasos a convivir con mañas y soplidos vitales a comprender lo que crearon otros y a ser por fin este poco que soy

ENTRE DOS VACÍOS

Si uno piensa en la nada que lo precedió no puede evitar un desasosiego que nos va cortando tajadas de vida no es fácil concebir dónde estarán los insomnios las lágrimas los goces todo eso que estuvo en nuestras manos y que creímos era para siempre al fin comprendimos que la eternidad era una rendija entre dos sombras todo se va pero no siempre vuelve abracemos eso que tuvimos y que acaso tenemos todavía miro hacia atrás y poco veo miro hacia delante y es la niebla admito que estoy entre dos vacíos con prudencia marco bien las huellas por donde regresaré con mi nostalgia pondré atención porque el paisaje es mío y yo quiero viajar con mi paisaje