Sigan los políticos enlodazados en sus encomiendas, aspiraciones y ambiciones… Sigamos los demás su estela y convirtamos el asunto en otro o el principal artículo de evasión. Sigan los ayuntamientos regando como si tal cosa parques y jardines y glorietas de césped … y los particulares llenando sus piscinas y comprándose chalets que las ofrecen. […]
Sigan los políticos enlodazados en sus encomiendas, aspiraciones y ambiciones… Sigamos los demás su estela y convirtamos el asunto en otro o el principal artículo de evasión. Sigan los ayuntamientos regando como si tal cosa parques y jardines y glorietas de césped … y los particulares llenando sus piscinas y comprándose chalets que las ofrecen. Yo no puedo darle más que una mínima importancia al asunto político, que además me aburre, al lado del negro porvenir que nos espera y al lado del que le espera al gobierno que salga tarde o temprano, el cual deberá afrontar una crisis en toda regla de difícil o imposible solución; una crisis de abastecimiento primero y luego de simple subsistencia y de supervivencia colectiva…
Pues, ¿tienen los científicos, y no sólo los meteorólogos, sino también los físicos, los químicos y demás sabiondos explicación suficiente, es decir, una respuesta que no exija otra explicación, para la crónica ausencia de inestabilidad atmosférica durante más de un año, en el Atlántico de las Islas Británicas para abajo? Pues, salvo «incidencias» ocasionales, dos o tres borrascas débiles, viene reinando una dramática y sospechosa estabilidad y ausencia de precipitaciones en España, que va acompañada de una nula esperanza de lluvia también en otoño, como el pasado, y que en general no augura nada bueno… De momento, ¿cuánta energía estamos y seguiremos consumiendo para alimentar los aparatos de aire acondicionado? ¿Cuánta procede de la hidráulica?
Para un profano observador de 8 décadas de edad, la deriva del clima planetario, aun conocida y divulgada desde hace relativamente poco tiempo por ellos, pronostica un cataclismo silencioso en un periodo mucho más corto del previsto por esos mismos científicos…
Ah, evitar la alarma social no nos incumbe a quienes, como es mi caso, lo que nos queda de vida natural estará dedicado expresamente a vigilar y a presenciar los resultados de la idiocia e insensatez del ser humano controlado por unas cuantas minorías nefastas incluidas las científicas …
Jaime Richart, Antropólogo y jurista.
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