Buscando datos en Internet sobre Jacqueline Arenal para realizarle una entrevista, encontré que había sido dirigida por Lars Von Trier. Al principio no lo creí, ¿cómo sucedió esto en La Habana, sin que hubiera una nota de prensa, una entrevista, en fin, un indicio que vincule al líder de Dogma 95 con Cuba? Le […]
Buscando datos en Internet sobre Jacqueline Arenal para realizarle una entrevista, encontré que había sido dirigida por Lars Von Trier. Al principio no lo creí, ¿cómo sucedió esto en La Habana, sin que hubiera una nota de prensa, una entrevista, en fin, un indicio que vincule al líder de Dogma 95 con Cuba?
Le escribí a Jacqueline (¡maravillas del e-mail!) para salir de dudas. Y sí, me dijo: «La película se llama El humano perfecto. Una tarde llegó a mí un recado para que me presentara a un casting en el Hotel Nacional, ¡¿quién iba a soñar que sería una película con Lars Von Trier, y que yo sería elegida?! Como las buenas experiencias, todavía no creo haber estado allí, pero fue cierto e interesantísimo, parecía que no estábamos haciendo nada, solo vivir sensaciones y allí se iba tejiendo la magia».
Realmente, como se conoce la cinta es por Las cinco condiciones. Fue filmada en el 2003 y se trata de un documental con ficción, o ficción con documental, de 90 minutos y cinco historias: Lars Von Trier (Él mismo – Obstructor), Daniel Hernández Rodríguez (El Hombre Perfecto, 1er segmento), Jacqueline Arenal ( La Mujer Perfecta , 1er segmento), Vivian Rosa Alexandra Vandernoot ( La Mujer perfecta, 3er segmento), Patrick Bauchau (Narrador, El hombre Perfecto, 3er segmento), Pascal Pérez (Hombre Pareja, 3er segmento) y Meschell Pérez (Mujer Pareja, 3er segmento).
Todo nació en 1967, cuando Jørgen Leth realizó un cortometraje de trece minutos, titulado El ser humano perfecto, en el que analizaba el comportamiento de las personas. Treinta y tres años después, Lars Von Trier quiso que realizaran juntos cinco variaciones sobre aquel asunto, planteándole otras tantas obstrucciones u obstáculos que limitaban las posibilidades de rehacer la historia y definir a los personajes.
De nuevo ética, sociedad y cine en el líder indiscutible del grupo Dogma 95. Pero esta vez como codirector, según aparece en numerosas fichas o sencillamente como intérprete.
¿Y cómo dirigió el director danés si no camina por el aire? De nuevo Jacqueline me saca de dudas: » Trabajé con el segundo director, pues Lars no viajó a La Habana; según tengo entendido no monta aviones; y se mantenía vía teléfono e Internet en contacto con Jørgen Leth. Cuando ya aprobaba por esa vía lo que íbamos filmando; entonces continuábamos rodando».
Para mayor misterio de Von Trier en La Habana vaya esta anécdota: hace unas semanas el cineasta Octavio Cortázar iba a proyectar Las cinco condiciones por su excelente programa televisivo Pantalla documental y ¡se extravió la cinta!
Nada, que igual que pasó sin pasar por la capital cubana, Lars sigue siendo un foco de atención de cinéfilos y aficionados cubanos en general. Desde su monumental Rompiendo olas hasta la última, Manderlay, que pudo ser vista en el recién Festival de cine de La Habana , sus cintas han sido perseguidas, aplaudidas y discutidas en la mayor de Las Antillas.
De autor, experimental o raro, el cine de Lars Von Traer es un atractivo bocado para hombres y mujeres de esta isla con hambre de ver arte en la pantalla grande, ese que no se olvida y sirve siempre como punto de comparación.