Acá no son muchos los que lo conocen bien, son algunos los que le han acabado de conocer, y son bastantes los que le conocerán. Yo soy uno de ellos. Fue a mediados del año 2009, buscando un artículo publicado en la revista argentina Herramienta y escrito por el marxólogo puertorriqueño Georg Fromm sobre una […]
Acá no son muchos los que lo conocen bien, son algunos los que le han acabado de conocer, y son bastantes los que le conocerán. Yo soy uno de ellos.
Fue a mediados del año 2009, buscando un artículo publicado en la revista argentina Herramienta y escrito por el marxólogo puertorriqueño Georg Fromm sobre una nueva edición de la Ideología Alemana , que me encontré con Pablo Rieznik. La búsqueda por el escrito de Fromm me había enviado a parar en el website de www.rebelion.org y en algún momento divisé, en la lista de títulos que escaneaba con mis ojos, la palabra «catastrofismo.» Abrí el texto de un tal Katz que le reprochaba a ciertos miembros de un tal Partido Obrero de Argentina (PO) por un «dogma» del que yo sólo conocía ciertas dimensiones. La concepción orgánica de cómo Karl Marx percibe la totalidad del modo de producción capitalista plenamente constituido, en especial en relación a cómo la tasa de ganancia y su movimiento reflejan la salud de un sistema basado en la explotación, ha sido y sigue siendo un gran debate. Eso sí, grande en el sentido de amplitud, no necesariamente en términos del tipo de argumento traído a la mesa (el que no lo crea que tome en consideración que hoy en día algunos «economistas marxistas» en reconocidas universidades se han tirado la maroma de explicar una resolución del mismo utilizando «las nuevas y más sofisticadas técnicas econométricas» para adjudicar la victoria- nada más con el asunto).
En fin, al buscar un poco más por los medios cibernéticos terminé en un largo video proveído por la página de google que me sacudió con su frescura dado el encuentro que se estaba dando. Científicos sociales discutiendo varias dimensiones de la más reciente crisis global del capitalismo a la luz de la relevancia del análisis de Marx sobre el fenómeno de la caída tendencial de la tasa de ganancia como hipótesis para comprender al sistema. Para mí este debate era importante como otro ejemplo más de cómo Marx se apropia de otras ideas y categorías, les saca punta y replantea, y va más allá del postulado original (otro caso ilustrativo de cómo Marx hace su kritik sucede en el desarrollo de su explicación de la «acumulación originaria,» fenómeno que a su vez puede ser conectado con el tema de la tasa de ganancia)
Un tal Pablo Rieznik, panelista en ese encuentro, había captado mi atención, no sólo por su manejo del verbo y su pasión implacable, sino por ser una fiera al entrelazar elementos que denotaban un marxismo agudo, que trabajaba la relación entre sujeto y objeto en un entorno particular, entiéndase histórico, para subrayar en este caso, la cuestión del poder y la economía como un lente particular para observar la realidad. La trayectoria de sus dardos venenosos, disparados con la precisión de un físico que sueña con parábolas, había provocado que varios en esa mesa se tirasen al suelo. O al menos, eso veía yo. El video que tenía de frente se había dado en el 2008 en una conferencia marxista en Argentina, específicamente en un panel sobre «La crisis capitalista y las perspectivas del marxismo.»
De la Ideología Alemana y Fromm había terminado en la Argentina de Rieznik, quien discutiendo con compañeros en un bote que pasaba por la 2da Internacional y tenía repercusiones sobre la izquierda de ese país del sur.
Al poco tiempo leí varios artículos de Pablo en revistas teóricas y periódicos del PO, artículos cuyo contenido reflejaba un conocimiento «totalizante» en el mejor sentido de la expresión, donde se combate activamente la enajenación que es provocada por un sistema que separa al ser humano de su trabajo, lo empobrece y celebra que se embrutezca. También me enteré de cantidad de paneles y debates a los que había asistido este economista que trabajaba en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y que había ocupado posiciones electorales dentro del PO. Y bueno, su historia personal, de militancia, secuestro, tortura y exilio arrojaban aún más luz en cuanto a la firmeza de sus convicciones. En fin, me dí cuenta de que Pablo era una fiera política cuyo marco de trabajo era la vida.
Al poco tiempo decidí comprar su libro «Las Formas del Trabajo y la Historia: Una Introducción al Estudio de la Economía Política,» trabajo que me leí en el verano del 2009 en Turquía, tierra sacudida por el fascismo, tanto secular como islåmico.
Con esa lectura hecha decidí finalmente escribirle un correo electrónico a ese León . Le pedí de favor que me enviara su artículo de 1995 «Engels, Ciencia, y Socialismo» que fue publicado en la revista En Defensa del Marxismo . Pablo respondió diciéndome que en su libro «El mundo no empezó en el 4004 antes de Cristo- Marx, Darwin y la ciencia moderna» había actualizado ese material. Al irlo leyendo lo que ya sabía quedó más que confirmado; a Pablo le fascinaba el conocimiento y las circunstancias bajo las cuáles es producido.
Unos años más tarde me escribía:
¿Como estás?
Aquí te mando cuatro artículos de este año.
Con EDM estamos muy atrasados
Saludos y espero todo comentario
Pablo
Su email incluía los artículos «Progresismo, Ciencia y Capitalismo en el Mercosur y más allá,» «Sobre la Crisis Mundial, Marx y Keynes,» «El Juicio Abo, La Historia, La Impunidad…(y yo)» y «Algunas consideraciones sobre la deuda pública y las políticas sociales.» Fueron varios los mensajes que iban acompañados de lo último que sacaba de su horno militante.
Las temáticas de sus intervenciones, fuesen en espacios académicos y populares, escritas u orales, eran variadas, y de nuevo, denotaban claramente su visión marxista de conjunto, donde era un disparate total e inhumano limitarse a los compartimientos dados de las disciplinas del conocimiento. Su comunicación conmigo vía correo electrónico- una decena de mensajes- reflejaba su humanidad, una donde la amabilidad, la solidaridad, y la militancia revolucionaria podían nadar juntas en los peores de los mares.
En una ocasión le envié un comunicado urgente para distribución masiva sobre una huelga de hambre de sobre 10,000 prisioneros políticos kurdos donde ya varios llevaban más de dos meses sin comer. Pablo no vaciló en ayudar: » Ya tenemos una nota en el portal del PO y en la última prensa que salió en el dia de la fecha. Preparamos declaración»
En nuestro último intercambio en julio pasado, y luego de un par de anõs sin escribirle, lo saludaba y felicitaba por su nuevo libro y le preguntaba por los videos aquellos que me lo habían introducido a él, más otros que se habían subido el año pasado. Su corta respuesta no decía nada más allá de lo que yo le había preguntado:
Gracias amigo. Con relación a los videos del curso: no hay otros porq fue descontinuado. Del debate, no sé. Cualquier cosa te aviso. Mails, por favor, a [email protected]
Suerte en NY.
Pablo
El audio de una entrevista sobre su más reciente libro, «La pereza y la celebración de lo humano» (2015) denotaba que otras cosas más importantes, y de las que yo no sabía, habían cambiado. Uno de los ejes de la conciencia teórico-política y práctica de Rieznik, el cambio, ahora había tomado un rumbo particular con su salud y finalmente nos lo arrebató físicamente de este mundo.
En mi última respuesta a él terminé con un » si te das la vuelta por NY me avisas,» mensaje que, ahora que lo pienso bien, tal vez reflejaba mi deseo de conocerle mejor.
Al final, Pablo, creo que te conocí un poco, y fue muchísimo, y me uno a las voces que te agradecen por el universo que nos ayudaste a descubrir.
¡Hasta la victoria siempre!
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