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Una herética necesaria

Fuentes: Fundación Federico Engels Instituto de Investigaciones sobre la Imagen

«Está permitido – responderemos-, todo lo que conduce realmente a la liberación de la humanidad. Y puesto que este fin sólo puede alcanzarse por caminos revolucionarios, la moral emancipadora del proletariado posee – indispensablemente- un carácter revolucionario. Se opone irreductiblemente no sólo a los dogmas de la religión, sino también a los fetiches idealistas de […]

«Está permitido – responderemos-, todo lo que conduce realmente a la liberación de la humanidad.

Y puesto que este fin sólo puede alcanzarse por caminos revolucionarios, la moral emancipadora

del proletariado posee – indispensablemente- un carácter revolucionario.

Se opone irreductiblemente no sólo a los dogmas de la religión, sino también a

los fetiches idealistas de toda especie, gendarmes filosóficos de la clase dominante.

Deduce las reglas de la conducta de las leyes del desarrollo de la humanidad,

y por consiguiente, ante todo, de la lucha de clases, ley de leyes.» León Trotsky.

No se es poeta si no se es, entre otras cosa, hereje2, incluso de sí. En épocas de miseria 3 y muerte 4 la doble moral del Imperialismo se esmera en alienar conciencias para silenciarlas. Hay emanaciones de extermino a diestra y siniestra mientras la barbarie predica su epopeya de muerte. Como en Faluya 5 . El capitalismo extiende su agonía mientras actualiza el fascismo y acelera el horror, con guerras preventivas, economía de mercado, estética de la humillación y moral de verdugo… actualizado y encarnizado. Reina la mentira, la calumnia, la venalidad, la intolerancia, la violencia… el crimen en proporciones inauditas. Devastación de la natura y la cultura. Hay gastos en espionaje, corrupción, falsificaciones judiciales, asesinatos a mansalva. Para silenciarnos pretenden ilusionarnos, alienarnos, entretenernos con discursos, promesas, televisoras, «democracias«, paraísos paliativos… Pan y circo a raudales. Y contra eso es necesaria una rebeldía a toda prueba.
Que las herejías hagan visibles las rebeldías.
Aunque las definiciones más aceptadas entienden el término herejía referido a quienes rechazan o niegan los dogmas religiosos, también se aplica a quienes disienten y se oponen a los mandatos oficiales, institucionales, políticos, académicos, estéticos, filosóficos… Generalmente las herejías, todas, son perseguidas con lujo de violencia por las «autoridades» para hacer que los herejes a rindan cuentas ante algún tipo de verdugo que los hará expiar culpas, bajo modalidades diversas, a cambio de su «salvación». A propósito de esto salvación vino significar, hasta hoy, según algunos diccionarios, «la obtención del último fin del hombre, entrando el alma en el cielo, en contraposición a la frustración de dicho fin por la eterna condenación en el infierno.»
«Herejía» para muchos, censores en la tierra y en los cielos, significa, más o menos: «error en materia de fe sostenido con pertinacia» Tal definición, con sus variedades, es voz, entre otros, de los s acerdotes de la verdad, empiriocriticistas, utilitaristas, racionalistas, positivistas… que con ética de mercenario, situada encima de las clases, conducen a la glorificación de la miseria, tienen exceso de sí mismos y se aposentan en claustros universitarios, sectas políticas y aparatos burocráticos de todo color y palabrería. Policía ideológica.
Hereje es «el maldito» que no acepta lo que se le impone.
Desde el punto de vista de la moral y los valores dominantes «herejes» son todos los otros, los diferentes, los outsiders. Herejes porque se rehúsan a aceptar las reglas creadas para los explotados y nunca respetadas por los explotadores mismos. Herejes cuyo carácter e intereses de clase determinan el lugar, importancia y necesidad histórica de su lucha. Algunos herejes han asimilado métodos revolucionarios y eso forja una definición distinta a sus herejías porque causan espanto enorme a los recitadores moralistas, costumbristas, oficialistas, profetas de café y héroes de saliva. Todos los instructivos ideológicos burgueses que se afanan en el embellecimiento de la propiedad privada, la familia, las instituciones burocráticas y el devenir de gobiernos ávidos de violencia rentable, suponen tener el derecho de penetrar en las conciencias para depositar las deyecciones estéticas de su proyecto esclavista. Suponen que pueden hacerlo impunemente, que pueden hacerlo mesiánicamente y que uno deberá estarles agradecido hasta la eternidad. Y no es mal antídoto la herejía.

» No me gustan los poseedores de la verdad, quienesquiera que sean.
Me aburren y me dan miedo. Yo soy antifanático (fanáticamente)».
Luis Buñuel.

Toda herejía ha de desarrollarse política y dialécticamente si no quiere sucumbir. La moral dominante con sus valores es arma de guerra ideológica en la lucha de clases, es producto del desarrollo social que se halla al servicio de los intereses sociales y la expresión de clase. Contra tal moral y valores luchan y han luchado siempre los herejes que sueñan con abolir todos los privilegios, que declaran la guerra a la desigualdad social para dar justicia completa a las relaciones sociales. En tal escenario de lucha sorda, muchas herejías se transforman en revolucionarias guiadas por un odio implacable y el desprecio absoluto por la opresión que impregna su papel histórico su bravura y abnegación. Herejías capaces de condenar toda altanería contra los explotados.
Pero el hereje ha de saber siempre que es imposible reemplazar a las masas; que sólo en su seno podrá desarrollarse útilmente porque la importancia histórica de sus herejías se desprenderá de las necesidades internas de la lucha colectiva. La emancipación de la humanidad no puede ser obra de caudillos, por herejes que sean. La herejía en soledad se vuelve inútil. La virtud del hereje radica en que sabe reconocer la vacuidad de las normas universalmente válidas y en saber que, en toda situación decisiva, las personas sienten su pertenencia a una clase por encima de su pertenencia a una «sociedad». La fuerza del hereje se enriquece cuando entiende que las normas o reglas «universalmente válidas», que el sistema impone a fuerza de miseria y muerte, cargan un contenido de clase que le es antagónico. Hoy por hoy el Imperialismo que actualiza las expresiones más horrendas del fascismo, con su barbarie y crisis, es campo perfecto para la militancia organizada del hereje. Y es que las normas concretas del catecismo burgués pletóricas de abstracciones morales, designios religiosos y «sentido común» hace de la conducta hereje un acto revolucionario. Sólo si ocurre junto a las masas.

«La transformación de una realidad no es tarea de un solo actor, por más fuerte, inteligente, creativo y visionario que sea. Ni solos los actores políticos y sociales, ni solos los intelectuales pueden llevar a buen término esa transformación. Es un trabajo colectivo. Y no sólo en el accionar, también en los análisis de esa realidad, y en las decisiones sobre los rumbos y énfasis del movimiento de transformación. Cuentan que Miguel Ángel Buonarroti realizó su «David» con serias limitaciones materiales. El pedazo de mármol sobre el que trabajó Miguel Ángel era uno que ya había sido empezado a trabajar por alguien más y tenía ya perforaciones, el talento del escultor consistió en hacer una figura que se ajustara a esos límites infranqueables y tan restringidos, de ahí la postura, la inclinación, de la pieza fina…. De la misma forma, el mundo que queremos transformar ya ha sido trabajado antes por la historia y tiene muchas horadaciones. Debemos encontrar el talento necesario para, con esos límites, transformarlo y hacer una figura simple y sencilla: un mundo nuevo.

Vale de nuez. Salud y no olvidéis que la idea es también un cincel». Sub Comndante Insurgente Marcos6

Es inadmisible la indiferencia ante la barbarie que nos devasta.
Y ahora hojeemos a Jorge Falcone sentados frente al fuego de sus herejías. Su linaje herético entronca con la poesía rebelde como quien busca una mujer sinónimo de revolución, enigmática y huidiza, pasional y magnética como iluminación visionaria y transgresora… herética pues.
Este trabajo establece vinculaciones entre la herejía y la rebeldía gracias a un pacto editorial con el diablo de la poesía. Mete Falcone en una bolsa de gatos negros su repaso afilado sobre la cultura y las manifestaciones indómitas de sus pasiones. Las agita y vuelca sobre la mesa de una existencia enaltecida con dolores y ofrendas. No hay acrobacias del lenguaje. Hay una furia tierna, un futuro bien histórico, una hidalguía nerviosa y, bien en primer plano, mil interrogaciones que tejen las certidumbres mejores. Por eso es creíble… y amable.
Como hereje, entre otras cosas, Jorge Falcone abofetea a la realidad y a sus muladares cotidianos con una estética dolorida, dolorosa y esperanzada. Todas las agudezas, ironías, trasposiciones, coloquialismos, descripciones y escaramuzas se desbordan en un lenguaje empeñado en juntar cielos e infiernos. Es a veces excesivo, en ocasiones contradictorio y exagerado. Como todo poeta o casi. Le deleitan ciertos fuegos artificiales idiomáticos, como un niño, y eso jamás es peyorativo, por momentos hace travesuras temáticas para luego delatarse casi ingenuamente. Su idea de herejía es un paseo en la cuerda floja de ciertas palabras e ideas peligrosas sobre el abismo del silencio. Es un hereje lleno de sutilezas y guiños al lector. Por momentos aterrorizante, por momentos enternecedor, por momentos salvaje, por momentos cándido.
Sobre todo enamorado, su herejía mayor, en los tiempos nuestros de la barbarie imperial, invoca al amor loco y revolucionario. Sensualidad desbordante y adolescente, nostálgica y militante, emplazada en sus páginas como un manifiesto que enmudece a muchos. Está claro que, aquí, la herejía es un arma, una mujer, una declaración de guerra y amor como términos equivalentes. Jorge Falcone se suma a la lista inmensa de «Poetas Herejes» que hierven pócimas para acabar con las atrocidades macabras en Irak o en el Puente Avellaneda… contra las mismas atrocidades que han padecido los zapatistas y Pocho Lepratti. Hereje y brujo, Jorge Falcone prepara y ofrece sus pócimas y ungüentos contra las desgracias contemporáneas. Incluido el desamor.
Quema en leña poética a los inquisidores que encuentra. Su poesía sólo puede ser comunicada por el diablo que lo habita. Demonio que empuja cada palabra y la desliza gradualmente desde el manifiesto político hasta la poesía revolucionaria, como ocurre en algunos libros de demonología clásica. Acaso para Jorge Falcone la poesía revolucionaria mantiene el poder de curarnos del desamor clasista, por medios simbólicos, o mediante el uso de fuerzas emocionales, es obvio que Falcone lucha por cambiar al mundo, transformarlo, y no mediante reconciliaciones utópicas, reformas o caudillismos, sino mediante procedimientos poéticos que no excluyen las armas de la poesía, ni la poesía de las armas. En todos los poemas de estas herejías hay vínculos privilegiados entre la rebeldía y potencias del amor. Y eso nos hace cómplices…Y eso se agradece.
Este trabajo es también una historia que fluye como un río caudaloso y bravo, acaso el propio Río de la Plata, que ve desde sus lados, el saldo de las revoluciones industriales, la producción en línea y devastación infligida por el capitalismo. Arrastra los sedimentos de la realidad latinoamericana con sus derrotas ante el imperialismo. Arrastra eso que intoxica a diestra y siniestra la geografía política de nuestro tiempo sin olvidar la presencia e influencia de las mejores luchas rebeldes y revolucionarias, con excepciones pero a veces incluso pese a las excepciones. Arrastra también la historia del disciplinamiento humano a las normas ideológicas capitalistas que taran y alienan. Es una historia poética de lucha y por eso una historia de amor. En este libro hermoso, Falcone con sus herejías, nos hace ver también, y bien clara, la hoguera dolorosa, político-religiosa, donde se ha martirizado, inclementemente, la magia rebelde de los pueblos y desde donde retoña siempre.

«La libertad es como la mañana. Hay quienes esperan dormidos a que llegue,

pero hay quienes se desvelan y caminan la noche para alcanzarla».

Sub Comandante Insurgente Marcos.

Este delito de herejía cometido por Jorge Falcone, es contagioso, nace, incluso, de las crisis, de miseria y muerte que atormentan a la humanidad toda y nos compromete sin evasiones a una lucha, paso a paso, donde no hay excusa que valga. No se trata aquí específicamente, acaso no sólo, de inscribir las Herejías de Jorge Falcone en la lista oficial de la s corrientes contrarias a la doctrina de la Iglesia Católica ni de negar la divinidad de cristo, por ejemplo, como el Adopcionismo, los Agnoetas, Apolinaristas y, cuantos cite, en orden alfabético, cualquier diccionario de Herejías 7 … se trata de una poesía herética que no excluye de sus «purificaciones» a los SeDSSe
propios poetas. Herejía hacia adentro y hacia fuera.
En efecto, para Jorge Falcone el chispazo de imaginación herética no es asunto de pureza sino de intervención directa y organizada contra la imbecilidad y la alienación. Poesía herética en rebelión contra doctrinas, iglesias y toda negación del hombre basada en especulaciones racionalistas y degeneración del amor. Hay poesía herética, en el sentido que encontramos en el trabajo de Jorge Falcone, cuando nos confronta objetos y sujetos, capital y trabajo, es decir, cuando nos hace entablar una lucha y tensión dialéctica de significados con lo real. Cuando nos deja verlos con los ojos de su rebeldía. Cuando estallan los objetos y sujetos en imágenes rebeldes. Cuando el trance herético, poético, se hace poesía revolucionaria.
El punto donde deben encontrarse el trabajo poético y el trabajo político es la lucha revolucionaria. Uno de los aspectos internos en el trabajo de Jorge Falcone, y que seguramente será fuente de muchos debates, radica en la relación y tensiones posibles entre sus posiciones políticas y la poesía misma. Falso dilema. ¿Cómo soluciona Jorge Falcone la dialéctica de tal relación y qué produce esa praxis poética en sus lectores? Habrá que observarlo.
Quien hace poesía desarrolla un trabajo socialmente determinado. No hay, pues, poesía sin ideología como no hay clase social sin producción cultural. La poesía es expresión del grado de desarrollo social y particular, material y espiritual, de sus productores… su clase. Y es el marco teórico lo que fija, para el concepto poesía, como para todo concepto, sus definiciones. No existe la poesía por la poesía misma. Importa mucho hacer y pensar la poesía como práctica… acción revolucionaria, trabajo, expresión de la lucha de clases y también como arma. Se acepte o no.
La poesía es una forma superior de la materia en imágenes… una «álgebra profunda». Un producto de cierto trabajo purificado y purificante… una alquimia del ser. Trabajo que no es mejor o peor que otros, que no es beneficiario de «iluminaciones» o privilegios de especie. Trabajo de exteriorización donde las formas vibran emocionalmente electrizadas por ese esfuerzo humano arrobado por la maravilla que no está sólo en las formas.
La poesía es una necesidad humana sometida a las mismas calamidades a que se somete toda necesidad humana, ha sido manoseada, denigrada y secuestrada para beneficio de un plan perverso fundado en destruir la fuerza emocional de la humanidad. La poesía ha sido secuestrada y encerrada para domesticarla al servicio de cirqueros complacidos con sus propias payasadas mientras sus cómplices aplauden. La burguesía no produce su poesía por ocio. Nadie financia producciones poéticas inocentemente. La poesía burguesa es parte de un arsenal de guerra ideológica, puesto a fabricar jabones para lavar la sangre derramada por una civilización (globalización) que no encuentra dónde esconder los muertos que ha producido.
«Los poetas revolucionarios de nuestro tiempo deben tener un temple extraordinario, y, aquí más que en ninguna otra parte, el temple moral es inseparable del intelectual» León Trotsky: Literatura y Revolución
El trabajo poético de Jorge Falcone debe sortear las trampas de ese debate y los estereotipos que estigmatizan toda relación revolucionaria del poeta con la realidad histórica. Si es «Poesía Panfleto», resabio de realismo socialista, poesía política o discurso político empeñado e hacerse pasar por poesía… es objeto de una lucha que sólo los poemas resolverán cuando se encarnen en las mejores luchas y logros sociales y se hagan su voz entre muchas otras. Y la poesía sea hecha por todos.
Ninguna postura apolítica es sincera. Jorge Falcone, en este terreno, puede ser señalado por algunos como poeta rebelde y por otros «inadaptado» visceral, precisamente porque es un poeta no apolítico. Como debe ser. Durante toda su vida Falcone ha sido un poeta activo entregado a la transformación del mundo, contra la decadencia y la barbarie. Ha puesto su poesía, con sus contradicciones y limitaciones necesarias, al servicio de la liberación definitiva de la humanidad, de sus mejores cualidades, para que retoñe pleno, libre de alienaciones, el amor mismo.

«Cambiar la vida, decía Rimbaud.

Transformar el mundo, decía Marx.

Para nosotros estos dos lemas forman sólo uno»

Andre Breton.

1 herético, ca. (Del lat. haeretĭcus, y este del gr. αἱρετικός). 1. adj. Perteneciente o relativo a la herejía o al hereje. 
Real Academia Española.

2 herejía. (De hereje). 1. f. En relación con una doctrina religiosa, error sostenido con pertinacia. 2. f. Sentencia errónea contra los principios ciertos de una ciencia o arte. 3. f. Disparate, acción desacertada. 4. f. Palabra gravemente injuriosa contra uno. 5. f. Daño o tormento grandes infligidos injustamente a una persona o animal. http://www.rae.es/

3 Hambre: 840 millones castigados por hambre; 25 mil víctimas diarias; en las naciones donde la situación es más trágica, un pequeño tiene una expectativa de vida sana de apenas 38 años; uno de cada siete niños nacidos en los países pobres morirá antes de completar su primer lustro de existencia; más de 2 mil millones de personas sufren falta de micro nutrientes, con los infantes y las mujeres como los grupos más vulnerables. ONU y (FAO) alrededor de 30 países hacen frente en la
actualidad a situaciones de emergencia alimentaria, 67 millones de personas necesitan ayuda urgente. El dato es conservador, según la propia fuente. África presenta el cuadro más crítico -las cifras más recientes revelan que aproximadamente 200 millones de personas (el 28 por ciento de la población africana) están crónicamente hambrientas. Pero, hasta dentro de los propios países industrializados, se contabilizan 11 millones de personas con déficit nutricional. …será preciso reducir cada mes 2 millones de hambrientos de las cifras mundiales, un ritmo insospechado a partir de las estrategias actuales, que necesariamente deben rebasar el principio de las ayudas internacionales.

4 Muerte: Por guerras, epidemias, desatención médica, desnutrición, desastres naturales, indiferencia… para ver datos actualizados: http://www.worldometers.info/ y el Informe sobre Desarrollo Humano 2004 de Naciones Unidas. http://hdr.undp.org/reports/global/2004/espanol/

5 «El 12 de noviembre, (2004) mientras aviones norteamericanos a reacción bombardeaban Faluya por noveno día consecutivo, un jurado en Redwood City, California, declaró que Scott Peterson era culpable de asesinar a su esposa y a su hijo nonato. Ese macabro tema capturó los titulares o dominó la conversación en centros de trabajo y hogares. Es más, la «noticia» acerca de Peterson casi opacó la aseveración de los militares norteamericanos de que los bombardeos exitosos con aviones y artillería de una ciudad de 300 000 habitantes habían hecho blanco sólo en sitios donde se habían refugiado los «insurgentes». El 15 de noviembre, un periodista de la BBC insertado en un destacamento de infantes de Marina aseguró que el estimado no oficial de muertos estaba por encima de los 2 000, muchos de ellos civiles». http://www.redvoltaire.net/article3019.html

6 Oximoron http://www.ezln.org/documentos/2000/20000400.es.htm

7 Ver acaso Las principales corrientes de pensamiento contrario a la doctrina de la Iglesia Católica. . http://www.encuentra.com/includes/documento.php?IdDoc=583&IdSec=134