Recomiendo:
0

Una reflexión político-cultural sobre la crisis

Fuentes: Espai Marx

Fue muy interesante el debate que introdujo al final de la reunión [Josep] Bel, y deseo seguir un poco. Para situar a los que no pudieron estar. Josep contaba de las posiciones de los distintos grupos políticos, de las consignas-vanguardia que se planteaban, los recelos entre ellos, las convocatorias que han estado lanzando sin que […]

Fue muy interesante el debate que introdujo al final de la reunión [Josep] Bel, y deseo seguir un poco. Para situar a los que no pudieron estar. Josep contaba de las posiciones de los distintos grupos políticos, de las consignas-vanguardia que se planteaban, los recelos entre ellos, las convocatorias que han estado lanzando sin que apenas tengan repercusión. Creo que todos esos grupos son los restos del naufragio, que han seguido vivos hasta ahora porque no había surgido nada nuevo, ninguna condición nueva había aparecido, y que tiene los mismos vicios autoritarios, los mismos sectarismos, el mismo desprecio hacia la mayoría de la gente y sus opiniones que las fuerzas políticas triunfante. Todos se han basado en la misma teoría de elites, y creen ser cada uno y por su parte, la sal de la tierra, pero es la gente, en todo caso la que extiende el documento acreditativo de ser tal cosa y no el secretario general. Y la gente ya ha emitido su veredicto: ni caso. Claro, la gente «está enajenada…»

Pero creo que ahora han cambiado muchas cosas, estamos ante el inicio de un proceso que va a ser larguísimo, muy largo, no sabemos cuán largo sea, pero mucho y que una vez termine, difícilmente nada vaya a ser como ahora es, y que por tanto, las cosas que podían ser sensatas de hacer hace un año, aunque fuese para no aburrirse, ya no tiene sentido

Me refiero a la crisis y me estoy metiendo mucho en política. Normalmente siempre me ha costado tratar directamente de política. No soy nada lúcido al respecto. Pero sí creo que ahora estamos de verdad y de lleno, en una crisis Yo nunca había creído en esto de la crisis, al menos desde la universidad y las primeras lecturas marxistas. Como hablábamos Alejandro y yo durante el viaje de vuelta. Recuerdo que dejé de creer que eso de las teorías de las crisis fuera algo sensato de tener en cuenta en 1973… porque, se dijo, aquella era una crisis de pelotas… y nada; recordáis, el petróleo, la OPEP, el dólar flotante -«fin de Breton Woods»- y la doctrina que se elaboró fue: que el estado capitalista tenía recursos financieros para evitar los daños de la crisis. Y bueno, tras el 73, en las décadas siguientes las casas se llenaron de nuevos cachivaches, las calles de coches cada vez más potentes, las tierras de autopistas, los cielos de charters y se generalizó, no ya las vacaciones sino el irse a Cancún y esas cosas. Para mí la crisis debía ser algo que explicase las condiciones de posibilidad de un ciclo revolucionario, y cuando quedó convertida en esos ásperos debates entre «economistas marxistas» que discutían con calor mientras metían el picatoste en la taza de chocolate, dejó de parecerme útil. Así que yo, eso de los ciclos, bueno, me parecía lo de los adventistas del séptimo día en un mundo con semanas de seis días. Sí que las cosas iban mejor y peor etc, pero la crisis no debía ser una teoría sobre la cuenta de resultados y el comercio mundial, sino una teoría para la política. Por lo demás descubrí que Marx no era un economista sino un revolucionario y que la teoría del valor trabajo sirve para denunciar que la riqueza de los magnates es sustancia humana reventada, pero que no sirve -ni lo pretendía- para calcular el precio de unos calcetines y que ese libro que se titula precisamente crítica de la economía, podía ser considerado con más sensatez una ontología crítico filosófica sobre del ser humano y sus destinos bajo el capitalismo que un manual de eso que se llama economía en cualquier faculta

Pero ahora sí hay una crisis económica. Y, me puedo equivocar como un burro, pero esto va a ser muy largo, muy duro, terrible, y cuando termine, nada será como antes. Por primera vez me atrevo a escribir algo que no creo haber escrito nunca -al menos desde que dejé la universidad-: condiciones objetivas. Han cambiado las condiciones objetivas. Cosas que podían ser sensatas hace un año ya no lo son. No es sensato aguantar las fugas consignistas de las mini vanguardias que son restos de una izquierda inexistente, conservados gracias al formol de que no había nada nuevo. Todo eso es pasado, y si surge lo nuevo, le toca morir Ni es sensato buscar arrimos ni amistades entre los institucionales.

Hay que tener paciencia, y ahora, creo, paciencia significa paciencia, no «hay que joderse no se puede hacer otra cosa, así que matemos el tiempo. Porque en el próximo largo periodo de crisis, a medida que la gente se vaya convenciendo de que los gobiernos no pueden sacarlos de la crisis y que esta crece comenzará la movilización de la gente. Y la crisis va a durar mucho la clase dominante ni tan siquiera sabe cómo salir de ella. No tienen alternativa. Probablemente porque esta pase por un feroz ajuste de cuentas en el núcleo del capital financiero, en que una gran parte sería destruido -eso era lo que ocurría como salida de crisis- pero ahora todo sea un intento de evitar eso con el dinero de los pobres. Pero eso no es salida. Y eso repercute en la economía productiva, etc. Pero si no hay un proyecto de salida elaborado por ellos, que por duro que sea -y por mucho que cargue las cuentas a otros- sea una salida, ellos no están en condiciones de restablecer la situación de hegemonía. «hegemonía»: el rico me explota, me saca las entretelas, pero al menos se puede ir viviendo… y se vive mejor, incluso, que antes. La gente poco a poco irá haciendo la experiencia de que «no se puede vivir», de que sus expectativas de ahora hace 20 meses ya no serán.

No es ahora el momento de perder la paciencia. Porque la gente se irá incorporando a la movilización. Todos tendremos que aprender. La gente, aprender que esta situación es gravísima y su vida luego ya no será la misma. Nosotros, los que queramos ser útiles a la gente y ayudar a que se estabilicen organizaciones también. Las consignas y propuestas de acción política buenas en cada momento van a ser no las más fantasiosas y audaces sino las que conecten en cada momento con la experiencia de la gente, con su percepción y con su grado de organización Comentábamos que el NEW DEAL fue una consigna acertada porque era la que la mayoría de la sociedad popular de los EEUU, con el mayor movimiento obrero organizado de la historia a su cabeza sintió como suya. Se podían haber extraído del catálogo de alternativas otras, y hubo quienes los hicieron, y solo incordiaron. Lo mismo la ruptura democrática. Se podían haber pensado otras más audaces y en abstracto, la consigna de Ruptura era moderada…pero era la que era sentida como válida por el sector que se movilizaba, como la posible para sus fuerzas… lo mismo la idea de República en 1931, como tantas veces nos ha recordado Joan, frente a los vivas a los soviets de nuestros abuelos del PCE

Tratar de que hagamos debates sobre posibilidades alternativas, sobre posibles proyectos, etc. favorecer el grosor cultural de ideas, el bagaje cultural de ideas que en su momento puedan entrar en el nuevo movimiento es, por ahora -sigue siendo- la tarea, y luego, en la medida en que la gente se organice, estar y formar parte de la percha que verdaderamente ayuda a que la gente se organice, y que ayuda a sintetizar sus ideas sus experiencias, sus deseos. Garantizar que las nuevas experiencias puedan ser reflexionadas con el mejor legado intelectual que seamos capaces de incorporarle a lo que nazca -organicidad, sí, vanguardismo, no- El programa de lo que nazca deberá ser, será, consecuencia de lo que la gente vaya pensando, sintiendo, experimentando. De los éxitos que el movimiento experimente -nunca de sus derrotas: nada sale del cuanto peor mejor-. De la capacidad e inteligencia que tengamos de aprovechar la debilidad del enemigo y la fuerza propia, de la capacidad de no cometer errores, de no dejarnos poner a tiro de su todavía gigantesco poder

Si se produce lo que pienso que va a ocurrir, el panorama político cambiará radicalmente. Porque en la medida que tenga éxito lo que nazca, si bien no creo que seamos capaces de derrotar al capitalismo, sí al menos caerán los actuales regímenes políticos , el proyecto «Europa» de las burocracias oligárquicas, el sistema de partidos políticos turnantes. Todo ese entramado canalla neoliberal que nos domina, desde Trichet y Barroso a Zapatero. Se abrirá paso una nueva democracia…la ciudadanía existirá, la gente se habrá constituido en ciudadanía soberana, pues eso es el nombre que recibe una gente que delibera y se moviliza. De fracasar esto, se producirá una terrible involución. El fracaso vendrá como consecuencia de la violencia represora que las fuerzas institucionales ejercerán, ya comienzan a ejercer. Bel contaba persecuciones de dirigentes sindicales de una dureza nueva, CCOO instrumento de desmovilización activa etc., a cara de perro. Bel dijo en dos ocasiones: «habrá muertos» -nuestros, claro-. Ellos saben mejor que nosotros que el ciclo que la época nueva va a ser muy dura y están, creo, tratando de segar a ras todo lo que hay y desde ya, para evitar la existencia de instrumentos organizativos. El triunfo de esas políticas reaccionarias, en caso de que tengan éxito, habrá transformado a las fuerzas que las apliquen en algo siniestro, los habrá «reaccionarizado» y corrompido en grado extremo, ya no serán mafias, sino fuerzas represoras

Una primera cosa que sí veo clara. El sindicalismo que se ha mantenido independiente va a tener una importancia capital, capital, en la nueva etapa. También va a ver y sentir cómo lo intentan crujir. Van a darse las condiciones de que el proyecto de COBAS, de crear una gran central tenga condiciones objetivas. No sé si en el 9 o en el 12…porquen siempre he sido muy incapaz de esas cosas, pero sí creo que esto va para muy largo y muy duro.

Creo que habrá que aprender a recuperar discurso político, ciudadanía republicanismo, forma nueva de pensar el estado y las forma de relación con el estado. Nuevas formas de relación entre las gentes y los instrumentos políticos

Pero nuestro proyecto es , y hay condiciones objetivas, hacer que a medida se genera la crisis social, como consecuencia de la económica, cuaje una Linke. Podemos ser más exigentes que un simple partido res publicano de ciudadanos, y dejar de lado el «partido anticapitalista».Contaba Alejandro que Pere Solá, estaba en contra del proyecto de privatización de la universidad que se oculta bajo lo de «Bolonia». Universidad pública, universidad que haga ciencia fundamental… ese hombre ha debido de estar en CUI… pues hoy es objetivamente, por ser antiliberal, un antisistema -en el sentido verdadero de la palabra, no en el sentido de los cuatro violentos tirapiedras pirados que llevan pantalones pitillo- : la Linke

La Linke cuaja en Alemania como consecuencia de unas extraordinarias condiciones que se producen en Alemania tras el 89, la exclusión y persecución de sectores populares que quedan fuera del régimen, la pobreza económica, la pérdida de asistencias sociales, de puestos de trabajo, el maltrato y el desprecio. etc cataclismo nacional que se parece bastante -probablemente en reducido- al que hoy se nos echa encima. Esas condiciones son las que hacen que una persona que sea de veras socialdemócrata esté fuera del sistema. Que una persona que esté por la políticas públicas para el pueblo, que una persona que no acepte el liberalismo, esté fuera del sistema. La Linke, fuerza de izquierda que además trate de vertebrar en su entorno a la mayoría de las clases populares machacadas por una crisis generada por el neoliberalismo y de laque se quiere salir con programas liberales. Se trata de tener claro quién es el enemigo, el neoliberalismo del gran capital, y que los demás son aliados, son pueblo. Es la idea de los frentes populares…y del PSUC, partido frente, alianza popular con un programa, batir la dictadura. No batirla es lo que lo destruye, Partido que se construye y nace cuando las condiciones objetivas posibilitan, obligan a que socialdemócratas y comunistas coincidan en un programa. Si se consigue liquidar al enemigo combatido, la correlación de fuerzas nueva …Hoy creo, se darán las condiciones objetivas para que se tengan que unir fuerzas comunistas socialistas y socialdemócratas verdaderas, y otras democráticas que son también de izquierdas, defensoras de la pequeña propiedad y otras que son empresariales, en un programa de movilización. De MOVILIZACIÓN, de defensa de derechos democráticos …Todo eso está por verse, desde luego, pero lo que sí estoy convencido que vamos a ver y vivir -y nos va a `pasar por nuestras costillas – es una larga durísima crisis económica.

Cuando uno escribe sobre cosas así, la tentación es guardar el borrados y «mejorarlo». Pero eso es querer hacer fuertes los argumentos a base de reescritura y retórica. Prefiero enviar así el texto y que sirva para debatir entre nosotros.