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En clave de humor

Una reflexión sobre las obligaciones que establece la Biblia

Fuentes: Rebelión

Laura Schlessinger es una conocida locutora de radio de los Estados Unidos que tiene un programa en el que da consejos en directo a los oyentes que llaman por teléfono. Recientemente salto la polémica (y mas cuando se mezclan temas de religión y homosexualidad, donde cada persona interpreta lo que dice Dios y la Biblia […]

Laura Schlessinger es una conocida locutora de radio de los Estados Unidos que tiene un programa en el que da consejos en directo a los oyentes que llaman por teléfono. Recientemente salto la polémica (y mas cuando se mezclan temas de religión y homosexualidad, donde cada persona interpreta lo que dice Dios y la Biblia de una manera distinta) cuando la presentadora ataco a los homosexuales.

Esta locutora ha dicho recientemente que la homosexualidad es una abominación, ya que así lo indica la Biblia en el Levítico, versículos 18:22 y por tanto no puede ser consentida bajo ninguna circunstancia.

Lo que a continuación transcribe es una carta abierta dirigida a la Dra. Laura escrita por un residente en los Estados Unidos, que ha sido hecha publica en Internet (no tiene desperdicio):

«Querida Dra. Laura: Gracias por dedicar tantos esfuerzos a educar a la gente en la Ley de Dios. Yo mismo he aprendido muchísimo de su programa de radio e intento compartir mis conocimientos con todas las personas con las que me es posible. Por ejemplo, cuando alguien intenta defender el estilo de vida homosexual me limito tan solo a recordarle que el Levítico, en sus versículos 18:22, establece claramente que la homosexualidad es una abominación. Punto final. De todas formas, necesito algún consejo adicional de su parte respecto a algunas otras leyes bíblicas en concreto y como cumplirlas:

a) Me gustaría vender a mi hija como esclava, tal y como menciona el Exodo, 21:7. En los tiempos que vivimos, ¿que precio piensa que seria el mas adecuado?

b) El Levítico, 25:44, establece que puedo poseer esclavos, tanto varones como hembras, mientras sean adquiridos en naciones vecinas. Un amigo mío asegura que esto es aplicable a los mejicanos, pero no a los canadienses. ¿Me podría aclarar este punto? ¿Por que no puedo poseer canadienses?.

c) Se que no estoy autorizado a tener contacto con ninguna mujer mientras este en su periodo de impureza menstrual (Lev 20:18). El problema que se me plantea es el siguiente: como puedo saber si lo están o no? He intentado preguntarlo, pero bastantes mujeres se sienten ofendidas.

d) Tengo un vecino que insiste en trabajar en el Sábado. El Éxodo 33:2, claramente establece que ha de recibir la pena de muerte.¿Estoy moralmente obligado a matarlo yo mismo? ¿Me podría apañar usted este tema de alguna manera?

e) En el Levítico 21:20, se establece que uno no puede acercarse al altar de Dios si tiene un defecto en la vista. ¿He de confesar que necesito gafas para leer?. ¿Mi agudeza visual tiene que ser del 100%? ¿Se puede relajar un poco esta condición?

f) La mayoría de mis amigos (varones) llevan el pelo arreglado y bien cortado, incluso en la zona de las sienes a pesar de que esto esta expresamente prohibido por el Levítico, 19:27. ¿Como han de morir?

g) Se gracias al Levítico, 11:6-8, que tocar la piel de un cerdo muerto me convierte en impuro. Aun así, ¿puedo continuar jugando al fútbol si me pongo guantes?

h) Mi tío tiene una granja. Incumple lo que se dice en el Levitico19:19, ya que planta dos cultivos distintos en el mismo campo, y también lo incumple su mujer, ya que lleva prendas hechas de dos tipos de tejido diferentes (algodón y poliéster). El, además, se pasa el día maldiciendo y blasfemando. ¿Es realmente necesario llevar a cabo el engorroso procedimiento de reunir a todos los habitantes del pueblo para lapidarlos? (Lev24:10-16). ¿No podríamos sencillamente quemarlos vivos en una reunión familiar privada, como se hace con la gente que duerme con sus parientes políticos? (Lev 20:14). Sé que usted ha estudiado estos asuntos con gran profundidad, así que confío plenamente en su ayuda. Gracias de nuevo por recordarnos que la palabra de Dios es eterna e inmutable.»