En el receso de un debate sobre cultura cubana organizado en París, Olga Salanueva me ofreció su celular diciéndome: René quiere hablarte. Sorprendido y emocionado tomé el teléfono y encontré del otro lado una voz serena, que me saludaba como si estuviese en cualquier sitio del planeta, menos en una prisión norteamericana. Me habló de […]
En el receso de un debate sobre cultura cubana organizado en París, Olga Salanueva me ofreció su celular diciéndome: René quiere hablarte. Sorprendido y emocionado tomé el teléfono y encontré del otro lado una voz serena, que me saludaba como si estuviese en cualquier sitio del planeta, menos en una prisión norteamericana. Me habló de La Calle del Medio, y aproveché para pedirle que colaborara (una lúcida carta suya ya había aparecido en sus páginas) y aceptó. Me dio ánimos en el empeño de promover la verdad de Cuba –¡él, desde la cárcel, animándonos!–, y yo no supe qué decirle, más que lo admiraba, como millones de cubanos. Después supe que tras la llamada, por razones desconocidas, estuvo varios días confinado en el hueco. Pero hay personas que piensan que los héroes no existen, que los actos extraordinarios los produce el miedo, la venganza o el odio, y los maquilla la historia. René los desmiente todos los días.
Fuente:http://la-isla-desconocida.blogspot.com/2010/10/unas-palabras-de-rene.html