Yo me considero un recolector de categorías. No desaprovecho la ocasión de actuar como tal, sobre todo cuando leo textos de Hegel y de Marx. El texto donde he recogido las categorías que encabezan este trabajo es de Marx: El Capítulo del Capital. Cuaderno VI. Grundrisse 1857-1858 II. Las categorías son de naturaleza filosófica, pero […]
Yo me considero un recolector de categorías. No desaprovecho la ocasión de actuar como tal, sobre todo cuando leo textos de Hegel y de Marx. El texto donde he recogido las categorías que encabezan este trabajo es de Marx: El Capítulo del Capital. Cuaderno VI. Grundrisse 1857-1858 II. Las categorías son de naturaleza filosófica, pero contenidas en un texto de economía. Se muestra así la necesidad que tiene la economía de la filosofía. Mediante el concurso de la filosofía se ven cosas, nos permite producir representaciones, que de otro modo no sería posible. Desgraciadamente el pensamiento económico convencional es muy ajeno a las profundidades filosóficas. No pretende ir más allá de las ideas que se forman los agentes económicos en su práctica.
El capital, con arreglo a su existencia material, se descompone entre elementos: material de trabajo, medio de trabajo y trabajo vivo. La unidad animada de estos tres elementos es el proceso de trabajo. Durante el proceso de trabajo el obrero pone en movimiento sus fuerzas naturales y ayudado por el medio de trabajo transforma el material de trabajo en producto. Me ha parecido estelar que el proceso de trabajo sea concebido como la unidad animada del material de trabajo, del medio de trabajo y del trabajo vivo. Nunca me hubiera hecho con esta definición filosófica del proceso de trabajo. Lógicamente el carácter de animado se lo proporciona el obrero. En El Capital, en el capitulo dedicado al proceso de trabajo, Marx habla del proceso de trabajo como el estado del dinamismo. No habla ni de la unidad ni del carácter animado del proceso de trabajo. De esa manera se prueba que en un texto no se pude decir siempre todo de una determinada cosa o estado de cosas, aunque sí debe decirse lo mínimo necesario. Si en un texto se pusiera todo lo que puede predicarse de un objeto, tendríamos ideas amontonadas en vez de ideas ordenadas.
Quienes no estén acostumbrados a las categorías del pensamiento económico marxista, se preguntarán a qué viene esto de hablar del trabajo vivo, como si en verdad existiera algo a lo que se le pudiera llamar trabajo muerto. Pues por mucho que les extrañe, estimados lectores, en verdad sí existe el trabajo muerto. Por trabajo muerto se entiende el trabajo realizado, el trabajo que ya se ha hecho, el trabajo pasado. El trabajo existe en el tiempo, tiene una determinada duración. Después de pintar las paredes, el albañil contempla satisfecho su trabajo. Se dirá a sí mismo: un trabajo bien hecho. Pues bien, la pared pintada, representa el trabajo objetivado, el trabajo pasado, el trabajo muerto. A todos nos gusta contemplar nuestro trabajo y reflejarnos en él. Y por oposición al trabajo ya hecho se llama trabajo vivo al trabajo en acción. El material de trabajo y el medio de trabajo representan trabajo muerto, y cobran vida, adquieren sentido, mediante el trabajo vivo. El trabajo vivo es el fermento del trabajo muerto. Ver en mi blog «Trabajo muerto». http://fcoumpierrezblogspotcom.blogspot.com/2011/07/trabajo-muerto_8581.html
Pasemos ahora a la unidad en la quietud. Marx dice que el producto del trabajo representa la unidad en quietud del material de trabajo, del medio de trabajo y del trabajo vivo. En el producto del trabajo existe el material de trabajo pero con un cambio de forma. En el producto también está representado el trabajo. Y aunque en el producto no esté representado el medio de trabajo, su existencia sólo fue posible mediante su concurso. Que el producto del trabajo sea presentado como la unidad en quietud de los componentes del proceso de trabajo me parece una idea muy original. Nos proporciona un nuevo concepto de unidad. Nos permite representarnos los resultados de los procesos como unidades en la forma del ser de los componentes que participan en dicho proceso. Aquí el concepto de unidad se entiende fundamentalmente como unión de los factores que generan el ser de las cosas.
Me parece además muy dialéctico que con respecto a los mismos elementos se hable de unidad animada y de unidad en quietud. La dialéctica, la unidad de los contrarios, siempre está presente en el pensamiento de Marx. Hay unidad, tanto en el proceso de trabajo como en el producto del trabajo, y hay contrarios: animación y quietud.
En el blog del autor: http://fcoumpierrezblogspotcom.blogspot.com/
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