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Unidas Podemos y la posdemocracia

Fuentes: Rebelión

En una trasmisión de video por Youtube Julio Anguita, veterano político marxista español y miembro de la dirección política del antiguo Partido Comunista de España y posteriormente de izquierda Unida, señalaba que una Alianza de Gobierno entre Unidas Podemos y el Partido Socialista Obrero Español era imposible. Anguita señalaba que el PSOE era una organización […]

En una trasmisión de video por Youtube Julio Anguita, veterano político marxista español y miembro de la dirección política del antiguo Partido Comunista de España y posteriormente de izquierda Unida, señalaba que una Alianza de Gobierno entre Unidas Podemos y el Partido Socialista Obrero Español era imposible. Anguita señalaba que el PSOE era una organización que respondía plenamente a los intereses del capital financiero internacional y que la Unión Europea nunca permitiría la presencia en el Gobierno español de una organización política que es su anatema, no solo en lo referente a su defensa del Estado de Bienestar, sino en cuanto a su concepción de la democracia. Anguita ha expresado en diversas ocasiones y en variados foros y entrevistas que en Europa no hay democracia, sino el gobierno de los mercados. La previsión de Anguita fue terriblemente exacta y la coalición planteada por Pablo Iglesias de un gobierno entre UP y el PSOE no fue posible.

La democracia política liberal avanzada que se establece en Europa y EU después de la Segunda Guerra Mundial está definitivamente muerta y hay varios episodios en la historia política reciente de Europa que lo confirman. En noviembre del 2011, el entonces Primer Ministro de Grecia George Papandréu convoco un referendo para que el pueblo griego decidiera si aceptaba los ajustes que planteaban la UE y el FMI y pocas horas después fue obligado a renunciar. Vale recordar que George Papandréu señalo antes de ser obligado a renunciar lo siguiente: «la democracia no puede estar a merced de la voracidad de los mercados financieros».

En el mismo país Alexis Tsipras convoca un referéndum el 27 de junio de 2015 en donde por aplastante mayoría la ciudadanía griega vota contra las políticas de austeridad. A pesar de lo anterior la UE, El FMI, y el BCE presionan con la ayuda del Gobierno alemán y no aceptan la voluntad soberana del pueblo griego. Finalmente Tsipras claudica y aplica las medidas de ajuste. Lo que estos episodios indican es que la democracia política en Europa está muerta y lo que ocurrió recientemente en España es una confirmación de lo anterior.

Algunos politólogos, tanto de América como de Europa, indican que lo que ha irrumpido después de la Guerra Fría es la posdemocracia. El término fue acuñado por el politólogo de la Universidad de Warwick Colin Crouch en el año 2000 en su libro Enfrentando la posdemocracia. Designa a los Estados en que operan sistemas democráticos (se llevan a cabo elecciones, los gobiernos caen, hay libertad de expresión), pero cuya aplicación está progresivamente limitada. Una pequeña élite está tomando las decisiones difíciles y coopta a las instituciones democráticas. Crouch desarrolló aún más la idea en un artículo titulado «¿Existe un liberalismo más allá de la democracia social?»​ para el think tank Policy Network y en su posterior libro The Strange Non-Death of Neo-Liberalism.​ Según la definición de Crouch: «Una sociedad posdemocrática es aquella que sigue teniendo y utilizando todas las instituciones de la democracia, pero en la que se convierten cada vez más en una cáscara formal. La energía y el impulso innovador pasan de la arena democrática a los pequeños círculos de una élite económica».

En cierta forma Crouch repite la metodología de análisis de Aristóteles de que la oligarquía es una deformación de la aristocracia y en esa senda del análisis concluye que la posdemocracia sería una deformación de la democracia política burguesa. La posdemocracia seria en este caso el gobierno de una pequeña fracción de la elite burguesa.

Hace 120 años el economista liberal John Hobbson en su libro El Imperialismo, publicado en 1898, manifestaba su preocupación por el enorme espacio que estaba ganando el capital financiero en el imperio británico, vaticinando que la economía internacional llegaría a ser controlada por rentistas. Esta idea de Hobbson fue recogida por Lenin en 1916 en su libro El imperialismo fase superior del capitalismo, en donde caracteriza el capitalismo en la era del imperialismo como parasitario y en proceso de descomposición. Posteriormente introduce el concepto de Capitalismo Monopolista de Estado, que es la estrecha imbricación del gran capital con la burocracia política de los estados. En el caso que nos ocupa la Comisión Europea es una nítida expresión del capitalismo monopolista de Estado, pues sus integrantes están vinculados a los grandes bancos de inversión que inciden y controlan los mercados financieros. Otro ejemplo de lo anterior es el caso de Emmanuel Macron, actual presidente de Francia, que fue parte de la gerencia corporativa de la banca Rothschild.

En estas condiciones en donde la política ha sido capturada por el gran capital monopolista financiarizado, todo vestigio de la democracia política burguesa típica que rigió en Europa y América después de la Segunda Guerra Mundial y que se expresó en el estado de bienestar es inviable. Lo anterior es el principal problema político de nuestra época y es la base material y política que imposibilita una alianza entre Pablo Iglesias y Pedro Sánchez.

La dictadura de los mercados que es lo que efectivamente rige en nuestra época. Esto es el producto de una profunda deformación del papel de los mercados financieros que conduce a su predominio en la vida económica. Las grandes empresas financieras capturan importantes actividades y áreas de la economía real, para luego drenar todos sus capitales. La ruina de la cadena minorista Sears, en EEUU, es el caso más emblemático de cómo una gran cadena comercial es destruida por especuladores. Y como Sears hay otros casos.

La extraordinaria voracidad de los mercados financieros es la principal promotora de la desigualdad, de todos los males de nuestra época y por tanto de la posdemocracia. Para recuperar efectivamente la democracia la UE en su forma actual debe ser desmantelada, no hay otra opción.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.