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Unos días en la vida del «jazzman» (V)

Fuentes: Rebelión

5 de mayo (Érase una vez en el mapa progresista…) Son esos hallazgos inesperados que cambian el rumbo de las historias, de las más insignificantes. Para bien, porque proponen temas, justo en el punto de quiebre del lugar más común o del aburrimiento de una conversación sin rumbo. Ahí estaba una foto mía con Rafael […]


5 de mayo

(Érase una vez en el mapa progresista…)

Son esos hallazgos inesperados que cambian el rumbo de las historias, de las más insignificantes. Para bien, porque proponen temas, justo en el punto de quiebre del lugar más común o del aburrimiento de una conversación sin rumbo. Ahí estaba una foto mía con Rafael Correa. Buscaba una revista y encontré un olvidado sobre con fotografías. Un Rafael fresco, distendido y con más cabellos. Esa foto fue tomada en la Gobernación de la Provincia del Guayas y me habían invitado a integrar la comisión para evaluar la deuda externa. En este portal se leía (aún se lee) a Eric Toussaint y se seguían las prédicas de Alejandro Olmos, del padre o del hijo. Había combustible de enojo proletario para maldecir la deuda odiosa e ilegal. Rafael recién llegado a Carondelet era un movies star, aquella vez no fue posible una conversación de pocos minutos, un chorro de gente ingresó buscando una foto o un autógrafo y este jazzman terminó arrinconado y soportando pisotones. Pero quedó la foto y el persistente tema de fastidio era el correísmo. Y no parece insuperable porque siendo como es no es una sino todas las plagas del Egipto bíblico.

Ahí está el detalle. Y ahora se sabe que maldad o bondad obran en los detalles, también idiotez o ingenio. Uno encuentra esos eruditos de barrio adentro dando lecciones: idiota, persona que se ocupaba de sus asuntos, solo de los propios, sin que les importaran los de la polis. Para no ser ιδιωτης [1] debo entender cosa ruidosa desafinada como ‘progresismo’ con sus variantes: chavismo (Venezuela y resto de América), lulismo Brasil), kirchnerismo (Argentina), correísmo (Ecuador) y no sé si valga el etc. Los candys del periodismo simplón y derechoso tiran full imaginación y encuentran vela en ningún entierro, pero se afanan: «castro-chavismo», «castro-chavismo-comunismo», «castro-chavismo-correísmo». Otra vez: etc.

El chavismo, más o menos, está en las pantallas de portentosos análisis derechosos y los GPS [2] colocan etimologías geopolíticas según el consumidor destinado o por liviandad ideológica. Bueno, así es esta zarabanda progre, mientras el chavismo tiene cosido en la guayabera (roja, por si acaso) el no muy bien definido y peor comprendido «socialismo del siglo XXI». El chavismo pelea con relativo éxito contra las gárgolas, grandes e ínfimas, de The Lord of the Yellow Tuft [3] . ¿Y el correísmo? ¿Y el lulismo? ¿Y el kirchnerismo? Hay más ‘ismos’ unidos como vasos comunicantes con el progresismo, pero son tenues, sigilosos o discretos ideológicos. La solidaridad es gritada en bytes por los callejones de la Web. Los menos y más intrépidos están calentando calles, defendiendo embajadas, poniéndose franelas (camisetas) rojas y discutiendo con las repetidoras de Bolton.

No es doctrina política, ni movimiento cultural, tampoco cofradía radical, quizás el embrión de un partido político si acaso. Fueron llamados así para colimar a los seguidores (y progres lengüilargos) de Rafael Correa y ya. Inventaron un recipiente como agujero negro, un plano de pegada sin buena puntería, un pretexto diferenciador de cercanías y abismos entre las amistades, un motivo para discutir al braveo agotado el tema del fútbol, una cosa magnética para todas las desgracias nacionales, el elemento malo de la tabla periódica de Mendeleiev, el no sé qué del no sé cuánto y así hasta armar el catálogo de fatalidades endosables al correísmo. Todos somos un día aquello que premia o condena y mañana nos liberan de la responsabilidad (depende, porque bien podría ser culpabilidad). Por mucho que cimarronees otras vainas más políticas, sin mayor audacia te colocan el hashtag.

Los mass media, con las inteligentes excepciones, se deleitan, envenenan, crean luciferes o santifican a los arrepentidos; es todo el día. Pero, ¿qué diablos es el correísmo? Sin más vueltas, son los seguidores de Rafael Correa. Y más de la tercera parte del electorado ecuatoriano. Ying-yang enemistados hasta por la mínima sospecha. En una misma esquina están aquellos que cuentan maravillas del líder y están los adversarios que recargan sus antipatías con descalificaciones. También estamos los prófugos de las etiquetas. Y somos más. No es el primero con ese destino de cometa sideral, antes fue León Febres Cordero, Abdalá Bucaram y quizás algún otro extraviado de la memoria, pero la diferencia no es solo por el ubicuo hemisferio político, más bien es esa conexión con el reconcomio popular por malas gestiones de anteriores Gobiernos. Está ahí ese débito de nostalgia por el ritmo trepidante del Gobierno de Rafael Correa durante 10 años o es imagen asociativa con personaje de western solo que el arma rápida y ríspida de Rafael era su boca.

No es una doctrina, el correísmo. La parroquia académica le cae arriba con eso de populismo, tendrán sus medidores de procedimientos, este jazzman le pondría título cinematográfico for a few dollars more [4] con música de Ennio Morricone. Sí hubo dólares, sí hubo inversión y también hubo bandidos. Exacto. Como en un western. Ah, lo ideológico. Estaba implícito en las acciones del cowboy. A veces romántico, a veces lo contrario. Dio para el prolongado aplauso de pie y dio para el infame bling bling de algunos de los de su entorno. El chamuyo habitual de los sábados tenía eso de draw fast and shoot [5] . Al final el hastío pudo más que la novedad y el relevo se hizo inevitable. Volvió lo mismo pero al revés.  

8 de mayo

Fiction of pulp (malandra part)

Por menos dos siglos fue el pretexto para lo que fuera, un golpe de Estado, corretear políticos o despedir trabajadores. El veneno climático fue comunismo. Palabra, personalidades y organizaciones se extraviaron en los años ’90, del siglo XX. Eso parece, porque hasta la niñez se ríe con esa amenaza para que se tome la sopa. El malvado comodín quedó al garete y ya. El crucifijo de la hoz y el martillo fue símbolo que iba de la curiosidad, de los que llegaron tarde al tema de la Guerra Fría, al exotismo de cierta juventud consumista.

El miedo vende y cautiva a la clientela. Los clubes de prensa de las Américas necesitaban fantasmagorías o virtualidades para aguzar nervios. Así fue, aparecieron nuevos artificios con el aparataje propagandístico traído del inmediato ayer, pero con lección repasada y aprendida, aquello hizo el deleite fraseológico del academicismo embolatador: fake news, post verdad, contra verdad, no verdad, para-verdad y la infaltable media verdad. ¡Fiat lux! [6] Verdad a medias. O verdad de los mass media. O verdad partida por la mitad, según a quien le convenga o para satisfacer angustias. O verdad fragmentada y pegada sus fragmentos con el aglutinante de la mentira. Sí, no es pulp fiction. O sí lo es corresponde a la porción malandra.

Las mentiras de Babilonia, en la comprensión política cultural de la Nación Rastafari, parecerían ser el armagedón de los profetas etíopes. Pero al revés: el mal contra el bien. Las víctimas venezolanas, yemeníes, sirias, brasileñas o africanas son culpables por existir en esos mundos falsos. Te lo dice el man encorbatado y con tremenda cara de seriedad, la chica rubia (casi siempre) con una linda sonrisa, el festival de los hombres duros en las mesas redondas con el nominativo que se les ocurra. No hay mayor distinción que el set y alguna cara dura conocida por sus estruendosos fracasos. Como concluyen los que saben: «te cuentan la no-realidad que vives y padeces».

28 de abril

Funda de bambula

Los domingos tienen, a partes iguales, eso de pequeño universo nuevo, al menos lo que se ve desde la ventana; también de breves episodios mágicos, por ejemplo, la pureza del silencio o el olor inadvertido de alguna flor ignorada. Eso en las mañanas. Por la tarde, es como una espiral de nostalgias. La noche llega pronto y con ella el lunes anticipado del laburo (argentinos, dixit), se cuela la política (la buena y la mala) y ya se habla del fútbol en pretérito. Fue el último de abril, domingo. El Poeta Antonio Preciado Bedoya, se apareció como la buena suerte dominical en la puerta del home que habito, con el libro Funda de bambula, de Nancy Morejón [7] .

Nancy anduvo por Esmeraldas. Anualmente los poetas se reúnen en algunas ciudades del Ecuador, con el pretexto de estar en el paralelo 0º, suele ser convergencia dominguera de las poesías de América en plural y urbana. La Funda es una antología breve, ahí todavía huelo la espuma del mar que me hicieron atravesar. La noche, no puedo recordarla. Ni el mismo océano podría recordarla [8] . Una de sus historias más antológicas organizada en dolores portentosos. Bambula es algo versátil, tiene parentesco con la bomba [9] afroecuatoriana del Valle del Chota, es tambor afroantillano, es una flauta hecha de bambú, danza en Cuba, música de ritmo binario. Cantos de algunas regiones de África occidental, retomados y reelaborados en Nueva Orleans con incorporación de percusión.

Nancy estuvo en Casa, ella es de Casa Adentro o sea de lo que se reserva para la gente acomedida, de lo que sale del escondido corazón del ánima colectiva afropacífica colombo-ecuatoriana. Su real independencia fue el palenque. O sea Esmeraldas. Por allá, en el Caribe, en Cuba, los tambores, la parentela Batá: Iyá, Itótele y Okónkolo. O dicho con sus versos y nuestra comprensión: Mi cuerpo convoca llamas. Mi cuerpo convoca humos. [] Fuego sobre mis aguas. Aguas irreversibles en los azules de la tierra [10] . En la Casa Afropacífica de Nancy Morejón, los tambores: Bombo, Bomba y Cununo. Mi cuerpo en la penumbra. Mi cuerpo en la claridad [11] .

Es domingo y los versos de Bambula teniendo el mismo color muestran la variedad del familiaje de las orillas, poseyendo su pequeño cielo ahí, justo ahí en La Habana, no hay duda que es el mismo cielo dominical de tambores guardado en una funda infinita para conservar la buena suerte de los encuentros. Nancy Morejón, Omar Lara, Antonio Preciado, Xavier Oquendo y decenas venidos de otras esquinas, sin importar que no tengan tambor. Una funda de bambula, otra vez. ¿Será mejor salir huyendo de esta geografía de otro mundo? [12]

Si es lunes parece es así, pero los domingos por la mañana, sin noticiarios de compinches neoliberales o con la bronca personal viendo la desfachatez de unos bucaneros universalizando su mala leche por DirecTV, las sombras son alargadas más allá de cierto límite. La diferencia entre el lunes y el domingo son las sombras y las miradas, porque tienen nuestras historias de cogollo. ¿Será mejor virar la cabeza hacia otra parte y secar las dos lágrimas que ahora navegan entre las aguas del río Zambeze? [13] Ya se dijo es domingo por la mañana, como un milagro inesperado y ni siquiera anhelado. Es el desquite retroactivo de millones de cimarronas y cimarrones: Mis ojos dibujaron un paisaje lunar sobre los lagos [14] .

Notas:


[1] Idiotes, persona que no se ocupa de asuntos públicos.

[2] Global Positioning System, es decir, Sistema de Posicionamiento Global.

[3] El Señor del Mechón Amarillo.

[4] Por unos cuantos dólares más.

[5] Desenfunda rápido y dispara.

[6] ¡Qué se haga la luz», en latín.

[7] Poeta cubana, Premio Nacional (2001).

[8] Del poema Mujer negra, Funda de bambula, Nancy Morejón, ELÁNGEL Editor, 2019. P. 39.

[9] La bomba afroecuatoriana es el tambor que marca el ritmo de la melodía, también es la danza de las comunidades negras del Valle Chota.

[10] Funda de bambula, Nancy Morejón, EL ÁNGEL Editor, 2019, p. 29.

[11] Óp. Cit, p. 29.

[12] Poema Funda de bambula, no está en la antología. Se puede encontrar en Biblioteca Virtual Universal https://www.google.com/search?ei=FkjpXJK8NIju_QaN14GgAQ&q=nancy+morej%C3%B3n.+selecci%C3%B3n+de+poemas&oq=nancy+morej%C3%B3n.+selecci%C3%B3n+de+poemas&gs_l=psy-ab.3..33i22i29i30l2.879.1345050..1345292…3.0..0.1372.16947.0j8j15j2j9j3j3j3……0….1..gws-wiz…..6..35i39j0i67j0j0i131j0i131i67j0i3j0i22i30j33i160j33i21.0Pw8FBAXO70

[13] Del poema Funda de bambula.

[14] Ídem.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.