Recordando el contexto en que nace 1. Cuando Chávez triunfa en las elecciones presidenciales de 1998 ya el modelo capitalista neoliberal estaba haciendo aguas por todas partes. El dilema no era otro que refundar el modelo capitalista neoliberal, evidentemente con cambios, entre ellos una mayor preocupación por lo social, pero movido por la misma lógica […]
Recordando el contexto en que nace
1. Cuando Chávez triunfa en las elecciones presidenciales de 1998 ya el modelo capitalista neoliberal estaba haciendo aguas por todas partes. El dilema no era otro que refundar el modelo capitalista neoliberal, evidentemente con cambios, entre ellos una mayor preocupación por lo social, pero movido por la misma lógica de la búsqueda del lucro; o avanzar en la construcción de otro modelo. [i]
2. Chávez optó por esta última alternativa. Para denominarla decidió rescatar la palabra socialismo a pesar de la carga negativa de la que había sido históricamente cargada, pero especificando que se trataba del socialismo del siglo XXI para diferenciarlo del socialismo soviético implementado durante el siglo XX, advirtiendo que no se debía «caer en los errores del pasado», en la «desviación estalinista» que burocratizó al partido y terminó por eliminar el protagonismo popular; en el capitalismo de Estado que puso el acento en la propiedad estatal y no en la participación de los trabajadores en la conducción de las empresas.
3. Chávez concebía el socialismo como un sistema económico centrado en el ser humano y no en la ganancia, con una cultura pluralista y anticonsumista en que el ser tuviese primacía sobre el tener. Un socialismo provisto de una democracia verdadera y profunda donde el pueblo asumiese el rol protagónico. Este es un elemento que lo distancia de otras propuestas de socialismo democrático. Para él, la participación de la gente en todos los espacios era lo que podía permitir que las personas ganasen confianza en sí mismas y se desarrollasen humanamente.
4. Pero esto hubiese quedado en meras palabras si él no hubiera promovido la creación de espacios adecuados para que los procesos participativos pudiesen darse plenamente. Por eso fue tan importante su iniciativa de crear los consejos comunales (pequeños territorios autogestionados), los consejos de trabajadores, los consejos estudiantiles, los consejos campesinos. De lo que se trataba era de ir conformando una genuina construcción colectiva que debía plasmarse en una nueva forma de Estado descentralizado cuyas células fundamentales deberían ser las comunas.
5. Construir con la gente significaba para él conquistar su mente y su corazón para el nuevo proyecto de sociedad. Tenía claro que esta meta no se alcanzaría mediante de prédicas sino a través de la práctica: creando oportunidades para que la gente fuese entendiendo el proyecto en la medida en que iba participando en la construcción del mismo. Por eso advertía: «cuidado con el sectarismo, si hay gente […] que no participa en política, que no pertenece a partido alguno, bueno, no importa, bienvenidos. Digo más, si vive por ahí alguien de la oposición, llámenlo. Que venga a trabajar y a ser útil. La patria es de todos, hay que abrirles espacios y ustedes verán que con la praxis mucha gente se va transformando…» [ii]
6. Uno de los logros históricos del proceso revolucionario bolivariano fue haber podido convocar a una Asamblea Constituyente y aprobar luego una nueva Constitución que cambiaba las reglas del juego político y ponía trabas al neoliberalismo, planteándose contra el latifundio y la privatización de la empresa venezolana del petróleo; a favor de los pequeños pescadores en desmedro de las empresas transnacionales de la pesca; por la propagación de las empresas cooperativas y del microcrédito; contra la privatización de la educación y a favor de una enseñanza gratuita; contra la privatización de la seguridad social. Esta Constitución aboga también por los derechos de los pueblos indígenas, de los niños y niñas, por el derecho a la libre información y reivindica un modelo participativo, en el que los ciudadanos jueguen un papel protagónico.
Pero todos estos planteamientos hubiesen quedado como letra muerta si el gobierno no hubiera dictado las leyes que permitirían poner en práctica los principios constitucionales. Fue entonces cuando la oligarquía venezolana comenzó a sentirse amenazada en sus intereses económicos y su respuesta no se dejó esperar. Golpe militar, sabotaje petrolero, referéndum revocatorio. Aunque uno tras otro los intentos de poner fin al proceso liderado por Chávez fueron derrotados, él no era un iluso como algunos podrían pensar. Sabía que las fuerzas que se oponían a la materialización de este proyecto eran enormemente poderosas.
7. Pero ser realista no significa caer en la visión conservadora de la política concebida como el arte de lo posible. Para Chávez el arte de la política era hacer posible lo imposible, no por simple voluntarismo sino porque, partiendo de la realidad existente, buscaba crear las condiciones concretas para que ésta cambiase mediante la construcción de una correlación de fuerzas favorable a los cambios. Él entendía que para hacer posible en el futuro lo que en ese momento parecía imposible era necesario alterar la correlación de fuerzas tanto en el plano interno como internacional y durante todos los años de su gobierno trabajó de forma magistral para lograrlo, entendiendo que para construir fuerza política no bastaban los acuerdos de cúpula sino que lo principal era construir fuerza social.
Sus esfuerzos por crear una nueva correlación de fuerzas internacional
8. No se puede entender el proceso venezolano sin sopesar el contexto mundial en el que éste tuvo que insertarse. Existía una correlación mundial de fuerzas muy negativa para las fuerzas progresistas: tras la derrota del socialismo en los países del Este y, especialmente en la URSS, había desaparecido el campo socialista con todo su peso simbólico y práctico, y Estados Unidos se había transformado en la primera potencia militar mundial sin contrapeso alguno. La situación era muy diferente cuando triunfó la revolución cubana o durante el gobierno de la Unidad Popular en Chile.
9. Consciente Chávez de que con esa correlación mundial de fuerzas no podía llevar adelante una revolución social en forma aislada, se dedicó a construir una fuerza internacional de apoyo al proceso bolivariano. Impulsó procesos de integración suramericanos y caribeños orientados bajo el signo de la solidaridad. Privilegió la relación con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y se acercó a otros polos de poder mundial como India, Rusia y China, estrechando, al mismo tiempo, los vínculos con los foros de naciones emergentes, como el Grupo de los 15 de cooperación Sur-Sur y el Grupo de los 77 y el Movimiento de Países No Alineados. En el Cono Sur, Chávez buscó una alianza con Brasil para oponerse al ALCA e ingresar como miembro pleno en el Mercosur.
10. Junto a otros presidentes latinoamericanos logró derrotar el proyecto estadounidense del ALCA, levantando una propuesta de integración alternativa: el ALBA [Alianza Bolivariana para las Américas que hoy se denomina: Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América]. Estrechó sus relaciones con Cuba, suministrando a la isla hasta petróleo en condiciones especiales de pago, a cambio de sus servicios: médicos, venta de medicinas genéricas y asistencia técnica en los sectores agrícola, turístico y deportes. Financió la «Misión milagro» que devolvió la vista a millares de personas de bajos recursos en América Latina. Estableció también un compromiso de suministrar a 11 países centroamericanos y caribeños un trato preferencial en la venta de petróleo, como un gesto de cooperación.
11. Chávez también entendió que la política debía ir antes que la economía y por ello jugó un papel fundamental en la creación de espacios de encuentro de los presidentes de la región aunque éstos tuviesen diferentes enfoques económicos como la Unión de Naciones Suramericanas [Unasur] y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños [Celac]. Lo importante era lograr reunirse sin la presencia de los Estados Unidos. En este mismo sentido se orientan la creación del Banco del Sur y del Banco del Alba.
12. Y como entendía bien que no se podía construir fuerza política sin construir fuerza social, junto a estas iniciativas de encuentro de gobernantes, apoyó iniciativas de encuentro de los movimientos sociales de la región.
13. Bajo su inspiración fue también creada Telesur, una iniciativa fundamental para hacer frente a la guerra mediática que necesariamente tendrían que enfrentar los gobiernos progresistas de América Latina. Chávez solía repetir una sentencia de Simón Bolívar: «Nos dominan menos por la fuerza que por la ignorancia y la superstición.» Gracias a esta señal televisiva estamos correctamente informados de lo que realmente ocurre en la región.
14. Coincido con Atilio Borón [iii] en que TeleSUR es peligrosa porque muestra la verdad de lo que ocurre no solo en esta parte del mundo sino en todo el planeta y, al mostrar los estragos que perpetra el imperialismo, despierta a los pueblos y alienta su rebeldía en contra de un orden imperial que a diario acaba con la vida de decenas de miles de personas en todo el mundo. Por eso se ha vuelto una grave amenaza y las fuerzas políticas más retrógradas harán todo por silenciarla.
15. Y aunque hoy haya algunos retrocesos en la región, nadie puede dudar que existe un abismo entre la América Latina que Hugo Chávez recibió y la América Latina que nos dejó.
Guerra económica que repite estrategia seguida en Chile
16. Aprovechándose del gran vacío de liderazgo que deja su desaparición física, han recrudecido los ataques contra el proceso revolucionario bolivariano, tanto desde dentro como desde fuera del país. Y como resulta muy difícil intentar otro golpe de estado contra el presidente Nicolás Maduro -quien ha tratado de ser consecuente con el legado de Chávez- se ha agudizado la «guerra económica» iniciada ya durante el período anterior: el gobernante venezolano ha recibido «en poco más de tres años el equivalente de los ataques que recibió Chávez en catorce años» y uno de sus objetivos ha sido afectar el sistema de acceso a alimentos básicos a precios subsidiados que se impulsa desde 2003 a través de la Misión Mercal, con resultados sustantivos en la garantía del derecho a la alimentación.
17. El tema de la guerra económica ha sido abordado recientemente por el destacado intelectual venezolano y ex ministro del gobierno de Maduro, Reinaldo Iturriza [iv] , de quien he tomado muchas de las ideas que expondré a continuación al referirme a esta estrategia de la derecha venezolana. Pero quiero empezar por decir que algo muy similar ocurrió en Chile para desestabilizar el gobierno de Salvador Allende. [v]
18. Recordemos que en este país las medidas empiezan a ser aplicadas inmediatamente después del triunfo electoral: corrida bancaria, contrabando de dólares, paralización de algunas industrias, cese de importación de materias primas y repuestos necesarios para el funcionamiento de las industrias, etcétera. Bloqueo de los intentos del gobierno por modificar la injusta estructura tributaria usando para ello su mayoría parlamentaria, negativa a aprobar recursos presupuestarios para llevar adelante sus planes de carácter social, instigación planificada para crear temor en los inversionistas extranjeros y empresarios locales, provocando a mediano plazo un estancamiento productivo.
19. Dicho plan fue plenamente compartido por el gobierno de Nixon y los consorcios multinacionales, que consumaron una operación de cerco económico que se tradujo en: reducción de créditos, obstaculización de la renegociación de la deuda externa, embargo de bienes por parte de las compañías expropiadas, divulgación internacional de la imagen de un país en bancarrota para cercarlo más desde el punto de vista financiero. El gobierno de Allende, que no quería afectar la capacidad de negociación de los trabajadores, no tuvo otra alternativa que ampliar la cantidad de dinero circulante, sabiendo que esto acarrearía fuertes presiones inflacionarias. Al mismo tiempo, la ofensiva del gobierno norteamericano le impidió mantener un volumen de importaciones alimenticias acorde con la mayor capacidad adquisitiva alcanzada por los sectores populares. Los problemas de abastecimiento se agudizaron día tras día. Sobre esta base objetiva, los esfuerzos de la reacción se encaminaron a agravar la situación económica mediante la especulación, el acaparamiento y el fomento del mercado negro; mientras la prensa por ella controlada desataba una campaña sistemática destinada a magnificar el desabastecimiento y a constituirlo en el centro de sus ataques. A este macabro plan sumaron: cacerolazos, manifestaciones callejeras, paros de transportistas, huelgas en el cobre, manifestaciones contra los militares que apoyaban al régimen.
20. En Venezuela se han aplicado principalmente dos estrategias para afectar el desarrollo económico y crear, con ello, descontento en la población: la inflación inducida y el desabastecimiento programado. [vi] Según la economista venezolana, Pasqualina Curcio, esto se logra, por una parte, mediante la manipulación del tipo de cambio en el mercado paralelo e ilegal, que sintomáticamente se incrementa exponencialmente durante en los meses previos a los procesos electorales [vii] , y, por otra, a través de la manipulación de los mecanismos de distribución de bienes esenciales para la vida para crear artificialmente desabastecimiento.
Inflación inducida
21. Según Curcio estas estrategias son viables en razón de características y determinaciones históricas de la economía venezolana. Pues, de hecho, existe una «concentración de la producción, de las importaciones y de la distribución de los bienes y servicios en pocas manos»: 3% de las unidades económicas registradas en el país controla las divisas para importaciones, y, por otra, existe una «alta dependencia de las importaciones».
22. Estos monopolios importadores y banqueros, que no producen bienes sino que obtienen ganancias extraordinarias de la diferencia de precios entre lo que compran afuera y lo que venden dentro del país, fijan oligopólicamente los precios de los bienes que importan (bienes de primera necesidad, entre ellos los alimentos, y los requeridos para