En la entrevista que le hizo una cadena de televisión norteamericana, la periodista preguntó al presidente del gobierno español acerca de los famosos sobresueldos y el caso Bárcenas. Y a éste no se le ocurrió otra respuesta que la no menos famosa «no se podrá demostrar». Sólo le faltó añadir que ya están debidamente entrenados […]
En la entrevista que le hizo una cadena de televisión norteamericana, la periodista preguntó al presidente del gobierno español acerca de los famosos sobresueldos y el caso Bárcenas. Y a éste no se le ocurrió otra respuesta que la no menos famosa «no se podrá demostrar». Sólo le faltó añadir que ya están debidamente entrenados los magistrados que habrán de juzgar y sentenciar los hechos para absolverle o sobreseer el caso. Ignora el caballero (si no, no hubiera respondido así) que tampoco a jefes de bandas criminales organizadas, es decir distintas mafias en el Chicago de los años 30, no se les pudo demostrar nada, y sólo uno de ellos, Al Capone, entró por poco tiempo en presidio por evasión de impuestos. No extrañaría que se repitiera la historia con el actual presidente de gobierno español, pero sin entrar éste en la cárcel ni volver a saberse del asunto.
Por otro lado, los varios portavoces del gobierno y el ministro de Educación, a los centenares de miles de manifestantes contra la reforma educativa y los recortes relacionados con la educación se les contesta que el PP tiene mayoría absoluta y puede hacer lo que quiera; con estas u otras palabras por el estilo. No tienen en cuenta que también Hitler y el partido nazi fueron elegidos democráticamente por mayoría absoluta, y Franco era aclamado tumultuariamente cada primer viernes de mes, y no por eso la historia y el presente les aclaman o les perdonan. Por consiguiente, aquella votación mayoritaria, aparte de no ser nunca un cheque en blanco de los votantes para que el partido más votado abuse del poder, ahora se convierte en una verdadera maldición. Sin embargo resulta que, para todos los desafueros que viene cometiendo, el partido de gobierno nos dice que no sólo cuenta con sus votantes engañados, sino también con las mayorías silenciosas: todo para él… Lo dicho vergūenza tras vergüenza…
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