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Virus internacionalista, pero vacunas privadas y nacionalistas

Fuentes: CLAE

El enorme logro de la ciencia de haber alcanzado en tiempo récord vacunas contra COVID-19 se contrapone, como cruda paradoja, a la mercantilización de la salud.

Ésta  no solo pone en evidencia  las distancias económicas y sociales abismales en la atención médica, sino, y en forma inmediata, pone en riesgo  la eventual posibilidad  de revertir  en el próximo período la pandemia mundial a través de la vacunación universal.

Pese a declaraciones extendidas de  líderes mundiales  planteando  que se trata de una «crisis de toda la humanidad», la provisión de vacunas se está desarrollando como un negocio privado excepcional.

La posibilidad y necesidad de la vacunación masiva  para la superación de la crisis sanitaria tiene como freno evidente el hecho de que no solo  que se trata a la vacuna como un producto de mercado -» el que paga accede»  o, como se refleja ya en lo inmediato, «el país más rico vacuna primero»-, siendo que  el virus contagia no respetando fronteras,  privilegios económicos-sociales, ni  leyes del mercado.

Paradójicamente, la  inversión inicial en investigación y desarrollo ha sido y es financiada centralmente con fondos  públicos y   compras anticipadas estatales  – incluyendo las  de países más pobres- que se han ido  realizando aún previo a conocerse la efectividad de cada vacuna y el período de protección al contagio que puede brindar su aplicación.

Los recursos estatales volcados y comprometidos  a nivel mundial en las vacunas contra la Covid-19  hasta el mes de enero de 2021 se han  estimado  en más de  86.500  millones de euros (unos 104.000 millones de dólares) [1],  pero pese a ello  los  grupos fabricantes  pretenden la propiedad monopólica  de sus vacunas  de veinte años, reclamando el privilegio del  derecho de exclusividad de patentes privadas  establecido por el acuerdo de propiedad intelectual (ADPIC)  de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

No fue por lo tanto casual el cruce de denuncias por las  dificultades  en la fabricación y entrega de las primeras partidas y las campañas impresionistas y/o sucias de comunicación a favor y en contra de vacunas, revelando la prevalencia de la competencia por sobre la coordinación de esfuerzos internacionales.

Las disputas han dado pie hasta a posicionamientos  geopolíticos de países centrales (EEUU, China, Rusia, Reino Unido, Unión Europea)  para impulsar  la  más rápida aprobación y penetración   de las vacunas de sus laboratorios

Simultáneamente, la  competencia anárquica se ha reflejado en  la disputa por la provisión prioritaria de vacunas por parte de los gobiernos de países más ricos. El desorden se ha evidenciado también muy claramente en el grado de  especulación y  falta de transparencia  de los precios negociados  para las compras de dosis  limitadas  vacunas.

En tanto, han  seguido sin  conocimiento público los costos reales de investigación,  producción y distribución y, por supuesto, la magnitud de las  ganancias empresarias . Estas podrían  tener aún  mucho mayor significación a largo plazo, si acaso se planteara  el requerimiento  de vacunaciones anuales recurrentes.

¿Negocios primero,  caridad después?  

Aun cuando todos los laboratorios han prometido precios «justos y razonables», el compromiso concreto de su significado ha seguido siendo ambiguo, lindando entre prometer vender a costo en un período inicial, a ser definido por las propias empresas, a brindar condiciones de venta y crédito más accesibles para países más pobres, sin aclarar cuáles. .

Ante la evidencia de la inequidad previsible en la distribución de la vacuna,  la Organización Mundial de la Salud (OMS) impulsó en abril de 2020 el lanzamiento de la iniciativa pública-privada Covax, aspirando a  la provisión de dos mil millones de vacunas a países más pobres en 2021.

Pero ya comenzando a avanzar el año, la propuesta había  sumado compromisos de aportes que cubrirían solo  la tercera parte de los fondos necesarios para hacer posible el objetivo global de vacunación planteado para el presente año, con 7.000 millones de dólares necesarios y apenas 2.400 millones comprometidos [2].

Covax, además, sufre el hecho de la incidencia deformadora de decenas privados que utilizan su participación muy limitada (el 90% de los fondos prometidos hasta el momento son públicos) [3], como pantalla de relaciones públicas y para brindar opiniones grandilocuentes no especializadas o sesgadas [4].

Es la humanidad, estúpido.

Poco antes de las elecciones de 1992 en EEUU, el entonces presidente George Bush (h.) era considerado imbatible por la mayoría de los analistas políticos. En este marco, James Carville, estratega del candidato demócrata  Bill Clinton, pegó  un cartel informal en las oficinas de campaña sintetizando que su candidatura  debiera centrarse solo en definiciones  muy simples  que no debieran ser explicadas sino solo agitadas: a) cambio vs. más de lo mismo, b) es la  economía estúpido, c) no olvidarse de la salud.

Mucho ha cambiado el mundo desde entonces, y no justamente para mejor.  Se ha evolucionado hacia un mundo que pese a sus notables avances tecnológicos, plantea desigualdades y marginaciones cada vez más evidentes. El combate imprescindible a la  pandemia pone  claramente en evidencia ahora también la necesidad de superar el ocultamiento de intereses  reales  tras  frases altisonantes, superficiales  y/u  oportunistas de asesores de imagen.

Los países  de América Latina, así como en general todos los países periféricos y sectores marginados de la atención de la salud , deben establecer y reclamar claramente sus  prioridades y coordinar posiciones y  acciones urgentes y viables, como ser:

  • a) Priorizar los presupuestos de salud pública considerando la existencia  de un estado de necesidad ( Ej: primero la salud y no los especuladores financieros).
  • b) Garantizar la vacunación universal , combatir concretamente y tomar posición abierta en foros internacionales contra discriminaciones que inhiben el acceso alcanzable, seguro y efectivo de tratamientos diagnósticos y vacunas de países periféricos  y sectores marginales.
  • c) Siendo una pandemia mundial y gozando los laboratorios de una apoyatura pública y social garantizada, exigir la transparencia pública de costos/ beneficios/ precios de producción de vacunas.Desarticular superbeneficios rentísticos (patentes monopólicas de largo plazo), por deber ser  considerada  en forma terminante ésta como una  «crisis de seguridad», tal como es definida puntualmente  en acuerdos  internacionales existentes [5].
  • c) Impulsar sin demora políticas públicas activas de investigación y desarrollo para la producción local y la complementación armónica regional e  internacional en  la fabricación y abastecimiento de equipos, insumos y medicamentos (incluyendo vacunas)

La crisis actual no requiere de palabrerías vacuas e impresionistas, sino de propuestas, medidas y acciones urgentes concretas que prioricen la salud de la humanidad por sobre los negocios privados y las especulaciones geopolíticas. La pandemia ya ha provocado demasiado dolor y daños. No hay tiempo que perder.

Notas

[1] Kenup Foundation : https://healthpolicy-watch.news/81038-2/

[2] https://www.bbc.com/mundo/noticias-55820032

[3] Ver detalle en  https://www.gavi.org/sites/default/files/covid/covax/COVAX-AMC-Donors-Table.pdf.  Puede observarse que el mayor contribuyente privado, el supemillonario Bill Gates,  el creador del  gigante del software Microsoft , ha prometido aportes por USD 127 millones, representando el monto 8,5%  de la expansión en USD 1.500 millones de su  patrimonio en el crítico año 2020 ya alcanzando según la revista de negocios  Forbes los USD 98.000 millones ( ver https://www.forbes.com/billionaires/)

[4] Ver detalle en  https://www.gavi.org/sites/default/files/covid/covax/COVAX-AMC-Donors-Table.pdf.  Puede observarse que el mayor contribuyente privado, el supemillonario Bill Gates,  el creador del  gigante del software Microsoft , ha prometido aportes por USD 127 millones, representando el monto 8,5%  de la expansión en USD 1.500 millones de su  patrimonio en el crítico año 2020 ya alcanzando según la revista de negocios  Forbes los USD 98.000 millones ( ver https://www.forbes.com/billionaires/)

[5] Artículo  73(b) del Acuerdo de Aspectos Relacionados al Comercio de Derechos de Propiedade Intelectual ( TRIPS de la OMC) que habilita a los países- miembros a «tomar cualquier acción que considere necesaria para la protección de sus intereses esenciales de seguridad». Observar, por ejemplo,  iniciativa del organización multilateral Centro del Sur  ( South Centre) de Ginebra  enhttps://drive.google.com/file/d/1kHS3-1yRztlwDMrylKIcDHcub4-j0l7n/view?usp=drivesdk

 * Profesor Titular de Economía de la Universidad de Buenos Aires, investigador del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso). Directivo de la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

http://estrategia.la/2021/02/02/virus-internacionalista-pero-vacunas-privadas-y-nacionalistas/