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Entrevista a Guillermo Teillier, presidente del Partido Comunista

«Volodia Teitelboim es uno de los chilenos más importantes del siglo XX»

Fuentes: El Siglo

¿Cuál es la transcendencia para el PC de la figura de Volodia? G. Teillier: Es una trascendencia extraordinaria, primero, por la calidad humana de Volodia. Si uno puede considerar a una persona como compañero y amigo, es Volodia, incluso para los más jóvenes, casi como un padre. También por su trascendencia literaria, cultural, es una […]

¿Cuál es la transcendencia para el PC de la figura de Volodia?

G. Teillier: Es una trascendencia extraordinaria, primero, por la calidad humana de Volodia. Si uno puede considerar a una persona como compañero y amigo, es Volodia, incluso para los más jóvenes, casi como un padre. También por su trascendencia literaria, cultural, es una de los chilenos -yo diría- más connotados del siglo XX y el comienzo del Siglo XXI.

Desde el punto de vista literario es un personaje extraordinario. Ha producido unas 35 obras importantes, traducidas, la mayoría a distintos idiomas. Poseedor de una cultura vastísima, la cual siempre puso al servicio de su Partido, y de sociedad chilena.

Cuando fue elegido Secretario General del Partido, en el XV Congreso, se estaba produciendo una salida a la dictadura, que no era la que nosotros habíamos buscado tan afanosamente y se producía ya la crisis, el derrumbe del socialismo soviético. Era difícil, entonces mantener la unidad del partido. Se derrumbaban muchos de los conceptos que en ese momento eran la base de un modelo a seguir. No es que el PC haya seguido al pie de la letra moldes externos, sino que tenía su propia impronta. El gobierno de Allende lo fue.

Era necesario darle continuidad a esa originalidad en medio de un proceso de gran discusión, de dispersión de las ideas, se dijo que las ideas se acabaron en el mundo y, sin embargo, Volodia supo salir al paso de todo eso con una gran profundidad, con una gran calidad ideológica. Supo dotar al Partido de una forma nueva de hacer política. Es decir, que no se puede vivir eternamente bajo esquemas que el hombre no puede controlar, porque la sociedad humana, el desarrollo de la sociedad, es permanente. Entonces, un partido político que piense que las cosas tienen que ser esquemáticas, que tienen que permanecer siempre inalterables, se equivoca, tiene que avanzar de acuerdo al desarrollo de la sociedad, y buscar transformarla de acuerdo a la realidad, de cada momento, de cada lugar, con un pensamiento de fondo, el socialismo, que Volodia jamás abandonó.

Creo que Volodia nos amplió la mirada, nos quitó de encima mucho el peso del dogmatismo, también del sectarismo, el cual había hecho presa de nosotros, porque la dictadura daba campo para eso, había que de alguna manera protegerse, vivíamos en constante peligro, el estrecharse en la práctica, también nos hacía estrecharnos en el pensamiento.

Entonces Volodia es uno de esos visionarios que previó que nuestro Partido tenía un gran futuro en Chile, a pesar de todas las dificultades, las discusiones, después de haber sufrido todo el genocidio.

Las ideas con las cuales impregnó Volodia al Partido, sumado al hecho de que el Partido tenía una fuerza moral muy grande por la forma como luchó contra la dictadura, fueron factores muy importantes que están pesando hoy día en la vida del Partido. Yo creo que en eso Volodia y Gladys jugaron un papel muy destacado.

¿Cómo se vio que Volodia, que para el golpe estaba fuera del país, se quedara en lo que se llamó la dirección exterior del Partido?

A Volodia lo dejaron afuera, yo creo que él, aunque hubiera querido, no habría podido volver. Le quitaron la nacionalidad, pero él se transformó allí en un factor de solidaridad con Chile, de nivel mundial, era escuchado en todo el mundo a través de Radio Moscú. Sus comentarios alentaron enormemente a los que estábamos acá en Chile. El formó parte de la dirección exterior, después de la caída de la dirección interior el año 1976, que era encabezada por Víctor Díaz.

Volodia, en eso de reconstruir al Partido. de ir acogiendo a los cuadros que iban saliendo al exilio, de ir ordenando el trabajo para su contribución a la lucha que se libraba en el interior, que fue fundamental.

¿Cuando el Partido decide la Rebelión Popular, Volodia también encabeza esta política?.

Volodia fue uno de los grandes propagandista de la RP y de lo que nosotros hacíamos. Nos daba mucho sustento político, ideológico, para la lucha que se desarrollaba en Chile. Tuvo siempre una posición muy clara y definida. Creo que actuó en consecuencia, además, porque no sólo se es consecuente cuando se actúa directamente en la protesta, o con un arma, o con las formas más agudas, sino principalmente siendo consecuente ideológicamente.

El se atrevió a venir clandestinamente a Chile. Es bastante, porque Volodia era muy conocido, además de que trataron de asesinarlo en el exterior, y si lo pillaban lo iban a matar de inmediato. Estaba clarísimo. Pero él vino ya en las postrimerías de la dictadura, pero cuando todavía se estaba matando y desapareciendo gente acá en Chile. Y que él hubiera venido a Chile en esas condiciones, también fue un gran aliento para nosotros y, la verdad, vino a ayudarnos a entender qué rumbo seguir para adelante.

¿Participó hasta ahora en la vida partidaria, incluso, en el último Congreso?

Si, es miembro de nuestro Comité Central. Además siempre contribuyendo. Recuerdo que Gladys iba regularmente todas las semanas a conversar con Volodia, y lo que iba a hablar era de política de gran altura, y las opiniones de Volodia, claro que influían en el Partido. Cuando uno quería tener una opinión válida, certera, inmediatamente conversaba con Volodia, no sólo encontraba en él un consejo, sino mucha fuerza para continuar la pelea.

La última conversación que tuve con él, uno o dos días antes de venirse a la Clínica, estaba muy bien intelectualmente, me mostró algunos materiales, de un libro que estaba escribiendo, me parece sobre la situación de Latinoamérica. Estuvimos hablando de la huelga de hambre de Patricia Troncoso, de la lucha de los temporeros, de los trabajadores del cobre, de los salmoneros. M decía, hay que incrementar la movilización, la lucha, ese es el camino. Por ahí tenemos que salir nosotros. Además, los cambios institucionales. La famosa frase sobre la urgencia de «romper los candados», la acuñó Volodia el 96. «El candado es el sistema electoral binominal que con seguridad va ser reformado y uno de los grandes promotores, junto con Gladys , será Volodia. Hay algunos a los que les parece que este cambio es «poco revolucionario», pero a veces un paso de estos es un detonante de un proceso mayor de cambios.

El estaba muy contento con todo lo que habíamos logrado en cuanto a instalar, la idea del cambio del sistema electoral. Muy contento con todo lo que se había logrado, respecto de instalar también, la necesidad del cambio de los derechos laborales. Lo apreció mucho.

Recuerdo que él estaba también muy preocupado por el Partido, la situación del Partido, ¿cómo está, está creciendo? Es necesario un Partido grande. ¿Se está actuando con amplitud? ¿Estamos ganando a la gente independiente? ¿Qué estamos haciendo? Uno tenía que darle cuenta de todo, miraba bajo el agua, ya tantos años de experiencia en el tema de Partido, que no era el caso de decirle una cosa por otra, se daba cuenta de inmediato. Pero todas esas preguntas eran para después él formarse una idea y ayudar, ser un actor más en la batalla por cambiar el sistema..

Volodia siempre estaba escribiendo, dando charlas, recorriendo Chile, recorriendo el mundo. El recibió no se cuántos premios, nacionales e internacionales, además del premio Nacional de Literatura. Lo vi en La Habana, para los 80 años de Fidel, la única persona que fue ovacionada de pié en un simposium..

En la Fiesta de los Abrazos, donde hizo su última charla, fue ovacionado por la gente. La emoción era grande.

Me decía la directora de la DIBAM, que el personaje chileno, del cual basta decir su nombre para que una sala se llene, es Volodia, que también es el intelectual chileno que despierta mayor entusiasmo entre los jóvenes.

¿Asi se explica la transversalidad de los homenajes que ha recibido desde Coco Legrand, a la Presidente, desde Piñera a Adolfo Zaldivar?..

La Presidenta de la República, los ministros, los dirigentes sindicales, aquí ha venido gente muy emocionada, incluso que se siente acongojada por la pérdida. Todos sentimos que es una pérdida. Ojalá pudiera pasar largamente los 100 años, pero no es posible.

El mismo lo decía: «me falta una vida igual que esta para terminar de escribir todo lo que tengo en la cabeza».

Entonces no sólo era un personaje del Siglo XX, era un personaje de todas las épocas, incluso transciende las épocas, tenía esa capacidad. Un hombre de una memoria extraordinaria, se acordaba de cualquier detalle, se acordaba con nombre y apellido de la persona que había visto, con solo ver de nuevo su rostro años después. Por eso es que aún podía escribir sus memorias, escribir sobre historia con tanta facilidad. El lo tenía casi todo dentro de la cabeza, pero, además, era una persona que investigaba profundamente, cada cosa que decía, no le gustaba decir las cosas en vano y menos, equivocarse.

Pero el hecho de que venga tanta gente, que haya venido tanta gente de ideas tan dispares, es porque Volodia es una parte fundamental de nuestra historia política, literariamente.

¿Cuándo usted fue elegido Presidente del Partido, recuerda Ud la reacción de Volodia?.

Tuve muchas conversaciones con Volodia. Primero me acuerdo que para el XV Congreso, un gran confidente del pensamiento íntimo de uno, era Volodia. Uno podía hablar con él con mucha confianza, decir las cosas, siempre iba a ser receptivo, iba a tener un consejo, él incluso entregaba una mirada más amplia que la de uno, a uno le daba cierta tranquilidad.

Cuando asumí la presidencia, Volodia habló conmigo, me felicitó, y me dijo, algo así como: «asumes una inmensa responsabilidad, tengo plena confianza en ti», algo así. Bueno, eso y mucho más es Volodia.