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Whistle-blower

Fuentes: Rebelión

1.- No hace mucho el parlamentario alemán de los Verdes, Hans-Christian Ströbele, visitó al señor Edward Snowden en su retiro de Rusia, a quien el gobierno norteamericano y sus jefes, con Obama a la cabeza, siguen tachándole de gran traidor por dejarles con el culo al aire, mientras el mundo de las gentes con cierta […]

1.- No hace mucho el parlamentario alemán de los Verdes, Hans-Christian Ströbele, visitó al señor Edward Snowden en su retiro de Rusia, a quien el gobierno norteamericano y sus jefes, con Obama a la cabeza, siguen tachándole de gran traidor por dejarles con el culo al aire, mientras el mundo de las gentes con cierta dignidad y trapío le loa como persona digna y ciudadano ejemplar, defensor de derechos elementales de las gentes y los pueblos. Snowden, whistler-blower, nítida voz contra corruptelas e ilegalidades, ha puesto sobre la mesa el espionaje descarado de la mafia norteamericana -apodada jocosamente gran democracia- que en su afán imperialista lleva a cabo sobre los ciudadanos del mundo, los propios y los extraños. Y, al mismo tiempo, ha desvelado la sumisión de los gobiernos europeos hacia su patrón actual, convirtiendo a su vez a sus ciudadanos -súbditos denomina su prensa- en rehenes por intereses de estado, que siguen siendo los intereses de una banda de criminales, en que se han convertido nuestros gobernantes. 

En Alemania son bastantes las voces que claman por concederle asilo en su país a este Snowden honrado, que ha demostrado más carácter humano y más contenido ciudadano que esos gobiernos de intereses y papel -traidor le denominan-, que se presentan como defensores de las gentes de su territorio cuando en realidad son sus saqueadores.

2.- Los documentos filtrados por Edward Snowden vinculan al CNI español -sarcásticamente denominado Centro Nacional de Inteligencia- con el espionaje de EEUU. Centro Nacional de Inteligencia que según El País considera a los dirigentes de la izquierda abertzale objetivo «permanente», e investiga sus comunicaciones sin tapujos con el beneplácito de los jueces, que como buena camada franquista nunca tienen reparos en transgredir derechos fundamentales como viene demostrando desde décadas el Tribunal Supremo, así lo prueba entre otros cuando en 1998 ante la denuncia de Herri Batasuna la Audiencia de Araba condenó a varios agentes y a los exdirectores generales del Cesid Emilio Alonso Manglano y Javier Calderón Fernández a varios años de prisión por llevar a cabo escuchas ilegales y el Supremo los absolvió. Y además instruyó al gobierno cómo modificar la ley para que, en lo sucesivo, la transgresión convertirla en legal. Con otras palabras, cómo colaborar en el futuro con la vulneración de derechos de escuchas, tal como hoy ha dejado en evidencia el señor Snowden con su denuncia. En el estado español la transgresión de derechos a los ciudadanos cuenta con largo amparo y protección.

3.- Tras muchas vicisitudes y ambiguos rechazos en el estado español, el Festival Internacional de cine de Valladolid (Seminci)  estrenó por fin en octubre pasado el documental Los colonos del Caudillo, obra de la pareja germano-española formada por Dietmar Post y Lucía Palacios, residente en Berlín. «Seguramente la película que mejor retrata la sombra que la España de Franco aún proyecta sobre el presente».

Post y Palacios relatan en su película el caso de uno de los trescientos «pueblos nuevos», Llanos del Caudillo (Ciudad Real), que el Instituto Nacional de Colonización creó, fundamentalmente en Castilla y Extremadura, con vistas a cimentar la base social del régimen en el campo de los años cincuenta. «Nuestro fin es dar tierra a los campesinos, de crear un hombre nuevo, el hombre fascista, antiurbano y antiobrero, ligado a la tierra y devoto al régimen, del cual es deudor de todo: casa, tierra, trabajo… bajo el control del partido.» (Instituto Nacional de Colonización).

«En La Mancha hay 800 calles dedicadas a José Antonio Primo de Rivera y 500 a Franco. En todo el estado español hay una docena de pueblos que llevan el nombre del dictador. Uno de los protagonistas de la película, José Utrera Molina, ex-ministro de Franco y falangista convencido, ha sido condecorado recientemente por la Fundación Francisco Franco por defender los ideales del «Movimiento». ¿Cómo es esto posible? Nunca hubo ruptura con el antiguo régimen. Son todavía muchos los defensores de Franco que ocupan puestos de importancia en las instituciones estatales y en el gobierno. No sorprende que el actual presidente Mariano Rajoy haya afirmado: «La Ley de Memoria Histórica no sirve absolutamente para nada. No tengo ningún interés en que esté en vigor».

Triste reflejo de esta situación es que un grupo de víctimas ha decidido acudir a la justicia argentina en defensa de sus derechos. La juez argentina María Servini ha dictado las primeras órdenes de detención internacional en la causa por los crímenes de la dictadura, entre los que se encuentran ex-Ministros de Franco: uno de ellos José Utrera Molina, que desempeñó el cargo de gobernador civil de Ciudad Real (por lo tanto responsable de la provincia) entre 1956 y 1962, además de ser corresponsable de la represión en el estado español por su puesto en el ministerio de Vivienda y Secretario General del Movimiento (toda una joya) y, cómo no, suegro del actual ministro de Justicia Sr. Gallardón.

Entramado y clima que explica sin mucho devaneo de sesos la vulneración diaria a la que se ven sometidos los ciudadanos de este país por parte de la mafia de un gobierno y sus funcionarios, más celosos en transgredir derechos que en la defensa y denuncia de su vulneración.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.