Texto de la serie: Apuntes sobre el video clip cubano.
X Alfonso, (La Habana, 1972) hijo de Carlos Alfonso y Ele, director y voz líder de la antológica agrupación Síntesis, inicia su formación musical -con tan solo sietes años- en la Escuela de Música elemental Manuel Saumell, en la especialidad de Piano. Continúa sus estudios en la Escuela Nacional de Arte hasta concluir en el 1990. Se integra a Síntesis como compositor, arreglista, y tecladista denotando como una gran instrumentista y responsable de no pocos de los éxitos de la banda.
Sus primeras aportaciones como arreglista en la agrupación de sus padres está registradas en: El hombre extraño, quinta entrega de una significativa producción discográfica en la que participa el cantautor Silvio Rodríguez. En binomio con su padre, escribe la música para el filme cubano, María Antonia, del realizador Sergio Giral, obteniendo el Premio Coral a la Mejor banda sonora en la XVII edición, del Festival Internacional de Cine Latinoamericano de La Habana.
Su labor como compositor no se limita a crear música para el cine, varias compañías danzarías tienen en sus archivos su peculiar sello: Danza Abierta de Cuba, dirigida por Marianela Boán, Tridanzaria dirigida por la catalana María Rovira y la Compañía de Danza Moderna de Cuba que dirige Pepe Hevia
Ha realizado decenas de presentaciones internacionales y ha participado en Festivales de Alemania, Francia, España, Finlandia, Holanda, Suiza, Venezuela, México, Puerto Rico, Costa Rica, Dinamarca, Estados Unidos entre otras naciones.
Su trabajo como instrumentista y arreglista de Síntesis se encuentran registrado en varias de sus producciones: El hombre extraño, (1990), Ancestros II, (1993), En los límites del barrio, (1995), Orishas, (1997) y Habana a flor de piel, (2000).
Sin desvincularse de Síntesis, colabora en diferentes producciones discográficas y conciertos en vivo con los trovadores Santiago Feliú y Carlos Varela. Formó parte del proyecto de jazz Estado de Ánimo, con Roberto Carcassés, Decemer Bueno, Elmer Ferrer, participando en varias ediciones del Festival de Jazz Plaza en La Habana que preside el maestro Chucho Valdés. En el 1992, funda junto a los jóvenes músicos, Iván Latour, Osamu Menéndez, el grupo de rock Havana, tomando las riendas del bajo, poniendo su voz y participando como arreglista y compositor.
El año 1993 marca una nueva etapa de su vida profesional como solista, presentándose en los más importantes teatros de La Habana, diseñando conciertos de una gran fuerza en la que incorpora elementos multimedia, bailarines, raperos, pintores, construyendo un gran collage escénico musical, estética que le distingue del resto de sus contemporáneos y que continua enriqueciendo en cada presentación que realiza.
Su primer disco Mundo Real (2000), estuvo pre nominado a los Grammy latinos de ese año, en las categorías de: Mejor álbum del año, Mejor álbum vocal de pop masculino, Mejor nuevo artista y Mejor canción del año.
Su segunda entrega X Moré (2001), contó con la participación del grupo Síntesis y los raperos de Free Hole Negros. Esta obra discográfica es una arriesgada y emotiva propuesta, en la que mezcla fragmentos del repertorio del gran músico cubano Benny Moré. En algunos de los temas incorpora la voz del Gran Sonero Cubano, reciclándolo con sonoridades universales que convierten al disco en una obra ecléctica y visceral.
Para muchos estudiosos de la música cubana, Civilización (2004) trazó un giro en la historia de la música cubana. Con canciones simbióticas de una indiscutible factura, X Alfonso, se apertrechó de muchos amigos para cantarle a La Habana, una ciudad donde confluyen, el amor, la cultura, el mar que la abraza y lo ancestral de su historia que cuando la conoces, descubres que no deja de moverse, que se refunda desde sus raíces. El jurado del prestigioso evento discográfico y musical Cubadisco, le otorgó -en el 2004-, la categoría de Mejor disco del año. Su sólida discografía se completa con los «vinilos», Delirium tremens (2002) y Revoluxion (2007).
Su premio Goya por la banda sonora de filme Habana Blues, del realizador español Benito Zambrano, confirma la valía y excelencia de este músico. Tuvo la oportunidad de trabajar con el realizador cubano Humberto Solás en su última película: Miel para Oshun, aportando su sello cuyos temas fortalecen los ejes temáticos que aborda el filme.
El virtuosismo de X Alfonso no se limita al amplio espectro de la música, donde derrocha talento y oficio en cada unos de los terrenos en los que participa y es que este artista es el autor de sus videos clip, incorporando una perspectiva audiovisual a su formación profesional que transita incontenible. Varios son los temas de su repertorio que ha montado para este género audiovisual. ¿Género? De su disco Civilización tomo nota del tema: Habana 8pm.
La estructura narrativa de este trabajo está poblado de íconos que son parte consustancial del estilo de X, cuando se «enfrenta» a la realización de un video clip. Videos y fotos van conduciendo al espectador hacia un escenario que es esa gran ciudad, construida desde una gran puesta en escena que va «transcribiendo» en cortes. La Habana de X es multicolor, multicultural. Los trazos cinematográficos del sepia, blanco negro y una suma de colores van poblando esta obra para abanicar la identidad de los cubanos, rompiendo con el estereotipo de una sola raza.
Realizado -en parte- en una única locación y tomando un telón-pantalla, proyecta imágenes simbólicas y universales ajenas a lo estereotipado, para alejarse de esa Habana de postales, de esa Habana derruida tan de moda en los últimos tiempos por los fotógrafos de otras latitudes que «vienen de descubrírnosla».
La Habana de X Alfonso es una ciudad viva, hermosa, sensible sin evadir los barrios periféricos, «escenarios» que explota con mayor calado en su video clip Dominó, tema que forma parte del disco Revoluxion del que tomaré nota en próximas entregas de esta serie.
Habana quiero estar aquí, chancleteando y respirando así… así que déjame vivir, déjame soñar, déjame luchar, yo se que ya me tengo que poner a inventar, eso ya es normal.
X Alfonso dialoga con su Habana, le exige y le abraza, la defiende de los que quieren venderla como un demonio. Una ciudad que es un gran confluir de culturas, para los que quieran sentirla con sabia mirada y ternura de soles. El músico no rehúye de sus orígenes, no reniega de sus valores. Le da la mano y se pone delante de ella, delante de ese telón donde proyecta esas imágenes que forman parte del acervo cultural de la memoria presente. Se emplaza ante la cámara y se sirve de la gestualidad rapera para arengar a todo lo que pueda dañarla.
En ese mismo «escenario» contrasta colores, satura tonalidades, «desnuda múltiples identidades» que son parte de esa gran ciudad, que son los hombres y mujeres que la habitan. La danza contemporánea, la gestualidad estilizada y desenfada son parte de ese discurso que toma el realizador para reforzar su idea, expresada en su música y reciclada en este video clip. Parte de la base rapera de este tema, contrapuntea con el personal discurso de X Alfonso para llevarnos al sustantivo eje de La Habana citadina y antigua.
Si bien la realización de este video clip, está marcado por la austeridad de recursos cinematográficos, por otra parte desborda en códigos propios de la hipertextualidad, donde lo implícito queda desplazado hacia un escalón secundario. El oficio de este gran artista y su personal marca a la hora de realizar su video clip, son continuidad y extensión de su trabajo como músico que nunca deja de sorprenderme. La laboriosidad de futuras entregas así lo confirma.
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