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Libro de Ernesto Carmona

«Yo, Piñera»: claves para entender «metidas de pata»

Fuentes: Alai-amlatina

El libro «Yo, Piñera», presentado el 29 de noviembre en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, aborda el historial político de Miguel Juan Sebastián Piñera Echenique, en una biografía no autorizada que contiene claves para entender algunos rasgos de la personalidad política del Presidente de Chile. Su autor el periodista y escritor chileno Ernesto […]

El libro «Yo, Piñera», presentado el 29 de noviembre en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, aborda el historial político de Miguel Juan Sebastián Piñera Echenique, en una biografía no autorizada que contiene claves para entender algunos rasgos de la personalidad política del Presidente de Chile. Su autor el periodista y escritor chileno Ernesto Carmona, dialogará con sus colegas que asistan a la FIL-Guadalajara junto a la directora de la Editorial Mare Nostrum, periodista Maura Brescia.

El texto de la colección Momentum, que ya fue presentado en las FIL de Buenos Aires y Santiago de Chile, describe la meteórica carrera política del multimillonario que en 20 años alcanzó el Palacio de La Moneda y, a la vez, acumuló una fortuna estimada en marzo 2010 en 2,2 mil millones de dólares por la revista Forbes de EEUU y en el N° 437 entre los más ricos del mundo.

Yo, Piñera describe su quehacer legislativo instrumental al modelo económico neo conservador implantado por Pinochet bastante antes que en Inglaterra lo hiciera la «dama de hierro» Margareth Thatcher y Ronald Reagan en Estados Unidos. El libro investigó el pensamiento y la carrera política del actual presidente chileno. Por ejemplo, su propuesta legislativa introducida el último día de su gestión de 8 años en Senado, que terminó transformando al fútbol en negocio privado para luego convertirse él mismo en co-propietario del popular Colo Colo.

El texto permite entender el temperamento impulsivo que condujo a Piñera a apoyar en Paris las reformas del presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, que retrasaron la jubilación, en medio de una gran huelga, o su controvertida alusión a los versos del himno nacional de la época de Hitler -actualmente prohibidos en Alemania- Deutschland über alles (Alemania sobre todo), además de su insistencia ante la germana Angela Merkel en aconsejarle el pretendido chilean way al estatus de país desarrollado, junto a su manía de repartir piedras de la mina San José. Su incontinencia verbal lo condujo antes a señalar que «Robinson Crusoe», el personaje de ficción de Daniel Defoe, vivió en el archipiélago Juan Fernández y que el «laurel» es el árbol sagrado de los mapuche (es el canelo, drimys winteri, o foye, en lengua mapudungun).

También se describe su relación de amor-odio con su progenitor político, el actual senador Renovación Nacional (RN) Andrés Allamand, su temprano alejamiento de su hermano José (que en 1993 se le adelantó en la carrera a La Moneda como candidato presidencial de una fracción de extrema derecha «independiente» que compitió con el derechista UDI [Unión Demócrata Independiente] Arturo Alessandri Besa), su ambivalencia respecto a Pinochet y sobre todo su ansiedad por ser Presidente desde que se inició en la política cumplidos los 40.

Precoces candidaturas 2014

«Yo, Piñera» muestra cómo el jefe del Estado ingresó a la política con la mirada fija en La Moneda, aunque esto no es novedoso porque en cualquier lugar del mundo quien se arrima a la clase política siempre alienta en lo más íntimo el deseo de llegar a ser jefe de Estado. En algo más de medio año, el gobierno Piñera ya alumbró un nuevo pre-candidato presidencial, «sietemesino» y súper anticipado, para los comicios de 2013. Es el ministro de Minería Laurence Golborne, cercano a la UDI y ex ejecutivo top del grupo económico Cencosud (supermercados Jumbo y Santa Isabel, grandes tiendas retail Paris y Easy y vínculos con la línea aérea Sky).

Golborne se convirtió en figura política por el protagonismo mediático durante su desempeño en el rescate de los 33 mineros. Hoy tiene dos asesores de imagen y exhibe 91% de aceptación en las encuestas -Adimark, hecha en octubre y difundida en noviembre-, lejos del 78% del Opus Dei-UDI Joaquín Lavín, ministro de Educación que como presidenciable ya ha perdido dos elecciones en segunda vuelta (en 2000, ante Ricardo Lagos, y 2006, con Michelle Bachelet). En Chile gobierna una coalición RN-UDI y el último es hoy el partido más fuerte de la derecha -y el más conservador-, pero el Presidente pertenece al otro. Otra precandidatura RN, también hiper prematura e incipiente, alienta Rodrigo Hinzpeter, con 74% de aceptación, por su protagonismo mediático como ministro del Interior. Y aparecieron piñeristas que sueñan con la reelección en 2013 por la vía de una reforma constitucional, al estilo Álvaro Uribe en la Colombia de 2006 … o como Hugo Chávez.

La velocidad en el ascenso de Piñera fue marcado por la precocidad. Comenzó recién cumplidos los 40, edad que no toleró entre sus colaboradores de la última campaña por «viejos». La fortuna -en el sentido de riqueza, no de suerte- le facilitó encontrar atajos en la carrera política sin pagar el fastidioso peaje de acumular méritos en una tediosa carrera partidaria. La oportunidad se le presentó desde el inicio, cuando en 1989 Allamand decidió que fuera senador RN por Santiago. Entonces ya estaba consolidado en los negocios que siguió cultivando a la par que su ascenso político.

Esta «biografía política no autorizada» responde muchas interrogantes sobre el origen político de Piñera. ¿Cómo, cuándo y dónde hizo sus primeras armas en política? Efectivamente, ¿fue miembro del Partido Demócrata Cristiano (PDC)?, ¿Cómo fue su relación real con Pinochet?, ¿Qué dirección imprimirá a su política exterior?, ¿Qué influencia tendrán en su gobiernos las facciones fundamentalistas católicas -Opus Dei, Legionarios de Cristo, Schöensttat y otras- en que reconocen filas ministros y colaboradores clave?

Precocidad y atajos

Piñera llegó al Senado en 1990 sin necesitar haber sido antes diputado. Y su primer intento por la presidencia se hizo trizas en 1992 con un escándalo mediático que le impidió llegar a medirse con Eduardo Frei Ruiz Tagle en 1994. La petite histoire llamó Piñeragate al episodio en que Megavisión difundió su diálogo un tanto soez, plagado de procacidades, contra la hoy senadora Evelyn Matthei, con un amigo que, a su vez, impondría las preguntas que haría un tercero -un entrevistador de Megavisión- para hundir las aspiraciones de su entonces rival pre-presidencial y compañera de partido en RN. Matthei antes fue su aliada e incluso su empleada en Bancard, su empresa insignia en esa época. El audio del diálogo fue grabado ilegalmente por el Ejército y difundido por la estación derechista de TV Megavisión mientras Piñera se maquillaba para una entrevista dominical. De esta manera brutal, la fracción más conservadora de la derecha hundió su precandidatura y Matthei devino en víctima triunfadora, abandonó RN y se fue a la UDI. Hoy de nuevo son aliados.

 

El sueño de la TV propia

Quizás este episodio en Megavisión fortaleció en Piñera «mi anhelo, mi deseo, mi sueño de participar en un canal de televisión», que expresó cándidamente en la tribuna de la cámara alta el 2 de septiembre 1997, cuando el entonces senador tuvo que defenderse de acusaciones públicas de utilizar el cargo legislativo en beneficio de sus negocios. El «sueño» se cumplió en 2005, casi un año antes de la derrota ante Michelle Bachelet en 2006, cuando el venezolano Gustavo Cisneros lo prefirió sobre Agustín Edwards -el dueño de El Mercurio- como comprador de Canal 11 Chilevisión, originalmente estación de la Universidad de Chile. Bajo presión, y ya siendo Presidente, Piñera terminó vendiendo este canal a una filial del mega grupo Time Warner CNN, que ya posee el canal de noticias por cable CNN-Chile, en alianza con el monopolio del cable local VTR (80% de LibertyCom y 20% del grupo chileno Saieh. Detrás de LibertyCom está Liberty Media, con su chairman John C. Malone y sus aliado UnitedGlobalCom y otros grandes grupos mediáticos de EEUU).

Generalísimo del neo pinochetismo

Después de apoyar el No más Pinochet en el plebiscito de 1988 y coquetear con el PDC, su partido de familia, Piñera fue jefe de campaña de Hernán Büchi, el ex ministro de economía ungido a comienzos de 1989 como sucesor de Augusto Pinochet, pero si ganaba las elecciones. El slogan del neo pinochetismo sin Pinochet «Büchi es el hombre» no funcionó y el electorado favoreció al PDC Patricio Aylwin, pero el futuro Presidente no fue contaminado por la derrota, porque abandonó a Büchi antes para convertirse en senador independiente pro RN compitiendo con Eduardo Frei Ruiz Tagle. Esto ocurrió en la elección simultánea al Congreso y a la Presidencia de diciembre de 1989, también la primera justa parlamentaria desde marzo de 1973, efectuada seis meses antes del golpe que derribó a Salvador Allende, elegido en 1970. Piñera ingresó a RN en marzo de 1990 cuando ya era senador.

Quien le abrió al principiante inexperto -pero ya convertido en hombre rico- la puerta ancha de la política fue Allamand, en aquel tiempo el Nº 2 de RN, cuando el Nº 1 era el ex nazi Sergio Onofre Jarpa. La ironía política es que hoy sus relaciones con Allamand son frías, mientras con Jarpa siempre fueron malas. Allamand -quien también querría ser presidente, ¿por qué no?- catapultó a Piñera como senador, pero se postergó a sí mismo y sólo se convirtió en simple diputado en el período 1994-1998. «¡En algún lugar de este Salón de Honor [del Congreso] está sentado el futuro Presidente de Chile!», vaticinó Allamand -entonces presidente del partido- en un cónclave RN en agosto de 1990. Todos gritaron «¡Jarpa!, ¡Jarpa!», pero nadie miró al asiento donde se hallaba …el senador Piñera.

Ascenso en política y negocios

El ingeniero comercial Piñera escaló en los negocios y, simultáneamente, en la política, aplicando las teorías adquiridas en la Católica y perfeccionadas en Harvard. Para llegar a Presidente a los 60 años, hizo carrera política y de negocios empleando gente más joven -o a lo sumo de su edad-, pero fabricada a su imagen y semejanza por distintos caminos, como refleja el equipo de capitanes de empresas que lo secunda en el gobierno. Se sabe cómo acumuló fortuna y empresas, pero poco se conocen sus orígenes políticos, su trayectoria, quiénes fueron sus amistades reales y cómo obtuvo éxitos políticos aplicando metodologías empresariales. Y de eso trata esta investigación periodística, que explora sus nexos originales con el PDC, su postura contra la perpetuación militar -que anhelaba gran parte de la extrema derecha y del empresariado chileno- y su incorporación a RN en 1990, un partido que nació en conflicto con su hermana mayor, la UDI, pinochetista de tomo y lomo. En rigor, la UDI se escindió de RN, el partido único de derecha que autorizó Pinochet con la confluencia de varios grupos y se constituyó con 351 militantes el 29 de abril de 1987.

Yo Piñera aborda su labor de 8 años como senador (1990-1998) y su afán por alcanzar la presidencia del país. Truncada su aspiración en 1992 para la contienda de diciembre de 1993, tuvo que esperar más de una década, porque en 1999 la derecha prefirió al UDI Joaquín Lavín -derrotado por Ricardo Lagos-. En 2005 volvió a la carga, dividió la fuerza electoral de la derecha y compitió con su actual ministro Lavín ante Michelle Bachelet (2006-2010), en un rol electoral similar al de la ecologista brasileña Marina Silva o el chileno Miguel Enríquez-Ominami (MEO). Supo esperar y en 2009 nadie lo cuestionó como abanderado único de la derecha.

Elección que duplica valores accionarios

En definitiva, su mejor negocio fue haber ganado el balotaje del 17 de enero. En los días posteriores a la elección se duplicó el valor en bolsa de sus empresas, principalmente LAN. En febrero de 2010 su patrimonio creció a 2.200 millones de dólares, 120% más que el detectado un año antes por Forbes.

Piñera es el primer empresario latinoamericano de envergadura que logra el empeño presidencial en la época contemporánea. Antes siempre hubo terratenientes y hombres de empresa que fueron jefes de Estado, como el empresario boliviano-estadounidense Gonzalo Sánchez de Lozada, pero ninguno calificó para aparecer en Forbes, que exige un piso de mil millones de dólares. Por ejemplo, el ex Forbes Álvaro Noboa, el más rico del Ecuador, probó cuatro veces desde 1998, y en sus dos últimas tentativas fue derrotado por Rafael Correa. Tampoco prosperó en Venezuela el liderazgo incipiente de la oposición a Chávez del Forbes Gustavo Cisneros Rendiles -4,2 mil millones en 2010 y, al igual que Piñera, dueño de una estación de TV, Venevisión-, quien abandonó la política en 2004. El único empresario Forbes -y también dueño de TV- que llegó a la meta dos veces ha sido el italiano Silvio Berlusconi, que en 2006 aparecía como el 37° más rico del planeta, con 11.000 millones de dólares, pero la crisis lo «empobreció» a 9.000 millones en 2010 y ocupa hoy el sitio 74° de ese ranking mundial. Es evidente que ciertos electores prefieren «figuras triunfadoras», o modelos a imitar, en un mundo de potenciales emprendedores que admiran el éxito en alcanzar el lucro personal.

Fútbol y política

Yo, Piñera abarca dos décadas de una carrera política centrada en la Presidencia. El azote del terremoto del 27 de febrero alteró brutalmente la agenda y abrió una incógnita nueva: ¿Cómo enfrentará Piñera las tareas de reconstrucción y administración del país con colaboradores ligados al negocio de la construcción y otros rubros de la economía? El avance juzgado insatisfactorio en la reconstrucción se ha convertido hoy en su principal espina política. En varias regiones existe gente que protesta -y es reprimida- porque todavía sufre necesidades insatisfechas en viviendas de emergencia precarias, que tienen poco que envidiarle a las de Haití.

Pero surgió un inesperado conflicto político en el fútbol profesional, que puso a Piñera en la picota. El jefe de Estado continúa poseyendo acciones del popular Colo Colo, uno de los equipos más importantes, y está bajo la sospecha de haber manipulado a clubes grandes y pequeños para impedir la reelección de Harold Mayne-Nicholls como presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP). El detalle es que Mayne-Nicholls, quien es periodista, está sindicado como pro Bachelet y su salida del liderazgo futbolístico disparó la renuncia de Marcelo Bielsa, el entrenador argentino del cuadro nacional.

El chileno medio es futbolero y adora a Bielsa, porque sacó a la selección de una postración de décadas y logró conducirla a un honroso desempeño en el mundial de Sudáfrica. Bielsa anunció que abandona el cargo porque ejecutaba un proyecto con Mayne-Nicholls, quien lo contrató en 2007. Hay dolor y luto en la hinchada deportiva, que no participa en las decisiones del gran negocio del fútbol, pero vota en las elecciones regulares chilenas y su opinión política se refleja en las encuestas que en Chile crean -por vía mediática- presidentes, legisladores y toda suerte de figuras políticas, como ayer Bachelet y hoy el ministro de Minería Golborne, precandidato presidencial prematuro gracias a su protagonismo mediático en el rescate de los 33 mineros y el reflejo de la imagen de propaganda en las encuestas posteriores.

Influencia indebida

Pocas horas antes de la elección en la ANFP, Piñera anunció millonarios fondos públicos para remodelar dos estadios de equipos chicos que apoyaban al dúo Mayne-Nicholls/Bielsa: Playa Ancha de Valparaíso, de Santiago Wanderers, y Sausalito de Viña del Mar, del local Everton. Ambos equipos «se dieron vuelta» y, como otros más, a última hora votaron por el hispano Jorge Segovia Bonet, quien terminó derrotando a Mayne Nicholls. La prensa aludió llamadas telefónicas desde La Moneda para torcer una reelección considerada segura. Piñera amenazó con demanda judicial por «calumnia». Los acusadores, entre ellos el periodista deportivo Felipe Bianchi, exigieron que se concrete tal juicio porque permitiría investigar llamadas y presiones, pero no se han vuelto a oír más amenazas de tribunales.

«Tengo la convicción que, en el inicio de esta historia, en la creación de una fuerza contraria a Mayne-Nicholls y a Bielsa en la ANFP, había intervenido gente del Gobierno, cosa que sigo sosteniendo al día de hoy», reiteró Bianchi el 17 de noviembre por Radio Cooperativa. «Este tema comenzó a conversarse en el Mundial cuando Ruiz-Tagle fue acusado de iniciar gestiones para articular una lista que saliera a competirle a Harold Mayne-Nicholls. Es la primera vez que se habla de incidencia del gobierno», sostuvo. «El principal articulador de la lista contraria a Harold Mayne-Nicholls fue Colo Colo, eso es público, y en Colo Colo están involucrados hasta el día de hoy importantes personeros de Gobierno», sentenció.

En pocas palabras, el interés de los grandes equipos, como Colo Colo, Universidad Católica y Universidad de Chile en manejar la ANFP apunta también al control del 80% que posee en el Canal del Fútbol (CDF), que redondea ingresos anuales de 658,6 millones de dólares según la consultora Pricewaterhouse Coopers. Así como los grandes tienen voto doble en la ANFP, también tienen privilegios en el reparto de esos ingresos, en detrimento de los equipos más pequeños. La desafiliación del CDF ha sido masiva en esta coyuntura.

Primera gran crisis del negocio del fútbol

Tras cosechar la propaganda de Estado y la cobertura mediática del rescate de los 33 mineros, el Presidente cometió el caro error de introducir la política en el negocio del fútbol, una actividad en que porfiadamente sigue manteniendo inversiones. El 17 de noviembre hubo en Chile un «partido político»: la selección venció 2-0 a Uruguay, en un encuentro amistoso. Mucha hinchada repletó el estadio luciendo prendas de luto porque también fue una emotiva despedida de Bielsa y aparecieron letreros contra «los pulpos» y «pajarracos» que controlan el negocio, además de alusiones inamistosas a la parentela del hispano Segovia, quien no fue visto en el recinto. El barómetro político futbolero favorece hoy al binomio Mayne-Nicholls y el entrenador Bielsa, hermano de Rafael Bielsa, ex canciller de Néstor Kirchner.

El 22 de noviembre, la ANFP «inhabilitó» a Segovia para presidir el fútbol y a su propio equipo, Unión Española, por 13 causales freglamentarias, entre ellas, mantener a sus jugadores como «profesores» en sus colegios SEK, una corporación hispana de educación pivada que también posee una universidad con el mismo nombre y cuya casa matriz está en España. Ahora se espera un fallo del Tribunal de Honor de la ANFP, mientras Segovia anuncia sus propias acciones como «presidente electo», condición que poco se discute. En definitiva, el negocio del fútbol está en su primera gran crisis, la peor de toda su historia, desde que los clubes se convirtieron en empresas cuyas acciones se cotizan en la bolsa, y nadie sabe qué va a suceder. Al escribirse estas líneas el conflicto estaba aún en palpitante desarrollo. No se descarta una división de las ligas ni cualquier otra hipótesis. Si Segovia sale de la escena, Bielsa podría decidir quedarse, pero está por verse… No hay nada claro.

¿Quién es Segovia?

Segovia posee la Universidad SEK, colegios homónimos y el equipo Unión Española. No fue un self made man, como Piñera, sino que heredó en España el colegio religioso San Estanislao de Kostka (SEK) -santo polaco del siglo 16-, fundado en 1892 y adquirido por su abuelo Felipe en 1935. En 1958 se hizo cargo del colegio su progenitor, también llamado Felipe, con quien Jorge tuvo algunas diferencias hasta que logro el control al declararlo «mentalmente incapaz», según el analista político de origen armenio y avecindado en Chile desde 1991 Armen Kouyoumdjian (1). Quien hoy fue «inhabilitado», ayer también fue «inhabilitador».

La organización SEK se expandió internacionalmente desde su matriz hispana y abrió su primer colegio en Santiago en 1983. La universidad apareció en 1990, al igual que otros negocios del rubro, como la Universidad Santo Tomás de Gerardo Rocha, y en 1994 se abrió el colegio SEK Pacífico de Viña del Mar, que según Kouyoumdjian le cobraba las clases de francés a un hijo suyo, pero no se las impartía. En esos años, Segovia decidió emigrar a Chile y hacia 2008, en medio de la crisis global, resolvió abordar otro negocio más rentable, el fútbol, a través de Unión Española. Pero sin dejar de lado la educación privada.

Piñera «inventó» el fútbol privado

Piñera, por lo demás, fue pionero en la privatización del fútbol chileno. Según Yo, Piñera (2): «En 8 años, el senador Piñera presentó 45 proyectos de ley. El último día de sesiones de su período 1990-1998, el 10 de marzo de 1998, propuso cinco iniciativas, entre ellas una reforma constitucional y la conversión de los clubes de fútbol en sociedades anónimas deportivas, iniciando el debate legislativo que en años posteriores le permitió acceder al control del popular Colo-Colo junto con su actual subsecretario [viceministro] de Chile Deportes, Gabriel Ruiz-Tagle.

«Su proyecto «Regula la constitución y organización de equipos de fútbol profesional y establece normas especiales que los rigen» fue el primer antecedente de la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), promulgada en mayo de 2005, que además estableció el pago regular de los sueldos de los jugadores y exigió a los miembros del directorio mantener la rentabilidad de la entidad deportiva».

Colaboradores en «conflicto de interés»

En el entorno de Piñera ahora hay ex lobbystas, abogados, ingenieros comerciales y empresarios del medio ambiente, vivienda, obras públicas, y otros sectores clave, que atravesaron la puerta giratoria negocios-política -y viceversa-, y ahora están a cargo del gobierno. La tragedia de los 33 mineros le rindió buenos dividendos, pero también dejó cansados a muchos. Los medios convirtieron a su ministro de Minería Laurence Golborne en una suerte de precoz precandidato presidencial. Pero nadie mencionó que la aplaudida máquina T 130, que perforó el hueco de 700 mt que permitió el rescate, pertenece a una empresa de prospección minera del ministro de Defensa, Sergio Ravinet.

Tampoco los medios explotan conflictos de intereses, como por ejemplo, el que afecta al Intendente de Santiago, Fernando Echeverría, quien organizaba la eliminación de escombros metropolitanos mientras los habitantes de un edificio que su empresa construyó en Concepción seguían pagando la hipoteca, buscaban dónde y cómo vivir… y la ley les impone pagar la costosa demolición de viviendas que ya no habitan. Empresas constructoras de Echeverría, en las que antaño participó Piñera, desarrollaron varios proyectos inmobiliarios terremoteados.

Notas:

1) http://elpaskin5.lacoctelera.net/post/2010/11/07/marrano-ladr-n-estafador-secuestra-f-tbol-chileno / [email protected]

2) Yo, Piñera, de Ernesto Carmona, pág. 72, editorial Mare Nostrum.

http://alainet.org/active/42510