El 1 de marzo el movimiento por la vivienda ha convocado nuevas movilizaciones. Pero en esta ocasión esas manifestaciones tendrán un ingrediente especial, se celebrarán en medio de una campaña electoral y a ocho días de las votaciones. La economía del ladrillo, del expolio del suelo, de la especulación y la conversión de un derecho […]
El 1 de marzo el movimiento por la vivienda ha convocado nuevas movilizaciones. Pero en esta ocasión esas manifestaciones tendrán un ingrediente especial, se celebrarán en medio de una campaña electoral y a ocho días de las votaciones. La economía del ladrillo, del expolio del suelo, de la especulación y la conversión de un derecho básico, la vivienda, en un bien de lujo ha sido una política común a los gobiernos del PP y del PSOE. Sea cual sea el resultado del día 9, la vivienda seguirá siendo un bien de lujo y fuente de enriquecimiento de constructores y banqueros.
Las manifestaciones por la vivienda en los últimos años han sacado a la calle una reivindicación tan básica y urgente como justa y han logrado ser de hecho el único movimiento de masas, fuera de Euskadi, que se ha convertido en verdadera oposición social de izquierdas al gobierno de Zapatero. Ni los pisitos de la Ministra Trujillo, ni las medidas con traje de «social» y contenido pro inmobiliarias de la Ministra Chacón han parado el movimiento.
Por fuera de CCOO y UGT, algunas organizaciones sindicales vienen dando su apoyo y participando de esas movilizaciones. En el caso de Madrid, desde Co.bas se viene impulsando la participación en las movilizaciones por la vivienda y CGT les ha dado la cobertura legal.
Desde el pasado mes de noviembre CGT, la Coordinadora Sindical de Madrid y Cobas vienen testando la posibilidad de «vertebrar un movimiento sindical y social de lucha contra la carestía de la vida», problema que «concentra las necesidades más inmediatas de la clase obrera.» Para estos colectivos sindicales «la lucha contra la carestía de la vida debería abarcar varios aspectos, esencialmente: la lucha por el salario (tanto en lo referido a la negociación colectiva como a la exigencia de subida inmediata y sustancial del Salario Mínimo interprofesional (…) y por la vivienda para todos/as».
Más recientemente, ese acuerdo se ha hecho explícito en Madrid para apoyar las movilizaciones del próximo 1º de marzo. El objetivo para este movimiento sindical alternativo es incorporar a la justa lucha por la vivienda la batalla contra la carestía. Como se señala en la propuesta de manifiesto presentado por CSM y Cobas a la reciente reunión estatal de organizaciones sindicales: «una parte esencial de la lucha contra la carestía de la vida es el apoyo a la exigencia de un derecho básico como la vivienda digna para todos/as. Las organizaciones sindicales debemos comprometernos en el impulso y extensión de las movilizaciones por una vivienda digna y, en particular, de las manifestaciones del próximo 1 de marzo».
Se trata ahora de llevar esa batalla a los centros de trabajo, a las Asociaciones de Vecinos, a las organizaciones sociales y políticas, a los colectivos de jóvenes.
Que el 1 de Marzo haya manifestaciones masivas es todo un desafío planteado las próximas semanas. Se trata de no dejar depositadas las esperanzas en unas elecciones que no van a resolver nada y perseverar en el camino de la movilización, llamando a los jóvenes, a los inmigrantes y a los trabajadores en general, a salir a la calle en defensa de una vivienda digna para todos/a y contra la carestía de la vida.
Artículo publicado en A Luchar por el Socialismo n.º 44
www.marxismo.info