Llamó la atención que el discurso de Piñera, a pesar de lo extenso, guardara silencio sobre materias y problemas candentes. Ejemplos. En educación omitió referirse al abandono de la enseñanza pública técnica-profesional. Tampoco abordó la discriminación contra las universidades estatales. La cultura y las artes, no mereció ni una sola palabra. En política exterior casi […]
Llamó la atención que el discurso de Piñera, a pesar de lo extenso, guardara silencio sobre materias y problemas candentes. Ejemplos. En educación omitió referirse al abandono de la enseñanza pública técnica-profesional. Tampoco abordó la discriminación contra las universidades estatales. La cultura y las artes, no mereció ni una sola palabra. En política exterior casi nada. Desde las invasiones de Irak y Afganistán hasta las relaciones con Bolivia y las odiosas campañas contra Cuba y Venezuela, el golpe de estado de Honduras y la ratificación de UNASUR, fueron temas ausentes. Las demandas laborales como la sindicalización automática, la negociación colectiva, los despidos abusivos fueron ignorados. Tampoco hubo ningún anuncio sobre los pueblos originarios. La reforma al sistema binominal fue desestimada. Nunca mencionó, ni menos propuso combatir, la escandalosa distribución de la riqueza y los ingresos.
Según la ex diputada Cubillos, el programa electoral de Piñera contiene más de 500 promesas, todo un record. Ahora repitió muchos anuncios mediáticos, vagas formulaciones, sin que se sepa el cómo. Algunas, como el millón de empleos o alcanzar el desarrollo de Portugal o Grecia, (que se hallan en graves crisis por las políticas neoliberales) se cumplirían cuando él ya no esté. Otras, como la eliminación del 7% que grava las pensiones, beneficiaría no a todos, sólo a los muy pobres y muy viejos, se demoraría siete o más años, cuando muchos jubilados habrán muerto. El Ingreso Familiar Ético no es el salario mínimo de $250.000 propuesto por el Obispo Goic, sino el salario mínimo de dos miembros de una familia de cinco, sumado a los subsidios ya existentes y algo más para llegar a esa suma, sujeto a duras condiciones a cumplir por los beneficiarios. El Bono Auge ofrecido para los pacientes en las largas listas de espera atiendan en clínicas privadas, ¿alcanzará para pagar los triples o cuádruples precios que éstas cobran, u obligará a los enfermos a desembolsos que anulen la gratuidad del Auge?
El gobierno de la «eficiencia», cuyo objetivo sería reducir la burocracia y el papeleo, por el contrario la aumenta. Apoya la creación de nuevos ministerios, el de Seguridad, el de Protección Social, el de Energía; además una Agencia para la evaluación de las Políticas Públicas, un Sernac Financiero. ¿Y para qué están las diversas Superintendencias, la Contraloría, etc.? Con razón han surgido críticas. Repetición de funciones, confusión con organismos ya existentes, nuevas contratación de personal y asesores de confianza, nuevos «operadores políticos». El Fiscal Nacional ve duplicación entre el Ministerio Público y el nuevo servicio propuesto para proteger a las víctimas de delitos.
El discurso asegura que los más capaces serán ayudados para que triunfen. Los estudiantes par que abandonen las malas escuelas (públicas) y se vayan a las mejores (privadas). Ayuda para que los grandes empresarios, como los salmoneros, accedan a enormes sumas fiscales «no reembolsables», mientras los pequeños deben devolver los préstamos recargados con altos intereses. EL Informe de Competitividad Mundial asevera que los bancos en Chile están entre los que más perciben entre intereses pagados e intereses cobrados. Piñera proclama la «igualdad de oportunidades» para que los pocos mejor dotados ganen, mientras los del montón se queden entre los perdedores.
El Presidente de la República que acaba de ganar 100 millones de dólares por la venta de Chilevisión, guarda silencio ante las desigualdades de riqueza entre los chilenos, reconocidas entre las peores del mundo. Una de las primeras leyes que firmó establece que los super-ricos que donaron por el terremoto sumas ínfimas, comparadas con sus patrimonios, serán premiados con substanciosas rebajas tributarias. En contraste, millones de chilenos vaciaron sus modestos bolsillos, por natural solidaridad, sin pedir nada a cambio. Un artículo de la misma ley ordena colectas públicas para levantarle monumentos a los magnates o a sus empresas. El proyecto de ley para financiar la reconstrucción eleva mínimamente el impuesto a las grandes empresas por tres años, luego lo elimina cuando Piñera se vaya, dejando al siguiente gobierno sin financiamiento. Las compañías mineras entregarían un pequeño aumento por dos años, a cambio que no se las moleste por ocho años más.
Chile tiene una de las carga tributarias más bajas entre los países de la OCDE, y a la vez de las peor repartidas, donde los más ricos aportan la menor parte, a pesar de que se llevan la mayor tajada del Ingreso Nacional. Mientras la mayoría de los chilenos pobres, debido a la gran recesión de la que no tienen ninguna culpa, sumada al terremoto, ha sufrido daños en empleos, remuneraciones y viviendas, un puñado de grandes sociedades se ha beneficiado. Así lo informa la revista Forbes al asegurar que ocho de los mayores consorcios chilenos ascendieron 177 puestos en el ranking de las 2.000 compañías más poderosas del mundo, según sus ventas, utilidades y activos. Pero eso no es nada para la Billiton dueña del mineral La Escondida. Esta ganó en el trimestre pasado 1.000 millones de dólares, o sea la mitad de lo que ganaron en un año las ocho grandes sumadas. Con razón el vicepresidente del holding financiero EuroAmérica confiesa: «Soy un firme creyente que a los empresarios en la última década en Chile, les ha ido mejor que nunca». A pesar de eso, la codicia de nuestros multimillonarios es tal que se niegan a pagar impuestos. La evasión por cualquier medio no los avergüenza. Lo dice el anterior Director de Impuestos Internos: «En el quintil más rico, no es mal visto, dejar de pagar impuestos».
400.000 viviendas han sido destruidas o dañadas por el sismo. La tragedia afecta a los municipios de 239 comunas de las 345 que hay en el país, la mayoría pobres, sin recursos, a diferencia de las comunas acomodadas de la capital. Contrariamente a lo afirmado por el gobierno, la labor de emergencia por el terremoto no ha terminado, sostiene el Presidente de la Fundación para la Pobreza. Al Director del Hogar de Cristo, Benito Baranda le preocupa un eventual «estallido social» por las dificultades para sobrevivir. Por su parte, el sacerdote Felipe Berríos director de Un Techo para Chile ha alertado que la desesperación es tan grande que podría conducir a «un levantamiento social». (Esta y otras franquezas del honesto jesuita parecen haberlo condenado repentinamente al exilio al Africa.) Los universitarios de todo el país reclaman ayuda para los miles que no podrán seguir sus estudios. Los pequeños comerciantes demandan que se les considere y no se les entregue los pedidos estatales sólo a las grandes distribuidoras. Los miles de nuevos cesantes que se han agregado a los que ya había antes del terremoto, exigen trabajo, el cese de los despidos o fin a las discriminaciones. Es el caso de los subcontratistas de Collahuasi, los mineros de El Soldado, los forestales de Arauco. Grave error sería responder con violencia policial.