Los días 22 y 23 de Julio, la Federación Agrominera del Sur de Bolívar (Fedeagromisbol) y la Corporación Sembrar organizaron la Tercera Romería a la Teta de San Lucas en el corazón del Sur de Bolívar. La Teta es un lugar emblemático en la lucha por la defensa del territorio: es, de hecho, el punto […]
Los días 22 y 23 de Julio, la Federación Agrominera del Sur de Bolívar (Fedeagromisbol) y la Corporación Sembrar organizaron la Tercera Romería a la Teta de San Lucas en el corazón del Sur de Bolívar. La Teta es un lugar emblemático en la lucha por la defensa del territorio: es, de hecho, el punto más alto de la Serranía de San Lucas, con 2.200 metros de altura. Desde ahí se domina toda la Serranía; se puede apreciar la inmensidad de ese paisaje imponente. Por eso Fedeagromisbol venía insistiendo en la necesidad de volver a realizar esta romería, con un claro mensaje por la defensa del territorio, pues conocer el territorio, caminarlo, es una manera de aprender a amarlo.
Se habían realizado dos romerías a la Teta de San Lucas entre el 2006 y el 2008. Estas romerías se vieron interrumpidas cuando el Batallón Nariño instaló una base militar en las afueras de Mina Vieja en medio del camino que va hacia la Teta. Desde entonces, no habían permitido el paso hacía la Teta, lo que impidió la realización de la romería, hasta que este año, con el apoyo del Centro Nacional de Memoria Histórica, se pudo volver a realizar. La base militar, naturalmente, sigue ahí, así que los asistentes tuvieron que rodear la base por un camino enlodado de una gruesa arcilla amarilla.
Desde el 22 de Julio, comenzaron a llegar al punto de encuentro en Mina Vieja, San Pedro Frío, las diferentes delegaciones desde todos los puntos de la Serranía: Santa Rosa, Río Viejo, Mico Ahumado, Mina Mocha, Mina Piojo, Norosí, San Luquitas, y, por supuesto, la gente local. La delegación de Guamocó no pudo hacerse presente debido a las dificultades en el camino por las fuertes lluvias de la noche anterior. La lluvia en la Serranía de San Lucas cae siempre con una furia de proporciones bíblicas. También llegaron personas de la Corporación Sembrar, estudiantes de Barrancabermeja y de la Red de la Hermandad, quienes, provenientes de Europa, realizaron un importante acompañamiento a la actividad. Esa noche, en la caseta del pueblo, se escucharon canciones interpretadas por los miembros de la comunidad, entre la que destacó un vallenato dedicado a Alejando Uribe Chacón, dirigente de Fedeagromisbol asesinado en el 2006 en un caso de falso positivo por el ejército. También hubo bailes típicos, cumbias y mapalé, realizados por un grupo cultural de niños. Lo cultural es también un campo de disputa con el sistema.
Al día siguiente, después de una oración y de algunos discursos explicando la importancia de la defensa y la conservación del territorio, comenzó una larga marcha en la que participaron unas 800 personas, entre mujeres, hombres y niños. Este número de participantes, sobrepasó con creces lo esperado por los organizadores, que calcularon 500 personas como máximo en sus cálculos más optimistas. Este gran número de asistentes, sin lugar a dudas, produjo algunos problemas de coordinación a los que me referiré más adelante. Existía preocupación entre los organizadores de que pudiera haber alguna clase de obstrucciones por parte del ejército o que tuviera lugar cualquier incidente. Afortunadamente, no ocurrió nada de esto, y los militares dejaron, esta vez, transcurrir el evento sin ningún inconveniente, así como los participantes se comportaron de manera impecable en su paso por la base, sin producirse ninguna provocación de lado y lado. Es de esperar que en este mismo clima pueda transcurrir la 4ª romería el 2018.
La caminata tardó entre 2,30 horas y 4,30 horas, dependiendo del ritmo que manejaron los distintos participantes. Lo más demorado no era la distancia, de por sí bastante larga, sino lo difícil del camino: suelo enlodado, subidas extenuantes y bajadas abruptas. En el camino hubo alguna gente a la cual las dificultades del terreno les impidieron llegar. Sin embargo, con mayor o menor esfuerzo, la mayoría de la gente logró llegar a la mismísima cima de la Teta de San Lucas, a donde se pudo subir gracias a una cuerda y al apoyo de los bomberos de Santa Rosa cuyo aporte fue clave en la romería. Arriba, la gente aprovechó de tomarse fotos y disfrutar de un paisaje que lo dejaba a uno sin alientos, paisaje que se dejaba entrever en medio de espesas nubes que rozaban la cima, revelándola un minuto, ocultándola al siguiente.
Dos problemas que enfrentó la organización del evento, reflejan, en mi opinión, los problemas de formación política que existen hoy con las comunidades. Aún así los dirigentes de los procesos sociales estén concientes de la necesidad de cuidar el medio ambiente, en las comunidades esta conciencia aun no ha calado demasiado hondo. De hecho, el manejo de la basura en muchas comunidades que hacen parte de procesos organizativos, deja mucho que desear, en el mejor de los casos. Era triste observar, a medida que uno iba subiendo, la cantidad de basura, particularmente de plástico, que iba siendo dejada a nuestro paso por quienes nos llevaban la delantera. Si bien es cierto que Fedeagromisbol organizó una comisión de limpieza para el día siguiente, lo cierto es que cada participante debió ser plenamente conciente que, siendo una marcha de defensa del territorio y del medio ambiente, cada cual debió ser responsable de guardar la basura en vez de ir convirtiendo el camino en un basural. No podemos permitir que actividades para la defensa del territorio terminen siendo destructivas por la inconciencia de algunos (desafortunadamente, no pocos) participantes.
Otro problema, fue la actitud de muchos participantes una vez llegados casi a la cima, en el punto en el que había que subir con una cuerda. En lugar de respetar turnos, de ayudarse y de demostrar amabilidad con los demás, primó en ciertos elementos una actitud totalmente individualista y prepotente, más afín con la lógica de supervivencia del más fuerte del actual sistema que con la lógica solidaria que promovemos, que se reflejó en el atropello a otros participantes, en saltarse la cola y en no respetar las instrucciones de los organizadores que hicieron lo mejor que pudieron para garantizar un mínimo orden. Esta situación, bastante desagradable, fue ocasionada en gran medida por la cantidad de gente que participó, que superó con mucho lo que se esperaba por parte de los organizadores. Pero también refleja actitudes arraigadas que es necesario ir erradicando con pedagogía, trabajo político, y mayor práctica de trabajo colectivo.
Esta situación, me recordó a una conversación que tuve con la veterana militante republicana socialista de Irlanda, Rose Dugdale, quien un día me preguntó ¿qué es el socialismo? Me puse a hablarle de la socialización de los medios de producción, de la ampliación del dominio de lo público, de la democracia directa, etc. «Mentira«, me dijo. Para mi sorpresa, me replicó del fondo del alma sencillamente que el socialismo no era otra cosa que como uno trataba a los demás. Es en la norma de conducta con las demás personas donde se distingue al socialista del que no lo es de corazón.
Estos problemas se han dado después de muchos años sin realizarse esta romería y los propios dirigentes estaban discutiendo estas cuestiones para aprender de estos errores y no volver a repetirlos en las próximas romerías. Quizás una buena idea sería manejar mejor el número de participantes y hacerlo en dos días en lugar de uno solo, para que la masa no sea tan grande y sea entonces más manejable. Pese a todo, la romería fue una buena demostración de la fuerza del proceso de Fedeagromisbol en el Sur de Bolívar. Fue, también, una buena oportunidad para reunirse con los compañeros, y conocer gente de todos los rincones de la Serranía, muchos de los cuales rara vez se pueden ver debido a las distancias y las dificultades de transporte en la región. Estas experiencias de intercambio entre compañeros de base de un mismo proceso son claves para ir desarrollando esos aprendizajes colectivos que permitan fortalecer las alternativas que se están construyendo desde abajo. Por último el mensaje de defensa del territorio y del medio ambiente de la Federación está siendo apropiado por las comunidades, pese las contradicciones, mediante actividades como esta. Por esto no nos queda sino un sentimiento de enorme gratitud con Fedeagromisbol, por ser, por resistir, por estar ahí. Espero que nos volvamos a ver en las próximas romerías a la Teta de San Lucas, compañeros.
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