La fuerte aparición de VOX en el parlamento andaluz ha supuesto un impacto -en términos electorales- similar al conseguido por Podemos en las elecciones europeas del 2014. Esta irrupción ha supuesto cambios en el tablero partidista nacional y en la manera de entender la política llevándola a posiciones y posibles escenarios no conocidos en la […]
La fuerte aparición de VOX en el parlamento andaluz ha supuesto un impacto -en términos electorales- similar al conseguido por Podemos en las elecciones europeas del 2014. Esta irrupción ha supuesto cambios en el tablero partidista nacional y en la manera de entender la política llevándola a posiciones y posibles escenarios no conocidos en la historia de nuestra democracia. A continuación se exponen algunas cuestiones que podrían explicar el éxito electoral y la emergencia de un partido que hasta hace 6 meses se consideraba una extravagancia cuasi folclórica, una insignificancia propia de nostálgicos ultraderechistas y frikis que nos remitía a una ficción política de tintes berlanguianos . Aunque ya se sabe que no ha existido mejor analista de la realidad española que el genial realizador.
1. Aprovechar la oportunidad, el momento
Decir que se daban las condiciones para que esto sucediera cuando nadie fue capaz de vislumbrarlo parece una contradicción. Ya se sabe, los politólogos (como los economistas y otros profesionales) somos especialistas en explicar los acontecimientos a posteriori. Pero la verdad es que si nos paramos a ver las condiciones y contexto del momento se puede explicar lo acontecido en las elecciones andaluzas. La tercera ley de Newton establece que «Toda acción desencadena siempre una reacción igual y contraria» o dicho de otro modo, si nos queremos poner algo más filosóficos, siguiendo la dialéctica hegeliana el avance del devenir de la historia está marcada por el proceso de la aparición de una tesis que provoca una contradicción o antítesis y su concreción en una síntesis. En este sentido, la emergencia de VOX vendría a suponer la antítesis, la reacción, al discurso progresista, social y reivindicativo que surge del 15 M, de los avances en igualdad logrados por el movimiento feminista en los últimos tiempos o del proceso independentista catalán. Nos encontramos en el estadio de la antítesis- ya veremos la síntesis que triunfa. A esto debería sumarse la ola internacional favorable a estos partidos, desde Trump a Bolsonaro o Lepen, pasando por Orban y Salvini, y la coordinación en The Movement de Steve Banon. Y, sobre todo, la deriva extrema en la que ha entrado el PP desde que Pablo Casado asumió su presidencia, promoviendo ideas y propuestas sacadas del cajón del ala más radical de su formación. Sí, visto así, era su momentum.
2. Capacidad para marcar la agenda política sobre 3 conceptos fundamentales contra los que articular su discurso: feminismo, inmigración e independentismo
Pero no basta sólo con que se den las condiciones objetivas para que una opción política pueda triunfar, ese momentum debe aprovecharse, utilizando las estrategias y herramientas necesarias para ello. Aquí destaca sobremanera la capacidad de VOX para imponer una serie de elementos clave de su discurso en los medios de comunicación y abrir debates a los que el resto de partidos políticos se han mostrado incapaces de hacer frente. Con su relato distorsionado de odio, machista, xenófobo y patriótico de la realidad han encontrado pequeñas grietas circunstanciales en el consenso social que existía al respecto en estos asuntos, y sobre el que se construía el político, para lograr marcar la agenda política y mediática del momento y conseguir que todo gire en torno al espacio discursivo en el que se sienten más cómodos.
3. Creación de nuevos enmarcados
Para conseguir el punto anterior, han creado nuevos marcos conceptuales que, aunque a priori podrían parecer disparatados, el resto de partidos no han sido capaces de ofrecer una respuesta adecuada. El frame no es otra cosa que el espacio en que se definen las normas, los contenidos y la actividad política de los partidos y VOX lo ha cambiado. Basándose en noticas falsas, burda demagogia o falsos dilemas han construido un framing que impugna los elementos esenciales y valores de nuestra convivencia democrática.
Con esta estrategia han tomado la iniciativa política y eso determina el marco del discurso y el debate que surge a continuación. Al igual que pasó con Podemos en su momento -y siguiendo la idea de Lakoff en «No pienses en un elefante«- la consecuencia directa es que cada vez que el resto de partidos se defienden y niegan las acusaciones que vierte sobre ellos VOX, entran en sus marcos, la gente más cree las afirmaciones de este partido. Los partidos van con el pie cambiado, se encuentran desbordados y bailan al son de la música de los voxquimanos. Como afirma César Calderón, esta circunstancia es su primera victoria ya que «un debate político no lo gana sólo quien consigue imponer su agenda, sino aquel que además de esto consigue imponer su marco conceptual«.
4. Uso del lenguaje. Segmentación y doblepensar
Adaptan el lenguaje y el tono según el medio que utilicen, entendiendo el segmento de población al que puede llegar el mensaje de sus intervenciones. Así, en sus declaraciones en radios y televisión (más allá del contenido de las mismas) es pausado, tranquilo y sosegado. Por el contrario, en las redes sociales, dirigido a un público más joven, su lenguaje es directo, de cabreo permanente y su tono mucho más amenazador, agresivo e intimidatorio.
Han desarrollado, además, la habilidad de edificar un lenguaje cercano al doblepensar orwelliano en el que la defensa de la igualdad se denomina ideología de género, proponer derogar la ley de igualdad se realiza para promover la igualdad real entre hombres y mujeres, la lucha contra el aborto se entiende como defensa de la libertad de las mujeres o, como dice Jorge Moruno, que «a los colegios segregados del Opus se le llama libertad y a la escuela pública «adoctrinar»«. Sacan partido de moverse en esa contradicción permanente y mediante el uso del lenguaje son capaces de cuestionar los elementos fundamentales de democracia mediante un lenguaje hiperdemocrático, del mismo modo que articulan un discurso anti elitista formando parte de las mismas. Y lo hacen sin inmutarse ni despeinarse y ofreciendo, además, una imagen de coherencia para sus (ultras) seguidores-creyentes.
5. Uso de RRSS, fake news y batalla contra los medios
Utilizan las redes sociales como elemento principal y vertebrado de su estrategia para lanzar los mensajes políticos. Y lo hacen de una manera tremendamente eficaz, apuntando dos aspectos:
- Por un lado, difundiendo directamente un enorme caudal de fake news, las mentiras de toda la vida, basadas en los prejuicios de sus propias ideas políticas. Sus mentiras no tienen por objeto describir realidades. Al contrario, mediante la difusión y bombardeo continuo de falsedades lo único que pretenden es construir una realidad que sirva para legitimar sus propios prejuicios. La realidad está demostrando que no aportan un dato verdadero. Pero da igual, una mentira repetida mil veces se convierte en verdad. Aprovechan la cercanía de los mecanismos de difusión de las redes para ganar credibilidad entre los destinatarios de los mensajes. Si recibes un meme con una noticia determinada que viene un familiar cercano, pareja o un buen amigo al que conoces bien, por ejemplo vía WhatsApp, le otorgas la verosimilitud que te merece la confianza que tienes en la persona que te la envía. Así se van creando cadenas de difusión de mentiras que, finalmente, son aceptadas como verdaderas por gran parte de la población.
- Por otro, tienen una lucha constante contra los medios de comunicación a los que acusan directamente de mentirosos y manipuladores, lanzando la idea entre sus seguidores de que si quieren conocer la verdad acudan a sus propios medios. Y estos medios, claro, no son otros que los propios canales del partido por los que difunden las fake news mencionadas o tabloides digitales de ultraderecha que se encuentran fuera de los medios vendidos a los que hay que combatir y que están acorde a los mensajes de VOX.
6. Derecha sin complejos y franquismo sociológico
Reivindican con orgullo su ideología frente a lo que denominan derecha acomplejada del PP. Estuvieron años en el PP, su ala más extrema, y ahora han adquirido identidad propia fuera del partido. Son gente de ultraderecha que está orgullosa de serlo. Fuera caretas. No tienen miedo a decir lo que piensan y hacen gala de lo que denominan incorrección política (y otros podríamos señalar como discurso de odio) para reivindicar un beligerante anticomunismo, unos valores morales tradicionales reaccionarios próximos al nacionalcatolicismo, un patriotismo y revisionismo de la historia de España y , en general, unas posiciones políticas retrogradas más propias de momentos predemocráticos que del SXXI.
Desarrollan un discurso político retrogrado que mezcla tintes populistas y ultraderechistas con una férrea posición económica de carácter liberal. Con sus variantes, este tipo de movimiento son denominados como nacionalpopulistas. En el caso de VOX se trata simplemente de un partido de ultraderecha de raíces franquistas. Cuando alguien te diga que eso del franquismo sociológico es mentira, antes de contestar, piensa que VOX no sería posible sin su existencia y lo explicaras perfectamente.
7. El uso del miedo y la desesperación: la irracionalidad
Al margen de la élite económico y social a la que representan, se nutren electoralmente (en menor medida, al menos por ahora) de votos de otros estratos sociales. Son los cabreados desafectos de la crisis que llevan años padeciendo y ahora hacen suya una realidad simplificada que está acorde a su visión de la realidad.
Personas que tienen miedo. Miedo de perder lo que nunca tuvieron pero que tuvieron las (falsas) expectativas de obtener. Decía Yoda al joven Skywalker aquello de que «el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento, el sufrimiento al lado oscuro«. Algo así podríamos afirmar: el miedo lleva a la desesperación, la desesperación a la irracionalidad, la irracionalonalidad a la deformación de la realidad y esta deformación a aceptar explicaciones simplistas de los problemas falsamente liberatorias. Como bien señala J. V. Barcia, citando a Julio Alguacil, «hay una gran diferencia entre los indignados del 15M y los desesperados. Los primeros colectivizan su dolor y generan programas y proyectos de cambio. Los segundos solo quieren satisfacer sus necesidades de manera individual, urgente y, a menudo, irracional».
8. Blanqueamiento de VOX
La posible noticia del cambio de Gobierno en Andalucía tras 36 años dominio del partido socialista tratada por los medios conservadores junto con la actitud negociadora, y diría que incluso cuasi servil, del PP con VOX tras las elecciones andaluzas asumiendo como propios los postulados ultraderechistas de este partido para justificar el trifachito, lo presentan, tal y como afirma Carmen Arango, como «una fuerza política más (…) que merece respeto a pesar e sus ataques frontales a las mujeres que no cumplen con el rol tradicional, a los colectivos LGTB o a todo lo que no huela a esencialismo español y al manejo de cifras sesgadas o, directamente, bulos para defender sus postulados» . Están blanqueando a una formación ultraderechista, ofreciendo una imagen de una opción más dentro del arco partidista, otorgando a VOX una legitimidad y posición dentro de unos límites democráticos que ellos, precisamente, pretenden alterar o, incluso, demoler.
Blog del autor: https://frandelgado.wordpress.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.