Me valgo de esta metáfora para intentar explorar las repercusiones e impactos de la Minga indígena, afro y campesina que aún sigue presente en el universo social y político colombiano. «En física, se conoce como onda a la propagación de la energía (y no de la masa) a través del espacio. Este fenómeno puede darse […]
Me valgo de esta metáfora para intentar explorar las repercusiones e impactos de la Minga indígena, afro y campesina que aún sigue presente en el universo social y político colombiano.
«En física, se conoce como onda a la propagación de la energía (y no de la masa) a través del espacio. Este fenómeno puede darse en un espacio vacío o en uno que contenga materia (aire, agua, tierra, etc.).
«Las ondas se producen como consecuencia de oscilaciones y vibraciones de la materia, propagándose en el tiempo según lo descrito por la Teoría de ondas, rama de la física encargada de comprender dicho fenómeno, sumamente común en el universo. La propagación de las ondas es uno de los fenómenos físicos fundamentales (https://bit.ly/2UPd3c1).
«De acuerdo al origen de las ondas o la naturaleza del medio a través del cual se propagan, entonces, dependerán los efectos de su aparición y las características que posean. Así, podemos hablar de ondas de luz, sonoras, etc., cada una con propiedades físicas y una frecuencia diferente, dependiendo de qué tan resistente o no sea el medio para su propagación y qué tanta energía transporten» (https://bit.ly/2UPd3c1).
Las ondas desatadas por la Minga son de distinto sentido y calibre.
Veamos.
Como «momento y poder constituyente» ha estremecido y dislocado el conjunto del sistema político de dominación oligárquica, acelerando su crisis de gobernabilidad y gobernanza reflejada en el colapso de los partidos políticos y de otros sistemas liberales de representación. La gobernabilidad diezmada ha tenido en la derrota a las objeciones presidenciales a la Justicia Especial de Paz su momento estelar en la coyuntura. El modo dubitativo del poder presidencial en la audiencia con la Minga en Caldono al dejar Duque la Silla Vacía en la Plaza colmada por miles de indígenas refleja la soledad del Jefe de Estado, preso de las contradicciones y reyertas de su partido uribista el Centro Democrático en manos del verdugo del Ubérrimo.
La onda se desplego en el espacio territorial propiciando otras movilizaciones indígenas y populares en diversos puntos del territorio nacional.
Su impacto social jalono la acción de los universitarios recién salidos de un poderoso movimiento que arrebato importantes conquistas al gobierno en materia de financiación para las universidades públicas.
La onda misma no cesa y encadena una perturbadora e incontenible avalancha popular que marcha incontenible hacia un Paro cívico el 25 de abril para anular un nefasto Plan Nacional de Desarrollo montado para profundizar la inequidad, la pobreza, la exclusión regional y el arraigo del neoliberalismo en su versión biopolitica y contrainsurgente.
En todo lo que ocurre tiene especial influencia el Acuerdo o Manifiesto de la Paz firmado entre el gobierno de Santos y las Farc, que no obstante adversidades sigue su marcha inexorable en la transformación de Colombia.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.