«Deja que te llamen racista. Que te llamen xenófobo. Que te llamen nativista. Llévalo como una insignia de honor», arengó Steve Bannon, exasesor de Donald Trump, a la ultraderecha europea y lo ha logrado en España, donde Vox conquistó 2,6 millones de votos e ingresó al parlamento. El discurso de cierre de campaña electoral del […]
«Deja que te llamen racista. Que te llamen xenófobo. Que te llamen nativista. Llévalo como una insignia de honor», arengó Steve Bannon, exasesor de Donald Trump, a la ultraderecha europea y lo ha logrado en España, donde Vox conquistó 2,6 millones de votos e ingresó al parlamento.
El discurso de cierre de campaña electoral del líder ultraderechista Santiago Abascal en la Plaza Colón de Madrid, expone el alma de Vox, quien puso al votante frente al falso dilema «la Anti-España o la España viva» y obtuvo el 10,3% de votos.
Arropado por miles, Abascal dijo que Colón «es una plaza que recuerda nuestras glorias» y en una arenga cargada de odio hacia posiciones progresistas, pintando un panorama hosco inexistente y disyuntivas como «o la dictadura progre o la libertad de los españoles», persuadía a votar por Vox, contra «el suicidio de España».
Pero los plebiscitos en España no han concluido. El 26 de mayo próximo se celebrarán elecciones municipales, autonómicas y europeas. Este hecho amerita reflexionar lo sucedido el pasado 28 de abril, ya que la llegada del ultraderechista Vox al parlamento es un hecho sin precedentes en España.
En su libro ‘The anatomy of fascism’ Robert O. Paxton aclara que el fascismo no es una forma de disturbio mental y puede surgir en ciertas circunstancias históricas.
l fascismo tiene como una de sus bases la negación del ‘otro’, busca la «limpieza racial» que está muy ligada a su propia concepción sobre lo que es o no ‘estético’. El fascismo necesita demonizar al enemigo para lograr movilizar masas.
El fascismo rechaza imperiosamente y le niega el derecho a existir al que es diferente: otras culturas, otros idiomas, otras religiones, otras visiones políticas, otras gastronomías, otras vestimentas, otras historias, etc. Esta negación le conduce a buscar homogeneizar y dominar al precio que sea y la humanidad lo sabe.
Refrendó su posición contra el aborto, a favor de las corridas de toros, a favor de la caza, contra la multiculturalidad y rechazó cualquier Comisión de la verdad sobre hechos históricos y expresó que se siente orgulloso de los siete siglos de reconquistas del reino de España.
Vox objetó el retiro en algunas escuelas de los cuentos Caperucita Roja y la Bella Durmiente ya que les considera modelos a seguir.
«Caperucita roja es lo mejor que podemos enseñarles a nuestros hijos, porque caperucita resume virtudes patrióticas que debe tener un héroe y representa los mejores valores», argumentó Abascal.
La alabanza del Coloniaje también forma parte del bagaje de valores de Vox, que distorsiona los cruentos hechos al decir «gracias a que nuestros abuelos ofrecieron a la humanidad el mayor gesto de hermanamiento universal que ningún pueblo ha ofrecido a lo largo de la historia».
Vox además ha jugado una carta fuerte con la crisis independentista de Cataluña, tocando una fibra sensible para cualquier español, que quiere ver su país sin resquebrajamientos.
La ‘rebeldía’ y los mensajes subliminales
Muy a tono con lo dicho por Bannon, al ritmo del estribillo de «No somos fachas, somos super-fachas», la rapera Sofía Rincón, junto al camerunés Bertrand Ndongo difundieron un vídeo al ritmo de rap sobre el ‘orgullo’ de ser super-facha.
Usando a una mujer joven y a un africano, Vox ha buscado sumar a jóvenes mediante la música y el uso de imágenes subliminales en un intento de manipulación, aupando el sentimiento de rebeldía.
Por supuesto que esos raperos no explican, tal vez ni lo saben, qué realmente significa ser super-facha lo que es lo mismo que ser fascista. ¿Conocerán acaso del dolor, destrucción y muerte que trajo al mundo el fascismo?
En el vídeo referido, ambos enfrentan a un joven español ‘progre’, (término que usan para englobar a la izquierda y el Partido Socialista español), que lleva en el cuello un pañuelo palestino, en cuyas manos lleva una computadora con el logotipo de la hoz y el martillo.
«El super-facha no nace, el super-facha se hace» dicen los raperos de Vox, quienes luego ‘convierten’ al español en nuevo super-facha gracias a los dizque ultra poderes que les da la bandera española.
El machismo de Rocío Rincón llega al extremo en otro vídeo, cuando expresó su admiración por el líder de Vox al que refiere como «todo un semental».
En una entrevista, la seguidora de Abascal expresó que la prostitución «guste más o guste menos, es algo tan natural como un contrato. Oferta y demanda» y que «la prostitución es necesaria porque hay muchas mujeres a las que ha ayudado y se sienten empoderadas con ella».
La sangre, la tradición y la historia
La historia familiar de algunos líderes de Vox importa, pues sus posiciones políticas sobre hechos históricos y actuales tienen relación directa. Varios de ellos son la segunda o tercera generación de franquistas, de la extrema derecha española.
Tal es el caso de Santiago Abascal, nieto del diputado provincial durante la dictadura franquista Manuel Abascal Pardo e hijo del Santiago Abascal Escuza, quien militó en el Partido Popular al igual que el actual líder de Vox.
Cubana de nacimiento, la portavoz de Vox en asuntos relativos a Madrid, Rocío Monasterio, de padre cubano pasó parte de su infancia en Cuba, pero transpira odio al hablar de Cuba.
Monasterio está casada con el actual vicesecretario de relaciones internacionales de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, empresario orgulloso de sus orígenes, cuyo tío bisabuelo fue embajador español en la Alemania de 1940, de quien se encuentra fotos junto Franco y Hitler.
A Rocío Monasterio le tiene sin cuidado que les llamen fascistas, sexistas, xenófobos y ahora encabeza la candidatura de Madrid en las elecciones municipales del 26 de mayo de 2019.
Monasterio, en su lealtad con el franquismo ha prometido que revertirá nombres de calles. «Revertiríamos todas las barbaridades que se han hecho. Lo que hay que quitar es la estatua de Largo Caballero y la del Che Guevara en Leganés» dijo en una entrevista.
Los vasos comunicantes: Steve Bannon y la extrema derecha europea
El exasesor del presidente Trump, Bannon ahora se ocupa de aglutinar a la ultraderecha europea y para ello ha creado la organización ‘El Movimiento’ (The Movement), que ya tiene sede en Bruselas y está dirigido por Mischaël Modrikamen, y tiene por misión apoyar a sus símiles en las próximas elecciones europeas.
‘The Movement’ fue registrado en Bruselas y entre sus objetivos busca «la lucha contra el Islam radical, un enfoque científico y no dogmático de los fenómenos climáticos y la defensa de Israel como un estado soberano en su territorio histórico».
La Fundación es el vínculo entre el Movimiento iniciado por el presidente Trump en Estados Unidos, ciudadanos y movimientos políticos activos en otros países, incluidos los actores de la campaña para el Brexit, y que se reconocen en los principios fundacionales definidos anteriormente.
«Es obvio que estamos viviendo un momento populista en Europa y en el mundo, estamos definiendo el mapa político para el próximo año: entre los globalizadores, los que no quieren fronteras y quienes somos soberanistas y queremos frenar la migración y controlar el islam», afirmó Modrikamen.
Muchos creyeron que el fascismo era una etapa que murió al concluir la Segunda Guerra mundial, pero ha reaparecido con mucha vitalidad y está presente ahora en gobiernos y parlamentos.
Llámele como quiera, fascismo, franquismo, nazismo, falangismo, ultraderecha, lo cierto es que representan lo mismo, son los distintos tonos de una misma corriente.
Ahora a esa ola se suma España con los 24 escaños del partido ultraderechista Vox. Tal vez miles de esos votantes no lo saben y tampoco se les puede calificar de fascistas, pues no lo son. La manipulación, la desinformación y el desaliento han sido clave en estos resultados.
Fuente: http://mundo.sputniknews.com/firmas/201905021087024341-vox-en-espana/
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