«Me giré, miré hacia allí y sentí el golpe y la detonación; Luis, Luis, me han dado y… creo que no tengo ojo: ¿Cómo lo tengo?» «Si voy a protestar y soy una persona pacífica, ¿por qué me han de reprimir?» Esther Quintana tenía 42 años cuando una bala de goma disparada por los Mossos […]
«Me giré, miré hacia allí y sentí el golpe y la detonación; Luis, Luis, me han dado y… creo que no tengo ojo: ¿Cómo lo tengo?» «Si voy a protestar y soy una persona pacífica, ¿por qué me han de reprimir?» Esther Quintana tenía 42 años cuando una bala de goma disparada por los Mossos d’Esquadra impactó en su cara y le provocó la pérdida del ojo izquierdo. Sucedió el 14 de noviembre de 2012, día de huelga general, cuando regresaba a su casa con unos amigos después de participar en una manifestación legal. En el Paseo de Gracia de Barcelona un agente lanzó el proyectil que llevó a Esther Quintana a pasar por el quirófano de urgencia, con graves lesiones y la rotura de varios huesos de la órbita del ojo, el pómulo y la mandíbula. Conocida activista del barrio de Sant Martí de Barcelona, compaginaba su trabajo en el sector de la hostelería con la promoción cultural.
El documental «A tu que et sembla?», de 72 minutos, con guión y realización de Pau Poch y producido por Teresa Manubens, reconstruye los hechos, tanto el proceso judicial para determinar si fue una pelota de goma lo que destrozó el ojo de Esther Quintana, como la movilización de los activistas contra este material represivo. El estreno del audiovisual, realizado con recursos propios por exalumnos de la Escola de Mitjans Audiovisuals de Barcelona, tuvo lugar el pasado 3 de septiembre en los cines Girona de la capital catalana, en un acto en el que colaboró la Fundació Periodisme Plural. El 10 de febrero se proyectó el documental asimismo en el Cicle de Cinema Social que se desarrolla en el Centre Octubre de Valencia.
Rodado en Barcelona y Bilbao entre 2013 y 2015, la película incluye fragmentos de 22 entrevistas. Habla Esther Quintana, pero también sus amistades, que impulsaron la plataforma «Ojo con tu ojo». Expone su opinión Carles Guillot, quien perdió un ojo por el impacto de una pelota de goma disparada durante un desalojo en el barrio barcelonés de Gracia, en 2001. Y la abogada de Esther Quintana, Laia Serra. El periodista de «La Directa», Jesús Rodríguez, quien ha realizado un seguimiento exhaustivo del caso, apunta sobre el uso de las balas de goma: «Estamos hablando del derecho a la mutilación legal». Otro periodista de «El Periódico de Catalunya», Antonio Baquero, dice de Esther Quintana en el filme: «Le habían destrozado la vida y después la Administración le dejó tirada». Según la cineasta Isabel Coixet, «me admiró mucho que Esther no tuviera resentimiento, ella quería que se aclararan los hechos e impedir que volvieran a suceder».
La causa de esta mujer de 42 años suscitó grandes muestras de solidaridad. La plataforma «Ojo con tu ojo» exigió la prohibición de las balas de goma y otros proyectiles similares que utilizan los cuerpos policiales. Personajes públicos (actrices, músicos, compositores, pintores y escritores) así como ciudadanos corrientes aportaron fotografías personales y obras artísticas con un elemento común: un parche en el ojo izquierdo. En abril de 2014 entró en vigor la prohibición del uso de balas de goma en Catalunya, aprobada por el Parlament. Sin embargo, la plataforma continúa denunciando la intención de la Conselleria d’Interior, de la que dependen los Mossos d’Esquadra, de utilizar armamento similar: cañones de sonido y agua, proyectiles de Foam o pistolas Taser. Afirmaron su idea de continuar en la brega hasta que en toda España se deje de utilizar este material antidisturbios «contra la ciudadanía pacífica».
En septiembre de 2015 la abogada Laia Serra informó de que la aseguradora de la Generalitat de Catalunya ordenó el pago de 260.931 euros a Esther Quintana en concepto de indemnización por la pérdida de un ojo. La activista, que acompañaba a la letrada en la rueda de prensa, señaló que la «responsabilidad civil» no podía reparar el daño causado. Por la vía penal, y después de más de tres años de instrucción, se celebrará el próximo 11 de abril el juicio contra dos agentes de los Mossos d’Esquadra (un subinspector y un escopetero) por el disparo de la pelota de goma que dañó a Quintana. En el primer juicio por mutilación causada por bala de goma que se celebra en España, la Fiscalía ha solicitado dos años de prisión contra los agentes y la acusación particular, nueve.
«A tu que et sembla?» expone al espectador la mirada de las víctimas, pero también la del aparato político y policial. Da cuenta de la dimisión, en diciembre de 2012, de la dimisión del comisario jefe de Recursos Operativos de los Mossos d’Esquadra y jefe de Antidisturbios, Sergi Pla. Rígido y frío, el conseller d’Interior entre 2010 y 2012, Felip Puig, negó que en la operación policial que siguió a la manifestación del 24-N en Barcelona, se dispararan proyectiles de goma. Pero vídeos colgados en Youtube mostraron a agentes antidisturbios usando una lanzadera a escasos metros del lugar donde Esther Quintana resultó mutilada. En diciembre de 2012 Puig abandonó la Conselleria d’Interior para convertirse en titular de la Conselleria de Empresa i Ocupació de la Generalitat. En el extenso currículo de este político de Convergencia Democrática de Cataluña figura el brutal desalojo, por parte de los Mossos d’Esquadra, de la acampada «indignada» de la Plaça de Catalunya el 27 de mayo de 2011.
El documental realizado por Pau Poch recoge el testimonio de «Stop bales de goma», plataforma impulsada en 2012 por familiares, conocidos y víctimas del material represivo utilizado por la policía autonómica catalana. En su página Web incluyen información de estudios científicos y técnicos sobre el peligro de este armamento «antidisturbios». «Stop bales de goma» ha contabilizado nueve homicidios entre 1976 y 2012 por el uso de estos proyectiles en el estado español. Los dos últimos casos fueron el de Rosa Zarra, muerta en San Sebastián en 1995, y el de Íñigo Cabacas, joven de 28 años que en abril de 2012 perdió la vida en Bilbao tras permanecer tres días en coma por el disparo de una bala de goma efectuado por la Ertzaintza (brigada móvil).
Sucedió después de un partido de fútbol. Íñigo Cabacas celebraba la victoria del Athletic de Bilbao cuando la bala, disparada a escasos metros del lugar donde se hallaba, le provocó una fractura craneal e importantes lesiones cerebrales. La plataforma añade a estas cifras las muertes que directamente pudieron causar las pelotas de goma y gases lacrimógenos lanzados por la guardia civil en la playa del Tarajal (Ceuta), en una operación desarrollada en febrero de 2014, y que terminó con la vida de 14 inmigrantes que se hallaban en el mar. En total, 30 personas han perdido un ojo en el estado español desde 1990 por el impacto de proyectiles de goma (siete en Cataluña sólo en el periodo 2009-2012).
Un Informe hecho público en 2013 por «Stop bales de goma» documenta casos similares al de Esther Quintana en Cataluña. En la huelga general anterior (marzo de 2012), Angelo Cilia y otro joven perdieron un ojo y un tercero sufrió un desprendimiento de retina. En la misma jornada reivindicativa, apunta el informe, un joven perdió el bazo y se produjeron casos de costillas rotas con complicaciones pulmonares. Dos años antes, en una celebración por un partido de fútbol, Nicola Tanno también perdió un ojo y sufrió fracturas múltiples en la cara, además de un hematoma cerebral.
El documento recoge otros ejemplos del estado español. En 2012, en Pamplona, Aingeru Zudaire perdió buena parte de la visión a causa de la pelota de goma lanzada por un policía foral. En julio de 2012, una mujer de 53 años permaneció ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) con ventilación mecánica durante 40 días. Un proyectil de goma le produjo un neumotórax. La relación de víctimas toma como punto de partida la Transición. Durante el año 1977 murieron por el uso de estas armas Pancho Egea en Cartagena, y José Luis Aristizabal e Isidro Susperregi en San Sebastián. Los efectos del uso policial de estas armas se prolongaron durante 1979, año en el que perdieron la vida Ursino Gallego, de 14 años, durante una manifestación en protesta por la falta de agua; y Valentín González, por disparos de la policía en una huelga organizada en el mercado de Abastos de Valencia. El listado no está completo, apunta el informe de «Stop bales de goma». «Muchas personas por miedo o las dificultades de superar el trauma, han permanecido en el anonimato», concluye.
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