Huber Ballesteros, luchador social incansable por los derechos del pueblo colombiano, hoy preso en la cárcel Picota, nos ha abierto un valioso espacio para conversas algunos temas sociales y políticos que se viven en Colombia. Privado de su libertad y en su condición de preso político ve con delicada situación el proceso de paz, pues […]
Huber Ballesteros, luchador social incansable por los derechos del pueblo colombiano, hoy preso en la cárcel Picota, nos ha abierto un valioso espacio para conversas algunos temas sociales y políticos que se viven en Colombia.
Privado de su libertad y en su condición de preso político ve con delicada situación el proceso de paz, pues es sabido que el régimen oligárquico en Colombia no está dispuesto a ceder un centímetro su modelo de explotación y exclusión que lleva por décadas en nuestro País.
Tanto para él, como para miles de dirigentes sociales su captura tiene que ver con estrictas directrices políticas para desestructurar el movimiento social y popular que ha venido en auge, como se pudo demostrar el 17 de marzo en una jornada histórica de movilización.
A continuación la entrevista completa.
1. ¿Como ha sido su trayectoria como luchador social, y cuántos años lleva en ella?
-Huber Ballesteros: Estoy por cumplir 30 años de militancia comunista, me vincule a las filas comunistas a finales de 1986 al igual que a la Unión Patriótica en el departamento del Caquetá. Posteriormente, me traslade al departamento del Cauca en 1988 en donde, además de continuar mi militancia en la izquierda ocupando el cargo de responsable de la juventud comunista en el comité de radio Luis Hernán Sabogal en el Tambo, me afilie al Sindicato de Pequeños y medianos agricultores del departamento del Cauca (Sinpeagric) del cual fui presidente varios años.
Fui también Personero Municipal del Tambo Cauca y Concejal de ese municipio por dos períodos consecutivos en representación de la Unión Patriótica. Ocupe el cargo de Gerente de la Cooperativa de Pequeños y Medianos Agricultores del Cauca (Coopemagroc). Fui designado como miembro de la Junta nacional de Fensuagro en 1993 y elegido miembro de su Comité Ejecutivo Nacional en 1995. Desde ese año he ocupado los cargos de Secretario Nacional de organización en dos ocasiones, Secretario General y Vicepresidente. En 1998, fui escogido por todas las organizaciones campesinas del país como Coordinador del CNC Consejo Nacional Campesino, desde donde logre ser su representante en el consejo directivo del FONSA, Fondo Nacional del Sector Agropecuario del Ministerio de Agricultura. Actualmente hago parte del Comité Ejecutivo Nacional de la CUT, Central Unitaria de Trabajadores, y de la Junta Nacional de Marcha Patriótica. He participado y he sido negociador de muchos paros y movilizaciones en varios lugares del país.
2. ¿Por que considera que está preso en la carcel »LaPicota», y cuales son los argumentos del estado colombiano para mantenerlo alejado de sus seres queridos?
-H. B: Soy prisionero del régimen colombiano desde agosto del 2013, en razón de mi militancia política revolucionaria; las «pruebas» que dice tener la fiscalía, son los testimonios de un desertor de la Guerrilla, Olivo Saldaña; el mismo que junto a tres generales de la sexta brigada y el comisionado de paz Luis Carlos Restrepo responden hoy ante la justicia por la falsa desmovilización de un inexistente frente de las FARC-EP ( Cacica Gaitana) y dos de esos falsos guerrilleros que obran como testigos en mi contra.
3. Usted fue detenido en pleno auge de la lucha social y popular en Colombia, ¿considera que la condición de negociador por parte de las comunidades en el paro nacional del 2013 influyó en la adopción de esta medida?
-Es muy claro que mi detención obedeció a una decisión política del alto gobierno. Dos días antes había estado reunido con el presidente del Senado de la republica hoy Ministro del Interior Juan Fernando Cristo. En esos dos días se fabricó un montaje judicial que llevo a que tres horas antes de mi detención un juez dictara una orden de captura en mi contra. Con esto se pretendió que el paro redujera su fuerza, pero en realidad sucedió lo contrario. Mi detención al igual que otros compañeros en otros lugares del país es un acto de terrorismo de Estado.
4. ¿Como ha sido la situación carcelaria que ha vivido y que viven en general los prisioneros políticos en el país?
-La situación de los prisioneros políticos no es diferente de la que viven cerca de 122 mil presos que hoy estamos tras los muros en las 138 cárceles del país: hacinamiento, falta de atención en salud, mala alimentación, escasos espacios de trabajo y recreación. Es un régimen penitenciario donde la corrupción es de las más grandes de las entidades del Estado. Aquí los derechos deben ser comprados, es decir, quien tiene dinero los disfruta y quien no lo tiene sobrevive en las peores condiciones.
5. Desde su perspectiva como luchador social, que consideraciones tiene acerca de la situación política de las organizaciones sociales y populares?, ¿qué tan viable ve una asamblea nacional constituyente para Colombia?
-En estos momentos veo un movimiento social muy activo, en auge, pero que aún no encuentra el camino de la unidad, sólo en algunas coyunturas se muestra su fuerza, pero le cuesta construir un programa unitario y un escenario político de convergencia donde confluyan sus objetivos políticos y gremiales.
La Asamblea nacional constituyente, es una necesidad en la sociedad colombiana de hoy. Existe poca legitimidad del régimen en todas sus instancias que sólo una Asamblea Constituyente que nos ofrezca un nuevo pacto social, puede resolver los graves problemas estructurales de nuestra nación. Pienso, que alrededor de ese objetivo, debería juntarse todo el movimiento popular y los sectores democráticos, pues muchos de los problemas que hoy padecemos no pueden solucionarse dentro de este sistema, ni por la clase política corrupta actual; debe ser el constituyente primario quien constituya un país diferente atendiendo las necesidades de cada uno de los sectores colombianos.
6. Se viene preparando un gran paro cívico nacional debido a la crisis social, política y económica que atraviesan las comunidades populares, campesinas, indígenas, afrodescendientes y en general todo el pueblo colombiano. Para usted ¿cual debería ser el objetivo primordial del paro que se aproxima?
-En concordancia con la respuesta anterior, creo que el objetivo de ese paro cívico que debemos seguir preparando después de la exitosa jornada del 17 de marzo, debe tener un objetivo político de carácter estratégico; la exigencia al gobierno de convocar una Asamblea nacional Constituyente mediante la cual se remedien todos los males que este modelo económico y este modelo político le han generado al país.
7. En cuanto a las negociaciones de la mesa de dialogos de La Habana, ¿cree que se llegará a la firma final, sabiendo que el gobierno colombiano siempre ha hecho hasta lo imposible por silenciar a quienes luchan por una patria diferente?
-El deseo de que se llegue a un acuerdo final que permita la construcción de una paz estable y duradera con justicia social, es el de la mayoría de los colombianos; deseo que es acompañado por la comunidad internacional. Sin embargo como he dicho en varias ocasiones esta es una oligarquía tramposa, mafiosa que como tal, incumple su palabra a cada paso. El régimen colombiano necesita la paz, pero la de ellos, la de las clases altas y por esa razón el pueblo debe prepararse para continuar con la resistencia, el solo acuerdo no garantiza que se logre, el pueblo organizado, debe marchar para exigir que se implemente lo acordado y que esta implementación nos ponga en el camino de la paz con justicia social. Con la firma del acuerdo, se terminará el conflicto armado, pero los cambios para remover sus causas seguirán siendo parte de la lucha política y social.
8. ¿Actualmente cual es su situación jurídica y que sigue en ese largo proceso judicial que lo tiene entre rejas?
-Sigo siendo sindicado, pues la «justicia» no ha permitido un proceso en el cual se den las garantías. Jurídicamente, debería estar en libertad por vencimiento de términos, pero una rama judicial politizada y corrupta ha negado repetidas veces ese derecho, en contravía de lo que establece la Constitución Nacional y el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. La etapa que sigue, sería la del juicio; en el cual, la parcialidad del Juez Guillermo Sanabria es manifiesta, seguramente por razones ideológicas. En esas condiciones, esta etapa se enfrentara bajo condiciones de desigualdad pues tanto la Fiscalía como la procuraduría y el juez están en contubernio para fallar en mi contra pues no estoy siendo juzgado conforme a la ley. He sido prejuzgado y en ese sentido no cabe esperar mucho del sistema de «justicia «colombiano.
Sin embargo, el proceso de paz de la Habana, abre una luz de esperanza pues los delitos de que se me acusa, son amnistiables e indultables, máxime cuando mi labor ha sido la de líder social y militante de la izquierda y no la de alzado en armas.
9. ¿Finalmente que mensaje le envía a las personas y organizaciones que luchan por un mejor país y que le diría al pueblo colombiano por el cual usted durante décadas ha defendido y luchado para que tenga una mejor vida?
-Primero que todo, enviarles un abrazo enorme en nombre de todos los prisioneros políticos, decirles que la felicidad del pueblo no se consigue sin lucha y sin sacrificio, que nuestra lucha es justa y por lo tanto es nuestro deber persistir en ella, que sigamos buscando la unidad, pues esta es, requisito indispensable para alcanzar los triunfos que nos lleven a la libertad, a la toma del poder para construir esa patria nueva, digna, justa, democrática y soberana.
Debemos mantener en alto las banderas de la democracia y del socialismo, pues sólo este puede remediar los enormes males generados por el depredador y violento modo de producción del capital.
Fuente original: http://prensalternativa.