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Crónica de una visita anunciada en Recoleta

De cuando la Angela volvió a Chile a conocer a la Angela de la chimba

Fuentes: Periodico Solidaridad

El domingo 17 de julio era una fecha muy esperada para las y los pobladores de la Angela Davis. Día en que tras años de invitaciones, finalmente la Angela de EE.UU., la intelectual marxista y feminista negra, la de las Panteras Negras, del puño en alto y el afro icónico, conocería a esa otra Angela […]

El domingo 17 de julio era una fecha muy esperada para las y los pobladores de la Angela Davis. Día en que tras años de invitaciones, finalmente la Angela de EE.UU., la intelectual marxista y feminista negra, la de las Panteras Negras, del puño en alto y el afro icónico, conocería a esa otra Angela Davis, la de la chimba, la del terreno tomado, la del pueblo organizado.

Han pasado 45 años desde la fundación de la población que tomó su nombre en 1971. El mismo año en que Davis estaba siendo perseguida y encarcelada miles de kilómetros más al norte como parte de la ironía de pasar de ser una flamante activista anticarcelaria a ser una de las diez personas más buscadas por el FBI y el rostro de una campaña mundial contra su aprisionamiento. Para cuando Davis fue liberada, en Recoleta recién se libraba otra lucha: la de hacer de una toma de terreno, una apropiación permanente de vida digna. Al año siguiente, sus historias volverían a cruzarse cuando Davis visita por primera vez Chile en una gira de agradecimiento por la solidaridad internacional donde colaboró con una donación para el alumbrado público y el alcantarillado de esta naciente población.

Hoy, con 72 años Angela vuelve a un Chile muy distinto al que conoció entonces, un Chile donde hasta el día de hoy su nombre sigue siendo censurado luego de que se le imponga el nombre de «Héroes de la Concepción». Como tantas otras herencias de la Dictadura, los nombres de las calles, poblaciones, liceos y plazas nos siguen recordando los límites de una alegría que no llegó para las mayorías.

«La Angela en la Angela» fue una actividad orquestada por muchas y muchos. Tanto por organizaciones del territorio como la Coordinadora social y cultural Trepegne que lleva años invitando a Angela a conocer su población, como por quienes decidimos sumarnos a este esfuerzo colectivo por abrir los espacios de su visita más allá de la Academia y las instituciones que han hecho de la única actividad oficial de Davis en Chile, un acto cerrado al que sólo podrán asistir algunos privilegiados. Junto al Museo a Cielo Abierto de La Pincoya, el Grupo de Estudios Feministas El Poder de la Mujer y la Subversión de la Comunidad y desde nuestro Centro Social y Librería Proyección. La idea era hacer de su venida una excusa para dar a conocer la trayectoria militante y el pensamiento crítico de la mujer tras el peinado que ella misma ha visto devenir chapita, polera, semblante en alto contraste, fetiche pop. Más que una discurso magistral, su recibimiento contemplaría un espacio para la lectura colectiva de «Mujeres, raza y clase» los sábados previos a su llegada, un mural en la población que quedaría como testimonio de este hito y un recibimiento popular que incluiría un pasacalle, una feria de organizaciones, talleres abiertos, y por cierto un acto donde el micrófono se compartiría entre pobladores, intelectuales, músicos, y una vocera del Wal Mapu.

Todo comenzó pasadas las 10 de la mañana con las primeras batucadas y grupos de carnaval que partieron desde Vespucio Norte en dirección al escenario central ubicado en la entrada de la población el que en una pésima maniobra municipal, le daba su espalda. Desde incluso antes también, comenzaron a llegar las organizaciones que fueron ocupando las mesas contiguas en una feria que convocó a frentes feministas, serigráficos, preuniversitarios populares, grupos de antipsiquiatría, movimientos migrantes, editoriales independientes, y oficios varios.

El acto dio inicio bajo la animación de Juan Ayala (de Juana Fé) con una presentación de Willy Araña quien interpretaría un rap escrito por él en los noventa titulado «Despierta Angela». Dijo a producción que cantaría a capela, que no era necesario probar sonido, y ciertamente no lo fue, porque seguramente si lo hubiese hecho no habrían dejado que se escuchara amplificado el audio que preparó con el relato sobre la lucha constante de la población tanto en Dictadura como en democracia «como territorio autónomo y lejos de los partidos». La incomodidad de Jadue (PC) y Cariola (PC), quien nos sorprendió a todos al subirse al escenario sin previo aviso, fue evidente. Luego vino la palabra de los fundadores de la Angela quienes recordaron la historia de cuando tomaron su sitio parafraseando al historiador Mario Garcés, quien por presiones del Instituto Hemisphérica, la Municipalidad y la misma Universidad de Chile no fue incluido en el programa final del evento que pasó de dos horas, a una hora y media y luego a menos de una hora de acto público. Rindieron homenaje tanto a la Davis de EE.UU. de la que escucharon por primera vez en los setenta, como a las mujeres de la Davis de Recoleta que habían optado por nombrar su comité de vivienda con su nombre y no el de Martin Luther King Jr. en consideración de su mayoría femenina. Se tomaron su tiempo y no perdieron la oportunidad de recordarle al alcalde de las deudas que tiene con los vecinos quienes seguramente luego de este evento retomarán rápidamente su cotidianidad no pavimentada. Para cerrar este primer momento, vino la interpretación de la lamngen Carmen Nehual, pobladora local quien tocó y cantó para todos en uno de los momentos más emocionantes de la jornada.

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Vino entonces la palabra de la socióloga María Emilia Tijoux quien se ha abocado a desarrollar en Chile investigaciones críticas sobre el racismo, la condición migrante y la miseria de las prisiones en el segundo país con más cárceles por habitante luego de EE.UU. En su presentación aprovechó de rendir homenaje a las mujeres invisibilizadas en la lucha del movimiento de pobladores, y de denunciar la violencia estatal ejercida en la militarización de la Araucanía y el encierro masivo de cuerpos que dejan de ser personas para pasar a ser problemas, o como diría Javiera Blanco de cuando los niños dejan de ser niños y comienzan a ser stock de la burocracia. No fueron más de cuatro minutos los que duró su intervención, menos de lo que tenía asignado porque decidió compartir los cinco siguientes con la lamngen Olga Traipe Antileo, quien a pesar de ser excluida del programa, finalmente fue reincorporada gracias a este movimiento no previsto ni por el mismo presentador. Olga se dirigió a los cerca de mil asistentes para insistir que a pesar de que no sean los escenarios, ni menos los escenarios municipales su espacio de enunciación preferido, no quisiera restarse de una instancia como esta donde vincular la lucha y la criminalización que hoy vive el pueblo mapuche, con la lucha y criminalización que sigue viviendo el pueblo afroamericano en EE.UU. Pueblos oprimidos por Estados capitalistas coloniales que no han dejado de resistir ni luchar incansablemente por su autodeterminación.

Las palabras de Olga acabaron con aplausos extendidos y gritos reclamando la liberación de las presas y presos políticos mapuche, y fue entonces que Ayala dio paso a la presentación del alcalde de Recoleta en medio de pifias y abucheos. No parece necesario extenderse mucho en ello, pero lo cierto es que perdiendo la posibilidad de referirse a la trayectoria de Angela o quizás hablar sobre la lucha Palestina (de la que es parte) y la solidaridad de los pueblos, Jadue ocupó su tiempo en criticar y desestimar las palabras anteriores. Acusando a quienes hablaron antes de él e incluso a parte de los asistentes de promotores del odio, de dedicarse a tirar piedras y dividir al pueblo, y en un giro inesperado que sólo evidenció lo poco que conocía a la persona a quien estaba presentando, resolvió que la figura de Angela es símbolo de la vía no violenta para la transformación de la sociedad. Para cerrar, enfatizó en el dato biográfico que más le interesaba, esto es, la militancia comunista de Davis como un último y patético intento por apropiarse electoralmente del acto.

Finalmente y tras una larga espera, fue el turno de Davis quién se levantó en medio de aplausos y se dirigió a la audiencia para comenzar diciendo la profunda emoción que tenía por ser recibida en una población que la honraba con su nombre. Diría entonces, «pero no me equivoco de creer que ustedes no me escogen a mi como un individuo al tomar ni nombre, se que mi nombre simboliza el encuentro de pueblos que atraviesan fronteras nacionales para hacerle frente al capitalismo, al racismo y el patriarcado. Estoy consciente de que yo no estaría aquí si no hubiera sido por el movimiento de solidaridad internacional que abogó por mi liberación en los años setenta. Este es mi segundo viaje a Chile, la primera fue en 1972 cuando vine a agradecer a todos quienes lucharon por mi libertad justo un año antes del golpe de Estado«. Esta vez en su regreso, le emocionaba estar una vez más en el país de Víctor Jara y Violeta Parra en «este encuentro de personas que se han dedicado a continuar la resistencia y donde además me enorgullece poder atestiguar la fuerza de la cultura y los planteamientos políticos del pueblo mapuche«. Para ella, tal como para quienes trabajamos en la organización de este acto, pensar una lucha intersectorial situada supone necesariamente pensar en una lucha anticapitalista, feminista y antirracista que se articule necesariamente con la lucha de pueblos colonizados. Luego diría, «Siento que existe una conexión entre las luchas que se desarrollan actualmente en Chile y en los EEUU. Como saben, estamos luchando contra el encarcelamiento masivo, el complejo industrial carcelario y la violencia policial contra las comunidades de color. Imagino que han escuchado del movimiento ‘Black Lives Matter’, y como parte del mismo les traigo los saludos de quienes hoy estamos luchando en Estados Unidos. Es una lucha anticapitalista, antirracista y también una lucha feminista. Nuestras luchas están interconectadas«. Se detuvo un momento, sonrió ampliamente y dijo, quisiera terminar con una última palabra, fue entonces que levantó su puño y repitió dos veces como si sólo hubiese venido a ello, «El pueblo unido jamás será vencido».

Javiera Manzi es militante del Centro Social y Librería Proyección

http://www.periodico-solidaridad.cl/2016/07/18/de-cuando-la-angela-volvio-a-chile-a-conocer-a-la-angela-de-la-chimba/