Una de cada diez muertes en nuestro país tiene como causa el consumo de alcohol. La edad de inicio en el consumo es a los 13 años. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Chile es el país con mayor consumo de alcohol en Latinoamérica. Hoy se sabe que el alcohol es la […]
Una de cada diez muertes en nuestro país tiene como causa el consumo de alcohol. La edad de inicio en el consumo es a los 13 años. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Chile es el país con mayor consumo de alcohol en Latinoamérica.
Hoy se sabe que el alcohol es la causa de más de 200 enfermedades. El inicio temprano en el consumo es un factor de riesgo de problemas sociales como violencia intrafamiliar, desempleo, pobreza y puerta de entrada al consumo de drogas ilícitas. A pesar de eso, el alcohol es una droga legal socialmente aceptada. Su consumo en la juventud es un fenómeno extendido y su inicio, muchas veces, es en el contexto familiar.
«NECESITAMOS AYUDA ESPECIALIZADA»
Según la sicóloga María Kalawski, jefa de la División Programática del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), una opinión recurrente de las familias afectadas es que «se necesita ayuda especializada respecto a qué decir, o cómo enfrentar el consumo de alcohol y drogas de sus hijos. Están confundidos con la diversidad de mensajes sobre drogas legales e ilegales y las estrategias de prevención y control. Por ejemplo, se dice que el vino tinto tiene propiedades antioxidantes. Eso está instalado y hasta los médicos lo recomiendan. Pero hay estudios que señalan que para lograr el efecto antioxidante se tendrían que beber 16 botellas diarias».
El informe El consumo de alcohol en Chile: Situación epidemiológica (Senda-Minsal, 2016), confirma que «las consecuencias socio-sanitarias del consumo nocivo de alcohol son elevadas, siendo causa de considerables pérdidas sociales y económicas, tanto para las personas como para la sociedad en su conjunto».
MILLONES DE VICTIMAS EN EL MUNDO
Según la OMS, el consumo de alcohol es uno de los principales factores de riesgo para la salud pública, y es responsable de 3.3 millones de muertes anuales en el mundo, o sea el 5,9% de todas las defunciones. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), entre 2010 y 2015 los episodios de consumo excesivo en América Latina aumentaron de una tasa del 4,6% al 13,0% en las mujeres y del 17,9% al 29,4% en los varones. La mayoría de los estudiantes bebieron su primera copa antes de los 14 años. En 2010, alrededor de catorce mil defunciones de menores de 19 años se atribuyeron exclusivamente al alcohol.
Sobre el consumo de alcohol en Chile, el informe Senda-Minsal 2016 señala que en la población escolar el 16,6% de los alumnos de 8º básico ha consumido alcohol el último mes, mientras en 4º medio la cifra se triplica y alcanza al 51,4%. Casi dos de cada tres escolares reportaron consumo intensivo. En la encuesta del Senda (2014) la prevalencia de consumo de alcohol alcanza al 48,9% de la población. Se estima que 4.801.318 personas entre 12 y 64 años consumieron alcohol el último mes. Cuando se evalúa el consumo intenso o binge drinking (cinco o más tragos en hombres y cuatro o más en mujeres), se concluye que 2.097.615 personas declaran haber experimentado a lo menos un episodio de embriaguez en el último mes, lo que corresponde a un 43.6% de la población consumidora.
Según cifras de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset, 2014) en el grupo de conductores es posible apreciar que «el 20% de las muertes en accidentes de tránsito ha tenido como causa el consumo de alcohol, como conductor o peatón».
ALCOHOL: LA DROGA POPULAR
El alcohol es la droga más consumida en Chile. Las cantidades son mucho mayores en comparación con otros países del continente. Pero la cantidad no es el único elemento que caracteriza los problemas relacionados con el consumo: «Para realizar un análisis completo del fenómeno se considera necesario describir y agregar otros indicadores asociados a los patrones y características de consumo de la población. Por ello, es necesario abordar los patrones de consumo y en ello diferenciar los potenciales efectos negativos de cada uno. En comparación a los países de la región, Chile se sitúa en el primer lugar en cantidad de consumo de alcohol al año, con 9,6 litros de alcohol puro per cápita en adultos», señala el informe Senda-Minsal.
Cifras de la OMS (2014) dan cuenta que el volumen de etanol presente en todos los tipos de alcohol consumidos en Chile, representa 1.099.000 litros anuales, cifra que alcanza los 61,3 litros por persona. «En relación a los periodos de tiempo en los que acontece el consumo de alcohol en nuestra población, se estima que el volumen de alcohol ya mencionado se consume en sólo 1,6 días promedio a la semana, es decir, el consumo de alcohol se focaliza en cortos periodos de tiempo. A modo comparativo, en países de alto consumo, como Francia, la mitad de la población consume todos o casi todos los días de la semana, y un porcentaje muy bajo de la población (menos del 5%) consume en grandes cantidades, sobre 60 gramos». El consumo promedio en Chile sería de 55 gramos de alcohol puro por persona al día, según cifras de 2010. «El patrón de consumo promedio en nuestro país estaría asociado a atracones de consumo, focalizados en un día o dos a la semana. El rango etario de 18 a 29 años presenta patrones de consumo más problemáticos, llegando a un promedio de 80 gramos de alcohol puro el día de consumo». Para la OMS el límite de consumo considerado de bajo riesgo es de hasta 20 gramos diarios de alcohol, que no debe repetirse por más de cinco días a la semana, recomendando al menos dos días sin consumo. Se hace hincapié, además, en que las mujeres deben consumir menor cantidad: «El consumo de más de 12 gramos de alcohol diario en mujeres se asocia a un aumento de probabilidad de cáncer de mama, pues sobre estas cantidades diarias aumenta el riesgo de ocurrencia de más de doscientas enfermedades crónicas».
DELITOS Y COSTOS DEL ALCOHOLISMO
Existe clara asociación entre los efectos del alcohol y la accidentabilidad. Según la Conaset, el alcohol estuvo presente en 5.654 accidentes en 2014. Se produjeron 5.142 lesionados y 193 fallecidos. «Es importante mencionar que una vez implementada la Ley Tolerancia Cero, en 2012, se registró una baja importante en la mortalidad por alcohol, la cual ha ido volviendo a la tendencia que presentaba en años anteriores. Posterior a esta ley, en 2014, se promulgó la Ley Emilia». Otro estudio publicado en 2010, cuyo objetivo fue estimar la fracción de delitos atribuibles al consumo o abuso de alcohol y otras drogas en adolescentes y adultos, observó que el 37% de los delitos tienen alguna relación con el consumo de alcohol y drogas en población adulta, mientras que en los adolescentes llega al 21%. Cuando se realizó la estimación en relación al consumo de drogas y/o alcohol, los porcentajes aumentaron a 57% y 32% respectivamente, evidenciando que la contribución del alcohol en estas acciones es de gran importancia.
Sobre los costos económicos y sociales del consumo de alcohol, dos estudios han intentado estimarlos. Uno concluyó que el costo que genera el consumo de drogas ilícitas y alcohol en Chile, en 2006, fue de 882.512 millones de pesos, representando un 1,14% del Producto Interno Bruto. Los costos mayores los representan las pérdidas de productividad por los años de vida saludable perdidos por la dependencia del alcohol.
ESCOLARES Y JOVENES CAUTIVOS DEL ALCOHOL
Según el Décimoprimer estudio nacional de drogas en población (2014) , la prevalencia de consumo en el último año subió 7,6 puntos porcentuales, llegando a 63,4%. Desde 2012, Senda indaga respecto del consumo de sustancias en mayores de 17 años que declararon tener licencia de conducir: «Un 14,2% condujo bajo la influencia del alcohol alguna vez en el último año, conducta más frecuente en hombres (16,2%), en el grupo de 26 a 34 años (22,9%) y en niveles socioeconómicos altos (16,2%)».
La juventud tiene índices de consumo de alcohol y drogas más altos. Los escolares tienen un consumo alto y con fuerte tendencia de crecimiento. «La prevalencia de consumo de marihuana pasó del 20% al 30%, o sea, fue una subida en dos años del 50%. Pero eso no es lo preocupante, lo preocupante es que hay un consumo frecuente de alcohol del 60%, y todos sabemos que es mucho más grave para la salud mental o biológica», señala el académico y experto en drogas Ibán de Rementería. «En los hechos -agrega- según estadísticas oficiales entre 2006 y 2014 el consumo de marihuana creció en 56,9%, el de clorhidrato de cocaína aumentó en 7,7%, en cambio, el consumo de pasta base cayó en 16,7%. Los crecimientos en los consumos de drogas y alcohol entre escolares, estarían indicando que el modelo de control penal no está cumpliendo su propósito. En términos estadísticos, el 75% de quienes usaron alguna vez drogas han dejado de hacerlo, en tabaco el 31% lo ha abandonado y solo el 17% de quienes han usado alcohol lo han dejado».
Según los datos recogidos por el Décimoprimer estudio nacional de drogas en población escolar de Chile (ENPE, 2015) , independiente del sexo, dos de cada tres estudiantes que han consumido alcohol lo probaron por primera vez antes de los 15 años: «Por su parte, la edad de inicio promedio del consumo muestra un aumento significativo respecto a 2013, llegando a los 13,8 años. Respecto de los estudiantes que reportaron consumir alcohol en el último mes, la proporción que declaró haber bebido cinco o más tragos en una sola ocasión durante los últimos treinta días fue de 64,4%. Es decir, dos de cada tres estudiantes han tenido a lo menos un episodio de consumo intenso (o embriaguez) en los últimos treinta días: 67,7% de los hombres y 61,4% de las mujeres (…) Se observa un aumento significativo en 4º medio pasando de un 65,2% en 2013 a un 69,8% en 2015. Siete de cada diez estudiantes de 4º medio que declararon consumir alcohol en los últimos treinta días ha tenido a lo menos un episodio de embriaguez en ese periodo de tiempo».
Publicado en «Punto Final», edición Nº 876, 26 de mayo 2017.