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Muro de los Nombres en Villa Grimaldi, un memorial vivo

Fuentes: Rebelión

Hace 19 años, el 12 de diciembre de 1998, se inauguró en Villa Grimaldi el Muro de los Nombres, un hito simbólico y reivindicatorio para la memoria de las víctimas de las violaciones a los derechos humanos del ex Cuartel Terranova, sus familiares y sobrevivientes, y a través de ellos, a toda la sociedad que […]

Hace 19 años, el 12 de diciembre de 1998, se inauguró en Villa Grimaldi el Muro de los Nombres, un hito simbólico y reivindicatorio para la memoria de las víctimas de las violaciones a los derechos humanos del ex Cuartel Terranova, sus familiares y sobrevivientes, y a través de ellos, a toda la sociedad que fue afectada por el terrorismo de Estado en Chile.

Este muro se constituyó, de esta forma, como un lugar de recogimiento y conmemoración, transformándose en parte importante de la obra arquitectónica del Parque por la Paz, siendo el punto culmine del llamado «camino de la vida», uno de los dos ejes simbólicos que definen a este sitio de memoria.

Este significado, no es menor. A diferencia del Muro de los Nombres del Cementerio General, que se erige en un lugar de muerte y con distancia hacia los visitantes, en Villa Grimaldi se pensó relacionar al memorial con la vida, la reflexión y la cercanía, lo que se ve refrendado con las ofrendas de claveles y velas dejados en cada actividad conmemorativa que se realiza. Asimismo, en su condición de «memorial vivo», el muro es soporte para los recorridos pedagógicos, recibiendo cientos de estudiantes cada día.

Cuando el memorial fue inaugurado, en diciembre de 1998, contenía 226 nombres, de personas que, a esa fecha, habían sido considerados como ejecutados políticos o detenidos desaparecidos de Villa Grimaldi. Esta primera lista se basó en la información proporcionada por familiares, sobrevivientes y en los escasos antecedentes oficiales que existían en aquel momento.

En el discurso de su inauguración, titulado «La memoria es más fuerte», se hacía referencia de forma crítica a la «transición» y su idealización como un proceso democrático ejemplar, que sólo ayudó a la invisibilización de la trágica herencia política, social y económica de la dictadura cívico-militar, lo que constituiría la ‘memoria oficial’. Para los sobrevivientes, en aquel contexto, el Muro de los Nombres fue la reivindicación de la llamada ‘memoria social’, surgida «en torno a caídos y sobrevivientes, (…) esparciéndose por toda la humanidad (…) en una oleada de verdad y justicia».

Lo anterior evidenciaba las limitaciones de las políticas de memoria estatales respecto a la recuperación de sitios en los que ocurrieron violaciones a los derechos humanos, las memorias asociadas a las víctimas y cómo se relevaba el papel de los familiares y sobrevivientes en estos procesos. En resumen, la memoria se centraba solamente en la reconciliación, sin considerar la revisión del terrorismo de Estado.

Ahora, en un contexto social y político que reconoce las atrocidades cometidas por la dictadura cívico-militar, se re-inauguró este memorial con 241 nombres, reivindicando la memoria de quince personas que fueron asesinados o vistos por última vez con vida en el ex Cuartel Terranova. Su presencia quedó grabada para siempre en este Muro, en el Parque por la Paz.

Esta iniciativa es también una recuperación de la trayectoria de los años de lucha de familiares y sobrevivientes, y marca, como un hito, una imagen del presente, que probablemente deba, como lo hacemos hoy, actualizarse en el futuro.

Daniel Rebolledo es  Coordinador Área Museo del Parque por la Paz Villa Grimaldi- Chile

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.