«Alcanzar la igualdad de género y empoderar a las mujeres no sólo es lo correcto, sino que es un ingrediente fundamental en la lucha contra la pobreza extrema, el hambre y la malnutrición», aseguró hoy el Director General de la FAO, José Graziano da Silva.
Estas cifras subrayan la importancia de garantizar que las mujeres rurales cuenten con igualdad de oportunidades, según el Director General de la FAO «Todo es cuestión de oportunidades.
Las evidencias demuestran -dijo- que cuando las mujeres cuentan con oportunidades, los rendimientos en sus explotaciones aumentan y también sus ingresos. Los recursos naturales se gestionan mejor. Mejora la nutrición.
Y los medios de subsistencia están más protegidos». Por este motivo las mujeres rurales son actores clave en el esfuerzo para lograr todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero especialmente el ODS2, liberando al mundo del hambre y la malnutrición», explicó Graziano da Silva.
Hambre Cero: imposible sin contar con las mujeres.
El Comisario europeo de Cooperación Internacional y Desarrollo, Neven Mimica, señaló a los participantes del evento que: «a menudo se dice que si educas a una mujer, educas a toda una generación. Lo mismo ocurre cuando empoderamos a las mujeres en cualquier ámbito, no sólo con el acceso al conocimiento, sino también a los recursos, la igualdad de oportunidades y dándoles voz». Sin embargo, las estadísticas actuales sugieren que el mundo no está alcanzando este objetivo, según Mimica.
«Sabemos -dijo-que los rendimientos agrícolas aumentarían en casi un tercio si las mujeres tuvieran el mismo acceso a los recursos que los hombres. Como resultado, habría hasta 150 millones menos de personas hambrientas en el mundo. Y sabemos que los niños tienen perspectivas de futuro mucho mejores cuando sus madres están sanas, y cuentan con recursos económicos y formación.
Especialmente durante los primeros mil días de la vida del niño». «Si queremos de verdad poner fin a la pobreza y al hambre de una vez por todas, necesitamos ampliar todos nuestro apoyo a las mujeres de las zonas rurales. Como forma de invertir en las familias, en nuestras comunidades, en nuestras sociedades y en el futuro de nuestro planeta», dijo el Comisario de la UE.
Cerrar la brecha de género Gabriela Matecná, ministra de Agricultura y Desarrollo Rural de Eslovaquia y actual Presidenta del Consejo de la Unión Europea, señaló por su parte que «la brecha de género impone costes significativos a la sociedad, en términos de pérdidas de producción agrícola, seguridad alimentaria y crecimiento económico».
Aunque casi la mitad de la mano de obra agrícola del mundo es femenina, señaló, las mujeres poseen menos del 20 por ciento de las tierras de cultivo. Al mismo tiempo, el 60 por ciento de las personas que padecen hambre crónica en el planeta son mujeres o niñas. Sin embargo, «cuando las mujeres se ven plenamente involucradas, los beneficios pueden verse inmediatamente: las familias están más sanas y mejor alimentadas; sus ingresos, ahorros e inversiones se incrementan.
Y lo que es cierto de las familias, también lo es para las comunidades y, a largo plazo, para el país entero», añadió Matecná.
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