No procede reiterar aquí la relación calamitosa de déficits, retrocesos y otros horrores que hoy afligen a la sanidad pública en Cataluña, y en todo el Estado. Las cifras son demoledoras y requieren poca explicación y sí mucha reacción. En Cataluña, según las propias fuentes del Departament de Salut hay más de 164.000 personas en […]
No procede reiterar aquí la relación calamitosa de déficits, retrocesos y otros horrores que hoy afligen a la sanidad pública en Cataluña, y en todo el Estado. Las cifras son demoledoras y requieren poca explicación y sí mucha reacción. En Cataluña, según las propias fuentes del Departament de Salut hay más de 164.000 personas en lista de espera/desespero para alguna intervención quirúrgica, o más de medio millón para una prueba diagnóstica. Las cifras reales que nosotros manejamos a pie de Marea Blanca aún las superan.
Detrás de la terrible estadística hay personas abatidas y enormes cantidades de sufrimiento, dolor y de muerte. Pero esta insoportable crueldad parece estar perfectamente digerida y descontada en los planes del Departament. Todo controlado. Lo público se empobrece y lo privado se enriquece.
El locuaz conseller Toni Comín, acaba de realizar un nuevo ejercicio de prestidigitación en el manejo técnico del desastre. En su última comparecencia de la Comisión de Salud del Parlament (15/3/17) habló y disertó sobre un «grado de cumplimiento» de objetivos del 85% de lo anunciado a inicio de la legislatura. Una sucesión compulsiva de power points, con ilustraciones y bolitas de colores. Se siente satisfecho, se quiere más cada día y pretende aniquilar cualquier crítica desde la oposición. Una exuberancia y autobombo que llegan a ofender en tiempos de dolorosas carencias y miserias en lo público.
La situación en estos tiempos es ya crítica, después de un quinquenio negro (2010-2015) exculpado, el del Boi-Ruizismo caracterizado por la ejecución palmaria de su estrategia neoliberal sin rubor ni anestesia. Los recortes austericidas y sostenidos año tras año, que como la lluvia sobre suelo mojado, han acabado llevando al límite un sistema sobrexplotado, parasitado y con un@s trabajadores concienzudos pero ya exhaustos y al borde de tirar la toalla y a manifestarlo. Sometidos a una reducción acumulada de inversión financiera de un 14 % en los presupuestos, que llega a un 20 % en Asistencia Primaria, que supone más de 6.000 puestos de trabajo eliminados. Miren lo que explican varios médicos/as, enfermeros/as y personal sanitario del CAP de Can Vidalet en Esplugues de Llobregat.
En paralelo los beneficios del sector privado siguen creciendo, y en los casos más significativos a costa de los mismos recursos derivados desde lo público vía concierto o externalización.
Las pólizas de seguros privados, para evitar las esperas, siguen al alza sistemática: un 3’43 % en 2016, con más de 11 millones de ciudadanos subscriptores. Cataluña la segunda del ranking con un 28’36 de la población (detrás de Madrid con un 33’9 % y seguida de Baleares y Euskadi). Las grandes multinacionales del sector bio-sanitario y farmacéutico se han volcado en el suculento «mercado» de la salud, ya sea la alemana Fresenius o las últimas de origen chino.
Presupuestos de Cataluña (2017)
Y en ese contexto nos encontramos en Cataluña en la negociación de Presupuestos para 2017. Un ejercicio de regateo y de goteo de partidas que suben, bajan o aparecen, en función de la «i-lógica» de la suma de votos en el Pleno , de las prioridades partidarias, de una minoría de Junts x Sí que precisa el apoyo de las CUP y se mueve instalada y exculpada en la exigencia del guión independentista. Y a ser posible sosteniendo públicamente que estos son unos presupuestos «sociales», los que más. Cuando NO lo son en absoluto.
Las insuficiencias son notorias y para muestra ilustrativa la tórpida negociación para aprobar, o no, una partida que permita la Renta Garantizada de Ciudadanía (RGC). En lo sanitario se argumentó que a la cifra de continuidad pasiva se incrementaban 408 millones € adicionales como muestra de la sensibilidad social y de respuesta a la emergencia sanitaria. En el regateo la tijera los ha rebajado substancialmente. En el caso de la partida dedicada a paliar las listas de espera (conceptuada como plan de shock -?-) con 100 millones, se ha quedado en la mitad (57). Las movilizaciones han saltado de inmediato a la calle y han ocupado incluso la vicepresidencia económica del gobierno del incombustible Sr. Junqueras. El Departament nos traslada su imposibilidad de rescate dinerario en el presupuesto… pero su voluntad de «resolver» el recorte por la vía de posteriores ajustes del déficit, o de gestiones similares.
Pero pasó la etapa de los gestos. Pasó el momento de los titulares del conseller anunciando la «Gran desprivatización», para acabar con la no renovación de un concierto agotado a una/la Clínica del Vallés, o con un alboroto mediático por el anuncio no ejecutado de la compra del Hospital General de Catalunya (a cambio de la no construcción de otros dos en la comarca). Y se acabó.
Y es que no se trata de que, en un detalle de magnanimidad o buen rollo, no nos consuelen con esos 50 millones que faltan para listas de espera. No es eso. Una gota de agua en una tierra desecada a golpe de austeridad. Simplemente exigimos que las cantidades aparezcan en los presupuestos debatidos y presumiblemente aprobados, como expresión del compromiso político para satisfacer un derecho legítimo y una necesidad perentoria. Los derechos se atienden con luz y taquígrafos, con trasparencia y responsabilidad.
¿Por qué hablamos de un momento crucial? Eppur si muove
Aunque no se publiciten en los medias de implacable control y servidumbre al sistema, lo más cierto es que en los últimos tiempos, y producto de la insoportable degradación que afecta a tantas personas y colectivos, las luchas reivindicativas y las Mareas promovidas desde los movimientos sociales han incrementado también su rebelión y su denuncia.
Incluyendo éxitos ocultados. Como la liquidación del proyecto del Consorcio (privatizador) de Lleida, o el programa Visc+ para la cesión y venta de datos, el big data de la sanidad y ahora reconvertido en programa- auca PADRIS, que aunque no garantiza blindaje público, manifiesta al menos su NO intención de comercialización. Como nunca se reconoció la victoria en contra de aquel brutal REpago llamado «Euro por receta«, de aquel conseller de la patronal que acabo en fiasco vergonzante y en un todavía pendiente compromiso de retorno de lo Repagado a quienes REpagaron sumisamente.
La propia concienciación de la necesidad de confluir en las luchas por los derechos sociales y los Servicios públicos, en una alianza entre pensionistas, enseñantes, parados, deshauciados, y otras plataformas en una Marea de Mareas, es una realidad esperanzadora. Como lo es la puesta en marcha de una Coordinadora de Mareas Blancas por la sanidad pública a nivel estatal, y esta a su vez en contacto con los movimientos activos en Europa.
El próximo día 7 de abril, Día internacional por la Salud las movilizaciones serán extensas e intensas en toda Europa. Hay que colaborar con la campaña europea colgando sábanas blancas en todos los balcones y ventanas a nuestro alcance para hacer ver y notar que no renunciamos a la Sanidad pública y que no cejaremos hasta revertir la actual deriva y la recuperación de verdaderos Sistemas Públicos (al 100%) Nacionales de Salud.
En la vertiente mercantil-economicista opuesta ha cundido la alarma y así vemos como se constituye y anuncia la creación de un autentico lobby llamado Cercle de Salut a imagen y semejanza del Cercle d’Economia y que reagrupa a las personalidades y personajes más neoliberales de las recientes etapas del boyante mantra público-privado. O como dese el Departament (CATSALUT) se está articulando a toda velocidad un llamado «Anteproyecto de Ley de Fórmulas de Gestión de la Asistencia Sanitaria con Cargo a Fondos Públicos«, un sofisticado eslabón legislativo superior para «ordenar», proteger, y abrir la puerta legal a la actividad privada y la concertación en/con centros públicos.
Se imponen tiempos de REvuelta. La receta está bien documentada y compartida
REvertir todo lo que nos han depredado y parasitado. REabrir camas, quirófanos y servicios cerrados. REcontratar a miles de trabajador@s de la red pública que han visto como se liquidaban sus puestos de Trabajo. REinvertir en la financiación pública vía presupuestos generales de toda la asistencia que atiende a este derecho. REforzar especialmente la Asistencia Primaria y comunitaria recortada hasta el límite del 20 % en los últimos ejercicios. REcuperación de la debida protección y sostenimiento de la Salud Laboral, la Salud mental, la Salud Pública. REchazar toda forma de REpago. Reformar de abajo a arriba todo el esqueleto del Sistema con la imprescindible participación ciudadana en forma empoderada y co-decisoria. REformular una nuevo y esperanzadora construcción de una Nueva Cultura de la Salud. REsisitir y REcuperar la dignidad, la esperanza, la movilización por la equidad, universalidad y calidad de las atenciones sanitarias y socio-sanitarias. REvolucionar una situación que no puede seguir sumida en el miedo y la REsignación.
Toni Barbará Molina. Secretario de Dempeus per la Salut Pública y miembro de la Marea Blanca de Catalunya.
Fuente: http://lamentable.org/autodefensa-ante-crisis-sanitaria-publica-cataluna/