Anteponer la lucha de clases a la identitaria. Luchar de forma consecuente por la república y la democracia. Dignificar a los olvidados por la transición. Libertad de los presos políticos. Condena del franquismo y enjuiciamiento del PP por la corrupción. Bajo una crisis económica que golpea a los trabajadores de casi todas las clases, […]
Anteponer la lucha de clases a la identitaria. Luchar de forma consecuente por la república y la democracia. Dignificar a los olvidados por la transición. Libertad de los presos políticos. Condena del franquismo y enjuiciamiento del PP por la corrupción.
Bajo una crisis económica que golpea a los trabajadores de casi todas las clases, menos a la burguesía, a los terratenientes, a la jerarquía eclesiástica, a la monarquía y al caciquismo político de los cobros en B o del 3%, estamos inmersos en un debate que no es el nuestro, el de los bandos nacionalistas. El nacionalismo español y el nacionalismo catalán, sus burguesías, y sus partidos de derechas (PP-Cs-PDeCAT), pro-UE, pro-OTAN.
El que escribe no es partidario de ninguno de los dos bandos, como miembro orgulloso de la clase obrera dispongo de mi propia posición política y de clase, ante la falta de una organización comunista en Catalunya digna de tal nombre. Soy catalán pero no independentista, y también español pero no monárquico, por lo que difícilmente se me puede encuadrar en la triada nacionalista monárquica del PP-PSOE-Cs.
Susana Díaz, a la que también le gusta pesar en río revuelto, dice que el principal problema de España es Catalunya, pero la mayoría de los ciudadanos y trabajadores no pensamos así según las encuestas (1), ya que el paro, la enseñanza, la sanidad y la corrupción están por delante. Por tanto, los problemas principales son los derivados de la crisis y de la transición política, ya que la corrupción del capitalismo español tiene anclaje desde el franquismo. Seguimos con el mismo reparto de la riqueza, los mismos poderes financieros, industriales, latifundistas y las mismas familias (los Botín, March, Ybarra, Koplowitz, Del Pino, Entrecanales, Serratosa, Abelló…), las mismas instituciones recicladas que participaron en el genocidio franquista (ejército e iglesia), la misma bandera, y el mismo himno.
Voy a hablar de los grandes olvidados desde la transición hasta nuestros días, olvidados por quienes golpean con el 155 para suspender la autonomía catalana y por quienes de forma unilateral y sin garantías democráticas proclaman la independencia de Catalunya (DUI). Voy a hablar de la lucha de clases, de la crisis económica y sus consecuencias (paro, recortes sociales y pobreza), de la democracia, la involución de los apartados sociales de la Constitución Española (CE), de nuestra historia obrera, republicana y antifascista, de los que lucharon y de los que aún sobreviven a nuestra memoria colectiva, y de los objetivos democráticos de ruptura democrática que fueron enterrados por la transición.
Con el fuego cruzado del nacionalismo los media están sólo enfocando Catalunya, la lucha de las trabajadoras de Bershka (Inditex) por la igualdad salarial o de los murcianos por el soterramiento del AVE son silenciadas, ya no se habla contra los recortes, de que faltan hospitales y escuelas públicas, de que falta aumentar las pensiones y que estas sean sostenibles, de que falta aumentar los salarios y acabar con la precariedad laboral, de que falta profundizar la democracia, superar el régimen del 78, de que sobran gastos militares, las bases militares extranjeras y la OTAN, de que sobran subvenciones públicas a la iglesia y su control de la enseñanza, de que sobra tanta policía, que tenemos más policía que en Alemania, y de que sobra la monarquía como forma de Estado.
En síntesis, la crisis económica, los recortes y la corrupción capitalista se identifican de forma clamorosa con el régimen político que tenemos en España y Catalunya y ambas derechas a un lado y otro del Ebro aprovechan el nacionalismo para tapar los problemas sociales, sus recortes y sus corrupciones.
A aquellos falsamente catalogados como izquierda, que justifican las cargas policiales en Catalunya y Murcia, y que h0y hablan de la «mayoría silenciosa» del 😯 y el 29-O, no tan silenciosa, junto a la ultraderecha y la derecha española, quiero decirles que estos son los grandes temas olvidados, por ellos también.
La Constitución Española es cotidianamente vulnerada en nuestros derechos sociales
La CE en su momento fue un pacto interclasista que reflejó el poder del movimiento obrero y antifranquista en nuestro país, pero las nuevas libertades fueron vistas como un fin, no como un medio, el eurocomunismo impuso en el PCE y el PSUC que la acción política se limitara al campo electoral, abandonando la organización en las fábricas, barrios y centros de estudio, abandonando los frentes de masas de la lucha de clases, renunciando a luchar por la república y la conquista del poder de los trabajadores, mientras que desde el minuto uno las clases dominantes hispanas se pusieron dialécticamente a trabajar para desmontar una a una las conquistas sociales. Desde los pactos de la Moncloa, el Estatuto de los Trabajadores (E.T.), los gobiernos de UCD y el bipartidismo PSOE-PP y las directrices impuestas desde la UE a España desde el Tratado de Maastricht hasta nuestros días, convirtieron en papel mojado uno a uno nuestros derechos:
Artículo 9. Libertad e igualdad:España es el país de la OCDE en el que más ha crecido la desigualdad desde el inicio de la crisis, superando en 14 veces a Grecia. Es junto a Letonia el país con más desigualdad de ingresos de la UE. Hay 13,4 millones de personas en riesgo de exclusión, el 29,2% de la población.Según Intermón Oxfam el 1% más rico concentra más riqueza que el 70% de la población más pobre.
Artículo 20. Libertad de expresión: Para los dueños de los medios de comunicación y de las empresas.
Artículos 21 y 28 derechos de manifestación y huelga: Tras la última huelga general del 29M 2012 fueron condenados a multas y prisión 300 trabajadores.
Artículo 27. Derecho a la enseñanza. La enseñanza básica es obligatoria y gratuita: El coste medio para un hijo/a de 0 a 15 años en el 2006 era de 4.090 €. El precio medio de primera matrícula universitaria de 1100 €/año.
Artículo 35. Derecho al trabajo: Despido Libre. Tasa de paro más alta de la UE junto a Grecia. Aumento población emigrada desde la crisis.
Artículo 37. Derecho a la Negociación Colectiva: La existencia de las ETTs, la eliminación de la prórroga de los Convenios (ultraactividad), la prioridad de los convenios de empresa sobre los de ámbito superior, las atribuciones al empresario para ampliar jornada, reducir salario, imponer movilidad funcional y geográfica, introducidas en la última reforma laboral, elimina de facto el derecho de la mayoría de los trabajadores a la Negociación Colectiva.
Artículo 40. Jornada, descanso laboral y Seguridad e higiene: La precariedad laboral, las largas jornadas de trabajo y el estrés provocaron 566.235 accidentes laborales en 2016, de los cuales 629 fueron mortales.
Artículo 43. Protección a la salud: El libre mercado impone un sistema de sanidad que reporta beneficios al capital privado, por medio de los grupos farmacéuticos, de servicios, los conciertos con la sanidad pública y su privatización, con tratamientos que no son cubiertos por la sanidad pública y largas colas de espera superiores a 3 meses para una operación. Según la OCU las familias gastamos de media 1378€ en el 2014 en medicinas y tratamientos.
Artículo 45. Medio Ambiente. Calidad de vida: No se impulsa y se penaliza la aplicación de las energías renovables no contaminantes, favoreciendo los intereses de las grandes compañías energéticas privadas.
Artículo 47. Derecho a la vivienda: Según Cáritas existen 40.000 personas sin hogar en el 2016. Según la PAH más de 400.000 familias han sido desahuciadas desde el inicio de la crisis en el 2008. España es líder de la UE en viviendas vacías, con 3,5 millones.
Artículo 50. Pensiones adecuadas, actualizadas y suficientes para la tercera edad: La pensión media en España es de 916,17€ en marzo de 2017 mientras que el salario medio ronda los 1600€.
Artículo 51. Defensa de los consumidores: La tendencia es la reducción del consumo de bienes al aumentar el paro y bajar el peso de los salarios en la Renta Nacional. En Catalunya desde el inicio de la crisis los salarios han caído del 50% al 46% de la RN.
En este cuadro vemos cómo no se cumple la CE, ¡¡¡no se cumple la ley!!!, pero el gobierno no les va a aplicar ningún 155 por ello, al contrario, siguen gobernando para los intereses de una minoría de explotadores, ¿cómo van a morder la mano que les da de comer?. En consecuencia la sacrosanta CE del 78 es un papel mojado cuando se trata de garantizar los derechos del pueblo trabajador, y una ley implacable para garantizar los derechos de las clases dominantes.
Los daños «colaterales» de la transición
En España se aceptó la monarquía sin referéndum porque las encuestas decían que la república ganaba en 1977, lo dijo Suárez en 1995, se aceptaron los pactos de la Moncloa que sirvieron para que la clase obrera pagara la crisis económica hundiendo la capacidad adquisitiva del proletariado español, el E.T. anuló las conquistas que el movimiento obrero arrancó al franquismo, se aceptó un modelo de Estado uninacional, renunciando al carácter multinacional de España que Dolóres Ibárruri defendía en 1970 (56) y que el PSOE también defendió en la lucha antifranquista, se aceptó la economía de libre empresa y libre mercado renunciando al cambio de las relaciones de producción capitalistas, se aceptó las instituciones de la guerra fría (UE y OTAN), se introdujo las primeras políticas neoliberales junto al thatcherismo en Gran Bretaña…
A priori el nuevo régimen nos impuso una ley electoral preconstitucional (Ley D´Hondt) con la que legitimaba el bipartidismo y los nacionalismos periféricos en prejuicio de la única organización que había luchado en la oposición franquista por la democracia, el PCE en España y el PSUC en Catalunya.
Y durante la transición se cometieron tres genocidios:
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uno el de la impunidad del régimen franquista, sus crímenes y criminales, sus símbolos fascistas y nazis que son legales, lo que permitió a los fascistas continuar en política blanqueados en AP y UCD y en los aparatos del Estado (judicial, legislativo, ejecutivo, militar, policial, educativo…);
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otro el del olvido de quienes murieron en la guerra, los campos de exterminio nazi y los que fueron condenados por sedición por los tribunales franquistas y yacen hoy sus huesos en fosas comunes por toda la geografía hispana, soportando durante décadas el desprecio de las instituciones «democráticas» hacia las víctimas del franquismo;
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y por último el olvido del porqué murieron, por la democracia y la república, contra el golpe de estado apoyado por los militares fascistas y nazis de Italia y Alemania.
Como ya dije en un artículo anterior (2), a nivel internacional España no es un país independiente, ni anti-imperialista, dispone de una soberanía limitada al estar alineada a las instituciones del imperialismo, la OTAN y la UE, con el mantenimiento de bases militares yanquis, y el apoyo abierto a las guerras imperialistas de recolonización (Irak, Libia, Siria), donde la base militar de Morón se convierte en base permanente de la OTAN africana. El régimen del 78 es aliado de regímenes reaccionarios como los de Arabia Saudí, Israel, Kiev y una plataforma de injerencia contra los gobiernos democráticos, progresistas y anti-imperialistas de Latinoamérica apoyando abiertamente a la ultraderecha y el golpismo (Venezuela, Bolivia, etc.).
La lucha por la democracia y la república federal
En la UE, que es desde su nacimiento una estructura económica imperialista, neocolonialista, militarista, donde impera el desarrollo dependiente y desigual del capitalismo, la dominación de las oligarquías financieras sobre la clase obrera y de los países acreedores sobre los deudores, la soberanía e independencia de los países contemplada en sus constituciones ha sido arrojada por la borda. Cuando se plantea el derecho de autodeterminación, abstraerse de esta realidad, de la existencia de la lucha de clases y del imperialismo es además de reaccionario, un engaño. No hay posibilidad de una soberanía popular ni de alternativa socialista a la crisis capitalista en los marcos de la UE. Algo que la mayoría del movimiento independentista catalán ignora, ya que ve en la UE su tabla de salvación.
Cualquier proceso revolucionario en España que pugne por dar el poder a los trabajadores, hoy en manos de las burguesías, y de resolver la cuestión nacional, pasa por romper con las instituciones de la guerra fría y superar el régimen del 78 realizando la ruptura democrática pertinente.
Soy marxista y leninista, y Lenin decía que la clase obrera bajo el imperialismo debe luchar por todas las reivindicaciones democráticas, incluyendo la república democrática, la igualdad y el derecho de las naciones a la autodeterminación, y que esta lucha consecuente por la democracia, que es la forma más clara para la lucha de la clase obrera, no se puede aplazar hasta el socialismo (3).
Pero Lenin está maldito, utilizado por unos para defender el independentismo y olvidado por otros para defender la legalidad burguesa de hoy. Pero Lenin no era nacionalista, ni independentista, ni monárquico, era comunista, internacionalista, republicano y revolucionario en todos los sentidos. Para él la república, la igualdad y el derecho de autodeterminación en las naciones europeas era una cuestión política, no jurídica, ante la cual siempre tomaba partido en función de los intereses de la clase obrera.
La clase obrera debe disponer una estrategia democrática propia
El independentismo en su vertiente de izquierdas ha ganado adeptos dentro de la clase obrera con su lenguaje rupturista, sencillamente porque no apoyan la monarquía y ven a España del PP, irreformable. Pero se equivoca al identificar con España todo lo reaccionario, olvidando la historia obrera, republicana y antifascista, y olvidando a quienes hoy siguen defendiendo una posición alternativa a la monarquía en España. Ni España es la historia sólo de reyes y patíbulos, lo mismo que Catalunya no es sólo la historia de somatenes y burgueses. En la cultura de izquierdas y comunista no puede haber espacio alguno para la catalanofobia ni la hispanofobia. Nuestra historia es una historia de lucha de clases donde las clases populares con la clase obrera a la cabeza han escrito páginas gloriosas de conquistas sociales y políticas en la lucha por la democracia y en la lucha por el socialismo como régimen social opuesto al capitalista tanto en Catalunya como en España.
Lo que no se puede entender es que en Catalunya «nuestros» parlamentarios carezcan de una posición independiente, unos con Albano Dante a la cabeza coqueteando con el independentismo y planteando candidatura unitaria con ellos, y otros coqueteando con el régimen constitucional monárquico, sin plantear una propuesta propia de referéndum de autodeterminación y la defensa de la república federal.
¿Dónde están las banderas republicanas? ¿Porqué nuestros representantes de izquierda parlamentaria de CSQP o de UP no las llevan? ¿Porqué no convocan manifestaciones en Catalunya por la IIIª República ahora? ¿A qué tanto miedo, silencio y olvido?. Lenin advertía que en el problema de autodeterminación de las naciones, lo mismo que en cualquier otro problema político, lo que interesa sobre todas las cosas es la autodeterminación de la clase obrera, su independencia política respecto a las burguesías (4). Pero hoy «nuestros» diputados no tienen posición propia ante los dos nacionalismos impiden que la clase obrera sea la clase políticamente dirigente.
Dice Calorina Bescansa que Podemos debe tener una propuesta para España. Y es cierto, no la tiene, pero no como ella (aupada hoy por los media ultraderechistas de «libertad digital»), imagina. En este falso debate sólo hay dos posturas, una, iniciar una segunda transición con reformas constitucionales que no cambien nada para reforzar la monarquía, u otra, defender la ruptura democrática, la república federal, hacer pagar la crisis a sus responsables y avanzar en derechos sociales y democráticos de los trabajadores.
En este campo sólo se han pronunciado a nivel estatal el IU y PCE en sus XVIII Congreso y IX Asamblea (2008-09) que hicieron autocritica del proceso de transición. Podemos no se ha pronunciado más allá del referéndum pactado para Catalunya, y el grupo parlamentario de UP debe dar una alternativa no sólo al nacionalismo españolista, sino también al independentismo. El 70% de los catalanes estamos por la ruptura democrática con el régimen del 78, es decir, la gran mayoría, y el apoyo a la monarquía en España está por debajo del 40% (5).
Referéndum de autodeterminación con garantías democráticas
El 27 de septiembre de 2015 los partidos independentistas perdieron su plebiscito, con un 47,74% de votos, frente a un 48,11%, aún así siguieron con su hoja de ruta, y tras la consulta unilateral del 1-O proclamaron la independencia con un 43% de participación y un 38,5% del censo, sin garantías democráticas, dando continuidad a la fractura identitaria en la sociedad catalana, confundiendo el derecho a decidir con independentismo, igual que el frente monárquico PP-PSOE-Cs.
Ambos nacionalismos coinciden en la mentira sobre la proclamación de la independencia, jugando con la semántica, pues Catalunya sigue formando parte del estado español y en la UE, no existe una dualidad de poderes, careciendo de justificación tanto la DUI como la suspensión de la autonomía. En este campo las presiones político-mediáticas para que VW-Seat traslade su sede social fuera de Catalunya (6) entra en ese juego goebelsiano. Hay un movimiento independentista con fuerte implantación social, mayoritario en el parlament disuelto, que reivindica la independencia republicana, pero no hay un reconocimiento de la DUI a nivel estatal, ni a nivel internacional, lo demás es propaganda mediática.
Tienen razón Alberto Garzón y Pablo Iglesias cuando insisten en que el 1-O no fue un referéndum sino una movilización, aunque eso escandalice a sectores del independentismo. Lenin decía que el reconocimiento del derecho de autodeterminación exige un máximo de democracia y un mínimo de nacionalismo, algo que los independentistas omiten. Dejando claro que votar nunca puede ser un acto ilegal, el referéndum debe tener garantías democráticas, reconocer todas las posiciones, e impulsar la participación de todo el pueblo catalán sin exclusiones. El que otros, el bloque monárquico, lo boicotee, no da validez democrática ni al 9N ni al 1-O. Precisamente el 82% de todos los catalanes estamos a favor de un referéndum pactado y vinculante.
En la UE no hay lugar para el derecho de autodeterminación de los pueblos
En artículo anterior ya argumente que no hay ni habrá reconocimiento de la independencia unilateral (DUI) porque ni el gobierno español la reconoce y el estatus internacional le es favorable como aliado estratégico de la UE, OTAN y EE.UU. (7). Se equivocan los independentistas cuando pretenden asirse a la sentencia del Tribunal de la haya de la DUI de Kosovo, que dicho sea de paso es un malísimo ejemplo pues estamos hablando de un protectorado de la OTAN. Los independentistas olvidan que el derecho de autodeterminación es un problema político, no jurídico, que la aplicación del derecho o resoluciones internacionales dependen de los intereses de las potencias imperialistas. ¿Cuántas resoluciones de la ONU contra el bloqueo criminal a Cuba o contra la ocupación ilegal de los territorios palestinos se han aplicado?. ¿Se ha obligado a EE.UU. e Israel a cumplir las resoluciones?. Para el expansionismo económico y militar de las potencias imperialistas viene bien el derecho de autodeterminación contra estados molestos como Yugoslavia o el territorio de la antigua URSS, pero la cosa cambia cuando ese estado es un aliado firme del imperialismo como lo es España, ahí el derecho de autodeterminación cede el sitio a los intereses económicos, políticos y militares. Una UE dominada por Alemania y Francia, una OTAN dominada por EE.UU., y un FMI dominado por esas potencias nunca van a apoyar el fraccionamiento unilateral de un Estado aliado por la «libre autodeterminación de las naciones».
También dije que el proyecto independentista de Catalunya goza de un gran apoyo por la creencia de que como nuevo estado, sería tratado como un país centro europeo, que es donde se concentra el poder de decisión político, financiero, y tecnológico, de las economías exportadoras y acreedoras, lo que supuestamente le alejaría del intercambio desigual y del empobrecimiento de los países de la periferia y el sur. Lo cual no deja de ser una posición neocolonial ya que busca un mejor acomodamiento dentro del imperialismo europeo, una mejor participación en el reparto de los beneficios de la explotación de la clase obrera y los países dependientes o excolonias, a costa del intercambio desigual y las guerras de recolonización.
Pero el derecho de autodeterminación sólo puede ejercerse si el poder real reside en el pueblo. Y ahí es donde afloran las contradicciones, ya que el pueblo no es homogéneo, hay clases explotadoras y explotadas, y excepto la CUP, la mayoría de los independentistas pretenden defender una Catalunya encuadrada en la UE y la OTAN, o sea, a las órdenes del imperialismo y sus instituciones, con recortes sociales de lujo en aras de las leyes de estabilidad presupuestaria que ya nadie cuestiona en el movimiento independentista, tapando la lucha de clases con el procés. En una Catalunya independiente dentro de la UE con una deuda pública del 35,4% la austeridad seguiría siendo la matriz de la política económica. Además no hay que olvidar que Catalunya dispone de una capacidad industrial alta, cierto, pero muy dependiente de las transnacionales extranjeras, una industria pública y nacional débil, y una capacidad de investigación y patentes baja, lo que nos muestra la excesiva dependencia del capital extranjero. ¿Cómo va a ser posible entonces ejercer el derecho de autodeterminación, cuando las principales palancas de la economía industrial y financiera se encuentran en manos de una oligarquía dependiente de los imperialismos yanqui y europeos?. La realidad: seguimos en la periferia. No olvidemos que otra de las «virtudes» de la transición y el bipartito en España fue la de entregar el patrimonio público industrial a las transnacionales extranjeras a precio de saldo (auto, bienes de equipo, químicas, alimentación, etc.), y privatizar el resto de sectores (telecomunicaciones, energía e informática).
El frente monárquico rompe la CE y España
El frente monárquico del PP-Cs-PSOE, nunca ha reconocido ni reconocerá la plurinacionalidad de España, y siempre han negado el derecho de autodeterminación. Además han roto la madre de todas las leyes, la Constitución Española (CE), la rompieron infinidad de veces durante el bipartito negando el derecho al trabajo, la vivienda, sanidad y enseñanza públicas, pensiones públicas suficientes, la libertad de manifestación y expresión etc., con reformas laborales, de pensiones, desahucios, recortes de gasto público social, leyes de patada en la puerta, mordaza, etc., provocando un subdesarrollo social galopante en España y Catalunya con respecto a Europa occidental en gasto público social. Los únicos derechos que se garantizan son los de los bancos, la gran patronal, los terratenientes y la iglesia que sigue controlando parte de la enseñanza, la monarquía, y el control militar de EE.UU. sobre la península.
Pero el cénit lo alcanzaron cuando rompieron la CE a lo grande:
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La ratificación del Tratado de Maastricht en 1992, que en la práctica fue una reforma constitucional encubierta, denunciada por Julio Anguita, al imponer límites al gasto público, eliminando la autonomía financiera del Estado, obligando a aplicar planes de ajuste (recortes sociales) para reducir el déficit público.
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En el 2010 rompieron el estado de las autonomías al anular el estatut que los parlamentos español y catalán habían aprobado y que el pueblo de Catalunya respaldamos en el referéndum del 2006. El Tribunal Constitucional como juez y parte, reflejo del bipartidismo, rompió el pacto territorial. Desde entonces Catalunya no tiene encaje en el estado de las autonomías.
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Y lo volvieron a romper cuando en el 2011 modificaron el artículo 135 anulando todas las conquistas sociales de la CE al someterlas al pago de la deuda pública (que es privada de los bancos, grandes empresas y la estafa inmobiliaria) que se triplicó desde el inicio de la crisis por el rescate a la banca (8) y al cumplimiento la estabilidad presupuestaria, y lo hicieron el PSOE-PP sin consultar al pueblo español.
Odón Elorza (PSOE) dijo en la sexta que el 135 fue un error (sic) (28/10/17). Romper la CE, un error!!!. Está claro que el «nuevo PSOE» del acercamiento a Podemos, la plurinacionalidad y la oposición real al PP, es el viejo PSOE, «republicano» pero apoyando la monarquía, de «izquierdas» pero apoyando a la derecha, «laicos» pero subvencionando a la Iglesia, «pacifistas» pero a favor de la OTAN…
Pero la CE que los monárquicos tanto aman pero maltratan este año la han vuelto a romper al suspender la autonomía, medida que choca con los artículos 2 y 155, de la CE. El artículo 2º reconoce el derecho de las autonomías, el 155 especifica que el gobierno podrá dar instrucciones a las autoridades de las CC.AA. nunca suspender sus funciones, sólo el president puede disolver el parlament y convocar elecciones, medidas que el gobierno del PP se salta dando al 155 el mismo tratamiento del 116 que se dispone para los estados de excepción, tal y como en su día, en 1978, lo plantease Manuel Fraga.
Ya dije en un artículo que a Mariano Rajoy debieran hacerle una estatua en las Ramblas por ser el mayor promotor de independentistas en Catalunya (9), fue y es el mayor responsable político de la ruptura de España. Desde que promovió la anulación del estatut el independentismo ha crecido exponencialmente, de los 320.243 votos en las autonómicas del 2010 (ERC+SI) a los 1.957.348 de las autonómicas del 2015 (JxS+CUP) con una participación histórica del 77,44% (10), y según la última encuesta entre junio y octubre el independentismo ha subido 7 puntos hasta el 48,7%, superando en 5 puntos a los no independentistas (11). La «solución» del Gobierno y sus muletas de responder con cargas policiales, detenciones políticas, suspensión de la autonomía y el encarcelamiento del Govern no hará más que unir con cemento armado e impulsar de cara a las elecciones del 21D, un bloque independentista heterogéneo en lo ideológico.
El PP es el máximo agitador del fascismo, no defiende la unidad de España, les importa un comino, lo único que le interesa es su supervivencia política ante el acoso judicial por la corrupción como gestor de los intereses de la oligarquía en el Estado español, y si el enfrentamiento nacionalista esconde sus vergüenzas pues «a por ellos», y volvemos a ver grupos de fanáticos fascistas que actúan con impunidad ante los aparatos del Estado, con saludos fascistas, agresiones a ciudadanos, inmigrantes, y a organizaciones antifascistas, y desde el PP vemos vociferar la ilegalización de los partidos políticos no monárquicos, amenazar con la suspensión de las autonomías de Castilla La Mancha, Euskadi y Navarra, y a volver a suspender la autonomía catalana si el bloque monárquico no gana las elecciones del 21D (12). Mientras tanto los Rato y Urdangarín siguen libres y los torturadores del franquismo no son extraditados, una prueba más de cómo trabaja la fiscalía del Estado.
No todas las movilizaciones de masas son de la izquierda
Mi total repulsa a Francisco Frutos, exsecretario general del PCE, que tras el Vº Congrés del PSUC aupó al eurocomunismo al aparato del partido, que renunció a la reivindicación de la república española y a la lucha por el socialismo y el derrocamiento de la burguesía, que llevó a cabo un pacto electoral con Almunia sin programa aceptando el pacto de estabilidad presupuestaria de la UE y la OTAN, que hace poco defendió la UE oponiéndose a los acuerdos del XX Congreso del PCE (13) y que ahora aparece en la manifestación del 29-O junto al bloque monárquico y la ultraderecha (VOX, Falange, PXC, España 2000, Democracia Nacional, Hazte Oír, Cristo Rey, Fundación Francisco Franco, Fundación Primo de Rivera). Este «camarada» olvida las lecciones de la historia, que no todas las movilizaciones de masas son de izquierdas, que también hay movilizaciones de masas de derechas y ultraderechas. ¿Nos imaginamos a comunistas hablar en apoyo de una movilización estudiantil convocada contra el gobierno de UP de Salvador Allende en Chile? ¿Nos imaginamos a comunistas hablar en apoyo de una movilización convocada por la derecha y la ultraderecha contra el aborto?. Pues eso es lo que hizo Frutos el 29-O dar apoyo a la monarquía y la suspensión de la autonomía catalana (14).
A este viejo eurocomunista hay que recordarle que el PCE, como ya dije (15) ha sido el mejor partido republicano de la historia de España como ya demostró durante la IIª República y en la guerra nacional revolucionaria por la independencia de España contra los golpistas e invasores fascistas. También quiero recordarle que fueron los familiares de las víctimas de la guerra impuesta por el fascismo los que tuvieron que buscar los restos de sus familiares sin ningún apoyo de la dirección eurocomunista (igual que la socialdemocracia) que había aceptado la monarquía, la bandera rojigualda y el himno franquista, y también fueron los primeros en montar las asociaciones por la memoria histórica por encima del partido. También quiero recordarle Lenin planteaba la resolución del derecho de autodeterminación mediante referéndum de la nación afectada (16) y que la alternativa al independentismo pasaba por ampliar la democracia y defender república federal (17). Por tanto, que la monarquía como forma de estado no es la alternativa para la Unidad de España, sino la forma más consecuente para su división. Es posible que todo esto sea muy duro asumir por quien desde los pactos de la Moncloa hasta ahora nunca ha planteado la ruptura democrática, y sigue justificando la transición (18). Es posible que también le sea muy duro asumir la realidad, que la transición no nos liberó del franquismo.
Recuperemos la memoria obrera, antifascista y republicana
En memoria de quienes estamos sosteniendo con nuestro sudor las arcas del Estado, y garantizamos las ganancias del capital, recuperemos la conciencia de clase, luchemos por nuestros derechos, contra los recortes, contra los desahucios, por nuestros empleos, nuestros salarios, nuestras pensiones, nuestras escuelas, nuestros hospitales, defendamos una política clasista frente a la explotación y opresión social, porque es esa y no otra la fractura social que se está imponiendo en la sociedad catalana y española, las desigualdades sociales en una guerra social que ganan los ricos. La lucha de clases existe, y la fractura y pugna identitaria lo único que hace es taparla, pero no la suprime.
Tenemos el paro más alto (17,1) junto a Grecia (21,2) de la UE28 (7,6), casi 1 millón de emigrantes más desde que se inició la crisis en el 2008, la pobreza infantil más alta de la UE28 detrás de Rumanía y Grecia, a centenares de miles de familias que dependen de las pensiones de sus mayores, más de 400.000 familias expulsadas de sus viviendas desde el inicio de la crisis, un subdesarrollo social de 4 puntos por debajo de la UE28 en gasto social público, mientras se rescata a la banca con 60.600 millones de €, mientras cada año se dejan de recaudar 79.000 millones de € por la evasión de capital de las grandes fortunas y empresas del IBEX, mientras este año se gastan 11.000 millones de € en gastos militares por encima de lo presupuestado, mientras se subvenciona a la iglesia con más de 11.000 millones de € al año, mientras se da una amnistía fiscal de casi 3.000 millones de €, mientras se rescata a las autopistas con casi 4.000 millones de €… Con toda esta pasta no sólo se eliminaría la deuda pública, sino que saldríamos del subdesarrollo en gasto público social. Pero claro, estamos en un Estado de derecho fulminantemente clasista que gobierna para los ricos. En consecuencia, no todos los males de España provienen de la UE, de ahí provienen las imposiciones de déficit público, privatizaciones, reformas laborales y de pensiones, etc. La UE no explica el nivel de fraude fiscal, corrupción, especulación inmobiliaria, precariedad, y la pérdida de poder adquisitivo en España (incluso en los años previos a la crisis).
No hay solución a la crisis dentro del capitalismo, es su nervio y función. Sólo el socialismo puede garantizar los derechos humanos sin destruir las fuerzas productivas económicas y laborales, sin crisis y sin guerras. La culpa no es de Madrid, Bruselas, Catalunya o los inmigrantes, sino del capitalismo. Sólo mediante la emancipación de la clase obrera es posible la emancipación de toda la sociedad. Tarde o temprano estamos condenados a resituar la necesidad de superación del capitalismo en la perspectiva del socialismo y la sociedad sin clases, comunista.
En memoria de quienes desde la dignidad defendieron con su vida la legalidad republicana española para vencer al fascismo, en memoria de todos los antifascistas españoles y catalanes de todas las ideologías, comunistas, socialistas, anarquistas y republicanos, que continuaron la lucha en Europa contra el nazismo, en memoria de los comunistas que encabezaron la resistencia y oposición obrera, popular y estudiantil durante la larga noche del franquismo, recuperemos a los olvidados por la transición, no volvamos a condenarles al olvido, no volvamos a revivir la transición, defendamos la unidad de España no con reyes, ni patrioterismo beato y uninacional, sino con una república democrática y federal. Acabemos con la impunidad del franquismo, hagamos justicia y honremos a las víctimas. Declaremos ilegal al régimen franquista, a sus tribunales, y sus sentencias. No podemos volver a abandonar en las cunetas a nuestras víctimas y renunciar a la República, como se hizo en la inmodélica transición.
La crisis no entiende de rollos identitarios, somos la clase obrera de todo rango, sexo, edad y país los que la estamos padeciendo, mientras los capitalistas, nuestros explotadores, y sus lugartenientes políticos, se llenan los bolsillos. Tenemos más intereses comunes los obreros catalanes y madrileños, que las burguesías catalana y madrileña, que los Rajoy y Puigdemont. Desde una visión clasista no es España quien nos roba, son los ricos de Pedralbes o El Viso, los que roban y evaden impuestos, somos nosotros quienes con nuestros impuestos mantenemos todas las estructuras del estado central, autonómico y local. A la clase obrera le interesa la unidad de los pueblos y naciones de España, unidad voluntaria, republicana y federal. El actual régimen monárquico es un estorbo en esa lucha por la democracia y la unidad.
Recuperemos la República de Trabajadores que nos robaron.
Proceso constituyente por una política de los trabajadores y por la república.
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