Esta carta pública dirigida a la Compañera Mónica Alejandra Vargas Aguirre, se motiva en el comentario que ella formulo en el facebook, a otro compañero, el cual reproduzco para darle contexto a esta misiva: Mónica Alejandra Vargas Aguirre : Te invito a leer a Juan Carlos Gómez Leyton no es de derecha… Pero puede hacer […]
Esta carta pública dirigida a la Compañera Mónica Alejandra Vargas Aguirre, se motiva en el comentario que ella formulo en el facebook, a otro compañero, el cual reproduzco para darle contexto a esta misiva: Mónica Alejandra Vargas Aguirre : Te invito a leer a Juan Carlos Gómez Leyton no es de derecha… Pero puede hacer que gane Piñera
Compañera:
Nunca pensé que mi voto tuviera tanta fuerza e incidencia al punto de hacer ganar a Piñera o en otras palabras, hacer perder a Guillier, aunque tú sabes perfectamente, que gane quien gane la sociedad neoliberal en que habitamos seguirá su marcha histórica. Salvo que bajo ciertas circunstancias emerjan las fuerzas sociales y políticas que permitan destruir la estructura de poder construida y establecida por el Kapital neoliberal. Para ello debemos practicar y ejercer el poder subversivo destituyente que no pasa por los procesos electorales.
El poder destituyente sirve para constituir producir poder popular democrático (ejemplo, Venezuela con Chávez, en 1998, y en Bolivia con Evo y el MAS, 2000-2005). Por ahora, el poder electoral solo sirve para reproducir la forma de dominación neoliberal. Forma que tanto la Concertación como la Nueva Mayoría y ahora, tal vez, la FM, si es que ganan, va continuar reproduciendo por cuatro años más.
El escenario de la lucha clases que se avecina no cambia si esta Piñera o Guillier en el gobierno, pues el único camino posible que queda luego 24 años de fracasos del reformismo neoliberal, es la lucha social directa y abierta.
Cualquiera que gobierne no tendrá gobernabilidad. Pero tampoco lo tendrá el FA. O sea, el nuevo reformismo neoliberal. Si el Frente Amplio llega al gobierno, ello implicaría un nuevo ciclo de neoliberalismo corregido ampliado que habrá que evitar. No podemos permitir un cuarto de siglo más de neoliberalismo. Las fuerzas sociales y políticas populares deberán extraer lecciones del fracasado proceso antineoliberal levantado por seudo-gobiernos progresistas latinoamericanos.
Estamos en una inflexión histórica fundamental para que el movimiento popular libre y autónomo de cualquier influencia de partidos políticos, viejos o nuevos, que hoy avalan y se muestran conforme con el sistema, construya sus propias organizaciones sociales comunitarias y colectivos políticos para levantar el proyecto histórico y social popular, de la plebe, al decir de García Linera.
Compañera, la invito a abandonar esas posiciones reformistas y electoralistas para unirse con toda su energía y compromiso a la construcción de un verdadero y autentico proyecto político popular, transformador y emancipador de toda forma capitalista. Debemos recuperar para todas y todos, el proyecto socialista que permita construir una sociedad igualitaria y, sobre todo, justa.
Esa sociedad no será posible si seguimos votando y apoyando proyectos como el que representa FM y Guillier como también el FA. Ambos proyectos clase medieros y coludidos con las formas de poder neoliberal. Lamentablemente, no tengo la facultad de hacer ganar a ninguno de los dos candidatos que hoy 17D se disputan el gobierno. Si, lo tuviera, obviamente, no lo estaría usando para apoyar a Guillier y menos a Piñera. Sino, estaría luchando por destituir todo lo existente. Y, no estaría solo, sino que seríamos millones.
Pues somos muchos más que uno, los que pensamos que la vía electoral no es la vía que nos lleve a la emancipación humana. El proceso histórico actual es complejo; pero, no oscuro, el 19N dejo al descubierto muchas cosas. Cosas, por cierto, que muchos analistas no ven. Pues tienen anteojos que solo le permiten ver lo que el sistema, les deja ver, en otras palabras, son ciegos, pues carecen de una mirada crítica holística. Y, leen la realidad de manera políticamente muy conveniente, ocultando, por ejemplo, la profunda crisis de legitimidad del régimen político posautoritario.
Esta crisis explica, el 54% de abstención electoral. Son más 7 millones de ciudadanos que rechazan abiertamente la institucionalidad política actual. No aceptan ni los partidos de derecha, centro o de izquierda. No quieren más partidos políticos incongruentes, como el PS o el PC. Ni tampoco a ninguno de los integrantes de la clase política actual. Están hartos de su forma de actuar y de ser. No son creíbles. No le tienen confianza. Ni tampoco los representan.
Entonces, porque ellos debieran votar en estos procesos electorales que expresan todo lo contrario de lo que ellos pensaron u otros soñaran: Un joven estudiante que en el año 2004 tenía 19 años de edad y que hoy pisa los 32 años, nos dijo en una entrevista «los jóvenes de hoy no votamos porque estamos decepcionados de la democracia que nos prometieron». Los decepcionados con la democracia neoliberal es mayoritaria a cualquiera de los partidos actuales. No quieren más esta democracia. Por esa razón, de manera consecuente y honesta no participan en ella. Y, nadie les puede impedir hacerlo. Ni tampoco acusarlos que trabajan por la derecha, ni menos maltratarlos discursivamente como lo hacen todos aquellos que quieren mantener la dominación neoliberal, porque no votan.
Los abstencionistas activos son honestos y responsables en su decisión. Mucho más que muchos de las y los que votan, pues ellos cambian de parecer y de opciones de acuerdo a sus intereses específicos, que mejor ejemplo, que los líderes del FA, o de la DC o de cualquier otro grupo que hoy corren a votar por Guillier, solo porque quieren conservar sus cuotas de poder.
Los millones de abstencionistas activos, lo que he llamado, en otro lugar las y los subpolíticos, no temen a la dominación, pues la confrontan cotidianamente, todos los días. Soportar la dominación neoliberal concertacionistas o de la nueva mayoría o de la derecha es parte de su lucha diaria. Por ende, que gane Piñera o Guillier no cambia la capacidad de resistencia y de confrontación que las y los subpolíticos practican todos los días. Son anticapitalistas activos y permanentes. Esa su lucha.
Su praxis política es invisible a los ojos de los analistas conformes con el sistema. Por esa razón, no la entienden ni la comprenden. Son actos y hechos que ocurren todos los días, es un trabajo de hormiga, del topo de la historia, decía el viejo barbón de Treveris, que une lo pequeño y va sumando y sumando para luego convertirse en un torrente político popular. El tiempo de la subpolítica no es el del tiempo político electoral ni institucional. Es incomprensible para la ciencia social hegemonizada por las perspectivas analíticas del sistema. Incluso, para aquellos que dicen tener una perspectiva crítica. La subpolítica la realizan las y los sectores políticos ligados y activos en el mundo popular. Aquellos que son capaces de salir en defensa de aquellos problemas que nadie se ocupa ni discute en la política institucional. Por ejemplo, qué candidato presidencial tuvo como punto de discusión el tema IIRSA, ninguno. No les interesa. Pero, la subpolítica si lo hace. Esa es la diferencia con aquellos que hacen política dentro del sistema. Los abstencionistas hacen política popular.
Por todo lo anterior, compañera las y los abstencionistas no están interesados en votar. Y, estoy seguro que lo harán solo y cuando la democracia sea social, popular y revolucionaria, pues ella será el resultado de sus luchas y de su construcción histórica. Y, no de la clase política ni de los partidos como fue la democracia posautoritaria. Mientras la democracia continué siendo un sistema ficticio y corrupto, como el actual, no votaran. O, mejor dicho, no votaremos.
Por último, la democracia social, popular y revolucionaria no será la que construyan los partidos políticos conformen con el sistema será una construcción directa de los sectores populares, de la plebe, de los hombres y las mujeres que son explotados todos los días, de los niños y niñas que sufren la violencia del neoliberalismo en las poblaciones populares, del pueblo mapuche que lucha por recuperar lo suyo, de las y los ancianos populares que llevan años y años viviendo con pensiones miserables y muriendo por falta de atención en la salud de pobres (pública), etcétera.
La democracia social, popular y revolucionaria no la pueden construir los que han administrado hasta el día hoy eficientemente el sistema legado por la dictadura cívico militar. La sociedad neoliberal ha sido producida por los mismo que hoy desesperados llaman a votar por Guillier. Piden el voto de aquellos que han olvidado durante los últimos 25 años. No tienen, por esa razón, calidad moral ni política para hacerlo.
Lo siento amiga, sé que usted no pertenece a ese grupo. Pero, desgraciadamente, su vinculación con aquel partido de la FM, que hoy en vez luchar por poner fin, a lo que rechazo durante dos décadas, se colude con aquellos que permitieron la consolidación, extensión y profundización de la sociedad neoliberal e insisten en desarrollar política publicas neoliberales que buscan corregir las fallas del mercado.
Desde 1980 que vengo resistiendo al neoliberalismo y no avalare ni daré legitimidad a un sistema político ideado por los autoritarios y mantenido por aquellos que traicionaron a cientos de combatientes sociales y que pensaron y soñaron otra sociedad.
Santiago Centro. Chile
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