Una vez más, luego de las graves constancias que nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó ha hecho públicas en las últimas semanas, tenemos que acudir de manera apremiante a todas aquella personas, grupos y comunidades que aún conservan principios éticos y sentimientos de solidaridad, para compartirles la situación extrema de riesgo por […]
Una vez más, luego de las graves constancias que nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó ha hecho públicas en las últimas semanas, tenemos que acudir de manera apremiante a todas aquella personas, grupos y comunidades que aún conservan principios éticos y sentimientos de solidaridad, para compartirles la situación extrema de riesgo por la cual atravesamos.
El viernes 15 de diciembre llegó un paramilitar vestido de civil a la finca Casa Roja y manifestó su deseo de pasar allí la noche. Un miembro de la Comunidad se lo impidió y le hizo ver que ellos no podían abusar de esa manera de la población civil. Muy enojado, el paramilitar tuvo que retirarse pero en los días siguientes se conocieron amenazas contra el integrante de nuestra Comunidad que hizo valer los principios.
Ese mismo día un grupo de paramilitares convocó a los pobladores de La Cristalina a una reunión. Luego avisaron que habían tenido un problema de última hora y no podían hacer la reunión, anunciando que la harían después y se retiraron de la zona.
Al día siguiente, sobre las once de la mañana llegaron varios paramilitares en bestias, armados con armas largas, de camuflado y con brazaletes de las AGC. Encontraron a una acompañante internacional y le preguntaron por otro armado que iba adelante y le exigieron que les dijera qué estaba haciendo allí. En efecto, un paramilitar en traje civil había ingresado a la Aldea de Paz en horas de la mañana y había preguntado por la ubicación de tiendas, pero el mismo personaje fue visto armado y uniformado un poco más tarde, junto con los demás paramilitares que iban en bestias. Luego se supo que estaban convocando una reunión en Mulatos Cabecera y la realizaron. En dicha reunión les hablaron a los pobladores de muchos proyectos del Estado que ellos debían aprovechar y le obsequiaron regalos a los niños de la vereda, prometiendo llevarles más regalos posteriormente y organizar fiestas.
A mediados de diciembre de 2017, un poblador del caserío de San José, de nombre Isaías y apodado «Malaca» le reveló a algunas personas un plan existente entre las redes paramilitares de la zona y la Brigada XVII para eliminar al representante legal de nuestra Comunidad de Paz, Germán Graciano Posso. Según el paramilitar, quien tiene aproximadamente 28 años y está relacionado con una amplia red de jóvenes que cumplen misiones criminales y delictivas ordenadas desde la dirección militar y paramilitar de la región, la eliminación de Germán debe realizarse simultáneamente con un operativo de asalto económico, para lo cual están buscando afanosamente informantes en la misma Comunidad de Paz, de modo que se le pueda hacer un riguroso seguimiento, sobre todo cuando baja a retirar dinero del banco.
Según afirman otros integrantes de la red paramilitar, están haciendo grandes esfuerzos por asegurar informantes dentro de la misma Comunidad de Paz e incluso se ha sabido de casos de jóvenes de San José que son abordados en Apartadó para vincularlos a las redes paramilitares y de entrada les ofrecen un arma y $700.000 para motivarlos. Al mismo tiempo un primo de Germán ha recibido informes de fuentes confiables, según las cuales él también está involucrado en el plan contra Germán y su vida estaría corriendo alto riesgo.
El martes 19 de diciembre de 2017 un contingente de paramilitares amaneció rodeando el territorio de la Aldea de Paz Luis Eduardo Guerra, asentamiento de nuestra Comunidad de Paz en la vereda Mulatos Medio e incluso fueron vistos bañándose en una poza del río Mulatos que hace parte del territorio de la Aldea.
Como puede verse, la estrategia paramilitar se intensifica en el territorio dentro del cual está inserta nuestra Comunidad de Paz. Dicha estrategia, ni ahora ni antes es compatible con los principios de nuestra Comunidad de Paz. Nuevamente la persecución contra nuestra Comunidad y contra nuestros líderes se hace dramática. Apelamos a toda la gente solidaria de Colombia y del mundo que siempre ha estado atenta a nuestro proceso para que sigan interpelando a un Estado que evidencia su ilegitimidad y le exijan respetar la dignidad y los derechos elementales del ser humanos.
Fuente original: http://prensarural.org/spip/spip.php?article22498