Miembros de la Policía Metropolitana de Bucaramanga al mando del Brigadier General Juan Alberto Libreros golpearon salvajemente a alumnos del Colegio Normal de esta ciudad, además detuvieron arbitrariamente a una madre de familia y tres estudiantes de la Universidad Industrial de Santander en el momento en que realizaban un «muro de resistencia» para evitar que […]
Miembros de la Policía Metropolitana de Bucaramanga al mando del Brigadier General Juan Alberto Libreros golpearon salvajemente a alumnos del Colegio Normal de esta ciudad, además detuvieron arbitrariamente a una madre de familia y tres estudiantes de la Universidad Industrial de Santander en el momento en que realizaban un «muro de resistencia» para evitar que talaran la zona verde del colegio afectada por un intercambiador vial.
En horas de la mañana del día de hoy 12 de febrero de 2018, estudiantes, padres de familia, profesores y ambientalistas, realizaron un cordón humano alrededor de la Escuela Normal Superior, para evitar la tala del bosque de la Institución, considerado uno de los pulmones de Bucaramanga y cuya destrucción fue ordenada en desarrollo de las obras para el intercambiador de la Carrera 27 con Quebradaseca.
Desde las 10:00 de la mañana el Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía Nacional y de la MEBUC hicieron presencia en las instalaciones de la Escuela Normal superior de Bucaramanga, donde se desarrollaba la protesta; los policiales estaban al mando del Teniente Coronel César Buitrago, comandante del Distrito de Policía de Bucaramanga y del Mayor Luis Fonseca.
En los hechos fue detenida la señora LIDA MAGALI OLMOS MORENO de 35 años de edad, madre de tres menores estudiantes de la Normal, cuando se encontraba filmando la agresión policial contra varios escolares que participaban en la protesta, situación que originó que un agente ordenara su aprehensión. Además fueron privados de la libertad los estudiantes de la Universidad Industrial de Santander JEISSON YADIR BLANCO MORENO de 20 años de edad, cursa cuarto semestre de derecho, quien fue víctima de violencia física y esposado por la fuerza, su camisa fue destruida en el marco de la agresión; NELLY ROCÍO NUÑEZ, de 21 años de sexto semestre de derecho; fue golpeada fuertemente en uno de sus dedos de la mano izquierda, su detención se produce en momento en que grababa a un miembro del Esmad golpeando menores de edad; DAYANA GONZALEZ PLATA de 18 años, estudiante de tercer semestre de filosofía y egresada de la Normal, fue golpeada en manos, brazos y espalda.
Los estudiantes y madre de familia detenidos, fueron puestos a disposición de una Fiscalía de Bucaramanga y mañana serán presentados ante un juez de control de garantías, a efectos de legalización de su captura, imputación de cargos y probablemente imposición de medida de aseguramiento por el punible de Violencia contra servidor público.
Hacia las 4:15 pm fueron expulsados de la Institución tres policías de civil infiltrados en la jornada de protesta. A la altura de las 5:00 pm estudiantes de grado cero fueron violentados por un policía que intentaba agredir a un estudiante de grado superior, poniendo en riesgo la integridad de los infantes. Paralelamente, en el exterior del Colegio, un agente del ESMAD agredió a un estudiante de la UIS a quien lanzó un gas lacrimógeno en el rostro.
Mientras se debate el carácter de la Policía Nacional, los hechos siguen mostrando que la protesta social es tratada militarmente. Las armas (de fuego y letalidad «reducida») de esta institución que hoy se reivindica civil, son usadas para reprimir los sectores populares y causar graves afectaciones contra la población que expresa su voz de inconformidad, indistintamente de las formas (pacífica o beligerante) que use para hacerlo, las razones que producen el levantamiento, la edad de los manifestantes o el sitio en que se desarrolla la movilización.
Los hechos ocurridos hoy en la Escuela Normal Superior de Bucaramanga, reflejan una vez más que la represión oficial es la vía a través de la cual se resuelven los conflictos sociales en el país y el papel que en la agudización de éstos juega la Policía Nacional. Un ejemplo cotidiano de la escasa voluntad de paz que puede evidenciarse desde la institucionalidad.