Recomiendo:
0

Máximos responsables sin ser juzgados después de diez años de la muerte, en simulado combate, de Rafael Andrés, Carlos Mauricio y El Caleño

Fuentes:

El 24 de agosto de 2008, en pleno centro de Bucaramanga, los jóvenes RAFAEL ANDRÉS PLATA SÁNCHEZ, CARLOS MAURICIO NOVA y un tercer chico que no ha sido posible identificar fueron subidos bajo engaño a un vehículo del Ejército Nacional; el encargado de la maniobra fue ALEXANDER CARRETERO; todo indica que después del medio día […]

El 24 de agosto de 2008, en pleno centro de Bucaramanga, los jóvenes RAFAEL ANDRÉS PLATA SÁNCHEZ, CARLOS MAURICIO NOVA y un tercer chico que no ha sido posible identificar fueron subidos bajo engaño a un vehículo del Ejército Nacional; el encargado de la maniobra fue ALEXANDER CARRETERO; todo indica que después del medio día partieron en dirección a Ocaña, allí fueron recibidos por el soldado profesional Yefry Danilo Coronel; posteriormente los tres jóvenes fueron conducidos a la vereda Islitas del municipio de Hacarí – Norte de Santander; al descender del vehículo caminaron por un sendero despoblado, allí una patrulla del Ejército Nacional adscritos al Batallón de Infantería No. 15 General Santander tenían un improvisado retén; -según Alexander Carretero-. Más adelante otros soldados escondidos en la manigua iniciaron a disparar con sus fusiles de dotación contra las tres víctimas; uno de ellos quedó herido pero logró escaparse del lugar. Muy cerca de los hechos estaba dirigiendo la macabra acción el teniente Daniel Fernando Estepa Becerra. Horas después encuentran la tercera persona muerta. Concretado el objetivo, los militares escenificaron un enfrentamiento; el comandante del Batallón, Teniente Coronel Álvaro Diego Tamayo Hoyos reportó a sus superiores la muerte en combate de tres guerrilleros del ELN. El dictamen de Medicina Legal registró que los tres jóvenes recibieron la mayoría de los disparos por la espalda; una de las víctimas portaba zapatos tenis mientras que otra tenía puesto una camiseta de color claro; circunstancias no compatibles en un combate desarrollado en horas de la noche.

Exactamente diez años después, las familias de las víctimas siguen clamando justicia y verdad absoluta de lo ocurrido. Alexander Carretero, quien admitió en interrogatorio de indiciado, que participó en la muerte de más de 40 jóvenes en similares circunstancias, reconoció que por cada víctima cobraba al Ejército Nacional un millón de pesos y un mercado de $ 200.000. Asimismo, aceptó cargos mediante preacuerdo, siendo condenado por un Juez de Ocaña a 14 años de prisión. Los soldados profesionales que conformaban el pelotón que disparó contra las víctimas fueron absueltos; el comandante del Pelotón, el teniente Estepa Becerra fue ascendido a Mayor, pero el pasado 14 de agosto fue condenado por un Juez especializado de Bucaramanga, junto con el soldado Yefry Danilo Coronel por estos hechos. El comandante del Batallón, TAMAYO HOYOS fue capturado y procesado por la ejecución extrajudicial de varios de los jóvenes de Soacha. El ministro de defensa para la época de los hechos, JUAN MANUEL SANTOS, fue elegido Presidente de Colombia por dos períodos consecutivos, y hasta el momento no ha sido juzgado por las ejecuciones extrajudiciales perpetradas durante sus casi cuatros años en este ministerio; el presidente de la época, ALVARO URIBE VÉLEZ, es actualmente senador de la república, y a pesar que existen numerosas denuncias por su responsabilidad en asesinatos de miles de colombianos presentados como muertos en combate, no ha sido vinculado a ninguna investigación dentro del aparato de justicia de Colombiana. Los fiscales y jueces, a pesar de la contundencia de los hechos, se niegan a declarar las ejecuciones extrajudiciales como Crímenes de Lesa Humanidad. Los miembros de la fuerza pública presos y condenados por la muerte de civiles en escenificados combates recobraron la libertad al solicitar su juzgamiento por la Jurisdicción Especial para la Paz, bajo la equivocada premisa que los hechos guardan relación directa e indirecta con el conflicto armado; hasta el momento no han narrado la verdad de lo ocurrido, solo expresan públicamente un falso perdón.

Queremos recordar a Rafael Andrés como el hijo amado y único de Patricia. Hoy les rendimos homenaje a su vida; a Mauricio Nova, el otro joven de 20 años de edad, y a la de aquel chico que desconocemos su nombre y que los habitantes del parque Centenario de Bucaramanga le decían el «Caleño». También a todos los jóvenes de Soacha porque estos hechos están relacionados y permiten concluir, sin lugar a dudas, que son Crímenes de Estado que a la luz del derecho penal internacional constituyen Crímenes de Lesa Humanidad por su carácter sistemático.

No descansaremos, seguiremos clamando por justicia. Continuaremos reclamando que fue desaparición forzada y no secuestro. Seguiremos exigiendo que los más altos responsables sean juzgados, presionaremos más, gritaremos por verdad y justicia.